Partida Rol por web

De repente una estraña sensación inunda la sala, un sonido de respiración metalica se oye desde el fondo del pasillo que da al gran comedor. Una figura negra aparece y mira a Pete

- Los poderes del lado oscuro son poderosos en este castillo. - inclina la cabeza y se va hacia la mesa donde están el resto de caballero sith. 

Despertando del profundo sueño en el que me encontraba  para asistir a la típica reunión anual, cada vez había villanos que ni conocía, maldición era un tedio conocer gente nueva todo los años pero que podía hacer mas que presentarme firmar autógrafos  y aburrirme con las historias, soy tan malo que, o yo me encargue de, patético al final de todo los héroes detenían los planes y puff aquí estábamos de nuevo.

-Buenas lo que sea,- saludé algo fastidiado  a la gente reunida en el lugar – Madame Minn, Malefica, Pete, Scar, Jafar, Oogie, Apandadores- dije mientras estrechaba sus manos, villanos clásicos personas en quien confiar pura maldad , el resto una fusión patética, y para colmo de males pésimos villanos, la nueva generación no tenía buenos  gustos, ¿una niñata  y un doctor que parecía una mala parodia del viejo Frankenstein,  por los mil demonios todo era tan extraño y por otro lado los animados en 3d y los personajes de comic, -Saludo a los nuevos Bla, Bla, - dije mientras me disponía a lo clásico de todos los años, comer, reírme y aburrirme, debía haber traido un espectro o dos pero bahh estaban de vacaciones.

Oogie Boogie recibió su invitación, medio destrozada y pegajosa gracias a sus esbirros Lock, Shock y Barrel que competía por ver quien se la entregaba al Hombre del Saco. Después de hacer que recibieran su respectivo castigo esos tres granujas (más por aburrimiento que por otra cosa), marchó al lugar de reunión.

Jugando con un par de dados de seis caras en una de sus "manos", se sentó en su sitio, con una sonrisa socarrona. Los que estaban cerca de él podía ver como algunos bichos paseaban por la mesa y alguna que otra araña caminaba entre las costuras del Hombre del Saco.

Scar moviendose entre la maleza, porque era malo, llegó al castillo por el bosque. Mirando las estrellas observó una vieja y gorda bruja chillona que pasaba por encima de su melena. Se masajeó la sien con preocupación.

- Ésto está lleno de incompetentes...- 

Caminó hasta una de las paredes del castillo y de un salto entró por una de las ventanas que alguien había tenido la amabilidad de hacer estallar en pedazos. Con andares felinos fue saludando con una breve inclinación de cabeza a aquellos que recordaba de otras reuniones hasta que llegó a su mesa. Sin mucho esfuerzo se subió a ella y comenzó a afilarse las garras en el centro de la mesa.

Bostezó con las garras aún en la madera y el culo en pompa y se dejó caer encima de la mesa.

-¿Ya me han vuelto a sentar con el gato? Jeje. Desde el cariño, Scar. Choca esa pata.

Levantó una ceja  y rodó sus ojos. -Hades, píntame como una de tus mujeres griegas... haz lo que quieras, pero no prendas fuego a las cortinas, eso podría hacer atraer a las estúpidas hienas...- 

Iago estira el cuello mientras trepa hasta el hombro de Jafar, que se halla junto a la mesa. Observa con curiosidad, balanceando la cabeza de un lado a otro, buscando algo que le atraiga. Los ojos parecen salírsele de las órbitas cuando encuentra algo que no le agrada en absoluto.

-¡¡GALLETAS!! -grita espoloneando con desagrado un grito estridente- ¡¡ODIO LAS GALLETAS!!

No sólo odia su asqueroso sabor si no que además, por si esto fuera poco, le recuerdan al rechoncho y viejo Sultán que se las empapuzaba gaznate abajo. Se revuelve renegando en el hombro de Jafar hasta que éste le cierra el pico con la mano.

-En éxtasis... -repite las palabras de su amo con el mismo tono, arqueando una ceja.

Se acicala las plumas en silencio mientras pasa la mirada de forma distraída sobre los invitados y la detiene en Maléfica y su cuervo, a los que saluda estirando sus alas.

Iago le mira de soslayo con cara de circunstancias cuando Jafar le advierte. "Yo? Picar la mano que me da de comer? Jamás! Jamás otra vez, quiero decir."

-que asco de mesa, aunque esta mejor que el último sitio donde dormi- pega un par de puñetazos y mata los insectos que había encima de la mesa. 

-Oogie Boogie, si te quejas de que he matado a tus bichos, te abrire en canal y te sacare el relleno, creo que ya te paso una vez ¿no?

me quedo mirando a los demas: -puff, magos, como los odio, la magia arruina todo, lo mejor es una buena espada y arrancarle la cabeza a alguien, no un abracadabra, a ver si aprendeis.

Miro incrédula a Shan yu -bárbaros... que poco.... eso de ensuciarse con cabezas cortadas, deberías ser más sutil, pero no espero que entiendas nada- dejo de prestarle atención a tal personaje.

-Iago... querido tu por aquí- le sonrió al loro 

Bueno, por lo visto la "vieja guardia" estaba dándose coba unos a otros. Si la cosa seguía así, les llevaría un buen rato sacarse las narices de sus respectivos traseros. Bueno, más canapés rancios para mí.

Estaba disfrutando de una copa de vino tinto, oscuro de matices deliciosamente sanguíneos mientras observaba a los que se sentaban en mi mesa. El doctor cheposo, la niña histérica, una especie de duende motorizado y un par de grumetillos la mar de salados. Noté como el doctor me dirigió un certero puntapié en la espinilla. Quizás apuntaba a otra parte, pero su artritis no le debió permitir subir más. 

Un gesto de molestia y una mirada desapasionada mientras el le echaba la culpa a la niña de al lado y yo pensaba si el echo de carbonizarle me quitaría o ampliaría mi acceso al jacuzzi malvado (esperaba que hubiera un jacuzzi). Finalmente me decidí por un clásico.

Saludé con un gesto al Duende verde, al tiempo que con un gesto de mi mano le prendí fuego a la cola de la bata del "profe".

-Y dime Goblin, ¿Que tal esa plaga de arañas? He oido que tus métodos de exterminación son... La bomba.- Chiste malo, lo sé. Son mis favoritos.

- Me alegro de la mesa que me ha tocado, todos limpios y educados, con un toque místico que en el siglo XIX era lo más. Además no hay ningún gato. Estas reuniones siempre fueron buenas.

Obviando lo que pasaba a mi alrededor cogí el teléfono y lo toquetee como con la vana esperanza de que se encendiera mágicamente,todo se estaba eternizando ¿es que no había ningún villano que pudiera controlar la electricidad? con la fácil que seria pedirle que le diera una chispita.

Y como por arte de magia la hubo,eso sí sobre la bata del bicho raro que había a mi lado.Contuve mi risa sin demasiado éxito y seguí toqueteando los botones del móvil.

Enserio que no había mucho personal este año, me preguntaba donde habían quedado esos temidos villanos, ni Kaa, o el tigre Khan hacían su aparición y para colmo de males llegaba hacer un fastidio, con rostro lleno de perversidad me dispuse a tomar un bocado de cerdo al horno.

-Muy poco estilo, esta noche- cruce los dedos en aspecto digno y lleno de maldad, la época clásica así lo dictaba –Algo de música quizás podría mejorar la velada- moviendo las manos cual director de orquesta decidí animar un poco el momento.

-Aún no estoy oxidado- mencioné con cierta soberbia mientras las llamas danzaban. 

Aquella reunión de malos estaba poniendo al muñeco de Mattel algo nervioso. Sabía que allí había malos que realmente podían hacer verdaderas maldades. Él, simplemente, quería volver a su casa de ensueño y recuperar la amistad y su relación con Barbie para siempre jamás.

Suspiró, notando el pañuelo de diseño exclusivo muy apretado en su cuello. Se lo quitó, dejándolo en el regazo, y miró alrededor, escuchando las conversaciones de los demás malos. Se preguntó por qué algunos no habrían venido. Si lo hubiera sabido él, tampoco habría ido, o lo habría hecho acompañado de Barbie, aunque no le hubiera gustado mucho. O, al menos, esa era la sensación que tenía.

—Esa música me pone de los nervios— dijo, algo confidencial, pero para que lo oyera su autor—. Es muy apropiada, no lo niego. Pero, es como si anunciara algo malo. Algo que va a pasar. 

Empeze a sentir calor abrasador en el cuerpo, un calor enorme.Me estaba quemando vivo,seguro que habria sido loki.
Empuje a la pelirroja para cojer su zumo pero se cayo y se le rompio el movil, despues me apage el fuego y resople.
Ella empezo a gritarme y a pegarme por lo que me fui corriendo y me encerre en el baño y alli estube unas cuantas horas

¿Una invitación de Pete? Se extrañó de que alguien pensara en él para una reunión que no fuese un enfrentamiento contra jedis o algún encargo especial. Estaba alojado en Tatooine, lugar donde estaba en busca de un cierto objeto. Llegó a la nave y viajó hasta las proximidades del lugar.

En cuanto llegó un ligero sonido de pisadas metálicas, se detuvo esperando el lugar donde sentarse y se encaminó hasta allí haciendo una reverencia de agradecimiento a Pete, el anfitrión. Por lo menos debería mostrar sus agradecimientos como mínimo.

Loki, al igual que hizo él antes, se percató de su presencia. Visto que el Dios bromista tampoco conocería a demasiados de los que estaban allí, supo que le hablaría tarde o temprano. Mas hubo algo de lo que dijo que perturbó al Duende. 

Arañas, al oír la palabra tuvo que reprimirse para no mirar en todas direcciones. Casi sintió unas cuantas arañas subiendo por su cuerpo dentro de su traje. Y su frente, oculta tras la máscara burlona, comenzaba a sudar. Afortunadamente, suponía que Spiderman no iría a un sitio así, con tanto malo desconocido para él. Fue lo que hizo volver en sí a Osborn y poder aparentar tranquilidad.

-Muy... gracioso, Loki- dijo en respuesta a sus provocaciones y chistes. Sin embargo, a pesar de estar perturbado, no sentía casi nunca miedo, y por mucho que fuera un dios, le habló a Loki como le hablaría a otro humano- al menos hay una cara conocida por el lugar.

Miró a los otros compañeros de su grupo y volvió a preguntar a Loki.

-¿Qué opinas de los demás? ¿Les conoces?

En realidad el Duende tampoco era tonto. Sin duda había investigado y leído cosas sobre la mayoría de los presentes, para saber con quién compartiría el tiempo que durara la reunión. pero quería saber la impresión del Némesis de Thor. Él creía que a veces era demasiado críptico y enrevesado con su humor, pero creía que solía calar a las personas, cualidad que aprovechaba para hacer sus maldades y manipular a otros. Claro, que, el término "personas" se aplicaba a poco más de la mitad de los presentes.

Me bajo del techo ignorando completamente a los presentes, parece que ser un animal que asusta niños no mola lo suficiente o no te da el prestigio de ser malvado. Pero si mis dientes son muy grandes, ni que pensar sobre mi capacidad de hacerme invisible y aparecer de golpe como si fuera una estocada en el pecho a traición.

Pero mira lo que se esta montando aquí, tenemos variedad de color y de gustos. Los clásicos malosos se reúnen en comitiva mientras que los animales nos comportamos como tal... Ni hablar de los enmascarados, que suspenso con tal solo verlos y la respiración de Darth Vader me hace cambiar de color mi piel por el escalofrío. 

Me cae bien Scar pero no sé si acercarme y convertirme en su cena... Mejor me quedo escuchando a ver que dicen.

Hades se dedicaba a relajarse, no esperaba sacar nada en claro de la reunión, pero tampoco le importaba ya que ¿Quién era él para decirle que no a una fiesta?

-Ah chicos.-Dijo suspirando.- Al final siempre estamos igual. Soy unos viejos amigos, mi piedra guía, algo que se que no va a cambiar.-Comentó en un tono melancólico pero irónico, mientras gesticulaba mucho con las manos.-Pero siempre hay alguna sorpresa con los nuevos. Hey, como Loki, he oído que tu también tienes problemas con un dios del rayo, son lo peor. Y a mi también me gusta el fuego.- Puso una mano a modo de pistola y disparó una bola de fuego sobre un muslo de pollo que pretendía comerse. Empezó a masticarlo con una boca que era todo colmillos.

Ahhh los clásicos nunca fallan. Tras ver como el molesto profesor salía corriendo me recosté en la silla con evidente satisfacción, las pequeñas risas a costa de otros son las que más se disfrutan, sin lugar a dudas. Aunque por lo visto le había roto el móvil a la chica de nuestra mesa. Daños colaterales, supuse.

-Bueno Norman, no tengo el placer de conocer a nadie aquí, aunque con un poco de cultura cinematográfica, creo conocer a los que llevan esos palos luminosos tan chulos, Creo que son algo así como una secta de señores del mal maligno llamados los Sith. Luego está Hades. Preciosa melena, tienes que decirme tu marca de champú, señor del inframundo. ¿Elmuere? ¿HS Lava fresh?* Y nadie de los presentes no conoce o ha oido hablar del famoso Rumplestin... Rumplist... Joder, y yo que creía que en Asgard tenían nombres raros.

Le guiñé un ojo a Hades.

-Ay, que me vas a contar. Pero que le vamos a hacer, uno no elige a su familia, simplemente tratamos de carbonizarles un poco de tanto en tanto, y ya nos quieren encerrar. ¿Eh viejo? Ni un pequeño Ragnarok le dejan hacer a uno.- Luego mire a la joven de nuestra mesa.- ¿Tu eras Candace no? No sabia que las jovencitas empezasen en este negocio a tan tierna edad. Fíjate como empezó Malefica... O en Min ya puestos.

---¡Rumplestinki, querido Loki!- digo levantando los dos dedos mientras nombro mi nombre- Pero si quieres puedes llamarme Rumple si te es mas sencillo, aunque desgraciadamente, creo que no nos hemos visto anteriormente ¿me equivoco? ¡jijiji!

El absurdo e inútil Dr Doofenshmirtz hizo gala de su pastosidad y mientras intentaba sofocar el fuego de su bata tiro sobre mi teléfono un zumo.Inmediatamente después y antes de que siquiera tuviera tiempo a reaccionar salto como un resorte y salio corriendo hacia los cuartos de baños,maldito imbécil,menos mal que mi Nokia 105 era resistente al agua,si no iba listo.Ni siquiera el temible cuarto de baño de los chicos le salvaría.

En medio de mi neurosis y mientras frotaba con varias servilletas de tela el teléfono escuche mi nombre.Intentando dejar de lado mi enfado mire hacia la dirección de donde había provenido -Em si- en un acto reflejo negué con la cabeza y seguí frotando con fuerza el teléfono -No es de extrañar,las mujeres tienden a ser mas..digamos..retorcidas.Lo que me extraña es que no haya mas-