Partida Rol por web

Miro a Wolf.

-¡Ah, no se preocupe! Él dormidá bien fuera, siemrpe duerme fuera. Pero no se ponga tenso, es muy amistoso-digo mientras acaricio su suave pelaje con mi mano.

Wolf recibe las caricias gustosamente.

-Wolf, deberías irte fuera, no incomodes al señor-le digo al lobo con mi acostumbrado tono alegre y risueño.

El lobo se levanta lentamente, se estira, bosteza y se marcha del local después de lanzar un pequeño gruñido al posadero.

-¿Ve? Un encanto de animal-le digo sonriente.

- Algo me dice que ningún aldeano nos perturbará en tooodo el día. - Comenta Artin por lo bajo, más para sí que para el resto del grupo, al ver como el lobo sale de la posada y se sienta fuera, antes de que la puerta se cierre y deje de verlo, con media sonrisa en su cara. - No se porqué...

Desde que entraran en la aldea la hechicera no había abierto el pico. Ahora depositaba su moneda junto a la de sus compañeros, también en silencio, más ocupada en procesar los detalles que su mente iba recogiendo que en intervenir en la conversación.

- Muy bien, meditemos el siguiente paso a seguir. Dijo el enano mientras se acomodaba en una de las sucias mesas. Con cierta complacencia se sentó pesadamente en la silla mientras esbozaba una sonrisa.

- Pues tenemos tiempo de tomar un trago antes de ponernos en marcha. ¿Porque me imagino que tendrá algo de beber? Mientras miraba de reojo y algo impaciente al tabernero.

 Mientras el grupo planeaba su siguiente paso Jacomb acompaño a Mircea a una de las habitaciones. El aspecto era igual de decadente que el resto de la taberna, las sabanas amarillentas y roidas no daban una sensacion especialmente acojedora ni relajante pero el bardo no se encontraba en posición de elegir. Se tumbó en una de ellas y al cabo de unos minutos se quedó dormido. El anciano sirvió un poco de vino al resto del grupo antes de seguir limpiando las jarras de barro, sin quitar ojo al lobo.

Miro el vino con expresión seria. Nunca me gustó el vino, pero me parece descortés decírselo al posadero así que lo dejo en el vaso, pero no lo bebo.

-Bueno, compañeros. ¿Qué decís? ¿Descansamos o vamos a ver a la bella Liriandra?-les pregunto observando como el posadero no le quita ojo a Wolf.

Miro a la puerta y veo que Wolf está fuera, descansando, aunque sé que en el momento que vayamos a dormir, si al final dormimos allí, él se buscará su propio escondite para descansar.

Podriamos preguntar a los pillos de la ciudad..... por experiencia se que nadie sabe mas que quien vive del robo !!!!

Alaina mira con pena por la ventana

El deseo de comer enseña a traficar con lo que sea para vivir.......la informacion es una moneda corriente .

Ademas quien sabe igual me enseñan algun truco nuevo .

eso si es un mundo duro para nuestras almas mas nobles igual cambian sus percepciones del mundo y mas aqui que la pobreza es mas acentuada .

dice alaina acariciandose donde las marcas de los primeros latigazos de su infancia aun permanecian

Tras dar buena cuenta de un par de jarras de aquel vino, el enano se encontraba de mejor humor. Aun con los bigotes empapados por el último trago, miró a Reithar divertido.

- Por mi podemos ir ahora mismo si queréis. Me siento capaz de tumbar a un buey de un solo puñetazo... El enano se interrumpió a si mismo y miró a la pícara con un ojo medio cerrado. - He, ¿te encuentras bien? Venga muchacha ¿Que te pasa? Te has puesto muy seria de repente. Anima ese corazón y brinda conmigo por el fruto de la vid. El tono del guerrero era, un poco exagerado, seguramente por el efecto del licor.

Mientras invitaba a brindar a Alaina, le llenó un baso y se lo alcanzó sonriendo.

Mientras invites encantada buen amigo !!!!....

alaina fiel a su maxima de no pagar una ronda bebe como solo lograrian beber algunos higados enanos curtidos durante decadas , pese a eso esta vez solo bebe un baso .

Intentare estar sobria cuando caminemos entre pillos , seria una deshonra que robaran mi ballesta ademas existe un codigo entre la..,Alaina mira al elfo y atempera sus palabras , entre personas del mismo gremio

Poco mas tengo todo sea dicho

Artin cató el vino casi por cortesía, pero este distaba mucho de ser ya no de su agrado, sino simplemente de una calidad lo suficientemente mediocre como para arriesgarse con él, aunque el enano pudiera con eso y mucho más. Escuchó a sus compañeros en silencio, como era habitual, y sopesó las distintas posibilidades.

- No os olvidéis de Mircea. - Hizo notar, con delicadeza. - Hagamos lo que hagamos, tenemos que pensar en si esperamos a que él se despierte o si le dejamos aquí para que descanse... en cuyo caso deberíamos pensar en si lo dejamos sólo o alguien se queda con él. Al margen de esto, ambas opciones son interesantes de entrada. Incluso podríamos plantearnos dividir nuestras fuerzas y que parte de nosotros vayan a visitar la torre y parte de nosotros hable con los aldeanos.

Escucho atento las palabras de Artin.

-Creo, mi fiel amiga, que lleváis razón... yo pienso que lo más coherente sería esperar a Mircea. Sólo tiene un poco de jaqueca, mañana estará completamente recuperado. Podemos aprovechar e informarnos un poco con la gente de este lugar. Seguro que a él le hace tanta ilusión como a mi poder ayudar a gente buena-digo ilusionado.

La sonrisa en mi rostro se expande.

Artin asintió a las palabras del semielfo. No era exactamente eso lo que había querido decir, pero no resumía mal uno de los motivos por los que no ir a la torre todavía.

- Sin duda alguna, Reithar. Mircea no nos perdonaría que emprendieramos una aventura que concierne a, al parecer, un colega suyo, y que no estuviera con nosotros para cantar tales hazañas. - Las palabras de Artin sonaban sin duda sinceras, pero había un rentintín incluso burlón en la forma como las había dicho, aunque sonreía amistosamente. - Así pues, después de comer, podríamos pasear por la aldea mientras esperamos a que él despierte, e intentar hacernos con la mayor cantidad posible de información... de todo tipo.

Y en esa ultima expresión, había algo de oscuro y premeditado, como si Artin no pensara sólo en el hombre al que buscaban, sino en toda la situación en su conjunto.

Sonrío satisfecho a Artin.

-Bien, pues vayamos a ver esta aldea y hablemos con sus habitantes-digo con emoción en la voz, pues tengo ganas de comenzar aquella aventura y ayudar a aquel alma noble.

Me levanto despacio.

-Bien compañeros, ¡vayamos!-digo mientras camino a la puerta-. Os espero fuera, compañeros- añado antes de salir de la posada.

 Despues de dejar el equipo en la habitación los cinco salieron de la taberna. El pueblo seguía igual de gris y el tiempo no parecía mejorar...

Con una buena dosis de "humor" en su estómago, el enano salió a la calle subiéndose el desgastado cinturón de cuero. Las sonrojadas mejillas y la sonrisa tonta que se dejaba entrever debajo del bigote, le daban un cierto aire de bonachón.

- ¿Y por donde empezamos? Dijo sin dirigirse a nadie en particular, mientras miraba a un lado y al otro de la calle.

A Gog no se la daba demasiado bien sacar información de la gente, al menos sin utilizar los puños. Había cosas del comportamiento de los humanos que nunca acabaría de entender.

Artin acarició distraídamente a Chizu antes de responder.

- Personalmente, creo que voy a ver si encuentro al herrero de este pueblo. - Dijo, sonriendo picaronamente. - Hace mucho que no le dedico un rato a mi oficio, y si el herrero me dejase, podría aprovechar para hablar con él mientras reviso nuestras armas. ¿Os parece bien?

Fuera el tiempo parece tan horrible como cuando llegamos. Wolf se levanta lentamente y se pone a mi lado. Pronto salen mis compañeros.

-Artin, ¿quieres decir que nos separamos?-le pregunto directamente, aunque la idea no me parece del todo mala.

"Aunque con esta bestia peluda posiblemente si alguien sabe algo una de dos, o me lo dice sin rechistar, o sale corriendo" pienso mientras miro de reojo a Wolf que parece decidido a quedarse pegado a mí todo el tiempo.