Partida Rol por web

La puerta al pasillo se encuentra en la pared opuesta a las 3 pequeñas ventanas en forma de ojiva que hay, el resto de las paredes se encuentran repletas de estanterías o mesas de trabajo, las cuales están llenas de herramientas o pequeñas esculturas o objetos de madera.

En una de las mesas hay una sierra automática de madera en la propia mesa de metal.Sobre esta mesa había otros 2 discos de metal, así como a un lado de esta había Cubos de madera cortados y troceados por la sierra.

Entre los objetos que hay en las mesas de trabajo resalta una maceta (herramienta), diversos pequeños cinceles de modelaje, unas cuantas brochas y pinceles, cubos de pintura de color amarillo, magenta y azul cian. Entre otros objetos que había en el lugar se podía ver un pequeño caballo-balancín de madera sin pintar, Un gran cofre cerrado y con una especie de flor tallada, unas figuritas de soldados bien pintados, un tren de madera de 3 vagones a medio pintar.

En las estanterías se podían encontrar diversas figuras de colores, tales como, un corazón de color magenta, un Arbol marrón junto a un Arbusto verde, Un Sol amarillo a una Nube Blanca, Un délfin azul cian al lado de una ola azul oscuro una manzana magenta al lado de una piña completamente marrón, y por último una pequeña figurita del Barón negra.

Por último, había un tablero de ajedrez en una mesa apartada, pegada a la pared, y entre la pared y la mesa, había una enorme figura de una persona de tez de color del caramelo y un traje antiguo, similar a los que llevaban los turcos hacía siglos.

Flor de Madera

Soldados de Madera

Estatuilla del Barón (Negra)

Tren de Madera

Caballo Balancin

Schultz entró al taller de madera y miró alrededor con curiosidad.

Pronto encontró algo que le pareció interesante, se acercó a las figuras pintadas de distintos colores y las miró con adoración

¡GÑOOOOOH!

Después cogió la Manzana Magenta y la Piña Marrón y se las empezó a comer a mordiscos que crujían a Madera.

Sam encendió su cigarrillo con delicadeza. No quería incendiar típico taller de madera de los castillos. Aunque estaba claro que una simple chispa era imposible que prendiera todo aquello su mente analítica de detective profesional estaba centrado en lo que tenían allí. Una gran sala llena de madera. Bueno eso y un investigador intentando comérsela.

-Espero que sea de su agrado. En Philadelphia encontré alguien como usted. Creo que murió al masticar el cable de una farola. Dijo encogiéndose de hombros.

Se dirigió hacia los cubos de madera cortados. Quería saber si hacía mucho que habían sido cortados o por lo contrarío acaban de ser cortados. La verdad es que dicha información no le serviría de mucho actualmente pero sin duda lo haría sentirse como el asimismo Sherlock Holmes.

Me acerco rápidamente a Marvin y le aparto la mano de la boca No! le riño con el ceño fruncido y moviendo dedo indice delante de la cara No te comas cosas que pueden servirnos aquí. Miro a mi alrededor, y como no, aquello estaba repleto de cosas. Me llamaban la atención los colores y las figuras. Me acerco al cofre con la flor tallada y lo examino.

 Esperanto se presenta maravillada en aquella sala, mirando de un lado a otro sin dejar que sus ojos descansen en alguna escultura o trabajo de madera por más de un momento. La sonrisa de éxtasis delataba su niña interior.

- ¡Que esplendido lugar! ¡Madre Tierra ha sido sabia cuando le permitió la hombre tomar sus árboles! ¡Que delicia para la vista!

 Posó su mirada en el tren de madera en el suelo a medio pintar y eso fue suficientes para que se sentara en el suelo y lo tomara con sus dos manos.

- Miren este hermoso tren. Que regalo de la naturaleza... ¡Brum Brum!

Schultz se detiene con rostro compungido cuando Clarisa le reprende. Sus ojos se anegan como dos lagos sometidos a una pronuncuada curvatura planetaria y su boca se tuerce en pucheros infantiles.

Aguantando con dificultad las lágrimas, corre hasta refugiarse en el caballito balancín, en el que se sube y comienza a balancearse.

Saca una zanahhoria del bolsillo y se la lleva a la boca como si de un chupete se tratase.

_GÑEE...

Siguiendo elmsonido de las pisadas de varios de los invitados del castillo, con su habitual tranquilidad el señor Himmler llegó hasta una nueva estancia. En cuanto cruzó el umbral, pudo apreciar el olor a madera vieja, a pinturas acrílicas,... En efecto, sabía que estaba en alguna especie de taller de madera. Si bien todos tenían la capacidad de ver e interactuar con las cosas de su alrededor, guiándose por la vista, Klaus tenía su habitual forma de hacer las cosas y que poco a poco el resto de presentes iría dándose cuenta.

A su derecha escuchaba la voz de Esperanto, quién parecía jugar con algún objeto con ruedas, y que posteriormente identificó como un trenecito de juguete. Los característicos sonidos "gñeeh" y "gñoh" le hacían percatarse de que también estaba allí Schultz manipulando objetos, entre ellos algún tipo de balanza o similar. Pero en este contexto, con quien quiso interactuar y determinar que estaba haciendo fue Clarisa, la mujer con la que la niñita Elora Dannan había manifestado tener más apego.

- Discúlpeme madame, ¿Clarisa se llamaba? Siento curiosidad por saber la razón por la que la pequeña Elora Dannan le reconoció al llegar... Vi en una de mis visiones como se produjo su muerte en el Gran Recibidor hace ya más de diez años. ¿La conocía de antes? ¿Quizá tenga que ver con alguna habilidad propia? ¿Es espiritista o algo similar?

No sabía si la mujer estaría dispuesta responderle, pero al menos era una forma de empatizar y socializar, tratando un tema que podría ser relevante para todos. 

Al apoyar su mano sobre el baúl con la flor tallada, nuevamente empezó a materializarse una extraña escena en la mente de Klaus.

- Veo a la baronesa Backwell entrar en esta estancia, aunque curiosamente lleva unas esposas en las muñecas. Está movilizando apresuradamente cubos de madera hacia la entrada, como queriendo obstaculizarla por alguna razón que desconozco. Empezó a explicar lo mejor que podía los acontecimientos pasados que iba viendo como si de una película se tratase. Ahora se dirige al banco de trabajo donde está la sierra mecánica, la conecta y corta con cuidado las esposas hasta partirlas por la mitad. Aunque no se ha liberado de ellas por completo, ya puede moverse nuevamente con mayor libertad.

Entonces la vio empezar a cavilar, observar el entorno y tomar algunos objetos, que colocó en algunos sitios en concreto, hasta que el cofre tallado se abrió.

- Clarise, hágame un favor ¿puede ir colocando algunos objeros como le vaya indicando? Creo tener la información mostrada abrir este cofre...

Hay que colocar las estatuas de color en la caja siguiendo el orden de colores primarios. Me parece que de dentro hacia afuera serían...

- En Los círculos: SOL, CORAZÓN y DELFIN

- Y en sus intersecciones: MANZANA (Entre sol y corazón) ARBUSTO (Entre sol y delfín) y OLA (Entre corazón y delfín)

- En el centro: La estatua negra del barón.

Pruebe a ver si lo que digo tiene sentido...

Los trozos de madera eran meramente eso, madera. No tenían nada especial que resaltar.

Al pasar el dedo por cada una de las partes de aquella flor, estas se hundieron levemente. Al parecer era un mecanismo de apertura un tanto especial, por lógica tenías que ejercer el peso justo en cada una de aquellas placas para abrir el cofre. Un mecanismo ingenioso.

El tren rueda sin problemas.

llego un poco tarde al taller de madera, aun limpiandome los restos del desayuno con una servilleta, y al llegar lo que veo me decepciona un poco

-esto parece una juguetería-

Nuevamente Himmler parece acceder a una cantidad de conocimientos incomprensible y que no acabo de creerme, auqnue la pregunta a Clarisa ya l ahabía pensado yo

-si, la forma en que la recibio fue de lo mas llamativa, igual puede explicarnos algo-

Miro al hombre de las visiones mientras presiono la flor tallada distraidamente. No conozco de nada a la niña la verdad, puede que ella me reconozca por mis visitas al mundo espiritual. Sentí vibraciones al tener su contacto, pero eso se debe a que ella es un espíritu atrapado en este mundo terrenal. Pero puedo hacer que nos ayude, solo se debe esperar al momento adecuado para ello. Lo único que tengo claro es que la niña no nos mentirá en lo que dice y debemos encontrar a esos 5 "malos" de los que nos ha advertido.

De pronto el hombre tiene otra visión y me pide que lo ayude en la colocación de unos objetos.

Sam tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó apagandolo. A continuación se encendió otro y empezó a degustarlo como si fuera el primero. ¿Que decían los médicos que aquello era perjudicial? Estaban más locos que algunos de los investigadores de esta mansión.

Sin embargo se acercó a Klaus. -Es usted muy avispado debido a su condición. Se giró, dándole la espalda. -A no ser... Se giró de repente hacia el esperando asustarlo. -¡Que no sea usted invidente! Dijo medio gritando. Sin duda si aquello lo asustaba demostraría sin lugar a dudas que era un farsante. O que tenía un oído sensible. Estaba más inclinado a la primera opción.

El taller parecía un lugar tranquilo con mucho juguetes. Dejando que todos jugaran con los juguetes y examinaran el resto de los objetos, me encaminé hacia el ajedrez que había en una esquina para examinarlo con detenimiento. 

- Clarisa, ¿puedes hablar con Elora Danna en cualquier momento? Podríamos preguntarle sobre lo que pasó en la fiesta en la que murió, sospecho que algo tiene que ver con lo que nos está ocurriendo ahora - no había entendido bien su relación con la niña fantasma, pero si era así podría proporcionarnos información valiosa.

-Disculpen la demora oh por Satán eso es un muñeco del Barón mira que mono- me dirigí a aquella figura  con el afán de inspeccionarla mejor-

-A mi pequeño hijo le encantaría, bueno ya no es tan pequeño ahora debe rondar por los 15 o 20 años, ¿Quién sabe ya he perdido la cuenta?- mencioné mientras observaba a los demás compañeros.

-A mil perdones creo que he olvidado presentarme Gavin McFilyn, experto en demonios y portador de tesoros embrujados un gusto- volví a introducirme ante la conversación y el asombro de los demás.

- Creo que voy a tener que ser un poco más brusca... esperó que Madre no se enoje...

 Con toda la fuerza que una bruja que se alimenta a base de cereales y luz de sol puede tener, Esperanto intenta separar los vagones.

Mientras examinaba el ajedrez eché una mirada también al traje antiguo, me llamaba la atención por lo exótica que era.

La caja se abrió debido a que se colocaron correctamente aquellas piezas; del interior de esta los investigadores encontraron una pequeña llave dorada que casualmente coincidía con el cerrojo de la otra puerta de aquel pasillo desbloqueado recientemente. Yendo a dicha otra puerta y girando la llave, ahora abrieron el acceso a "Sala de Calderas".

El Ajedrez estaba roto, distintas piezas de cuadriculas con colores blancos y negros estaban esparcidas por aquella pequeña mesa, justo enfrente de lo que parecía un maniquí con ropas de árabe, el cual estaba mirando hacia abajo sin siquiera poder moverse, al parecer estaba roto el mecanismo que hacía que se moviera.