Partida Rol por web

Una figura solitaria camina entre las calles, una figura elegante y firme. Con un traje hecho a medida como vestidura, la silueta comienza a poder discernirse mejor.

Sus cabellos rubios están bien peinados y el olor del roble y el cedro le siguen. Sus ojos evalúan a todos los allí reunidos por el camino hacia las puertas del infierno, a los presentes en Oldland. Algunas caras son conocidas, la gran mayoría borrones que es incapaz de identificar.

Mark Zynne, Eve. Es bueno conocerles.

Una presentación sencilla. Al contrario que sus compañeros, ningún animal parece seguir a Mark, aunque éste no deja de evaluar a los animales presentes: una pantera, un oso, dos perros... ¿dos? Su mirada se alza y captura a la invidente, sin poder evitarlo su rostro se vuelve ligeramente más afable.

Realmente curioso.

Observa en voz alta. Dirige su mirada hacia el final de la calle para terminar decidiendo continuar la marcha.

De manera inmediata sus pasos lo llevan a la primera fila: Tanto animal podía consternar con sus gruñidos el arte de un genio.

Mientras seguía apuntando cosas en su libreta, observaba su alrededor. Algunos pudieron observar la pluma como algo diferente a las plumas de estilo conocidas.

Se acercó al que parecía mas normal de los presentes, aunque de antemano imaginaba el poder de todos los presentes.

Mientras lo hacía, miró a su alrededor, parando de escribir por un segundo.

-He aquí el que escribirá nuestras hazañas. Algunos me tildan como un gran escritor, otros como un poeta. Pero no merezco ninguno de estos nombres. Podéis llamarme Gael. Dejad que las acciones hablen por vosotros mismos. Convirtámonos en héroes y volvamos a casa con gloria y regocijo.

Sonrió levemente, intentando ser amable. Luego volvió la mirada a la libreta y siguió escribiendo.

No busco convertirme en un héroe, Gael.

Las palabras son suaves como la seda. Sus ojos le evalúan y le devuelve la sonrisa con cordialidad. Decide no interrumpir su escritura, continuando su camino.

Eko cogió una manzana y un cuchillo de sus ropas. Corto la manzana para tomar un trozo, el que luego se llevaría a la boca. Metió luego la mano al bolsillo, dejando entonces un puñado de comida para perros en el suelo, dio un silbido, y Bheka se puso a comer. 

Terminó de comer el trozo de manzana en su boca, dando una mirada mas detallada a los presentes. Rió un poco ante las palabras de Gael, por lo que tuvo que hablar.

- Concuerdo con este señor... ¿Mark? ... - Murmuró confundido, como si no supiera su nombre -Como sea. No he venido a convertirme en nada, solo he venido a observar. 

Diciendo lo ultimo, cogió otro trozo de manzana, volviendo a llevarselo a la boca.

Pasa su mano por su cabello, y arregla un mechón detrás de su oreja, todas las personas se presentaban, y algunos, acompañados de  animales, presentaban a sus aliados,  la chica se mordió el labio inferior, y se puso de pie, caminando de manera insegura,  con los hombros ligeramente encogidos, y su rostro bajo.

- soy Domino... - levantó su vista, no observó a nadie directamente a los ojos, las grandes aglomeraciones de personas no eran de su agrado, -¿ por qué hablamos de gloria? ni siquiera sabemos porqué estamos aquí... realmente - alza la voz, para llamar apenas la atención de los presentes.

-Los héroes son los primeros en morir - Digo en cuanto el que parece más anciano de los presentes habla de convertirnos en héroes, realmente eso no es algo que me interesa.

Me quedo mirándolo unos segundos, estudiando su rostro y las grietas de su piel.

-Me alegra encontrar a un familiar.

Después de esas palabras, miro a la última chica en  hablar.

-Algunos sí conocemos el motivo por el que hemos decidido venir aquí, o al menos eso espero, yo al menos lo tengo bien claro, Dominó.

Seguí caminando cabizbaja junto al resto del grupo. No sé si ellos se conocerían de antes, pero yo desde luego era la primera vez que los veía a todos. ¿Cómo era posible que ya estuviesen hablando de héroes y de gloria?

Somos lo que somos, joder. No somos ningún angelito, está en nuestra naturaleza. Pero algunos parecen no aceptarlo... 

Mientras continúo con mis pensamientos, escuchando cuidadosamente cada palabra que se dice aunque parezca que estoy algo ausente, mantengo mi boca cerrada. 

Poder y gloria. Lo que yo más ansío. De verdad quieren que me crea que vienen aquí únicamente a ver lo que pasa? Já! No me creo ni una palabra. Soy débil y mi familia es muy humilde. Nunca he tenido nada de lo que sentirme orgulloso y ese tal Valfar viene pavoneándose en su Mercedes y nos quiere dar lecciones de humildad.

Siempre he sido el más débil. Mi poder tardó bastante en manifestarse y aunque amo a Raven, no sé muy bien lo que podría hacer contra esa bestia parda... Pero eso va a cambiar. Tiene que cambiar. Aquí encontraré las respuestas que busco, lo presiento. Tanto esfuerzo tiene que dar su fruto.

-Un poco de gloría no me vendría mal. No todos hemos nacido con estrella.-Digo, esbozando una medio sonrisa y mirando a Valfar.-Azhariel. Encantado. Este de aquí es Raven.-El cuervo posado en mi espalda da un sonoro graznido y eleva el vuelo hacia el cielo azul para otear los alrededores.

-Y a veces la estrella se apaga bastante antes de lo que uno espera - Contesto al último tipo en hablar mientras le ofrezco mi mano para estrechársela.

Miro también al cuervo, aunque a este no le digo nada.

Asiente ante las palabras de Eko al pronunciar su nombre y, aunque originalmente camina con la intención de no participar más, las palabras sobre héroes, muertos, y estrellas. A punto de abrir la boca para interceder, se fija entonces en Dominó.

Estoy aquí para que haya un lugar al que regresar. No necesito saber más.

Su voz suena ligeramente severa pero finalmente concede.

Por ahora caminemos hacia las puertas.

Y sin mucho más que añadir prosigue su camino firme, dejando tras de sí el característico olor que lo acompaña, no obstante, sus mirada se agudiza, atenta a cuanto pueda pasar.

Estrecho la mano a Valfar preguntándome porqué ha dicho aquello. Tal vez le haya juzgado mal. Su expresión no es de superioridad, como sería la de un niño que ha tenido todo lo que ha querido en su vida. Es más bien dura, seria. Parece que cargue con sentimientos fuertes.

-Pues busquemos una nueva.-Le digo simplemente y sigo al hombre trajeado hacia las puertas.

Sonrio al escuchar al escuchar las palabras del "poeta". Aunque la respuesta del resto lo hizo volver a su gesto serio.

A los jovenes de hoy no les gusta ser los heroes, solo los tipos rudos que no les importa nada. le comento a Gael para que entendiera el error en sus palabras.

Avanzo seguro hacia Domino mirandola con desaprovacion en mi rostro Porque has venido aqui Domino? acaso no sentiste algo llamarte desde tu interior o acaso no viste las señales de que este lugar encerraba algo mas oscuro que nosotros? le pregunto con seriedad mientras la miraba de arriba para bajo, examinando su potencial a primera vista.

En realidad no he dicho que no me guste. Ni que no vaya a serlo. Sólo que no lo busco.

Replica con neutralidad en su voz, ajustándose la corbata y continuando su camino mientras de reojo puede observar el compañero de Raven se decide a seguirlo. No dice nada, sólo continúa su caminar sin dejar de escuchar la conversación con Dominó, la cual parecía haberse convertido de algún modo en el centro de atención.

mientras me acerco al grupo... solo hay algo en mi mente... -donde está?, pensé que podría estar aqui con ellos...

-Me llamo Jared... busco a mi abuelo... se llama Belford Thompson... alguien lo conoce?...-mientras espero la respuesta de cualquiera de ellos, miro a mi alrededor y me doy cuenta que el grupo esta compuesto por tantas personas distintas..., la verdad es que esperaba que al estar entre estas personas me ayudaría a sentirme mas acompañado y cómodo, pero estaba ante un grupo tan diverso como numeroso, que me hacia sentir que esta visita a oldland, no iba a ser un viaje de placer.

Escuché las palabras del tal Jacob y me sentí bastante reflejada. Yo había sentido lo mismo. No era una sensación que se pudiese describir fácilmente, pero "llamada" como él lo había denominado se acercaba bastante. De algún modo, sabía que este era mi sitio en este momento, me gustase o no, tenía que estar aquí...

-Somos putos semidemonios. No importará que cerremos las puertas del averno para salvar este mundo o que nos dediquemos a ir por ahí empalando a niños. Nadie lo sabrá y ninguna gloria caerá en nosotros. El mundo nos olvidará o peor aún, nos culparán de todos sus males si llegan a conocer nuestra condición. Sin embargo, todos hemos sentido en nuestra sangre, en nuestro legado, lo que debemos hacer. El deber es el deber. 

Se gira hacia el recién llegado notando preocupación en su rostro.

-Soy Nekhbet. Lo siento, no conozco a tu abuelo. Podrías describirlo, tal vez alguien haya sabido de él.

Cristie escuchaba las voces que iban y venían algo extrañada. 

- Gracias, Sir Brandr  pero... no entiendo lo que escucho. Yo no he venido a... a nada para lo que algunos parecen haber venido. Yo solo... - ¿Héroes? ¿Gestas? ¿Puerta del infierno? nada de aquello le gustaba. Mira en la dirección desde donde ha escuchado hablar a Jared - Yo solo he venido para encontrarme con alguien.

A su lado, el chucho mira en unas direcciones y otras, visiblemente asustado. El perro de Eko le despierta curiosidad, pero cuando empieza a ver aparecer panteras, tigres ¡y hasta un oso!, al pobre animal no le queda sino quedarse muy muy quieto junto a su dueña. No es difícil imaginar que el bicho tiene que desear más que nada, estar en cualquier otro lugar.

- Cristie... - Añade por último, como si no estuviera del todo segura en dar o no su nombre frente a tantas voces y andares desconocidos.

Observó la desaprobación de sus palabras en las acciones de los demás, mientras escuchaba atentamente los nombres de cada uno.

-Para eso estoy aquí, para que no seamos olvidados. Alguien debe conocer la hazaña que lograremos, que no quede sumido en las tinieblas. Muchas veces otros han dado la cara por nosotros, y ahora nos toca devolver el favor. Sería triste que nadie supiera lo que hicimos por el mundo, pese a que nuestra llamada fuera por una causa diferente a salvar este cada vez mas oscuro mundo.

Entonces se giró hacia aquel chico rubio que había comentado que era agradable ver a alguien de su estirpe. Hizo una especie de ademán.

-Ha habido una separación durante demasiado tiempo, mas del que debería haber habido. Olvidemos en el transcurso de esta batalla quien es de qué legado, y concentrémonos en que todos estamos aquí por un único motivo. Si lo hacemos así, nuestra fuerza valdrá cien veces mas.

Sinceramente, me da igual quién me recuerde - dije sin más tras oír las palabras de todos - Yo sólo vine aquí en busca de respuestas y que alguien me recuerde o no, no va a dármelas. Yo no estoy aquí por ninguna batalla y no se cual es el motivo del resto para estar aquí, pero sólo espero encontrar mis respuestas y marcharme a casa.

Mordisqueo su labio inferior, le habían respondido de vuelta, pero ella no dijo nada más,  sólo se encogió de hombros, y ocultó un poco más la vendas. Muchos de ahí estaban claros a lo que veían, y hablaban de sus actos de sus glorias, como verdaderos salvadores de algo ¿de qué?. El fuego ya los recorrían, habían mencionado su ascendencia, eran semidemonios, ¿y eso los definía a persé en su maldad? después de todo, era la sangre de los caídos la que estaba en sus venas, casi negándoles el libre albedrío, si es que aquello en verdad existía.

- nunca he sido recordada ni notada... - intervino - ni antes.. ni ahora... ¿que puedo en realidad cambiar?... respuestas, a eso he venido, casi por un llamado astral de un destino marcado por los designios ya escritos desde antes de mi nacimiento maldito... pero creo que muchos acá saben cosas, por lo menos más de las que yo sé - miraba los animales presentes, cada uno de ellos distinto, extraños, algunos fieros otros, salvajes e intimidantes como la cabra que una de las chicas tenía.