Partida Rol por web

[HLdCn] Asesinato en el Orient Express

Trayecto Estambul - Belgrado

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20/10/2014, 19:59
Ada Birdwhistle

Ada no pudo contener un mohín de disgusto al ver el tamaño de la taza que señalaba su institutriz. ¡Era tan pequeña! Y encima sólo la iban a llenar hasta la mitad. La niña se mordió el labio inferior, conteniendo una protesta que sabía que si expresaba en voz alta sólo le serviría para no conseguir chocolate en absoluto. 

Y entonces se dio cuenta de que una mujer se acercaba a ella. Era tan hermosa y delicada como le gustaría ser a Ada de mayor y su susurro sacó una sonrisa a la pequeña que la miró con una expresión a medio camino entre la adoración, la gratitud y un pequeño punto de timidez.

- Gracias señorita. - Susurró en voz muy baja. Luego asintió con la cabeza y miró a su institutriz. Librarse de ella... Eso era más sencillo de pensar que de hacer. Pero la idea del chocolate era sin duda suficientemente tentadora. 

Y mientras estaba dándole vueltas a cómo conseguirlo un hombre intentó acercarse a ella y Ada lo contempló sin mucha esperanza. Fraulein Rottenmeier era dura de roer. Sin embargo, la niña trató de aprovechar el momento, tal vez resultando demasiado evidente en su inocencia, y miró con seriedad a su institutriz. - Si desea tomar un refrigerio con este señor yo puedo esperar en la mesa, Fraulein. Prometo portarme bien y no moverme de allí.

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20/10/2014, 20:02
James R. Otterbourne.

Viendo que la institutriz duda unos seguntos vuelvo a arremeter:

Pero que cría tan bien educada, eso habla mucho de usted. Por suerte ya no tiene que preocuparse, está usted en uno de los trenes más lujosos de Europa una vez a bordo....¿que va a pasar? ¿que un puñado de asesinos y una turba enfurecida se pongan a matar gente? (digo intentando quitarle seriedad al asunto) Deje que la niña disfrute del paisaje y relájese conmigo unos minutos...seguro que ha tenido muchas tensiones hasta llegar aquí.

Concluyo con una gran sonrisa intentando aportar confianza.

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20/10/2014, 20:33
Edward Carmichael

Cuando la hermana Lorenza se presentó y le pidió el nombre se dio cuenta de que no lo había hecho él. Se puso una mano en la frente por tal descuido y siguió conversando con la mujer religiosa.

-Me llamo Edward Carmichael, aunque puede llamarme Edward- suponía que una monja como aquella nunca lo haría, pero a él no le importaba que le llamaran por su nombre de pila. De hecho alzó un poquito la voz para que el resto pudiera oir también su nombre.- y sí, como le dije, en América hay de todo, bueno y malo. Afortunadamente, la prohibición ha hecho que muchos hombres, quieran o no, no puedan tomar lo que llaman el néctar del diablo- en realidad no dijo si él la apoyaba demasiado o no, aunque desde entonces no había vuelto a beber alcohol- pero sí, pecadores hay en todos sitios.

No es que él mismo fuera el más pío de los hombres. Aún así, respetaba las religiones, aunque la hermana fuera católica y él protestante.

Mientras hablaba con la monja, uno de los caballeros jóvenes le impetó algo sobre su origen Americano, en tono despectivo. Era joven, y por lo tanto impetuoso... él mismo había sido así alguna vez, y por eso no leculpó por su actitud.

-Tiene razón, joven, pero para mí este siempre será el viejo continente. Sin embargo, habla usted de temas también pasados, ya se abolió la esclavitud hace 60 años y mi abuelo procede de las mismas tierras que usted. Mi familia no ha sido terrateniente que yo recuerde nunca, lo nuestro ha sido más la inversión en los avances tecnológicos y el ferrocarril. 

No es que en las fábricas y los ferrocarriles no se hablara de unas condiciones funestas en ocasiones, pero quería dejar claro que ni él ni su familia había temido plantaciones, ni siquiera eran sureños. y tampoco es como si los ingleses no tuvieran sus pecados y sus propios esqueletos en el armario. No obstante, no fue allí para discutir, si no para conocer el famoso tren y las gentes que viajaban en él.

-Si realmente le importa mi propósito en este encantador tren tan solo tengo que decir que estoy aquí porque he oído cosas maravillosas sobre el lujoso tren y quería verlo con mis propios ojos. Y contemplar las diferencias que hay con las del ferrocarril de los Estados Unidos.

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20/10/2014, 20:55
Elga von Hollard

Aunque la señora von Hollard ya llevaba un buen rato en el tren, había estado en su compartimento, ordenando sus cosas, y no puede evitar verse levemente sorprendida al salir y comprobar que parece que casi todo el pasaje se ha reunido en el vagón restaurante.

-Guten Morgen- dice a nadie en particular mientras cruza el pasillo hacia la barra, una señora de casi sesenta años y formas bastante redondas que tropieza en su camino con algunos de los pasajeros disculpandose con bastante buen humor

-disculpe, que torpe soy. Ah, chocolate, pero que taza mas pequeña Fräulein- dice asomandose a ver que toma Ada -camarero, una taza de chocolate para mi, espero que tenga algo un poco mas grande-

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20/10/2014, 23:15
Fraulein Rottenmeier

Se mira al caballero que se ha dirigido a ella, sin variar un ápice su gesto, se lo mira de arriba a abajo. Vuelve la mirada a Ada, que empequeñece bajo lo que la niña ha aprendido hace tiempo a distinguir como un gesto de furia contenida, para volver a mirar al hombre de traje blanco.

- Si cree que voy a sentarme con usted entonces es que ha bebido mucho más de la cuenta. - Espeta sin medir la voz, con un acento neutro que, si bien podría adivinarse un regusto alemán, es muy leve y pasaría desapercibido para la mayoría de oídos. - ¡Abrase visto semejante desfachatez! Y seguro que se las da usted de caballero, dirigiéndose de esa manera tan soez a una dama y sin siquiera presentarse. ¡Cuánto mal ha hecho al mundo la falta de disciplina y las músicas infames! - Le da la espalda de repente con un airado - ¡HUM! - y se sienta junto a Ada, a tomarse su agua con gas mientras mira por la ventana con hiriente indiferencia.

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20/10/2014, 23:26
François du Vermont

La profesionalidad del maître hace que su única reacción al rapapolvo que ha soltado la dama del agua con gas al caballero del wisky doble con hielo sea un magistral levantamiento de la ceja.

Inclina la cabeza como saludo y asentimiento a la solicitud de chocolate caliente, por parte de la dama que se ha acercado a la barra, y lo prepara con la gracia de un prestidigitador, para acabar teniendo ante la clienta un tazón caliente de chocolate suizo, acompañado con unos arándanos decorados con una piel de naranja.

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20/10/2014, 23:44
James R. Otterbourne.

Manteniendo la compostura como puedo, pido otro wisky doble y me quedo allí sentado en la barra.

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21/10/2014, 12:00
Sor Lorenza

-Mucho gusto Señor Carmichael- digo gustosa al caballero que se había mostrado tan amable conmigo. Como empieza a "discutir" con el joven que antes le increpó sobre su procedencia focalizo hacia otro lado y es cuando veo a una señora mayor, tendrá más o menos mi edad y eso me simpatiza.

-Guten Morgen, Wie geth's?- pregunto sonriente mostrando mis conocimientos sobre alemán. -¿Quiere sentarse conmigo a tomarse su chocolate caliente?- invito amablemente a la señora, seguramente tengamos muchas cosas de las que hablar que todos estos jóvenes no entenderían. -Soy Sor Lorenza

Notas de juego

El mensaje es a Elga por si no queda claro jeje

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21/10/2014, 13:32
Elga von Hollard

Elga sonrie y asiente aprovadora por la presentación de su chocolate, no se podía esperar menos de un tren como este. De hecho ver su taza hace que sienta un poco de pena por la niña con la estricta institutriz, pero así es la vida

-Auch danke- responde a la monja yendo a su mesa con su tazón -Elga von Hollard, un placer. Es la primera vez que viajo en el Orient Express, mi difunto esposo nunca fue muy viajero-

Se lleva a la boca varias cucharadas del chocolate caliente, paladeando con deleite cada una de ellas

-delicioso, tiene que probarlo. Aunque aun nos queda mucho viaje para eso, pero no lo deje pasar-

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21/10/2014, 13:57
Ada Birdwhistle

Ada trató de hacerse más pequeña ante la mirada de furia de su institutriz, tan pequeña como para terminar resultando invisible. Y supo claramente que no había nada más que hacer al respecto. No iba a conseguir más chocolate. Así que la pequeña se sentó, decidida a disfrutar de su media taza mientras se esforzaba por mantener su rostro serio, a pesar del espectáculo que estaba dando la institutriz.

Con cuidado de que la nube de leche no perdiera su forma empezó a tomar el chocolate con pequeñas cucharaditas que saboreaba con fruición, intentando sacar el máximo partido a cada una de ellas, exprimiendo el sabor del delicioso chocolate en su lengua y mientras tanto, siguió observando al resto de pasajeros desde su asiento. 

- Fraulein, ¿cree que todos ellos van a Inglaterra también?  - Preguntó tras unos segundos, recorriendo con la mirada el vagón restaurante, cada vez más lleno de gente, y ladeando sin darse cuenta la cucharilla, con una gota de chocolate a punto de caer sobre la falda de su vestido. - Qué guapa es esa mujer, ¿verdad? - Dijo entonces, girándose de nuevo para mirar a la institutriz y salvando su ropa por los pelos volviendo a meterse la cucharilla en la boca.

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21/10/2014, 14:44
Abbey Lansbury de Kent

Sonreía abiertamente ante mi descarada broma, y terminé riendo entre dientes al escuchar las palabras de la verdadera monja. Muchas frases vinieron a mi mente, pero no quería herirla acerca de su error de pensamiento y su limitación mental a la hora de creer en algo tan volátil, oscuro y, ciertamente, falso.

—Mi personaje de ficción favorito es Dios— me limité a decir, encogiéndome de hombros, sin perder la sonrisa.

Hice un gesto con la mano, quitándole importancia, y negué con cabeza.

—Abbey Lansbury de Kent— me presenté, finalmente, mirando al hijo del conde—. Su familia y la de York se destrozaron durante la Edad Media en la Guerra de las Dos Rosas. Qué gran coincidencia que, generaciones y siglos después, se encuentren en un tren dos descendientes de tales grandes familias, ¿verdad, querido?— dije, de forma distraída, mirando a Phineas—. Claro que sí— terminé contestando por él—. Por parte de madre tengo sangre de York.

Miré al hijo del conde, y ensanché la sonrisa.

—Recuerdo que los Lancaster ganaron— dije con una sonrisa algo fría y sardónica—. Pero, los York terminaron por asentarse, finalmente— lo señalé con mi boquilla, cuya punta encendida del cigarro ardía sin demora—. Recuérdelo.

Omití el detalle de que, en realidad, los Tudor se alzaron y conquistaron el trono, pero me gustaba el punto melodramático de la historia.

Alcé una ceja, entonces, con cierto desdén cuando mis ojos coincidieron con los de un caballero vestido de blanco y pajarita negra. Miré a Phineas, y me pregunté si podría sacar algo en claro de aquel comportamiento, de los gestos y del aspecto que presentaban las ropas.

Agua con gas— pedí, entonces, al camarero, para Phineas. Después de lo que se había tomado en el compartimento, su cuerpo no podía aceptar otra cosa—. Rápido, hombre— exigí, mirando de soslayo a Phineas—. Oh, y un chocolate, en la taza más grande que tenga— añadí, en un tono más bajo, acordándome de la pequeña muchacha.

Apuré mi té helado, y lo terminé con otro gran sorbo. Eché una calada más al cigarro, y cogí las bebidas.

—Toma, querido— dije, dándole el agua—. Tómatela despacio. Y luego hablaremos de ello— fruncí un poco el ceño, mientras lo miraba fijamente—. Y no le eches nada raro al agua— lo advertí señalándolo con la boquilla.

Atravesé el vagón, y me dirigí hacia donde estaba la chiquilla. Contemplé a su institutriz, conversando alegremente con otro pasajero, y me senté frente a la pequeña.

Qué buena pinta tiene el chocolate, ¿verdad?— dije, arqueando una ceja, divertida—. Lástima que ya tenga el estómago lleno por el té. No sé, entonces, quién se tomará este cremoso y delicioso chocolate— traté de dar un tono apenado a mi voz, y miré a la niña con una sonrisa pícara—. Lo dejaré en la mesa, pues, y ya se lo tomará alguien a quien le guste el chocolate.

Di una calada a la boquilla, y guiñé un ojo a la muchacha de forma disimulada. 

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21/10/2014, 15:29
James R. Otterbourne.

Aproveché que Abby pasaba a mi lado y me interpuse delante, dando de lado mi bebida.

- Señora, lamento que no nos haya salido bien (hecho una mirada a la siesa institutriz)... ohh pero donde están mis modales?....Soy el profesor Otterbourne, catedrático de la universidad de Oxford en materia de historia, vos parecéis versada en esta materia, me equivoco? 

Notas de juego

La profesión del personaje estaba establecida antes de que se empezara ha hablar de historia en el Off-topic.... XD

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21/10/2014, 15:40
Fraulein Rottenmeier

Justo cuando comenzó a intuir que algo pasaba fuera de su control con su pupila, el caballero de antes vuelve a la carga, ahora cuidando algo más sus modales.

- ¡Vaya! Un catedrático de Oxford, y de historia nada menos. - Pensó impresionada y, con un casi imperceptible azoramiento, respondió. - Fraulein Rottenmeier. Debería haber dicho antes que era profesor, señor Otterbourne. No lo hubiera adivinado nunca y no me gusta prestarme a confusiones. - La entonación era seria, pero más relajada que hace un rato. - ¿No es usted demasiado joven para ser catedrático?

El inicio de conversación prometía una distracción esencial para que la pequeña Ada pudiera paladear su nueva taza de chocolate de "contrabando".

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21/10/2014, 15:59
Ferdinand Friedman Götze

Jum. ¿Por qué nunca hay nadie que te lleve las maletas, en el justo momento en que lo precisas? Ha pasado casi un minuto desde que bajé del trasto ése que le han llamado taxi, hasta que ha aparecido alguien, y debe ser el más inútil de todos, a juzgar por la lentitud exasperante con la que empuja el carrito.

- Vamos, joven, dese prisa. Me gustaría que mi equipaje estuviese en el tren antes de que se marche de Estambul.

El andén de la estación parece un hervidero. No tardo en ver alguna mirada hacia mi persona de alguno de los encopetados señores o de las elegantes damas que les acompañan. Y escucho algún comentario del estilo: “Miren quién está ahí…” o “el célebre compositor…”. Como no podía ser de otro modo. Espero que ningún animado admirador de mis obras me haga montar aquí el numerito, y que consiga alcanzar la portezuela a tiempo.

· · ·

El compartimento que me han asignado no está mal, pero eso empeorará seguro en cuanto llegue el que tiene que compartirlo conmigo, sea quien sea, ya que por el momento está vacío. En fin, todo sea por llegar a Londres a tiempo. El estreno allí de mi ópera no puede esperar a que coja el próximo expreso.

· · ·

Entro en el vagón restaurante, con el paso lento de quien necesita el apoyo de su bastón, más por seguridad que por incapacidad. Oteo el panorama. El vagón es grande pero parece que a todo el pasaje le ha dado por reunirse aquí, así que los sitios comienzan a escasear. En fin, me saco el sombrero, esbozo una sonrisa y saludo a los presentes.

- Buenos días, señoras y caballeros. Tenemos un día excelente hoy, ¿no les parece? Espero que las fuertes nevadas que se anuncian sean solo un cuento de niños.

Y, tras el comentario de cortesía sobre el tiempo, tomo asiento donde puedo mientras el camarero se acerca solícito. Con una mirada y una sacudida de cabeza le hago saber que no deseo tomar nada.

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21/10/2014, 16:08
Jhon Stinson

Me había quedado en mi habitación observando el paisaje, por muchas veces que montara en el Orient Expres nunca dejaba de asombrarme. Estoy reflexionando sobre la vida, la naturaleza, el paso del tiempo... un momento ¿el tiempo? ¿Qué hora sería? Salgo de mi habitación y veo a todo el mundo hablando y con bebidas, alguno parece que había tomado más de una, y me acerco a ellos.

Parece que una vez más había perdido la noción del tiempo absorto en mis pensamientos. Por favor François sírveme un wisky con hielos, y cargadito. Llamo al maître por su nombre ya que le conozco de otros viajes.

Encantado de conocerles, mi nombre es Jhon Stinson.

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21/10/2014, 16:23
Frank Heath

Frank tomo con calma el vaso de whisky que le habia servido el maître con una diligencia esperada en un tren de esta categoria. Asintio en agradecimiento y tomo un sorvo corto. Era un buen Whisky y lo suficiente fuerte para despertarlo de su sueño provocado por el trabajo.

Con el whisky en mano se dedico a observar a los demas pasajeros, intrigado en varias de las reuniones que se producian en el vagon. Aunque fue la pareja, mas en especial la mujer alegre que acompañaba al hombre serio, que le llamaba la atension y volvia su rostro melancolico. Le hacia recordar a su primer esposa tan llena de vida y arrancada de su lado tan pronto. Tomo otro sorvo y les deseo que no les pasara algo asi como le paso a él.

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21/10/2014, 16:25
Sir Edward collins

Sir Edward Collins despues de dejar su equipaje en el compartimento y se dirige hacia el vagon restaurante, allí, vé que ha llegado ya mucha gente, se atusa el bigote y se dirige hacia la barra-Deme un Brandy por favor- Dice mientras mira su reloj de bolsillo y escucha a todos los demas que allí se hallan

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21/10/2014, 16:43
Elga von Hollard

Apenas ha empezado la conversación con sor Lorenza cuando Elga, que va mirando con moderado interes a los recien llegados al vagón restaurante, alza la cabeza y contempla estupefacta a uno de los recien llegados

-o cielos, es herr Friedman Götze. Es un gran compositor, no me imaginaba que hiba a coincidir con gente famosa en este viaje-

Poniendose en pie llama al músico con la mano mientras grita, lo justo para hacerse oir -Herr Friedman, herr Friedman. Venga, sientese con nosotras-

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21/10/2014, 16:51
Sor Lorenza

-Segurísimo que lo pruebo Sra von Hollard. Pero en otro momento que ahora mi zumo de tomate me refresca más. no sé lo diga a nadie pero esta sotana da un calor de no te menes.- digo entre muecas.

En ese momento entra un hombre mayor al que en seguida reconocer mi nueva amiga.

-¡Oh! ¿Le conoce? Yo no tengo el gusto, me encantaría conocerle, ¿no le parece?- empiezo a hacer señales también al señor para que nos acompañe. Dos damas como nosotras deben estar acompañadas por un hombre que ha vivido muchas experiencias.

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21/10/2014, 19:44
Richard Lancaster III

La elegancia y cinismo de la joven eran un bello ejemplo de lo que daba de sí la aristocracia inglesa de la época, pero lo que dejó boquieabierto a Richard fue sus conocimientos sobre la historia de ambas familias.

- ¡Oh, que me aspen! No sólo es usted todo un ángel sino que además tiene una mente privilegiada. Querida, sería usted la comidilla del círculo de amistades de mi madre en sus tardes de bridge - dijo, tomando un sorbo de ginebra mientras parecía taladrar con su mirada a la joven. Sin embargo, no quiso hacer ningún comentario al respecto de lo sucedido con ambas familias - Por favor, tenéis que concederme una cena vos y vuestro acompañante a lo largo del viaje. La gente de nuestra categoría tiene que estrechar lazos, olvidar el pasado, y afrontar el futuro. ¿Quién sabe? Quizás haya sido el destino quien nos ha juntado para que no perdamos una gran oportunidad... Brindo por ello.

Fue entonces cuando se percató de la gran cantidad de gente que estaba allí reunida, tanto de primera como de segunda categoría, y el joven hizo una mueca.

- Esto empieza a ser agotador... ¿tienen designada una hora para cenar por pasajes, o podemos acudir a la hora que nos plazca? - dijo, mirando al camarero - Sería asfixiante tener que comer todos juntos como si fuéramos ganado...