Partida Rol por web

Aquella sala en la que se encontraba era inmensa, un poco más grande de lo que era el Comedor incluso. La pared opuesta a la puerta hacia las Calderas tenía forma de un cuarto de circunferencia. Además de eso había 2 puertas en la pared derecha de la sala. En cuanto a la disposición de la misma, estaba llena de trastos de diversa índole y cantidad, la gran mayoría oxidados, carcomidos o incluso rotos. Por otro lado la luz que había en el lugar era muy tenue, tan solo unas cuantas bombillas solitarias que colgaban del techo.

En el suelo, a pocos pasos de la puerta hacia las calderas había un pequeño cartel metálico boca abajo, se podía ver una cadena de la que estaba colgado. Por otro lado la estancia estaba repleta de estanterías, todas las paredes laterales estaban cubiertas de ellas, y varias hileras de estanterías hacían largos pasillos hasta casi el final de la estancia. En la parte más alejada y donde la pared dejaba de ser rectangular y comenzaba a tener una forma circular no había estanterías, los objetos estaban apilados en el suelo. En aquella pared se encontraban dos pequeñas ventanas con barrotes oxidados.

Pudisteis ver que en una de las paredes, entre las dos puertas (que se pueden abrir) hay una especie de mapa del castillo, aunque el óxido ha carcomido gran parte del mismo podéis observar al menos algo de él, quizás no sea mucho, pero puede ayudaros a orientaros en las habitaciones que ya conocéis o bien saber la localización de alguna desconocida.

La cuarta noche en aquel lugar fue la peor de todas; no porque ahora las camas tuvieran chinches ni porque el Coco estuviera escondido en el armario o bajo la cama; lo que hizo que todos los presentes temieran por su vida en aquella noche fue un estruendo, similar al de un rayo ocurrir dentro de los límites del castillo, dentro de las cuatro paredes en las que estaban atrapados.

Los más lentos tan solo se sorprenderían por el ruido y no se moverían del lugar, malpensando en que dicho sonido fue a causa y proveniente solamente por una persona distraída, o incluso un mero rayo que cayó en las cercanías; pero un segundo sonido del mismo calado, intensidad y procedencia que el anterior, rompió todo margen de dudas de lo que en verdad era.

Los investigadores, aún en pijama se reunieron en el Gran Salón, donde pudieron encontrar a Marvin Schultz muerto con un agujero en la cabeza, sentado en el sofá; en cambio en el otro sofá, justo enfrente del de donde se encontraba el devorador de Zanahorias y quizás alguien más inteligente de lo que en principio aparentaba, Nadine Boudet, con un disparo en el corazón.

En el regazo de Nadine, manchado casi por completo en sangre se encontraba un pequeño plano, en concreto el mapa del castillo, ahora completamente inutilizado a causa de las manchas que lo cubrían casi todo al completo, apenas se podía distinguir lo que sería el Gran Salón en el que se encontraban, con una ligera marca y nota escrita a mano.

No sería otro que el ciego, Klaus Himmler quien pese a no tener el don de la vista, se dirigió hacia la chimenea del Gran Salón y tras empujar algunas piedras de la misma; esta comenzó a temblar hasta finalmente mover la pared del fondo dejando ver un pequeño pasadizo a modo de escalinata que daba al Taller Oculto descubierto en una de las anteriores noches.

No solo eso, en el Taller Oculto se encontraba alguien, alguien que había faltado a aquella reunión improvisada de media noche; completamente desnudo sobre su hábito y con el cuello rajado de lado a lado entre otros signos de violencia que podrían considerarse de índole erótico-festiva, o quizás devoto-festiva, se encontraba el silencioso Ítalo de Murcia.

Con un terrible sentimiento y miedo porque hubiera alguien armado con una pistola suelto por la estancia y que ya había sesgado la vida de Nadine y Marvin, los invitados decidieron hacer un buen necesario recuento de cabezas, y permanecer juntos en el Gran Salón por lo que quedara de la noche, puesto el resultado que salió después del recuento fue espeluznante:

El Dr. Valerov Lazario estaba desaparecido, por lo que era más que probable que este fuera el asesino de los dos jóvenes del Salón y ahora pudiera atacar en cualquier momento... y así, con este pensamiento en mente, las horas pasaron, en silencio, conversando, algunos durmiendo, y otros aprovechando la espera para echar una ojeada a aquella colección de libros tan interesantes, aunque el TITTIES, TITTIES & TITTIES estaba a _^buen resguardo por Antonio, quien de vez en cuando arrancaba una página para comérsela.

El día llego y no hubo más rastro del Dr. Valerov Lazario; por lo que el grupo de investigadores decidieron volver a sus aposentos para poder descansar; mientras estos volvían, algunos se percataron de que una de las puertas de las habitaciones se encontraba abierta y al entrar por esta, se encontraron con el Dr. Valerov muerto en el suelo, en un charco de su propia sangre.

El arma del crimen parecía ser un cristal, sacado del espejo roto del cuarto de baño. Dicho vidrio se encontraba fuertemente clavado y hundido en el pecho del hombre, provocándole una hemorragia interna -y externa- que al final terminó con su vida; en la boca del mismo se podían ver algunos moretones, como si alguien estuviera tratando de taparle la boca para que no gritara.

Finalmente el grupo decidió re-encontrarse en aquella nueva zona desbloqueada en la planta baja. Cuando llegaron la gran cantidad de trastos les sorprendió, aunque era de agradecer que no hubiera otro cadaver ahí. Y ya de paso, se pasearon por delante de los calabozos donde comprobaron que tanto Esperanto como el Zacharías se encontran bien, encerrados pero bien.

Klaus no podía salir de su asombro, y desde que se escuchasen sendos sonidos ensordecedores, que no tardó en reconocer como disparos de arma de fuego, ya fue imposible pegar ojo. El malestar y tensión de los invitados era más que patente, y lo que en principio esperaba fuese una investigación de lo paranormal junto a otros invitados para desentrañar lo que aconteció en aquel castillo años atrás, se estaba convirtiendo en una pesadilla que vivían todos en sus propias carnes, con múltiples asesinatos de por medio.

- Según estoy escuchándoos decir y puedo percibir por el olor metálico de la sangre, tenemos varios cuerpos sin vida, todos ellos asesinados. Dos mediante disparo de arma de fuego en el Gran Salón, uno en el taller oculto rajándole el cuello con algún arma blanca, y el último, en su habitación clavándole un cristal en el pecho... - fue relatando para procesar toda la información y tratar de encontrar alguna lógica a todo aquello. A mí parecer, son demasiados asesinatos para ser perpetrados todos a la vez por el grupo de asesinos que tratamos de identificar, por lo que me aventuraría a elucubrar que han habido algunos crímenes por parte de los asesinos, y otros en defensa propia o intentando buscar culpables entre la totalidad de los presentes. Puede que me equivoque, pero es lo que intuyo...

Klaus no tenía ninguna pista o prueba que le hiciese afirmar a ninguno de los presentes, pero si que empezaba a tener unas ligeras sospechas que no sabía si compartir con todos. Esperaba que alguno de ellos arrojase alguna información adicional distinta a lo obvio, pero mientras estaban allí parados, el el señor Himmler trató de tomar algún objeto de aquel trastero para ver si era capaz de visualizar en su mente algún detalle importante.

- Veo un lienzo, una obra de arte que muchos considerarían una aberración, un retrato abstracto de una cara deforme, que ha encontrado entre todos los trastos de este lugar un tipo al que el somelier francés ha llamado Richi Moctod. En el cuadro aparece una reseña al pie que dice: "En mi trabajo, piedra y aceite, metal, madera, cartón y papel maché, la alquimia y el automatismo están vinculados en el proceso creativo cognitivo. La intención se convierte en línea, la línea se convierte en forma, la forma se vuelve forma y la forma se vuelve contenta. mi trabajo me encuentro suprimiendo o complaciendo mi propio deseo de asociar la narración personal a la información visual cruda inherente en el material y el proceso. Construcción, destrucción y reconstrucción son elementos simbióticos en el proceso creativo que permiten que la imagen fluctúe entre la abstracción y la representación , verdad e ilusión, personal y arquetípica ".

Ambos hablan y comparten conciencias, al parecer el somelier es capaz de moverse de forma ágil por el castillo al haber estado muchos años al servicio del Barón Backwell y conocer bien el lugar ,... Por su parte, el señor Moctod le confiesa tener la habilidad de ver que poseen el resto de invitados entre sus pertenencias, una percepción más allá de lo normal...

La imagen se desdibujó rápidamente pero en esta ocasión se materializó una segunda imagen, veía un arma de fuego, una pistola realmente potente, con una bella y hermosa artesanía.

- Veo un arma de fuego. Un modelo único de una Pistola de 9 mm M&A hecha por los Fabricantes de Armas M&A,... el arma tiene una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe pintada en el mango de perlas, una figura católica muy conocida y una representación de la mujer bíblica del Apocalipsis. Todo el cuerpo de la pistola está grabado con hiedra y detalles florales, y con un acabado de níquel pulido. Es realmente hermosa y está cargada con una única bala...

Todo era un desastre y un auténtico caos...no había más que sangre y muerte por todas partes, algunas incluso en sitios que ni sabía que existieran. Miro a Klaus Creo que gracias a sus visiones podríamos saber algo más, sé que son cosas del pasado, pero me parece que se están reviviendo muchas cosas...recuerdo que hace unos días habló de los venenos, uno enveneno a otro y sin querer también se envenenó a sí mismo eso me hace sospechar de la rusa. También contó que la niña fantadma había muerto porque un gordo empujó una estatua...eso me hace sospechar del señor Jack el flaco, usted sabe y entiende mejor sus visiones, no puede creer que esté en lo cierto? Lo miré expectante, creía que no me había equivocado con Esperanto y esperaba que siguiera siendo así. Al tiempo me puse a rebuscar en aquel lugar abarrotado de trastos.

La tragedia se había cebado con aquel grupo en aquella cuarta noche. Tras una noche relativamente calmada, Madame Maslova se había despertado con la noticia de las tres nuevas muertes. El hombre al que había votado en la segunda noche ahora estaba muerto, no sabía muy bien como sentirse al respecto, pues tampoco había llegado a conocerlo en absoluto. En cambio, las muertes de Nadine y Marvin si que le afectaron. Sin duda eran dos de las personas que más color aportaban a aquel aquelarre de dementes y su ausencia se notaría. -Ah, echaré en falta los sarcásticos comentarios de la señorita Boudet, sin duda era una mujer que sabía beber.

Tras este comentario, la gran dama se paseó por aquella polvorienta estancia llena de cachivaches:

-¿No teníamos un lugar mejor en el que reunirnos? -comentó, por decir algo. -En cuanto a lo que usted dice, señorita Clarissa, de ser así, tan sospechosa sería una servidora como el propio doctor Freud, cuya milagrosa sanación resultó ser bastante oportuna, si me permiten el comentario -dejó la frase a medias pues algo en la habitación parecía haberle llamado poderosamente la atención.

Jean Paul, normalmente malhumorado y gruñón, aparece con una cara de pena que asusta. La cantidad de muertes que estaban sucediendo no dejaba lugar a dudas: si no conseguían encontrar pronto a los perpetradores de tan cruentos asesinatos, nadie iba a salir vivo de esa casa... si es que se podía salir... Silencioso como un muerto (grandioso chiste en estos momentos), se sienta, y con aire distraído comienza a buscar entre los trastos, intentando distraerse más que conseguir algo de verdadero valor.

El frances no podía creerlo... la noche había dejado un masacre. Apenas podía pensar, comenzaba a estar asustado.

Su mirada se paseo por los supervivientes. Entre ellos aun se encontraban todos los que lo habian acusado o eso le parecía recordar. Solo que varios de los que le acusaban seguian esquivando a la muerte. Para el eran sus principales sospechosos.

- ¿Alguien a visto algo? Me parece increible. Alguien tiene que haber visto o oido algo. Interrogo al resto.

Estupefacta por la cantidad de muertes y cansada por los acontecimientos de la noche, miré en silencio los cadáveres si creerme que hubiéramos pasado de nada a cuatro en una sola noche. 

- Tiene razón, señora Alexandra, yo también echaré de menos a Nadine, sabía darle ambiente al lugar - dije, frunciendo el ceño - lo que más me inquieta es la muerte de Italo, se parece un poco a la muerte de Madame Leurre en la cocina. Parece como si alguien estuviera sacrificando a la gente una a una por motivos siniestros. En cuanto a Nadine y Marvin está claro que los ha matado una misma persona.

Mientras hablaba me puse a buscar en el lugar donde la luz era más tenue a la espera de encontrar algo que pudiera servir para algo.

El Dr. Egon estaba asombrado de la debacle producida la noche anterior, o nos poniamos a pensar y unir nuestras ideas o no ibamos a salir de esta...

Tambien qpensaba que habian sucedido demasiadas muertes... por lo que quizas, o ambos del salón eran asesinos o alguno de los que habían aparecido en las otras ubicaciones, pero al menos uno de los 4 era de los que había señalado la niña como malos.

Yo tambien iba a buscar en la habitacion nueva, pero antes el desayuno.

Apenas llegaba a la escena, Johan comenzó a temblar y sentirse enfermo luego de aquella macabra vista, tosió un par de veces esperando que salga el líquido caliente pero nada salió, sólo unas lágrimas que cayeron al mismo tiempo que sus rodillas reposaban en el suelo.

- N-no pu-ede sse-ser... Nno...- posó las manos sobre el suelo y luego se levantó poco a poco con pocas fuerzas. - E-esto es otro nivel, esto ¿cómo? ¿Cuándo? Pero si ellos... - Su respiración fue calmándose debido a que luchaba con todas sus fuerzas para mantener la compostura.

- De fantasmas y demonios no se trata, si un arma de fuego fue la culpable de silenciar dos vidas. - Dijo mientras poco a poco recobraba el equilibrio, tanteando entre los objetos.

- Zacharias y Esperato están encerrados, y aún así han muerto dos personas más, es mejor que nos esmeremos esta vez. - 

Sam salió de entre las sombras con un cigarrillo encendido. Tras la muerte de Nadine no se podía confiar en nadie. ¿La habían silenciado por el tema de las drogas en la comida? ¿Marvin también lo sabía y por eso solo comía zanahorias? Enigmas y más enigmas que no lograrían escaparse de un sabueso del tamaño de Sam Diamond.

-Caballeros, todo esto me recuerda a un caso que tuve en Boston. Dió una larga calada al cigarrillo. -Si bien las visiones nunca han resultado un método aconsejable para tratar casos tan serios como estos.

Caminó intranquilo. Dando vueltas para serenar su mente. -Piensen caballeros. Mi olfato de detective rara vez me falla. Tiró el cigarro al suelo y se encendió otro. -Tanto como Nadine como Marvin han sido silenciados. Piensen de quien sospechaban ellos y conseguirán llegar a los perpetuadores.