Partida Rol por web

 Aunque no le parece normal la nota del tabernero, Lyam no tiene motivos para sospechar. Aún así, le irrita enormemente que les haya tratado como esclavos o mercenarios, por lo que no está muy eufórico. Se une al brindis también, pero pregunta con la mirada a los demás sobre su opinión de la nota.

Adolphus estaba aún atiborrado del banquete de la noche anterior. Esto, sumado a las escasas horas de sueño, había afectado seriamente su sistema digestivo. Se había sentado a la mesa, pero no había ningún plato frente a él. Tan solo un cuenco con agua, no demasiado limpio.

Había pasado todo el tiempo observando al extraño y prestó poca atención a las palabras del posadero.

- ¿Por quién nos ha tomado? Nos ocuparemos de ese sujeto, sencillamente porque es nuestro deber. ¿Acaso somos mercenarios? – estaba ofuscado, aunque extrañamente parecía no darle mayor importancia al tema.

- Bueno, en todo caso… es “mí” deber. Tal vez no esté del todo mal que ustedes consigan alguna ganancia por tanto esfuerzo… digo… no es algo indigno después de todo, ¿no? Y puesto que deberíamos hacerlo de todas formas…en fin… - sus palabras se fueron deshilachando en el ambiente, mientras volvía a centrar su atención en el clérigo malvado.

Pocos podían ver como la mano del clérigo se movía distraídamente cerca de su cinto, junto a su bolsa. Completamente vacía.

 Evea el significativo gesto del anciano, manteniendose a la aspectativa, a ver si algún compañero se brinda a convidarlo...

El clima en la taberna sigue igual que desde que llego el tio raro, nadie hace nada estupido salvo un borracho, es el mismo que vieron al entrar pero esta vez parece estar un poco euforico, se levanta sobre su mesa y llama al extraño tio que tanto les incomoda eh! tu, el gilipollas de alli, si tu! el que viste como un mason! se incorpora y pone firme su espalda si eres tan malo te reto a comprarme una cerveza y te doy este papel! dice mientras muestra un papel color amarillento y viejo en sus manos, el tio hace mas que pararse y mirar fijo a quien lo llama, tambien se hacerca y tras sacarle de un manoton el papel le y leerlo dice pfff, 3 sucias piedras! para que las quiero... un clima de tension se forma en la taberna, si bien las peleas son constantes y comunes, nunca dejan de llamar la atencion al publico de alli.

al ver que ese ebrio pueda hacer algun alboroto intento no verlo fijamente peo si estoy atento a lo que pueda pasar y mas que todo al tipo raro para ver si pelea y ver su tecnica si se pelean ojala que este ebrio resista algo o que pueda resistir algo de la batalla jejeje

veo alrededor si hay alguien mas quien conozca al ebrio o alguien que pueda meterse a la pelea para que se dificulte la pelea o talves ese tipo le compra una cerveza ??? no lo creo

 Evea desde su posición, pasando más o menos inadvertida, mira con interés la escena. Y también da fugaces miradas a los guardas de la posada.

Ambos hombres se acercan uno al otro con malas intenciones, como era de esperarse la pelea se hace un hecho concreto.

Comienza con un espadazo el sectario, su ataque puede describirse como un firme mandoble que se ensarta en la pierna derecha del ebrio habitual, pero luego pasa algo que a todos sorprende, el ebrio comienza a gritar y se compone, su piel rapidamente toma un color azulado y de su cabeza brotan un par de tentaculos, el cuerpo entero toma una pequeña malformacion y se termina por ver la perfecta silueta de un azotamentes, con los ojos abiertos a mas no poder la multitud euforica comienza a desesperarse, pero el azotamentes no se mueve, sino que queda quieto, como meditando.

Su atacante no logra entender que pasa, luego de unos segundos de tension termina por disponerse a darse a la fuga, comienza entonses a correr hacia la puerta, mientras tanto el azotamentes no hace nada, simplemente lo observa con cautela

 Evea queda desencajada por la sorpresa el bicho feo ese.

- Pero que diab...- Enmudece en medio de la maldición

Adolphus agachó su cabeza y comienzó a murmurar unas frases ininteligibles

- Heironeous, soy tu espada, tu puño vengador, tu instrumento de justicia y verdad. Infúndeme del poder del que este cuerpo decrépito carece y se hará tu voluntad. Déjame ser la barrera para detener la marea de maldad que azota este lugar…

Luego, se puso en pie y comenzó a acercarse a los contendientes. Sin mucho apuro, esperando el momento en que su intervención fuera decisiva. Por cuanto a él respectaba, ambos eran servidores del mal.

 Me quedo tan sorprendido por la aparición del azotamentes, que permanezco unos instantes sin reaccionar. Luego, pego un salto y me dirigo hacia el azotamentes, pensando si es una amenza o está ya muerto.  

al ver ese espectaculo intento pararme para meterme cuando le ensarta la espada pero me quedo sentado y despues todo lo que pasa me deja con la boca abierta y cuando se va solo me quedo viendo a mis compañeros y al azotamentes

El azotamentes comienza a seguir al individuo y la gente siquiera logra moverse, ambos salen luego en persecucion y tras el portazo que da la puerta de la taberna al cerrarse los dos guardias reaccionan aqui no paso nada! esos tipejos haran la suya fuera, si les preguntan, nada esas son las indicaciones que los atemorizados enanos dan, el tabernero parece no estar tan impresionado, sino que tiene en su rostro una leve sonrisa se lo merecia debe estar pensando, en cuanto a los dos que salieron afuera(el azotamentes y el sectario) es seguro que sera una dura batalla y que probablemente ambos queden mortalmente heridos, volviendo al tema de la taberna, alli todos estan murmurando lo sucedido a sus compañeros de beber, cada persona tiene algo que acotar a esas charlas, por un momento nadie, salvo los guardias, se mueve de su lugar, nadie se atreve siquiera a mirar lo que afuera pueda estar sucediendo, lo extraño es que tampoco se escuchan ruidos de combate..

 Evea está cláramente confundida medio resguardada entre los muebles ante la sorprendente escena.

Adolphus dirigió sus pasos hacia la puerta de salida, volcando algunas jarras en el proceso y pateando varias sillas. Cuando pasó junto a los enanos que permanecían de guardia, los amonestó furiosamente con su mirada, como instándolos a superar su cobardía y lanzarse a la batalla. Cruzó la puerta y la cerró de un portazo.

 Evea sintiendose poseída de una gran curiosidad sigue los pasos del anciano y temerario sacerdote.

Aunque confuso por el urso que había tomado la trifulca de antes, al ver a dos de sus compañeros dirigirse hacia la puerta, no dudó en acompañarlos y ver cómo acababa la cosa. Mientras, refunfuñaba por lo bajo: -No es justo que una pelea de taberna acabe así...-

El bardo sigue tambien a sus compañeros y juntos salen al exterior sin problemas de los guardias que se hicieron a un lado cuando estos se encaminaban, al salir afuera notaron para su sorpresa que la pelea habia terminado, no habia rastros del azotamentes ni del cerebro del sectario, pero si se veia el cuerpo casi sin cabeza de este exotico encapuchado, sus ropajes blancos estan ahora manchados con la sangre de la corta batalla, por las calles no se ve a nadie, ni un solo guardia, ni un ambulante o errante, ni un comerciante, todos los locales cercanos estan cerrados y de las casas apenas se distingen los ojos de sus habitantes espiando desde la mirilla de las ventanas, el temor de este monstruo ha impactado de manera fuerte a la ciudad, las sucias calles del distrito popular estan muy silenciosas, demasiado-...

 Evea se acerca con precaución y busca rastros de sangre por el suelo... la herida que causo el fallecido al azotamentes fué profunda... tal vez encuentre rastros de la sangre que me sugiera algúna dirección de huida...