Partida Rol por web

Artin miró al Elfo con con un sonrisa en los labios.

- "Se cazan más moscas con miel que con vinagre". - Citó. Su sonrisa perdió un punto o dos de intensidad antes de seguir. - ¿Te has fijado en estas gentes, Reithar? ¿Te has fijado de verdad en sus rostros, en lo que dicen sus gestos, en lo que cuentan sus cuerpos? Ponte en su lugar y dime qué reacción van a tener si, uno por uno, los asaltamos todos juntos, como grupo. Quizá no huyan despavoridos, pero dudo mucho que nos enteremos de algo, ya no sólo relacionado con el hombre al que buscamos, sino sobre sus propias miserias. Por que no hay duda de que algo está pasando en esta región, pero a nadie le gusta reconocer que lo está pasando mal, aunque sea evidente.

-Si es cierto lo que decís, Artin....creo que Wolf tampoco debería venir conmigo, pues la verdad que yo sé que es extremadamente entrañable y cariñoso, pero no deja de ser un lobo-digo mientras echo una ojeada a Wolf que me mira acusativamente.

Luego le acaricio.

-Bien, pues yo me iré por aquí a ver a los aldeanos a ver si a alguien le suena el hermano de tan venerable señor y me dan alguna pista que sguir-les digo mientras comienzo a andar separándome del grupo.

 Victoria alza el mentón reflexionando sobre las palabras de Artin. Puede que la reflexión de la hechicera tuviese sentido, pero aún no conocía demasiado a sus compañeros de viaje como para saber si cualquier hallazgo o descubrimiento lo compartirían por el bien de la empresa común o lo mantendrían para ellos con fines egoístas. Se muerde brevemente el labio inferior mientras piensa y finalmente mira de frente a Artin y contesta de forma relajada. 

- Si bien razón no os falta, dama Artin, no creo que separarnos sea una buena alternativa. La miseria a menudo envilece los corazones de las buenas personas y merodear sólos en terrenos que nos son extraños sólo nos convertiría en blanco fácil para aquellos cuya necesidad sólo se ve superada por su malicia. Si bien lo que hemos visto de esta villa hasta ahora es bastante miseria, nada asegura que tras cada esquina oscura haya alguna suerte de vil criatura esperando que nos separemos para atacar. Concuerdo con vos en que no podemos avasallar a cada aldeano todos a la vez con preguntas, y es por eso que propongo que quien más dotes comunicativas posea, actúe como portavoz para descubrir cualquier pista que nos pueda ser de ayuda. Consultar al herrero del pueblo es tan buena opción como visitar el puerto o el templo local. Considero importante reunir toda la información que podamos sobre la villa y sobre la dama Liriandra y su padre antes de encaminarnos a la torre donde supuestamente habitan.

Seguro que entras en algun antro con nombre " la muerte segura " y lo encuentras rustico y pintoresco!!

alaina a desgana sigue al elfo , pese a lo cansino que era no le queria ningun mal

La hechicera atiende en silencio y serenamente a las palabras de la Clériga, aunque en su rostro se dibuja una sonrisa extraña, medio ladeada, que no resulta ofensiva, pero tampoco da la sensación de que sea precisamente del todo cordial, sino algo a medio camino entre la comedia y el cinismo. Como si las palabras de la Clériga le hicieran cierta gracia a Artin, pero tampoco pretendiera faltarle al respeto.

Cuando la fornida mujer, cuya voz sigue pareciendo fuera de lugar y a la vez terriblemente acertada en ella, y mientras le pequeña pícara hace su comentario, Artin se apoya casi cansinamente sobre su lanza, la cual utiliza más a menudo como bastón que como arma, pero que ahí está.

- No voy a decir que os equivocáis, mylady, pues es cierto que vuestras conjeturas son... - Artin se detiene un momento, y da la sensación de que realmente tiene que buscar la palabra adecuada para expresar lo que quiere decir exactamente. -... susceptibles de ser posibles. Sin embargo, y en modesta y rústica opinión, considero que exageráis. Insisto en que sí, es posible que nos encontremos con algún pillo, es quizá posible que algún aldeano resentido decida... no sé, intentar agredirnos si nos acercamos a él. Pero creedme si os digo con total inocencia que no se qué os preocupa de ello. - Y como para subrayar sus palabras, y en un gesto que parecía más fotuito que otra cosa, la lanza de Artin se balanceó junto a ella lo justo y suficiente para que su punta metálica refulgiera muy oportunamente bajo el sol de la tarde. La sonrisa de la hechicera, por otra parte, se había intensificado, y ahora era abiertamente irónica. - Pero si os preocupa vuestra propia seguridad, estoy segura de que cualquiera de nosotros estará encantando de acompañaros para protegeros, incluso yo misma no tengo inconveniente en que me acompañéis si os apetece, pues evidentemente tenéis razón sobre que cuanto mayor sea el grupo mayor será la seguridad. Mi única discrepáncia es hasta que punto necesitamos esa seguridad adicional y cual va a ser el coste de mantenerla si resulta ser... innecesaria.

 Mientras seguián discutiendo las dos mujeres salieron de la pequeña taberna, seguidas por el enano que sabedor de el humor de las mujeres se mantuvo al margen en todo momento. El pueblo seguía triste y pagado, exceptuando a algunos niños extremadamente delgados que salia corriendo de un lado a otro. En general no había demasiada gente fuera de las casas, exceptuando los que se veían a lo lejos con las redes de pesca. Frente a la posada estaba el mayor edificio de la aldea, no obstante, poco imponente. Las paredes claramente necesitan una reparación urgente y de un poste cuelga un cartel  en el que se lee "Barbería, funeraria y estuches de calidad".

 El elfo y la picara salieron de la posada junto a sus compañeras, pero en cuanto pudieron se alejaron de su discusión. Podian ver al enano detras de ellas, mirando en otra dirección tratando de mantenerse al margen. El pueblo seguía triste y pagado, exceptuando a algunos niños extremadamente delgados que salia corriendo de un lado a otro. En general no había demasiada gente fuera de las casas, exceptuando los que se veían a lo lejos con las redes de pesca.

Camino en silencio mirando todo el panorama. Mis ojos recorren toda la aldea viendo a los niños escuálidos correr y a las personas tristes moverse, aunque no parece que haya mucha gente.

-No parece que haya mucha gente, ¿verdad?-le pregunto a Alaina que ha decidido venrise conmigo.

Wolf hace rato que ha desaparecido, pero sé que en algún lugar, desde la oscuridad, nos está vigilando.

Mis ojos escrutan el paisaje triste.

-Podemos preguntar a los pescadores... son buena gente, seguro que nos dirán algo, ¿no crees?

Los pescadores son normalmente sudurosas mofetas nacidas de un huevo podrido!!!!

alaina mira con ternura a Reithar.

Pobre inocente sin cartera

Este es mi terreno amigo , me muevo mejor entre este tipo de gente me pareceria correcto que yo me encargara.

Alaina se aproxima a un pescador

 El pescador se gira al ver llegar a la joven Alaina. La mira de arriba a abajo y despues vuelve a recojer los paarejos de pesca para lanzarlos una vez mas desde el acantilado. Se ve que el pescador se dedica a la pesca con red, cada vez que lanza la red y la saca varios peces y crustaceos caen atrapados en ella.

Alaina coje de la bolsa de Reithar una moneda y se la enseña a su dueño un instante, para seguidamente hablarle al pescador .

¿disculpe quiere ganarse una moneda facilmente ?

 El hombre sin mirarte dice con desprecio:

Ya tengo una forma de ganarme la vida, largaos de aqui.-dice secamente mientras recoge la red de nuevo.

Solo queremos informacion 5 minutos de hablar no pueden ser tan dificiles......esto es tan frustante.

dice Alaina poniendose a llorar

nosotros solo queremos hacer el bien para esta ciudad y..

Los pucheros de Alaina callan un instante su voz

 El hombre te mira desconfiado mientras quita un mar de cangrejos de la red y lso echa a una cesta de mimbre. Despues se seca las manos en el pantalon. 

-Lo unico que podeis hacer para ayudarnos es dejar de venir, estamos artos de tantos extranjeros.-dice molesto-asi que no me hagas perder el tiempo, que es lo que quieres?

Me mantengo al margen como Alaina me ha dicho pues se bien que sabe lo que se hace, aunque espero que me devuelva mi moneda en vista de que el hombre no la ha aceptado.

"Parece un hombre rudo, pero seguro que bondadoso al fin y al cabo" pienso para mí mientras me rasco el mentón.

Me mantengo alejado y pendiente de la conversación entre Alaina y ese buen hombre.

 Al rato de estar tumbado en la cama te empieza a picar un poco la espalda, te rascas y parece que pasa. Al momento te pica un brazo y despues la cabeza. Despues de un rato rascandote te das cuenta de que es. Pulgas, las camas estan llenas de parasitos y parece que estos te han cogido cariño.

-Ah, esto es el infierno en vida –suspiro.

Ignoro si en la jarra de la que me sirvió el posadero había algo más que agua, pero si es que lo había, no me está haciendo ningún efecto. Temblando, me arrastro hacia fuera del lecho, y me derrumbo en un rincón, abrazándome las rodillas, con la cara entre ambas. Maldigo Costa Tempestuosa. Entiendo que se pueda ser pobre, que la miseria abata los ánimos, pero de eso a descuidar la higiene... Pediré que se me restituya mi dinero, en cuanto me recupere. La luz que entra por el ventanuco es legañosa, cualquiera diría que no es ni mediodía… Aquí dentro huele a perro mojado. Antes de sentir los picotazos, en los preámbulos de la inconsciencia, he soñado con Cedric y Liriandra, tal como alcanzo a imaginármelos: se demoraban en un abrazo, cerca de la torre, al borde de un acantilado, pero cuando ella se apartaba de él, sus facciones, licántropas, arrastraban consigo tendón y piel sanguinolenta del cuello del amante, quien, con una expresión de intolerable estupefacción, daba un paso atrás y bajaba a estrellarse como un fardo sobre las rocas. ¿Dónde están mis compañeros? El enano prosaico, la divertida pícara, la maga solemne. Temo por ellos, que acaso desconozcan las leyendas que se refieren a la progenie de un mago. Yo no sé hace cuánto tiempo decidí sepultarme en vida, pero a ningún muerto le resultó la tumba tan poco acogedora. Gruñendo, en un arrebato, me alzo, recojo el equipo indispensable y huyo de la habitación. Si me los encuentro abajo, pues bien; si no, me iré directo hacia la playa, a refrescarme entre las olas.

Solo queriamos saber si se cruzo con un extranjero llamado Cedric era una persona alta y orgullosa, cuyo pelo rubio se comparaba al mismisimo son. Era diestro con la espada y aun mas con la pluma, y le gustaba canturrear canciones cuando caminaba.

Tambien estamos interesados en saber sobre Liriandra la hija del mago ¿ sabe donde vive ?

 Pero bueno-dice indignado- Muchacha espero que su amigo sea mas despierto que vos. A ese tal Cedric que usted dice no lo conozco, ultimamente vienen muchos extranjeros, pudo ser cualquiera. y respecto a Liriandra... Por si no se nota, vive en la torre con su padre y esos...Bueno, dejadme tranquilo y meteros en vuestros asuntos-dice aspero.