Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera,
yo existía. Yo hice los soles y los mundos.
Yo creé las vidas y los espacios en los que
habitan. Yo las cambio de lugar a mi antojo.
Van donde yo dispongo y hacen lo que yo les
ordeno. Yo soy el verbo, y mi nombre no
puede ser pronunciado. Es el nombre que nadie
conoce. Me llaman Ubik, pero Ubik no es
mi nombre. Soy. Seré siempre.
Edmund Harthower se retiro de la sala llena de criovainas inactivas. Todos sus ocupantes habían muerto definitivamente al agotarse su energía vital, ya no había nada que hacer
-como ha podido ocurrir algo así, en menos de una semana han muerto todos, deberían haber permanecido en semivida durante años, disfrutar de un merecido descanso-
Pero sabía como había ocurrido claro. Mientras ellos iban muriendo uno a uno en una criovaina cercana su ocupante se fortalecía por momentos. Si pudiera el mismo lanzaría ese maldito engendro al lago, pero estaba protegido por el dinero de su familia y nadie creía su teoría de que era una especie de vampiro de energía vital. Seguiría actuando por mucho tiempo.
"pero yo también tengo recursos, haré que mis abogados muevan las cosas, un estudio de la duración de la semivida en la gente alrededor de ese engendro, lo detendré"
Mientras planeaba sus próximas acciones de detuvo frente a un androide del moratorios
-un cafe, muy cargado- dijo introduciendo unas monedas en las ranuras sin prestarles mucha atención hasta que de repente las escupio
-monedas fuera de circulación señor-
Hartower cogio las monedas y las examino "viejas monedas de los años 60"
De repente sintió frio, mucho frio