Partida Rol por web

Radio Galaxia es la radio más importante del Yermo. Allí, Three Dog informa a todos los que tengan un receptor de las cosas más importantes ocurridas en el Yermo Capital. Siempre está enterado de todo y la Hermandad del Acero protege ese bastión de la libertad con muchos hombres. Y más de ellos son necesarios, ya que los alrededores de Radio Galaxia están plagados de supermutantes malnacidos que no dejan que nadie se acerque tranquilamente a ese lugar.

Pero los grupos de Servoarmaduras Potenciadas de la Hermandad están allí para lo que están, proteger Radio Galaxia y evitar que los Supermutantes o cualquier otra persona con intenciones belicosas se acerque. Todo el lugar está plagado de cráteres y de vehículos destrozados, productos de las batallas que en la misma puerta de la radio se libran.

Tres soldados de la Hermandad del Acero se acercaron a ti, con las armas preparadas, cerrándote el paso al lugar.

- ¡Alto! - Dijo uno de ellos. - No queremos mutantes aquí. Identíficate o recibirás una grata bienvenida en forma de rayos láser. -

Dos armas pesadas que estában a ambos lados del camino, te apuntaron. Pudiste ver el punto rojo de la mira colocándose en tu pecho.

¡Hola! ¿Hola? ¿Qué tal estáis? Vaya un recibimiento. Está bien que me llaméis mutante, tengo piel azul, soy grande, Lily se mira las manos. Y tengo piel azul. Pero eso no significa que haya que ser maleducados conmigo. Si fuerais mis hijos os daría cachetes hasta que aprendierais a comportaros.

Tras quedarse unos instantes esperando una disculpa, continúa. Vengo de Little Lamplight, donde los niños me han recibido de buenas formas. ¿Vosotros hombres curtidos tenéis miedo de una abuelita? Pues vaya.

- No, señora, no tome a mal nuestras palabras. - Dijo uno tranquilo. - Estamos rodeados de supermutantes que nos quieren ver muertos, y bueno, es más precaución que otra cosa. Además, ellos no hablan mucho ni tan bien como usted, por lo que no veo problemas de que esté aquí... -

Los hombres bajaron sus armas al hacerlo el que parecía el líder del escuadrón.

- Ahora bien, ¿ha venido a visitar Radio Galaxia? ¿Quiere ver con sus propios ojos el estudio de Three Dog? ¿O simplemente está de paso? -

Pues la verdad es que hubo problemas cerca de Little Lamplight, atacaron pero no hubo heridos. Parece haber empezado alguna guerra ahí fuera y no es seguro estar fuera a solas, empezó diciendo la supermutante.

Y ahora que lo dices, no me importaría ver ese estudio. Llevo muchos años escuchando esa emisora. Me encantan las aventuras de Herbert.

Los soldados se miran y asienten.

Al parecer, no te consideran una amenaza, o por lo menos, saben que ellos en este momento tienen las de ganar.

Te llevan hasta el edificio y una vez dentro, te acompañan hasta el estudio central, en dónde por una de las puertas, aparece una cara que no conocias, pero cuando te saluda, su voz si que te resulta muy familiar.

- Así que tenemos visitas, ¿eh? Bienvenida... ¿señora...? - Dijo Three Dog.

Me puede llamar señorita, aunque prefiero Lily, sonrió su más dulce sonrisa, obviamente nada agradable para el resto de los seres vivos.

Casi me agujerean en la puerta, mencionó la supermutante, y la verdad que no sé porque nadie querría atacar una radio y menos aún la del genial Three Dog, volvió a sonreír.

Siento presentarme de esta forma, pero llevo muchos años escuchándote y me encanta Herbert, también tu tono sarcástico al dar las noticias. Tienes en mi quizás a la fan más vieja de este mundo.

- Es una alegría para mi tener una fan tan... er... ¿grande? - 3-Dog rió. - Bueno, bueno, señorita, ya que está aquí, ¿querrá quedarse a cenar por la noche? Normalmente no tenemos visitas, así que, como soy un buen anfitrión, podemos poner un plato más en la mesa para usted. ¿Qué le parece? -

Los de la Hermandad del Acero que estaban por allí, se encogieron de hombros como incrédulos, aún así, ninguno dijo nada. Three Dog parecía ser más importante que ellos y allí dentro, era él quién daba las órdenes.

- Y en la cena, podríamos hablar de un problemilla. Un problemilla que usted misma puede resolver si quiere. -

Claro que me quedo a cenar. No se me ocurriría dejar pasar la ocasión de pasar algo más de tiempo con semejante anfitrión. La verdad que Lily no había comido en todo el día: había caminado mucho, se había encontrado muchos mutascorpios de los cuales se había librado sin ninguna dificultad e incluso se había echado una siesta bajo un árbol raquítico que asemejaba un esqueleto.

Por supuesto, estoy a su servicio para cualquier cosa que quiera encomendarme. Mientras Leo no tenga ningún inconveniente, claro está.

Noche 1

Radio Galaxia

Tras aceptar a realizar el pequeño trabajito que te había pedido 3-Dog, la señorita caminó con el locutor a otra sala. El hombre parecía bastante contento y además, pudistéis ver que la mesa estaba preparada. Había comida para todos, y también agua para beber, por lo que hoy no ibas a pasar nada de hambre e ibáis a llenar el estómago.

Sin embargo, en ese momento se escuchó un aullido, y ruidos de cristales rotos y disparos... os pusistéis de pie justo a tiempo para ver que por la puerta entraban dos supermutantes armados con dos tuberias de acero enormes...

¡Y van a por ti!

El estómago de Lily gruñó, y eso en un supermutante significaba un rugido estremecedor, como si hubiera una auténtica jauría almacenada en sus entrañas.

Eso rugido surgido de las profundidades además sirvió como preludio para el despertar de Leo. Lily cogió su mazo y se plantó delante del primer atacante. Si Lily hubiera estado en sus cabales, quizás hubiera soltado alguna amonestación por lo poco civilizado de su aparición; pero como Leo estaba al control, solo actuó la adrenalina bombeada a todos los tejidos mutados de su cuerpo.

El problema fue la falta de comida. La visión de aquella sustancial cena había aumentado la necesidad de la abuela por consumir nutrientes y su primer ataque no salió lo mejor que debía.

Lily se retira a Megatón con algunos magullones de más. Por suerte, la cosa no pasó a mayores, ya que los Hermanos del Acero allí apostados se han encargado de los supermutantes que querían tomar la estación a base de ostias.

Raul Tejada llega caminando a Radio Galaxia en plena noche.

Tres soldados de la Hermandad del Acero se acercaron a ti, con las armas preparadas, cerrándote el paso al lugar.

- ¡Alto! - Dijo uno de ellos. - No queremos necrófagos aquí. Identíficate o recibirás una grata bienvenida en forma de rayos láser. -

Dos armas pesadas que estában a ambos lados del camino, te apuntaron. Pudiste ver el punto rojo de la mira colocándose en tu pecho.

Nada más llegar fui apuntado por un láser y ser rechazado por ser lo que era, a lo que le respondo.

¿Y por qué sencilla razón no se me acepta, cuando puedo ayudar?, no soy como te piensas te puedo ser útil.

- No, señor, no tome a mal nuestras palabras. - Dijo uno tranquilo. - Estamos rodeados de supermutantes que nos quieren ver muertos, y bueno, es más precaución que otra cosa. Además, ellos no hablan mucho ni tan bien como usted, por lo que no veo problemas de que esté aquí... -

Los hombres bajaron sus armas al hacerlo el que parecía el líder del escuadrón.

- Ahora bien, ¿ha venido a visitar Radio Galaxia? ¿Quiere ver con sus propios ojos el estudio de Three Dog? ¿O simplemente está de paso? -

Quiero ver Radio Galaxia y quiero el estudio de Three Dog, si me lo permiten. No he venido aquí para perder el tiempo, al igual que ustedes quieren matar a los de mi especie y meten a todos en el mismo saco. Yo quiero demostrar que soy diferente. Si son tan amable de dejarme entrar y ver el estudio, les estaré agradecidos.

Los soldados se miran y asienten.

Al parecer, no te consideran una amenaza, o por lo menos, saben que ellos en este momento tienen las de ganar.

Te llevan hasta el edificio y una vez dentro, te acompañan hasta el estudio central, en dónde por una de las puertas, aparece una cara que no conocias, pero cuando te saluda, su voz si que te resulta muy familiar.

- Así que tenemos visitas, ¿eh? Bienvenido... ¿señor..? - Dijo Three Dog.

Me dirigen hasta dentro, y cuando llego una voz que me resultaba familiar me saluda a lo que saludo igualmente yo.

Gracias, me puedes enseñar la zona...y a la vez informarme de los movimientos que hayan ocurrido...

- Es una alegría para mi tener una fan tan... er... ¿grande? - 3-Dog rió. - Bueno, bueno, señor, ya que está aquí, ¿querrá quedarse a cenar por la noche? Normalmente no tenemos visitas, así que, como soy un buen anfitrión, podemos poner un plato más en la mesa para usted. ¿Qué le parece? -

Los de la Hermandad del Acero que estaban por allí, se encogieron de hombros como incrédulos, aún así, ninguno dijo nada. Three Dog parecía ser más importante que ellos y allí dentro, era él quién daba las órdenes.

- Y en la cena, podríamos hablar de un problemilla. Un problemilla que usted mismo puede resolver si quiere. -

Pensé que nunca me dirías que me quedara a comer. Pues claro que me quedo cojones, tengo un hambre que me muero y mataría por comer lo que fuera ahora mismo.

Me quedo intrigado mirándole cuando me dice lo de resolver un problemilla como el le llamaba a lo que le dije.

Dame de comer y dame un vino y te ayudaré a resolver cierto problema que tengas, vamos cojones muevete.