Partida Rol por web

Play it

El sol termina de hundirse en el horizonte. Tras los ahora once participantes se ve que han puesto una pequeña tarima, donde DJ Zedd se prepara para darles un concierto privado. Las luces bajan, luces de neon comienzan a llenar el lugar, y la música empieza a escucharse a todo volumen.

Han sobrevivido su primer día en la Isla Paradise, es tiempo de celebrar.

El anuncio de la despedida de William, me dejó verdaderamente perplejo. Despedida era un eufemismo para patada, claro. Entonces comprendí de sopetón que esto era de verdad un concurso y que mañana podría estar fuera del todo. Yo había puesto pie en la isla muy en plan happy flower. Y seguía así, eso sería difícil de evitar, pero con más dudas e inquietudes que a mi llegada. Y encima con los augurios agoreros de Diana.

Decisiones. Como por ejemplo aclararme conmigo mismo. Si me mostraba demasiado simpático corría el riesgo de que me echaran por posible rival. Si mantenía cierta distancia y no participaba, me sacarían por la ventana, por soso.  La idea era mantener un equilibrio, una equidistancia entre lo uno y lo otro.

Y comportarme como yo era y ya. Que no era un tristón. Pero tampoco la alegría de la huerta.

En fin. Nonsenses.

Alegre y decidido, es un decir esto último, me acerqué a la zona de música. Por aquí ya andaban mis compañeros participantes. Un “¡Hola!” para todo el personal saludando con la birra en la mano y la sonrisa amable en la boca.

La música no era precisamente de las que más me molasen, sin embargo, penetraba en el cuerpo y ahí estaba yo, moviéndome ligeramente como un barquito en alta mar. O como un náufrago dentro de una barca manejada por el oleaje caprichoso.

Vi a Diana. La chica parecía afectada por lo sucedido en la playa, confundida por sus oscuras predicciones. No se, no es que yo creyese demasiado en eso, pero pensé en darle ánimos y algo de consuelo.

-Hola, Diana. ¿Una cerveza para fortalecer tus chakras o como se diga? –la sonrisa se amplió, supuse que un poco tonta. Ay. -¿Te encuentras mejor? No puede ser tan grave la rotura de los tirantes. No dejes que eso te domine ni te estropee la estancia aquí.

Liza apareció en la zona de la disco cabizbaja, y muy perpleja. No se adelantó a la pista de baile, sino que se quedó parada ante la pareja que hacían Paul y Diana, confusa. Fue a decir algo, pero finalmente se calló, se acercó a la barra y pidió una piña colada suave. No era abstemia, ni mucho menos, pero tampoco quería pasarse con el alcohol, no quería aturdirse sino estar lúcida. 

Se quedó un rato pensativa, decidiendo si se atrevía o no a preguntar. Finalmente lo hizo. Con la copa en una mano y la sombrillita que la adornaba en la otra, a la que hacía rodar entre los dedos, se acercó finalmente a la pareja. 

-¿Por qué yo, Diana? ¿Te he hecho algo malo, te ha molestado que no sea una chica lanzada, te caigo mal...?

Tara tenía ansiedad, las votaciones le habían abierto el apetito, pero antes de ir a la barra para inflarse de comer frutos secos decidió buscar a la persona que le había votado, ¿acaso le había molestado en algo? ¿Tanto le desagradaba su aspecto como para tenerla en tan baja estima?.... Se fijó en Paul y Liza, sonriéndoles desde la distancia, ambos habían sido muy amables con ella el primer día y tenía claro Tara que le transmitían cierto grado de tranquilidad. Por otra parte buscó a Kiki, las conversaciones de anoche habían permanecido inacabadas y eso no podía ser, deseaba seguir conociéndola, quién sabía, a lo mejor acababa siendo la mujer de su vida, y es que tenía un cuerpo que no podía dejar de mirar, una suerte que no lo comparase con el suyo, tan sumamente desorbitado.

- Johny... ¿puedo hablar contigo?... - le preguntó a Macarroni con un tono de voz tranquilo, nada desagradable, al menos de inicio, a ver cómo sería el cruce de palabras -... Bueno, me gustaría saber el motivo por el que me has nominado... No te di beso ni anillo, pero tampoco tartazo... Supongo que el problema de que me hayas votado es porque no nos conocemos, pero podemos solucionar ese pequeño conflicto... ¿te parece?.... Vamos a tomar algo... - le sugiere esperando a ver su reacción.

El primer día había pasado y Kiki fue de nuevo a la Tiki, uy sin haberlo deseado me ha salido un pareado jiji a cambiarse el Bikini para preparar la llegada de la noche. Como la noche anterior había dormido poco y con los tartazos menos se echó un ratito antes de aparecer en la noche, donde Kiki se movía como pez en el agua. Ella era una sirena y como tal no tenía ganas de conversaciones, porque después de las votaciones le había dado un poquito de bajón. 

En primer lugar se sentía culpable, también aliviada no iba a decir que no, de que hubieran echado al freaky empanado. Era verdad y toda la verdad lo que había dicho y menudo tartazo a traición se había llevado del muy cerdo. Seguro que se iba a estar masturbando como un mono pensando en ella ahora que estaba fuera de la isla. Céntrate que te vas. También había estado un poquito fuera de lugar haberlo señalado de esa manera y ahora no poder disculparse. Porque Kiki al día siguiente de pelearse con alguien no era nadie y en realidad lo que pensaran de ella en el momento Meh, pero luego... sí que le preocupaba porque era un poquito inestable emocionalmente. Por eso quería encontrar a alguien capaz de arrastrar todos esos pensamientos nefastos para poder ser un poquito feliz. ¿Habrá alguien así en la isla ? 

Salió de nuevo de la Tiki con un conjunto negro, pegado al cuerpo y ¡Parecía otra! Se había quitado la peluca rosa y lucía una preciosa y larga melena de bucles castaño oscuro casi negro. No habló con nadie, no miró a nadie. Tomó una silla y la arrastró al centro de la pista. Se fue al Dj y le dijo -Cari... cari... oye... mierda para los sordos...ehh...Otro empanado. -Le hizo un gesto de que bajara la música y le dijo al oído algo. Caminó de nuevo hacia la pista y cuando empezó a sonar la canción se sentó en la silla, guiñó al Dj , se concentró en la música y se olvidó del mundo.

Cantos y baile de sirena. Y esa canción decía tanto de ella. No soy fácil, cari. Vas a pasarlo mal. Pero. El que quiera este cuerpo que se lo gane...

Mal rollo. Chungo. Vibras negativas. La ruptura del bikini era una mala señal, un mal augurio, igual que cuando se rompía una geta en japón pero multiplicado por dos, dos tirantes, a la vez. No podía quitárselo de la cabeza. Además, era un bikini nuevo, lo había ido a comprar porque tenía un montón de colorines alegres y las cosas no se rompían así porque sí, aunque igual era uno de esas prendas que se hacen China o en Vietnam, donde niñitos con manos pequeñitas cosían las prendas, y claro, si ella no sabía coser ¿Que se podía esperar de niños desnutridos y con los ojitos tan rasgados que casi no veían?

Necesitaba algo para superar su abatimiento. Algo bonito y luminoso, algo discreto que ya había llamado demasiado la atención, así que eligió un vestidito blanco veraniego, con una falda plisada hasta mitad de muslo con unas plataformas preciosas de color negro. No era muy alta, así que esos centímetros extra le hacían sentirse poderosa, o al menos no tener tanto miedo.

Salió con paso decidido hacia el bar para tomarse algo fuerte pero según se acercaba el bar se sentía desfallecer. ¿Quien iba a ser la persona a la que le pasaría esa desgracia?, ¿ Habría entre ellos algún criminal entre ellos?. No lo sabía, pero las vibraciones de la isla ya no eran idílicas, eran malignas y sus capacidades quiroteleconspirativas no eran suficientes para adivinar que iba a ser lo siguiente. Se apoyó en la barra del bar y con una voz algo apagada le dijo al camarero.

- Oye guapo, ponme el cocktail del día, lo que sea.  - Pero entonces llegó Paul y le ofreció beber cerveza. Le sonrió bajando la vista y le dijo al barman - Que sea una cerveza, aunque no sea para fortalecer los chakras sino nuestra amistad, futuro marido - le dijo dándole un golpecito cariñoso en el brazo. Mientras enseñaba su anillo, fingía poner cara de susto y decía - Esto no es lo que parece, puedo explicarlo. No sé como ha aparecido esto en mi dedo. - Lo miró antes de romper a reír, pero había preocupación en sus ojos, incluso algo de miedo. Se encogió de hombros, estaba acostumbrada a que la trataran de loca, y de acuerdo, no siempre acertaba con lo que pronosticaba, pero a veces sí, pocas, pero acertaba también. Sonrió y asintió - Sí, pero no es por el bikini, me gustaba mucho pero es solo una cosa y no hay que apegarse a lo material, pero, ya sé que puede sonar a una locura, pero es que tengo la sensación de que algo no va a ir bien, que algo horrible va a pasar esta noche y tengo algo de miedo, pero, por si acaso es la última, trataré de disfrutarla, pero con una persona como tú todo es mucho más sencillo - acercó su botella de cerveza a la de Paul y brindó con él mientras lo miraba a los ojos.

Entonces llegó Liza a pedirle explicaciones. Diana se giró para atenderla y la recibió con una sonrisa radiante y dulce antes de decirle - Al contrario, me caes muy bien, y creo que vamos a ser buenas amigas cuando acabe el concurso. Te explico, sí dije esas palabras, pero dije más, pero estos productores son un poco malvados y buscan crear enemistades pero no lo van a conseguir. Vote por ti porque no sabía por quien votar, hubiera votado por Thomas, por su bigote, pero todavía lo puede arreglar si se lo afeita, así que te escogí por estar segura que nadie te votaría. Habías recibido muchos anillos, así que estaba segura que nadie se acordaría de votarte. También dije que no tenías que ser tan tímida y tenías que lucirte, ¡¡que eres preciosa!!, y fijate todo el éxitazo que has tenido. No te tengo manía, ni te odio, no me molesta nada de ti porque así eres perfecta.

Johnny asintió a Tara y la acompañó a la barra.

— Una cerveza —

Miró entonces a la muchacha.

— No es nada personal. Ciertamente no tengo nada contra nadie de aquí, pero había que votar a alguien. Del primer día fuiste la que me pareció más... como decirlo... ¿estridente? Creo que no es la palabra. Demasiadas revoluciones creo que sería más apropiado. —

Espero que se pidiera algo ¿de beber? y en tal caso brindó con ella.

— Lo dicho, no ha sido nada personal. — 

La música parecía animada hoy. Quizá un poco demasiado electrónica para su gusto, pero tampoco estaba mal del todo. La noche animaba a tomar licores más que cervezas, así que pidió un martini con vodka, algo ligero que no le provocara dolor de cabeza al día siguiente. Se había vestido con unos pantalones largos y una americana sobre una camisa algo más discreta que las que solía llevar de día. El conjunto era bastante elegante, en su modesta opinión, y más apropiado para una noche de fiesta a la orilla del mar.

Algunos compañeros parecían afectados por la pérdida de William. Él había sido uno de los que lo habían votado, y aunque no podía evitar pensar que puede que el chaval fuera buen tipo, lo cierto es que le había costado mucho encajar en el grupo. En fin, no se había muerto nadie. Aunque había una persona en la isla que sí pensaba que podía estar a punto de suceder algo así. Thomas se acercó hasta un grupo donde se encontraba esa persona en cuestión.

-Hola, Diana. Aún no me he afeitado el bigote, lo siento. Aunque no lo descarto, que conste.- añadió, mientras sonreía, extendiendo su frondoso mostacho por toda la extensión de su cara. -Me han comentado lo de los tirantes de tu bikini, parece que te ha afectado bastante.- Había gente muy supersticiosa, pero también se había encontrado en más de una ocasión con personas con una especial ¿sensibilidad? Sí, sensibilidad era un término más apropiado. -¿Qué tal te encuentras? 

Donald estaba escuchando la musica, no era la mejor, pero servía bien para crear ambiente, se acerco a Liza, no había interactuado demasiado con ella, y planeaba cambiar eso durante esa noche.

Camino hacia donde estaba ella, hola Liz, dijo a la chica con seguridad, pidió una piña colada para acompañarla, no deberías tomarte tan en serio las votaciones, la gente exitosa, como nosotros suele atraer la envidia de los demás, un camarero le entrega el trago, al que da un sorbo antes de continuar, por cierto, Diana, no deberías preocuparte tanto por los malos augurios, tanta preocupación solo va ha empeorar las cosas, toma otro trago de la piña colada, y cambiando el tema Liz, ¿que te trajo a este reality?

Al menos el muchacho era agradable y se posicionaba a su lado para beber la cerveza, él no tenía porqué acompañarla pero cedió a su petición, acabando ambos en la barra y escuchando la mujer lo que Johny tenía que decirle, suspirando en el proceso, estaba claro que los términos usados contra ella era efecto de su enorme físico.

- Yo hubiera comprendido que eligieras a algún competidor que fueran a por las personas que más te gustan, pero precisamente yo que ni siquiera me he llevado anillo pues no le vi sentido ser tu nominada... - explicó ella -...¿Estridente?.... ¿Revoluciones?... Querido, soy la que menos atrae con diferencia en este programa, míralas a ellas y a ellos..., todos atractivos y que están compitiendo contra ti, la que menos opciones tiene precisamente soy yo... -  suspiró brindando con él -...¿Sabes? Es una mierda tener adicción por la comida.... Pocas personas saben lo desagradable que es tener la necesidad de comer a todas horas, como si nunca me saciara... Pero no quiero joderte la noche, comprendo que cada uno tiene sus problemas...

- Háblame de ti, Johny, te vi besar a Thomas con mucho énfasis....¿Te gusta de verdad o es otra cosa la que te gustaría llevarte del programa?.... - se muerde el labio con cierto grado de sensualidad -...Jamás me han comido así la boca por cierto, voy a tener que buscar a algún candidato con ganas de saborearme, y créeme, como mucho dulce, debo tener buen sabor y.... - bajó la voz un poco -... Soy experta en comer...¿no te dice nada eso?...

Apoyada en la barra había escuchado la respuesta de Diana, y un pequeño suspiro de alivio había salido suavemente de entre sus labios.

-Ah, vale. Te agradezco la aclaración... me hubiera sabido muy mal que fuera de otro modo, y habría intentado cambiar eso. No soy perfecta, ambas lo sabemos, pero me esfuerzo en ser mejor, en... bueno, no caer mal. En fin...

Bebió un poco, y vio llegar a Donald, arrasando con su porte seguro. Enrojeció, aún tenía el sabor de su boca en sus labios, había sido muy halagador y... agradable.

-Hola. No, no, no soy exitosa, no creo que nadie me envidie. Bueno, ahora, después de tu beso, seguro que sí...

El rubor subió en contundencia, mientras ella trataba de esconder una mirada traviesa detrás de sus gafas, y éstas detrás de su copa. Se había vestido de blanco, un vestidito corto que la favorecía al remarcar sus curvas. Además el blanco le gustaba, y también el rosa. Eran colores suaves, puros. Y no llamaban la atención, no demasiado.

-La razón de participar ha sido un poquito malvada. Perdí una apuesta con mi hermano. Y él me ha apuntado...

El pelirrojo bajó con un pantalón de vestir de lino y una camiseta polo verde esmeralda que lo hacía ver como un nuevo y más alto duende irlandés. Uno con bastante estilo.

La expulsión de William no le sorprendió en lo absoluto y si bien había votado por él algo en su interior no le hizo sentirse bien consigo mismo, se sentó en la barra, si iba a "intentar" bailar tenía que estar entonado -Un tequila sunrise -pidió al barman y se dispuso a escuchar lo que sucedía alrededor.

Había bastantes reproches entre los votados, le sorprendía y no le sorprendía. Luego quiso unirse Diana, Liza, Paul y a Thomas pero le pareció que estaba muy concurrido y... esperaría que hubieran menos participantes para consultar a la chica. Decidió esperar a la escritora, otra mujer con la que le gustaría charlar, mientras escuchaba por encima la conversación de Tara y Johnny, se rió cuando escuchó la argumentación de la modelo, su lógica era impecable, se dio vuelta y miró al muchacho -Eso, ¿qué esperas llevarte de aquí? ¿No te gustó el beso que te di? -preguntó haciendo un ligero mohín como si estuviera apenado y le dio un largo beso a su bebida.

La noche había caído, Erick está un poco preocupado por la advertencia que Diana les dió, se veía la seguridad en los ojos de la rubia, el de ojos azules sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos y se dispuso a divertirse esa noche, se puso una playera blanca, unos pantalones de mezclilla azul claro, unos tenis y su chamarra de piel

Cuando llegó a la fiesta vió que Diana estaba con Paul, Liza y Donald, el rubio pensó Bueno será para la otra, luego miró a Tara que estaba con Johnny, parece que están ocupados, así que Erick fue a con Stephanie y le dijo Bella dama ¿le gustaría bailar? Dijo esto mientras le extiende la mano en formar de invitación

Sonrió mirando el frondoso bigote y negó con la cabeza mientras le regañaba afablemente - Un bigotón no se afeita su bigote por mucho que se lo diga una chica, además, hay chicas aquí a las que le gusta, y chicos - dijo recordando alegremente el morreó del Giorgio Spaghettini - Supongo que tendrá su encanto pero es que a mi todos esos pelillos que se te meten en la nariz al besar uuuugh - dijo con una mueca llena de grima. Asintió y se encogió de hombros - Bien, estoy un poco asustada, pero estando tan bien acompañada es más fácil sobrellevarlo. Tengo ganas de divertirme y bailar, acabar esta cerveza y pedir otra.

Entonce llegó Donald con su seguridad y su piña colada, diciéndoles a todos lo que tenían o no que hacer para ser unos triunfadores. Ya lo habían dicho las cartas, que era un prepotente y un egoísta, aun así no le caía mal porque no se le puede pedir peras al olmo ni manzanas al naranjo. Con una sonrisa le dijo

- Ay Donald, no deberías tomarte tan en serio el decir que se deberían tomar tan en serio los demás. Liz es una chica preciosa que no se da cuenta que con sus imperfecciones es lo que la hace perfecta tal y como es. Y a mi no me importa dar explicaciones de mis votaciones ni de mis acciones, yo solo he venido a pasarlo bien y a intentar encontrar algo que valga la pena, amor, amistades de verdad, con eso ya me iré contenta.

Miró a Liza y le sonrió mientras bebía un trago de cerveza. Fue a abrir la boca y los ojos se le quedaron en blanco, mientras empezaba a farfullar cosas sin sentido. Estuvo así durante 30 segundos y luego suspiró y puso los ojos normales preguntando con alegría

- ¿Y yo te caigo bien Liza?. Ya sé que soy un poco excéntrica, pero no se pega, y entre tu y yo, el rollo este de lo espiritual y místico sirve muchísimo para ligar.

Me reí con la ocurrencia de Diana acerca del anillo y "futuro marido" .-¿Entonces nos escapamos ya y dejamos el concurso? -Suspiré nostálgico, recordando otros días, otros tiempos.- Si va a suceder algo horrible, Diana, más que abrumarte por ello, tendríamos que saber qué puede ser para hacer algo y evitarlo. Si no podemos, entonces es banal preocuparse. Los dados son lanzados y nosotros miramos como ruedan y voltean. ¿Sabes? Nosotros somos esos dados.

Llegaron más participantes, las conversaciones se entremezclaron, las sonrisas falsas, y alguna verdaderas, se sucedían, charlas distendidas o más graves, acusaciones y explicaciones. Presté atención sin inmiscuirme apenas, con mi cerveza, y mi sonrisa a lo Gioconda. Aunque mis ojos finalmente se fueron hacia el baile hot de Kiki. Resultaba artístico, desvergonzadamente estimulante. 

Lo curioso es que  nadie parecía reparar en ella. Yo levanté mi segunda cerveza en su dirección, miré en derredor, los demás a lo suyo. "Yo a lo mío, entonces".  Me armé de valor gracias a engullir de un trago el contenido de la birra, y como ya iba con un punto, fui hacia la pista, aplaudiendo a la chica.

-Sublime. -Animado, tuve la intención de tomar a la chica por la cintura. -Esta noche puede ser la última, según los tirantes de Diana. ¿Un baile conmigo, señorita Santa? -Realmente no sabía lo que estaba haciendo ni era propio de mí. A saber si me habían metido algo en la bebida. O simplemente que la danza de la bailarina me puso caliente. 

A saber. 

De cualquier forma era un crimen no admirar su arte.

Estaba charlando tranquilamente con Donald, con quien notaba que empezaba a tener algo más en común que la piña colada y un jugoso beso, cuando Diana insistió con sus comentarios acerca de ella. ¡Y de pronto, vaya, qué susto!

-¿Diana? ¡Diana!

Pero nada, ¡la chica estaba en trance, literalmente, y así se mantuvo durante más de medio minuto! ¡Los ojos en blanco! ¡Farfullando!

Liza intentó recuperarla, aunque sin saber muy bien cómo. ¿Petit mal? Podía ser peligroso, lo había leído en alguna parte. Un ataque así era una cosa muy seria, si era verdadero. 

-¡Eh! ¡Que alguien me ayude! ¿Alguien sabe cómo?

Y, de pronto... ¡ZAS! Normal otra vez. Como si nada: habló con ella como si nada. De... rollos místicos, de ligar. 

Podían ser dos cosas. O era epiléptica, y la pobre no lo sabía, o estaba fingiendo. 

Se quedó boquiabierta, sin saber qué decir...

En la espera previa a la eliminación de William, con Jonnhy ofreciéndose gentilmente a poner crema en mi espalda, me pregunta acerca de las historias que se me ocurren.  

—Son simples semillas de historias, nada más.  Al contrario que otras escritoras - no dije cuales, aunque las redes sociales arderían ésta tarde con especulaciones - me gusta centrarme más en los personajes que en los acontecimientos. Mis historias - hacia veinte años que no escribía ninguna novela, pero escribía un cuento semanal para el Fayetteville Observer y algunas columnas diarias de opinión. —Suelen centrarse en parejas poco convencionales pero que de algún modo encajan entre sí.  Me doy la vuelta y sonrío al joven con simpatía. Mis ojos se encuentran con los del otro joven, Ulrich, que se hallaba escuchando con atención y río quedamente. 

Mucho más tarde, cuando la noche había caído ya, mis compañeros de programa se excusaban o justificaban su voto de manera animada  —Me encantaría explicárselo — me dirijo a la cámara, visto el escaso interés que mostraba Donald. Había vuelto a cambiar de ropa, ahora llevaba un conjunto mucho más juvenil*  —Pero veo que le interesa más competir por Liza.  Me encamino entonces hacia donde se hallaba bailando Kiki, armada con una copa de Gin&Tonic.  Paul está ya allí, observando con detenimiento el atrevido baile de la joven de Santa Fé.

—Siempre tan atento y tan educado, señor Singleton. —pongo la mano sobre su hombro, leve y brevemente. Mientras me acercaba había oído la invitación a bailar del joven—Me encantaría verles danzar.  Si no es molestia.. Espero la contestación de Kiki para sentarme a mirarles, preparada para ser tildada de Voyeur u otra lindeza inesperada por parte de la vital y energética joven.   Otra pareja magnífica, la de éstos dos.

Donald ve a la dulce Liza con una sonrisa en su rostro, tienes más dotes de los que imaginas, mi tímido ángel, luego Diana tomo la palabra, supongo que tienes ra... ¡que demonios le pasa! Diana entró en una especie de trance o convulsión, lo que altero a Liza pero, aun más a Donald, añadiendo los nervios de su otra acompañante, se quedó un instante viendo con terror sin saber que hacer, ¡maldita sea! no me digan que se esta muriendo, finalmente reacciono y se preparó para hacer lo único que se le ocurrió, lanzarle agua, o en este caso piña colada, afortunadamente para Diana su experiencia sobrenatural termino antes de que el irlandés tuviera tiempo de volcarle su bebida, aun así unas gotas cayeron sobre la vidente, no nos saques esos sustos, ante la respuesta de Diana, Donald se estaba perplejo y solo murmuro de forma audible, para quienes estaban cerca, no puede ser, no parece tener idea de lo que le paso.

Ya que la señorita Roodepoort no tenía deseos de bailar, el rubio vio que Paul estaba bailando con Kiki, por lo que se fue a donde estaban las rubias y dijo Disculpen la intromisión pero extendió su mano a Diana, y dijo Encantadora dama ¿Le gustaría bailar?

Kiki terminó de bailar y se encontraba con una forma exultante cuando vio acercarse sigilosamente a Don Paul. Como era mujer de mundo la pregunta del chico le pareció un tanto... desesperada. Así que resueltamente le dijo -Cari, una chica cuando baila es que quiere estar solita, no lo hace para calentar... mi amor, esos son cositas de parvulitos de seducción... además que yo no quisiera meterme entre tú y Dian...- En aquel momento a Diana pareció darle un colapso nervioso y se puso a decir barbaridades a la cerebrito. A su lado acudía radiante, se pusiera lo que se pusiera, la preciosa Roodepoort pero su mirada no dejaba de dirigirse a la rubia que estaba convulsionando. Se preocupó y mucho... -Stephie, cariño, luego hablamos. Voy a ver que le ha pasado a la cuchi cuchi de las cartas... y tú te mereces todo el tiempo del mundo...

Pero cuando llegó ya Diana parecía estar normal y como si no recordara lo que había pasado. Entonces Kiki fue a la barra, se sentía sudada pero fresca -Guapiss ¿Me pones un bloody Mary y dos vasitos de leche calentita con cookies? Gracias chiqui -tomó los vasos y se los entregó a las chicas -A ver gatitas, decidle a mamá. ¿Que ha pasado? Donald cari déjame hablar un momento con las chiquis, que yo tengo una mano para dar love y otra para dar hate... y la del hate me esta vibrando. 

Pidiendo un instante tomó su cocktail para escucharlas hablar pero antes les dijo muy condescendiente -A ver chiquis. Yo se que esto es nuevo para vosotras y que aquí cada una venimos con nuestras cositas. Pero a ver... vamos a cuidar la lengüita que gastamos y vamos a dejarla para los kisskiss. -Miró a una y a otra y empezó mirando a Diana -Cariño, a ver, yo se que tú has venido a enamorarte, y yo también, pero céntrate en los chiquitos y deja de llamar la atención, con las cartitas, con los tirantitos, porque si no todos van a pensar que estás aquí solo por el money money... y eso me haría sentir so sad... ¿de verdad ese perreque que te ha dado han sido las- hizo parétesis con los dedos -percepciones o hay algo más? No deberías tomar tanto el sol wapis... y mejor deja el alcohol y te tomas un vasito de leche y a la camita, que mañana hay pruebas y hay que estar bonita y sexsexsexy- Luego se volvió hacia Liza -Lady of the Rings preziosi, a ver, me diste un tartazo, te libraste de ser mi elección porque me endiñó el empanao y me puse cardíaca, pero... te llevas los anillos a pares, tienes unas bomm bomm que quitan el hipo, incluso eres lista... eres una competidora dura... encima no vayas pidiendo explicaciones por un votito de mierda, ¿eh chiqui?, que tú tonta no eres... Ale, otro vasito de leche para ti... y que fluya el love- Les sonrió y dijo a las chicas y al resto del personal -A mi las disputas me dan jaqueca chiquis, se me cortó el cuerpo, ya si eso mañana...