Partida Rol por web

Refugio 101

Ocupantes: 7/14

Noche 0

Todo transcurría apaciblemente en el 101. ¿Quién iba a querer salir de allí si el Supervisor se encargaba de que todo vaya bien y todos sean felices? Los que visitaban el refugio 101, no querían regresar al Yermo, ya que allí las comodidades y las bondades del Supervisor eran bastante aceptables. Cuatro comidas al día, agua potable y una cama blanda era lo mejor que se podía obtener a este lado de Potomac. Esa misma tarde, varios supervivientes decidieron entrar en ella, para comprar algunos víveres o simplemente para curiosear y ver si de verdad se podían quedar y si la hospitalidad del Refugio era tanto como se comentaba. Pero en ese momento, el Supervisor, ordenó que cerrasen las puertas y decretó una especie de toque de queda. Los rumores que se escuchan entre los habitantes del 101 son que El Enclave ha desplegado fuerzas cerca del lugar y para mantener la seguridad de los Megastonianos que allí vivían, se decretó la ley marcial.

Y allí están los supervivientes, en una sala que destinaron para ellos, ya que no eran habitantes del 101. Una sala con paredes hechas de telas y plásticos, cerca de dónde se encontraba el reactor, ya que no había más sitio. Todo estaba tranquilo esta noche, pero los guardias parecían nerviosos, así como el Supervisor. Dios Bendiga al Supervisor.

Caminaba despacio y con paso lento pero firme, hacia el refugio 101. Aquello era penoso, como también apestoso y en cuando se llenase demasiado, se empezaría a notar en el ambiente lo cargado que empezaría a estar.

Sin entrar más adentro del refugio me quedo a un lado donde las puertas. Pero estas fueron cerradas, me sorprendió como fueron cerradas rápidamente. Ni si quiera me dio tiempo en volver a salir de aquel sitio.

No me quedaba otra que aguantar el trago un rato o un tiempo...con el resto de supervivientes...

Refugio, comida y mujeres limpias... eso es lo que le habían prometido que se encontraría en el Refugio 101. Si era cierto aquello o no, no se sabe, pues las puertas se cerraron herméticamente cuando llegaron los supervivientes qe iban con él.

-Pues vaya- se rascó la cabeza contrariado- ¿y ahora qué?

Las puertas se cerraron y a nuestro alrededor los guardias y el Supervisor temblaban. No sabía si era por mi aspecto, lo cual solía ocurrir.

Así que mostre mis manos y dije: Fawkes es bueno.

Miro al grupo que más parecía temer y digo: Fawkes solo quiere dormir.

Tranquilamente miro a los presentes, me encojo de hombros y me aprto a un lado de la habitación, me siento tranquilamente, sin pensar en otra cosa, que buscar en mis pensamientos aquello que sabia del supervisor y del refugio 101.

No sabía como había pasado, debió ser cuando perseguía la guapetón de Fawkes por el Yermo.

¿Donde estoy? ¿Pero quienes sois vosotros?

Me llamo Tabhita, he perdido mis zapatitos rosas, ¿Alguien los ha visto?

Las personas que estaban allí me miraban con caras raras, serían mis gafas. Aunque no todos me miraban así, el grandullón parecía que no me escuchaba. 

Escucho a aquella "mujer" y digo mirando mis pies y elevando las manos en señal de resignación:

Fawkes no tiene zapatos.

Había escuchado de los recursos almacenados en el refugio 101 así que me encaminé yo mismo para descubrirlo. La famosa hospitalidad de los habitantes era una carta a mi favor para ganármelos y poder investigar mas sobre ellos.

Sin embargo la cosa se había torcido nada mas empezar y había quedado encerrado junto a otros tantos en una sala cercana al reactor.

Centurión Aurelius, veo que al menos no estoy sin hermanos en este lugar-digo al ver a mi hombre encerrado conmigo.

Encerrada. Otra vez encerrada TAN pronto es... frustrante. No es que tuviese muchos planes de libertad, ni siquiera soy tan tonta como para olvidar quién soy y de dónde procedo. El collar de esclavo que llevo en el cuello bien que me lo recuerda a cada momento. Tarde o temprano tenía que pasar. Sin embargo, no esperaba que mi casual visita al Refugio 101 empezase (porque ni siquiera llevo diez minutos dentro) estando encerrada en una sala con varios seres del Yermo.

En un espeso silencio, trato de pasar desapercibida en una esquina de la Sala, con la mirada fija en un punto indeterminado. Me pregunto si la razón de que los guardias estén nerviosos somos nosotros o el tener el estómago vacío y los testículos llenos. Mi anterior amo se ponía hecho una furia cuando le pasaba una de esas dos cosas.

No trato de oír las pocas palabras de los que están aquí, de hecho ni les he dirigido una sola mirada, una buena esclava sabe que no tiene que inmiscuirse en los asuntos de los demás si no quiere problemas. Clover no es una mala esclava.

Sin moverme de la puerta, y viendo a los presentes a la vez que les escuchaba a cada uno de ellos que hablaba. Me cruzo de brazos y serio le digo.

Si queréis salir de aquí vivos...acabar con cualquiera que veáis enemigo hacia vosotros. Sed egoístas y no penséis en nadie más que en vosotros. O seréis comida de esos malditos zombies y de vuestros propios compañeros...

Iba a presentarse cuando César dijo su nombre.

-Pues sí, yo soy Aureliux de Phoenix, centurión del pelotón...- miró en todas direcciones y echó en falta a varios miembros de su pelotón. ¿se habrían perdido por el camino? En fin, miró a César y le habló en voz baja- oye, ¿no había más gente con nosotros?

El yermo era un lugar peligroso, quizá se habrían dispersado. O se habían ido con mujeres de moral dudosa que se hubieran encontrado por algún lado. Nunca se sabía con los soldados.

-Oh, un superior al mando -dijo el robótico soldado-. Sargento RL-3 a su servicio, señor, para lo que usted ordene señor -como no tenía manos propiamente dichas, el saludo del robot consistió en mover las bocachas de sus armas de acá para allá.

Así que allí estabamos, enel refugio 101, que era donde queríamos terminar, pero encerrados, que seguramente NO era como queríamos terminar.

Unos iban a su peo, sus pajas mentales que dirían algunos, otros empezaban a desconfiar...esos son a los que no hay que acercarse mcuho o al final terminas con un cuchillo en el cuello.

- Así que aqui estamous... Dije con mi marcado acento ranchero americano. Soy Rose, para lo que necesitéis Moví el ala del sombrero como saludo. Habrá que buscárse una silla o álgou, que parese que nos vamos a quedar por áqui un tiempou...

Los miré a todos con una sonrisa, los conté y traté de quedarme con sus caras...sobre todo con la del pelado necrófago amigo de ser egoista y pensar en él mismo...

- Nos vémos en un rátou señores...

Sonreí de nuevo y me dirigí hacia dentro del refugio, paso a paso, con mis orejas bien desplegadas por si se oía algo demasiado raro....o por si no se oía nada....

Pequeño y caminando con los hombros bajos, deambulo por la sala. Hacia poco que habia llegado y no queria moverme de allí, el exterior era salvaje y si ya mis compañeros me solian tratar mal, no queria comprobar como lo harian mis enemigos o aquellos que querian comer mis ojos.

Hola - era una palabra suave, que apenas sale de mis labios mientras instintivamente bajo aún más la cabeza y subo los hombros, un movimiento para protegerme tanto de palabras como de golpes a los que estaba acostrumbrado

DÍA 1

VAULT 101

Algo parece que está sucediendo justo en la entrada del 101 esta mañana. Los disparos de Láser y las balas, parecen repiquetear en las paredes de metal de la compuerta principal del refugio. El Supervisor, se ha ocupado de ver que todos vosotros os encontráis bien, pero lo más importante, que el reactor nuclear continúe en funcionamiento para mantener los sistemas de soporte vital del refugio.

Tras una media hora de revuelo, los disparos parecen haber cesado, sin embargo, la puerta de la entrada ha resultado seriamente dañada por varias granadas y el Supervisor, que siempre vela por la seguridad de los habitantes del Refugio 101, ha envíado a sus ingenieros y científicos a que reparen la puerta, ya que sin ella en correcto funcionamiento, la seguridad del 101 se vería comprometida.

Pero el peligro ha pasado, y la compuerta se ha abierto de par en par para su reparación, dando via libre a los que queráis marcharos de ese lugar.

Recursos:

No parece haber nada de utilidad en este lugar, al menos por ahora.

Descansaba cerca de la puerta de salida. Cuando me alarmé al escuchar los sonidos de los lásers y los disparos que provenían de fuera. Inmediatamente mis oídos y mirada se fijaban en la puerta a la espera de que se pudiera abrir y saber por qué aquellos disparos.

Pero no fue así, cesaron los disparos, y se podía apreciar en ella los disparos, dejando marcas.

Entonces me giré hacia los que allí nos encontrábamos y dije.

Parece que el espectáculo a empezado y no estamos combatiendo...

Escucho el revuelo que se arma fuera de nuestro refugio y digo al general: ¿Necesitan la ayuda de Fawkes?

Pero antes de que me responda ya parece que todo a pasado, así que me siento en el suelo, mientras espero algo de comida con la que saciar el desayuno.

Mientras me probaba un par de gafas que tenía en mi bolso, escucho movimiento en el exterior, el silencio del bunker me ayudo a percibir el sonido de la trifulca. Uhhhhhh alguien esta de mal humos fuera, cuanta violencia.

Continué con mis quehaceres probándome las gafas y un pinta uñas medio usado que encontré en una carreta abandonada en mitad del Yermo.

Al terminar la reyerta, los ingenieros del lugar se pusieron manos a la obra para adecentar los desperfectos, para ello abrieron la compuerta y el aire del exterior entro en el cubículo. Me estoy aburriendo muchísimo chicos, voy a darme una vuelta por las afueras a ver si encuentro algo con lo que jugar. ¿Alguien se apunta? ¿Fawkes?