Partida Rol por web

Lívida regreso del puente, con pasos cortos y cautos.

-Esa, esa criatura es rápida. y muy ágil. Yo, yo no pude llegar al puente de mando, se movía de los conductos laterales, a los inferiores y a los superiores. No, no podemos actuar solos. Y yo... yo creo que deberiamos refugiarnos todos en el punte, desde allí podremos controlar mejor la situación. Este, no creo que sea un lugar seguro, después de todo, por aquí escapo.

-Está bien. Nos dirigiremos ahora todos al puente -veis que Viktor lleva una pistola y en el cinturón lleva otra-. Una vez lleguemos al puente de mando aquellos que no quieran registrar la nave se quedarán allí junto a uno de mis hombres. Mientras, los demás iniciaremos el registro. Dejemos el cadáver de este pobre hombre aquí. Ya nada podemos hacer por él. Vamos, múevanse. El tiempo apremia.

No le dirige ningún reproche a Akira ni a Iris. Han vuelto sanos y salvos, que es lo que importa.

- Arrinconarnos en un lugar es darle más ventaja a la criatura... - Menciona, mientras se acerca al ducto de aire por el que había escapado, para examinarle en detalle, pero manteniendo una distancia prudente, al colocarse por al lado, y no de frente. Ladeo el rostro como queriendo escuchar los sonidos en los canales de ventilación.

Se mostraba concentrando, pero no añadió más palabras, mantenía su mirada fija al frente, atento a cualquier ruido que pudiese escuchar.

- Es rápida por lo que dicen, inteligente... No fue azar el que la criatura entrara al ducto de la ventilación, imposible que fuera azar, ¿por qué se mueve de un lado a otro entones? Esta cosa... no es un depredador cualquiera, no... Jejeje, siempre había querido enfrentarme a un depredador ápex. Debo volver a la taquilla, debo volver por mi equipo.- 

Isa solo asintio al nuevo "capitan", no iba a desobedecer sus ordenes ni tenia una razon para hacerlo. De pronto escucho la voz enojada dl chico y se diriguio a él con prisa, pero no lo suficiente para que otros se le adelanten en reconfortarlo.

No te odia Gorge, solo que bueno...dijo sonriendo nrviosa sin saber como continuar la oracion. El padre no vendra si lo deseas. se voltio a ver al padre y sin hacer ruido pronuncio un "lo siento" en sus labios. Lo mejor era tranquilizar al chico para que no hiciera nada raro y el cura era grande, debia entender que el chico debia salirse con la suya.

Escucho las nuevas ordenes de Viktor y volvio a asentir antes de tomar al pequeño de la mano con suavidad. Vamos. le dijo aunque espero que el resto se moviera tambien.

El día había comenzado con la noticia de la recuperación del primer oficial de la Normandia. El señor Benth se encontraba bien y esa cosa había sido puesta a buen recaudo. Congelada para su estudio, con suerte, muerta. Hice mi labor limpiando las cubiertas pertinentes y tras la ducha me acerqué a desayunar. Todo eran risas hasta que esa... cosa. Ese ser salió de su pecho reventando órganos internos y abriéndose camino a través de su caja torácica. Eso era el ser. Un parásito. Uno que no respetaba la vida de su huesped.

Sólo pude agarrar a Jonesy y apretarlo contra mi pecho. Lívida, las discusiones entre los tripulantes se sucedieron a mi alrededor. El pánico se había adueñado de todos, y ella no era una excepción.

La criatura había logrado huir, rápido y sinuosa dejando un borrón de sangre por donde pasaba. Mi mirada se mantenía fija en el pecho ensangrentado de Ian, hasta que Will puso su chaqueta cubriendo el cuerpo. Entonces seguí con la mirada el rastro de sangre hasta que este se perdió. ¡Dios... íbamos a morir todos!

La bomba estalló con la llegada de ese mensaje supuestamente interceptado. Un ciborg... Había un artificial a bordo. Y quería llevar esa cosa a la tierra. Pero... ¿Dónde me había metido? No pagaban lo suficiente...

El artificial -digo sin más poniéndome en pie acariciando a Jonesy, más para calmarme yo que por que él lo necesitase -Encontremos al artificial y acabemos con esto.

Miro al resto de tripulantes. Todos ellos parecían muy humanos...

Las discusiones se suceden y ya no está clara la cadena de mando en la nave. Sin embargo el jefe de seguridad parece dispuesto a tomar ese papel y Claude no piensa discutírselo. 

Se queda cerca de George, sorprendida de su ataque hacia el sacerdote, pero sin decir nada al respecto, simplemente cerca del muchacho para que sepa que la tiene ahí si la necesita.

Después la joven escucha todas las ideas que van y vienen y sin embargo está claro quién tiene las pistolas y por lo tanto, quién manda. Se dispone a salir hacia el puente como ha ordenado ese hombre. Sin embargo hay algo que le ha estado dando vueltas en la cabeza desde que escuchó la retransmisión interceptada por el capitán.

Su voz suena tímida y un poco dubitativa cuando se alza suavemente, sin dirigirse a nadie en particular. - Si el cyborg ese estaba en la Nostromo y el señor Vaugan no puede ser un cyborg porque ayer el equipo médico le hizo pruebas que demostraban su humanidad... El cyborg no puede estar en la Normandía, ¿no? Tiene que seguir en la Nostromo. Creo que el problema que tenemos es otro, son los infiltrados de los que hablaban en la transmisión que fue interceptada. Esas personas que quieren llevar el bicho de vuelta a la base. ¿No es así?

Después de esto Claude vuelve a guardar silencio, ya ha hablado demasiado para su costumbre y no puede evitar un leve sonrojo en sus mejillas por haber alzado la voz en público dirigiéndose a tanta gente.

Se encontraba muy nerviosa luego de todo eso y se hacia preguntas en su mente.

Acaso habia una forma de saber cuando alguno de los Aliens se encontrara en el interior de una persona? En la sala medica habia bastante equipo y podria ser de ayuda. Seguian pensando mientras escuchaba las voces de los otros y se sentia culpable con todo esto. Nunca se habia imaginado que seria un trabajo tan sangriento, esperaba que no fuera necesario matar al pobre chico. Talvez deberia volver a ver a la criatura muerta en la enfermeria, puede tenga algo para evitar que el ataque a ciertas personas.

Pero por el momento me quedaria quieta esperando a nos fueramos al puente.

Manfred se mantenía callado y expectante. Su superior y el resto de compañeros parecía tener en parte el asunto controlado. Gracias en parte al miedo ha ese bicho.
-Señor si usted va por delante, yo iré por detrás, habrá marcha y el resto le seguiremos.-Se dirigió a su superior para después dirigirse al resto.

-Por favor, manténganse cerca. Vamos al puente todos juntos y de allí tendremos una mejor visión de todo esto. Allí se decidirán grupos de movimiento, para revisar la nave. Pero sean conscientes del peligro. Ir solo, significa muerte. Discutir sobre cargos mas de los mismo. Mientras caminemos hacia el puente. Todos atentos y vigilantes. Una vez en zona segura. Sera mas fácil discutir el siguiente paso ha actuar. Recojan vivires. Creo que nos serán necesarias.-No tenia muy claro la razón de moverse todo el grueso del grupo al puente, pero era una orden y por el momento no le había dado razones para no acatarlas.

Vuelvo con dos armas y le tiendo una a Emanuel. Llego a escuchar lo que dice la chica francesa. - Vaya, parece que ella sí que lo ha entendido. Efectivamente, el Cyborg no está en esta nave. No es ninguno de nosotros, así que, por favor, démosle prioridad a lo que está ocurriendo en el Normandía, ¡coño!

Miro a John, severa, ya que escuché sus palabras mientras me alejaba. - Nadie ha dicho que el jefe de seguridad sea el nuevo capitán. El capitán aún podría estar vivo. Pero hay protocolos de seguridad y nosotros, bajo su mando, vamos a hacer que se cumplan. Tú sabrás si quieres seguirlos o no, eres libre, pero ya has visto lo que puede hacer ese bicho.

Por último, me dirijo a mi jefe (que deduzco que vendrá más o menos cuando vuelvo yo...) - Señor, esperamos su orden para que los tripulantes nos dividamos y nos dirijamos a la zona que usted nos ordene.

Viktor le entregó la otra pistola a Vaessen. Ya estaban listos para salir del comedor.

-Mejor vaya usted delante, señor Vaessen, junto con el señor Paysal. Luego el grueso de la tripulación y por último la señorita Poyry y yo. Si esa criatura nos está vigilando no creo que se atreva a un ataque frontal. Nos movemos hacia el puente de mando señores. Lo convertiremos en un sitio seguro. Vamos allá.

Asiento como gesto de agradecimiento a Katarina, al ver que me ha traído un arma como pedí. Las órdenes del jefe de seguridad no tardan en llegar, y no puedo evitar tragar saliva, visiblemente nervioso. Pero esa es la voluntad del jefe de seguridad, así que me aseguro de que la pistola esté lista para disparar, y me coloco en posición, listo para salir en dirección al puente cuando nos lo ordenen.

-¿Listo, Manfred?-pregunto, intentando ver si en el pasillo hay algo que nos esté acechando-espero que ésa cosa no se nos eche encima...

Despiertas en el comedor, estás apoyado sobre el regazo de alguien, es un regazo cálido y en el que te sientes seguro. Te apartas y miras su rostro...

Estás de pie, avanzas junto a otras tres personas por el pasillo, las luces parpadean... ya solo quedáis vosotros y el final está cerca, o él o vosotros, solo puede quedar uno. El que va en cabeza porta un lanzallamas improvisado, y el siguiente un detector de movimeintos basando en unas cosas raras que no comprendes.

Vuestro paso es lento por el pasillo, hasta que dobláis una esquina, en ese momento escuchas un grito. Te giras y tras de ti ves a la criatura, por fin, por fin la ves de cerca.

Antes de que te de tiempo a reaccionar, la afilada cola de la criatura se lanza directa contra uno de tus acompañantes que es brutalmente empalado y lanzado por los aires. Tú te giras y coges una mano antes de empezar a correr, dejando atrás a la criatura.

Giras bruscamente la cabeza, realmente estás en la Normandía, con un grupo de gente que no conoces... ¿qué ha sido eso? ¿Un recuerdo? Al parecer... al parecer esa criatura os atacó ya en la Nostromo, no es algo muy brillante, pero recuerdas que no había solo uno... y... lo peor de todo es que un cyborg los estaba ayudando...

María se colocó en el lugar indicado con una mirada furiosa al jefe de seguridad. No le gustaba que le llevaran la contraria, y menos aún depender enteramente de otros para su seguridad, cuando no acababa de fiarse de ninguno de ellos.

- Yo sólo espero que ninguno de los infiltrados sea uno de los que Viktor considera capacitados para llevar armas...o la llevamos clara

Miro a la doctora Alonso

Por ahora no sabemos nada, así que sera mejor confiar en que no sea asi, pero mantenernos alerta por si acaso. Aunque... hay alguien que bajo mi punto de vista al menos esta libre de sospecha

Mi mirada se dirige hacia el pequeño Goerge al cual le dirijo una leve sonrisa

Personalmente, dudo que el pueda ser uno de esos infiltrados

Finalmente, miro a Victor

Como dijo Katrina antes, si estas deacuerdo, ire en el grupo de búsqueda de la criatura cuando ya hayamos asegurado el puente de mando, me conozco los conductos de ventilación y si oímos su presencia en uno, puedo saber hacia que lado o sala de la nave puede dirigirse a través de el

No me gusta el jefe de seguridad...¿quién se cree para decidir por todos nosotros? En cuanto tenga una oportunidad me haré con algo que me permita defenderme, a ser posible a distancia, porque miedo me da el ácido de esa cosa...Aunque cualquier cosa me valdría en el caso de que fuese uno de mis compañeros el que quisiera eliminarme...- Miro a mi alrededor en la cocina por si puedo coger discretamente algún cuchillo o similar- Si al menos me dejasen ir a la enfermería...allí hay bisturís e instrumental cortante.

Comienzo a repasar lo poco que sé de mis compañeros de viaje. Los más sospechosos de ser infiltrados son los del equipo científico, fáciles de fascinar con la idea de tener la oportunidad de estudiar un extraterestre. Y quizás el negociador. Trataré de estar atenta a sus acciones. Y, obviamente, alguien de seguridad. No creo que sea Katarina, pero no puedo estar segura de nada en estos momentos. ¿Y el crío? no quiero descartarlo tan fácilmente como hace Julian, aunque sería muy retorcido por parte de los que nos mandaron aquí.

Os miráis los unos a los otros: Es el momento.

Con Manfred Vaessen al frente seguido de cerca por Emanuel Paysal, todo el grupo salís por la puerta, los últimos en pasar son Katarina Poyry y Viktor Hasarov.

Todos vais andando los unos muy pegados a los otros, tratando de no dejar huecos, una estrategia que si bien es cuestionable, os sale de forma innata.

A pesar de que los pasillos están bien iluminados, tan pronto terminasteis de entrar todos al pasillo, comenzáis a escuchar ruido de algo pasando sobre vuestras cabezas por los conductos de ventilación y rápidamente los cuatro miembros del equipo de seguridad alzan sus armas al techo, igual que todos hacíais con las miradas.

Y entonces, hay un grito, todos os giráis a tiempo para ver como algo atraviesa el pecho del jefe de seguridad y lo arrastra tras de si por un pasillo anexo. Rápidamente Katarina corre hasta el pasillo y abre fuego con la pistola, pero cuando el resto llegáis, solo podéis ver el cuerpo de Hassarov tendido en el suelo con el pecho perforado, el rostro desfigurado y sin una pierna. Aún tiene la mano cerrada sobre la empuñadura de la pistola.

Con el rostro desencajado, Francesco se acercó al cadáver. Sabía que era peligroso, pero el Maligno estaba ganando fuerzas y el miedo tan sólo lo alimentaba. 

Agachándose junto al cuerpo inerte de Hassarov, apoyó las manos sobre el suelo, y miró hacia lo alto, con desesperación- ¡No! ¡No Dios mio, no! -las palabras que George, en su desconocimiento, había lanzado contra Dios, se repetían, al tiempo que su mano cubría los ojos del hombre muerto, cerrándolos en un gesto cargado de compasión. 

Cruzó las manos sobre su propio pecho, y, en voz baja, rememoró al rey David, a sus ruegos, a sus Salmos. Dios no podía permitir aquello. Dios tenía que escucharle.

Señor, escucha mis palabras, 
atiende a mis gemidos; 
oye mi clamor, mi Rey y mi Dios, 
porque te estoy suplicando. 

Parecía que cruzar aquel pasillo no había sido precisamente seguro, y el jefe de seguridad había pagado con su vida. Pero debían seguir hacia el puente, como se había planeado. Y la parada del cura me pilla totalmente por sorpresa. No ceso mi marcha, pues es evidente que el señor Hasarov está muerto y aquí corremos peligro. 

-¡Katarina! ¡Coge el arma de Hasarov y trae al padre con nosotros!-digo, pues de los miembros de seguridad, seguramente sea la más cercana-el resto debemos llegar al puente, ¡ya!

Observo cómo la cosa empieza a ponerse en orden, y me siento más tranquilo. Ante la petición de un hombre de recoger víveres simplemente miro alrededor, sin saber qué espera. ¿Deberíamos agarrar los boles de cereales? Supongo que será algo de lo que se encargará la gente de cocina.

Durante los minutos siguientes trato simplemente no ser un estorbo. Permanezco cerca del crío, y no termino de comprender cómo a la gente se le está yendo de las manos es asunto del cyborg. Como si no tuviéramos con el bicho que acaba de matar a uno de sus compañeros.

Cuando comenzamos a caminar hacia el puente de mando, todos en un mismo grupo, trato de permanecer cerca de Katarina. Ella ha estado en la Nostromo, y ha demostrado saber lo que hace.

Entonces, a medio camino, me llevo la mano a la cara, con ojos cerrados. Trato de apoyarme unos segundos en alguien cercano para no perder el equilibrio. Y cuando vuelvo a mirar al frente, mis manos tiemblan y mi respiración se altera. Intento no llamar la atención, ya informaré de esto a quien sea necesario en privado cuando lleguemos.

Sin embargo, algo sucede antes. En cuanto los ruidos comienzan tengo claro lo que está pasando, y me temo lo peor. Busco su origen con la mirada, pensando en echar a correr, pero siendo consciente de que puede ser la peor solución. Entonces, de repente, el que parecía el nuevo líder cae muerto, y sólo puedo lanzarme a por su arma, esperando estar listo para proteger al sacerdote en su estúpida reacción. La imagen del hombre con el miembro amputado no es nueva, y está claro que la prioridad es ponerse a salvo.

- ¡Vamos! - grito, al sacerdote, e intentando no perder de vista a Katarina - ¡No se quede quieto, idiota!