Partida Rol por web

Sonreí al ver el descubrimiento -Pobrecillo, a saber cuanto tiempo lleva ahí atrapado- dije colocándome brazos en jarra. Era noche cerrada y por suerte teníamos donde pasar la noche. Decidí buscar por la zona material con el que mantener una pequeña hoguera, quizás algún barril oxidado podría rellenarse con trapos y maderos...

NOCHE 2

El perrito parecía cada vez más animado a acercarse a los que allí estaban, pero de repente, se puso tenso y comenzó a ladrar sonoramente, en dirección a la puerta.

Estaban todos mirando al perro cuando de repente, la puerta de la entrada voló por los aires y un supermutante enorme apareció de la nada, armado hasta los dientes.

Y no era una metafora, hasta sus dientes eran armas.

¡Un Behemoth! Gritaron y rápidamente, se colocaron en posición para eliminar la amenaza.

¡Su puta madre! !!Quédate detrás de mi encanto!! Grité mientras disparaba mi arma contra aquel coloso.

Por desgracia, con las prisas, falle la tirada. Me estoy haciendo viejo para esto... ¡Mierda!

Can se muestra desconsolado por -situación desconocida- mientras hh1 y hh2 se preocupan en buena medida por él. Eso está bien, demuestra ciertas capacidades. Orbito contemplando la situación un poco más cuando un ruido fuera hace saltar todos mis sensores y me vuelvo para ver volar la puerta del lugar en una trayectoria paraboloide que no impactará en nadie. Al otro lado, un sujeto mutante de elevada violencia y tamaño, un temible enemigo.

Pero no es rival para mi potencia de fuego. Orbito describiendo un giro de 37.8º a su alrededor para alejarme de los compañeros humanos de menor resistencia mecánica y despliego mi láser apuntando al objetivo. Tras un instante de cálculos, abro fuego centrándome en su peligrosa cabeza para causar el mayor daño posible en el menor espacio de piel enemiga. Un buen tiro y sanseacabó.

Me sacó de mi letargo la ensordecedora explosión. La puerta pasó cerca de donde descansaba a una velocidad asombrosa, pero lo verdaderamente asombroso fue el supermutante que apareció tras la cortina de humo y escombros.

-¡¿Asi despiertas a El Rey?!¡ Pues baila al ritmo de mi rock´n roll!- Grité airado mientras desenfundaba mi revolver y apuntaba directamente entre ceja y ceja del maldito engendro. Una sonrisa se dibujó en mi cara mientras acariciaba con el índice el gatillo y escuchaba. justo antes de disparar, como el martillo se tensaba para detonar el cartucho.

Jericho falla su disparo, pero El Rey es más rápido que el enemigo y logra hacerle bastante pupa con su ataque. Sin embargo, esto no parece hacer retroceder al Behemoth, que carga con todas sus fuerzas hacía El Rey, con la sana intención de separar la cabeza de este de su cuerpo...

A pesar de lo que la gente podía pensar, la batalla no estaba perdida. El Rey, se movió como una culebra, de un lado al otro, esquivando milagrosamente el golpe del Behemoth y acto seguido, todos atacaron. Jericho fallo su ataque por mucho, pero los demás...

Los demás hicieron una carnicería con el Behemoth, dejando tras unos segundos una pulpa sanguinolienta en el suelo, de la cual sólo despedía un leve olor nauseabundo a mutante seco.

Al parecer, nada podía vencer al grupo.

Albondiga, comenzó a mover el rabo y a andar de un lado al otro, ahora, parecía contento.

Una explosión resuena en todo el valle.

La dirección es en Megatón.

El sonido llega desde allí.

Al parecer la bomba ha estallado.

¿Pero que cojones? Pensé que aquel capullo había desactivado la jodida bomba... Cuando le vea me las va a pagar, ¡aún no había acabado de pagar mi chabola!

Claramente enfadado, comencé a registrar el cadáver del Behemoth, en busca de algo que pudiera sernos útil.

Eh tíos, buen trabajo, veamos si podemos aprovechar algo de este capullo

Danzaba sonriente alrededor del cadaver del mutante tarareando un tema pegadizo de un disco que había recuperado del siglo pasado meneando la cadera con la pistola en la mano hasta que escuché la explosión. Miré a Jericho -Pues me temo que ya no queda ni a quien reclamar, menos mal que abandonamos Megatón ayer...- Tras lo que me uní a él para saquear los restos del enemigo.

- Guau, guau, guau. Grrrrrrrr. Wuf, wuf, wuf. - Albóndiga estaba junto al cadaver del hombre al principio, pero rápidamente, se puso a escarbar en el suelo y a señalar con el hocico.

¿Qué había visto u olido allí abajo?

Zap, zap, zap, y el enemigo cae. Para celebrarlo, activo mi módulo de sonido de batalla.

Y entonces mis sensores detectan una perturbación sónica-nuclear-deflagración al sur de nuestra posición, que comparando con análisis resulta provenir del asentamiento Megatón. A los humanos del entorno parece preocuparles moderadamente, y es normal pues podría haberles ocurrido a ellos, al parecer. Hh-1 y hh-2 se ponen a registrar el cuerpo derribado, y hago una pasada por encima del mismo tratando de localizar objetos de utilidad de algún tipo. Al menos, hasta que el can se pone a excarvar en el suelo, probablemente usando sus propios sensores para determinar la posición de un algo.

Así que dejo mi flotar sobre el mutante para acercarme a la posición del can, y le inquiero: -¿Bibip beep bep bibip? Bip bip bep beep. Bibip.

El Behemoth no llevaba nada que se pueda utilizar, ya que todas sus armas iban unidas a su cuerpo de manera quirurgica. ¿Tienen los mutantes esa tecnología?

Mientras tanto, Albondiga continúa haciendo lo posible para desenterrar lo que sea que haya allí abajo.

Mira a ED-E cuando este le "bipea", ladea la cabeza, y sigue cavando.

Tras registrar el cuerpo del mutante, canturreando alegremente -love tender, loooove me true...-  Me disponía a prepararme para continuar la marcha y mi particular búsqueda cuando de pronto, el perro empezó a escavar y ladrar -¿Qué has encontrado bonito, dile a El Rey, vamos- le decía mientras me ponía a su lado empezando a rebuscar donde el escarbaba. 

Veamos que mas sorpresas nos encontramos bajo los escombros. Dije mientras me ponía a escavar junto con el Rey y el perro.

DIA 3

Ayudastéis al perro a cavar, y allí abajo, visteis una cosa extraña. Era una especie de bomba pequeña, de ultima generación, o por lo menos, de última generación antes de la guerra. No tenía marca alguna, ni tampoco algún libro de instrucciones, solo una consola con números a un lado. Es portatil, ya que es pequeña, pero por ahora, nadie sabe como hacer para que detone. ¿Sabrá alguien de explosivos en algún lugar?

El tiempo pasó rápidamente, y el sol comenzó a despuntar por el horizonte. No había sucedido nada más por la noche y todos vosotros estabáis allí, charlando y hablando sobre el ataque de la noche anterior. Por suerte, el sol salió pronto, no tardó mucho en ponerse a una altura suficiente para que la luz ilumine todo el lugar.

Pero cuando la luz llegó, pudistéis ver una cosa...

El Rey... había sido destripado hasta morir.

Estaba allí, en su camastro, muerto, destripado, cubierto de sangre verde y de sus vísceras...

Alguien lo había asesinado...

¡Joder! Exclamé mientras me acercaba al ahora cuerpo sin vida de El Rey, tal vez podría descubrir alguna pista sobre su asesinato, aunque lo tenía bastante claro. 

¡Maldito Eye-Bot ! Debí haberlo imaginado. El enclave os usa como vehículo de su propaganda, ¿porque no iba a usaros también como sicarios? ¡Encanto, chico! -Les grité al perro y a Cereza- Colocaos detrás mio, creo que he encontrado a nuestro asesino

Mis paneles solares se activan ante el nuevo día, y me alzo en el aire barriendo el entorno con mis sensores. Entonces descubro que hh-2 ha sido eliminado en el transcurso de las horas de oscuridad. Era un zoquete, pero lo hizo bien contra el gigante, por lo que archivo el asunto como una lástima. Sin embargo, hh-1 rápidamente me echa todas las culpas a mí, como si hubiese tenido algún interés en hacerlo.

-Bepbip beep. -Niego, rotundamente. Detesto cuando los humanos no entienden qué significa ser un Durabot, y que no tengo para nada que ver con esa asociación que llaman ahora el Enclave. Es más, según confirman mis archivos, mi pertenencia a la Hermandad del Acero hace esa relación totalmente inverosimil de creer para cualquiera con dos dedos de frente.

Pero considerando que el humano no se va a tomar muy bien los gestos bruscos, muevo con suavidad una antena y apunto al verdadero culpable, afirmándolo con un -Bipbiip bebip. -Porque por supuesto, el verdadero asesino aquí es la humana silenciosa y totalmente estática, que ni siquiera procuró ayudar a la hora de enfrentarnos al mutante, al contrario que yo mismo.