Partida Rol por web

Mientras la Doctora Li atiende al Elder, Sarah comenta nuestras posibilidades.

Sólo tú tienes una oportunidad con ese bicho, jovencita. Digo señalando el extraño rifle que maneja. Lo que no se es si podremos hacer algo contra la puerta. Por lo demás, yo sólo me fío de mi mismo, aunque debo decir que he pasado un cierto tiempo con Red, Sarah y la doctora Li sin que haya habido problemas.

Aun trabajando asiento

-hemos de decidir ya si quedarnos aquí y cruzar esa puerta o irnos. El Enclave ya sabe donde estamos así que no es cuestión de perder el tiempo. Yo personalmente abriría la puerta, ya que nos hemos tomado la molestia de venir hasta aquí-

Estoy contigo señora Li, tendremos que eliminar a esa cosa pero creo que estamos preparados para ello.

Saco mi supertrineo y lo golpeo varias veces sobre mi mano.

-Pues yo sigo pensando que el asesino podría ser uno de nosotros, ignorar el peligro puede ser un error.

Miró a la puerta que contenía al temible monstruo.

-Si queréis la abrimos, aunque... ¿creen que puede haber alguien con vida tras esa puerta con una criatura semejante suelta en esa sala?

La puerta estaba allí delante, cerrada a cal y canto. El panel de control junto a una de las paredes marcaba que la puerta estaba completamente cerrada. Estaba claro que un Sanguinario era un bicho duro de roer, sin embargo, si todos os uniáis en un ataque, lo más probable es que el enemigo caíga... claro que también las armas y las personas fallan...

Mientras tanto, la doctora se puso a curar al Elder, que ya parecía más animado.

Tras la curación, parecía que los sonidos detrás de la puerta habían cesado. Tal vez el enorme bicho se había cansado... o simplemente estaba escuchando lo que sucedía allí fuera...

El ruido de la puerta había cesado y ya comenzaba a impacientarme un poco.

Creo que deberíamos de abrir esa puerta, si ese bicho sigue vivo deberíamos acabar con él nosotros antes de que pueda hacer daño a otros.

Con mi Supertrineo en la mano miro a Sarah esperando que esté de acuerdo con mi propuesta ya que su arma será vital para acabar con él.

O intentamos echar la puerta abajo o nos vamos, pero hay que tomar la decisión ya. Digo ante las palabras de Tabitha.

Estoy de acuerdo - dijo con decisión mientras sujetaba con firmeza su pesada arma - Podremos con el, no podemos permitir que pueda llegar a hacer daño a nadie. Además, tenemos que seguir avanzado para llevar a cabo nuestra misión...

¡Alto todos! gruñó el paladín de la Hermandad, tras respirar aliviado por ver que su superior había superado el ataque. Antes de lanzarnos de cabeza contra semejante aberración, hay que asegurarse de que no tenemos un enemigo entre nostros que pueda llevarnos a la muerte segura.

Tengo razones fundadas para creer que uno de ustedes es un miembro del enclave. desveló súbitamente el paladín, lanzando una mirada inquisitiva hacia el Elder Mcnamara, en espera de si decidía dar alguna contraorden. Carezco de una prueba fehaciente, es cierto. Pero no creo que la situación aconseje que salgamos sin decidir el destino del probable traidor. dijo mirando a cada uno de los presentes, sin desvelar aún la identidad de su sospechoso. Si desvelo la naturaleza de mis informaciones, estaré en grave peligro, el enclave sin duda hará cuanto sea posible por destruirme. De modo que sólo lo haré si todos ustedes están de acuerdo en que jamás deberá salir de aquí, si juran que no lo desvelarán a nadie. Sólo entonces desvelaré mi presa...

Elder miró sorprendido a Cross. Él sospechaba que había un asesino con ellos y si su compañero tenía pruebas era lo que necesitaba.

-Yo desde luego no desvelaré nada que pueda hacerte daño, al contrario, te ayudaré. Si uno de los presentes es miembro del enclave con lo que ya has dicho podrías haberle puesto nervioso, lo mejor será decirlo para asegurarnos de que atrapamos al traidor. Y una vez esté muerto, juro que no diré a las próximas personas con las que nos encontremos tus averiguaciones.

Miró al joven con admiración.

-Además,si me dices lo que sabes y de quien sospechas  podría protegerte esta vez... y yo también considero esperar antes de luchar con un monstruo. Si uno de nosotros es un traidor del Enclave podría hacer que muramos mientras no enfrentamos a esa cosa.

Sarah se sobresaltó ante las palabras de Cross.

Sabias palabras, si es cierto lo que dices. Yo también llevo tiempo pensando que entre nosotros se encuentra un miembro del Enclave, pero son solo conjeturas, por eso no me había pronunciado. Si me das pruebas, o al menos argumentos convincentes, estaré de tu lado, hermano.

Y por supuesto que no saldrá de aquí, debemos detener a esos malnacidos antes de que sea tarde.

Mientras pensamos si asaltar o no a esa criatura reviso por enésima vez la pistola laser que tantas veces me ha fallado, esta tecnología arcaica no es lo mio y me saca de quicio no saber que hacer para arreglarla definitivamente

Cuando Cross habla apenas le miro, todavía con mi atención fija en la pistola, pero cuando acaba y le responden los otros miembros de la hermandad asiento

-yo ya sugerí la posibilidad de un infiltrado entre nosotros, allá en Rivet City, pero se desestimo bastante pronto. Desde entonces he llegado a sospechar de alguien, aunque por nada en concreto. No tengo inconveniente en escuchar sus sospechas Paladin Cross, a ver si confirman las mias. Y me parece bien que lo que digamos no salga de aquí, si de verdad sirve para detener a un miembro del Enclave-

NOCHE 6

Mientras nuestros amigos decidían quién de ellos podría ser un infiltrado del Enclave, cosa que todavía no tenían seguro, la puerta aún seguía cerrada y la misión que les había encomendado el Elder Lyons aún estaba por cumplir. El ruido de detrás había cesado por completo y al parecer, el enemigo se había cansado.

Pero ese no era el único problema que tenían ahora nuestros compañeros.

No muy lejos de allí, varias naves del Enclave estaban sobrevolando la noche.

Ellos no lo sabían, estaban dentro de una cueva y no escuchaban absolutamente nada, pero esta noche, prometía ser movidita.

Aunque por ahora no había pasado nada.

Me quito el sombrero con la mano izquierda para poder rascarme la cabeza tranquilamente con la derecha mientras todos hablan y opinan que hay un traidor. Cuando la Doctora Li dice que ya sospechó algo en Rivet City la miro con asombro:

Habíais comentado que Rivet City fue atacado después de que Sonrisas y yo dejáramos el sitio. Vuelvo a colocarme el sombrero dejándolo caer un poco hacia la nuca antes de continuar. Pensaba que os habían atacado desde el exterior, ¿crees que fue un trabajo desde dentro?

Me encojo de hombros por la pregunta de Pete indicando que no puedo estar segura

-alguien coloco unas cargas explosivas en el casco. Pudo venir de fuera, pero si ya estaba dentro pudo elegir bien el sitio donde atacar. A mi el desarrollo mas probable me parece que es que alguien se escabullo tras el ataque del Behemot supermutante, todos estábamos distraidos y yo atendía las heridas de Sarah tras un ataque similar al que recibió antes el Elder. Si había un infiltrado tenía espacio para actuar entonces-

Miro una vez mas a la puerta, cada vez parece menos probable que la abramos

-¿y que se supone que va a hacer con ese supuesto agente del Enclave, Paladin Cross? ¿ejecutarlo aunque no tenga pruebas firmes?¿arrestarlo y llevarlo a la ciudadela de la hermandad?-

Sinceramente, lo mejor sería ejecutarlo de inmediato. respondió Cross con frialdad. El paso estaba dado, pero aún había muchos flecos por cubrir. Sin embargo, mi conciencia no me permite hacerlo sin tener la convicción total de que el sujeto es culpable. La cuestión es... ¿podemos permitirnos el lujo de no ejecutarlo? ¿Qué hacer con él? ¿Cómo demostrar que es o no culpable? Si comenzamos a divagar, se aprovechará de nuestras dudas, intentará convencernos de su inocencia. ¿Y quién no lo haría? No, es una cuestió peliaguda, sin duda, por lo que dejaré que sea el Elder McNamara quien decida, ya que es mi superior y a quien debo lealtad. se explicó el joven, paseando por la sala con mucha cautela, de modo que nadie pudiera abalanzarse sobre él por sorpresa.

Os contaré lo que se. Lo que me ocurre. No se porqué me pasa, ni se de dónde proviene. Solo se que cada noche tengo sueños. Sueños vívidos, sueños con con asesinos y asesinatos. Los veo cometer sus viles acciones, destruir nuestro mundo ya desgarrado. La experiencia me ha demostrado que, invariablemente, veo en mis sueños a tres personas cada vez, y una de ellas siempre ha resultado ser un asesino. Un miembro del enclave. El problema es que las otras dos personas son inocentes, y parecen serme mostradas al azar. Ya he soñado con varios de los aquí presentes, lo admito. dijo mirando uno a uno a todos, para de pronto detenerse sobre un único sujeto Pero sólo una de esas personas se ha repetido varias veces. Tanto como para hacerme sospechar. Sólo uno dijo apuntando lentamente con su láser al anciano Pete el Sonrisas parece estar en todas partes y repetir su papel sin cesar.

Miro al joven Cross que me acusa de ser un agente del Enclave, y posando el pico en el suelo, dejándolo apoyado en la pared cerca de mi, me quito el sombrero para sujetarlo con la mano izquierda mientras me rasco la nuca con la derecha. 

¿Dices que soy que, jovencito? Comienzo a abanicarme con el sombrero. Es curioso, en Little Lampligth te ayudé a ti contra unos bichos. En Rivet City ayudé a la Doctora Li y a esta jovencita. Digo señalando a Sarah. Y aquí le he dado un arma que era mía a este joven. Digo señalando a Red. Para que se pueda defender y cuando encontramos el arma gigante que lleva Sarah, le dije que se la quedara. Como agente del Enclave no tengo precio, ¿verdad?. Termino con una leve sonrisa sarcástica. Desde luego que me has visto mucho por ahí, me muevo mucho ya que estoy buscando algo que puede estar en cualquier sitio del yermo. Palpo con cuidado la vieja cantimplora metálica de mi cinturón antes de decir. Al entrar en la cueva encontré algo, algo que ninguno de vosotros supo identificar, y que ni siquiera sabríais como usar, sois demasiado jóvenes y nunca habéis estado en una mina. Me vuelvo a poner el sombrero y meto las manos en los bolsillos del pantalón. Yo se que no soy un agente del Enclave y que he ayudado a todo el mundo que he podido, incluso a Sonrisas, y mira que no nos llevamos bien. Dejo escapar un leve suspiro antes de decir encogiéndome de hombros. De todas formas, tú ya has tomado tu decisión, ¿verdad?

No creo que el sea uno de los del enclave, digo interponiéndome entre los dos y mirando al paladín. Si es cierto eso que dices de que ves asesinos hace poco me cruce con uno, como era su nombre...........así Pringoso, pero de ese ya no tenemos que preocuparnos, un Behemonth hizo el trabajo de eliminarlo, por cierto también se de otra asesina, es una esclava que se hace llamar Clover, si algunas de esas personas han salido en tus sueños ya sabes porque.

Me vuelvo y miro al viejo del Pico, yo confío en ti viejo.

Me quedo sorprendido antes la inesperada defensa realizada por Tabitha. Cuanto termina me inclino levemente para saludarla mientras me llevo dos dedos al ala del viejo sombrero, mientras digo:

Se lo agradezco, jovencita. Yo confío en usted, en Sarah y en el Elder McNamara, ya que los tres han sido atacados por el Enclave. Me encojo de hombros y vuelvo a guardar las manos en los bolsillos del pantalón antes de continuar. Aún así, creo que no le interesa enfrentarse a la Hermandad por un viejo que ha vivido tiempos mejores. 

McNamara asintió cuando Ross habló. No es que desconfiara del viejo, pero estaba desesperado por encontrar a los culpables.

-Sin duda tienes mi apoyo y algo en mí dice que debo fiarme de ti- aunque otra parte de él mismo le decía que fuera prudente. Ser engañado no era algo que le gustara- y si dices que el viejo es culpable andaré con ojo cuando esté cerca suyo. 

El Elder solo intuía que quien le intentó matar fue uno de los presentes, aunque quizá fuera alguien con el que se había cruzado más de diez segundos antes de ser atacado... por eso del móvil y demás. Aunque tampoco podía descartar que el Enclave atacara a miembros al azar y que él había sido una víctima de la mala suerte. Debía ser cauteloso antes de decidir nada.