Partida Rol por web

Una de las habitaciones del castillo albergaba una especie de mansión. De una puerta surgieron los espíritus de dos personas como si de nubes se tratasen. Una era una bella mujer alta y de galán porte. Otro, un bebé tatuado bastante grande, de juguete. Allí se reunieron con El Fantasma De Tinta que parecía estar ya esperando algo así, o similar.

-Hummm que adorable velada, ya no se respetan ni a los villanos veteranos, cuantas muertes en una sola noche. Buenas noches por cierto-

Buenas noches, Maléfica. Saluda. Bebote, dice haciendo un gesto de respeto.

Sin duda parece que algún maldito héroe se ha infiltrado. Si queréis una justa venganza, me encargaré personalmente de que podáis sentiros resarcidos. Decidme, ¿quién os ha hecho esto?, pregunta el Fantasma de Tinta, claramente consternado. Tantos nuevos, y no sé de quién fiarme, murmura.

Aunque no sentía ningún aprecio frente a aquel bebe de juguete, parecía por lo menos que sabía a quien debía respetar, así que saludo con la cabeza.

-¿Héroe? no lo creo, no son tan insensatos y hay pocos o ningún héroe que asesinen así, porque si, sin razón aparente y menos a sangre fría, es uno de los "nuestros", pero no se quien-

¿Y no sentiste nada? ¿Nada que me pueda ayudar a acabar con el, o ella? insistió el Fantasma.

Niega -Caí en un profundo sueño, no suelo dormir bien, a ver si, unas manos que apretanban mi cuello, pero estaba todo oscuro, me gusta la oscuridad-

Una de las habitaciones del castillo albergaba una especie de mansión aún más lúgubre que estaba como hechizada. De una puerta surgió el espíritus de una persona como si de una nube se tratase. Esta vez se trataba de una joven pelirroja que poseía una cara de dolor y tristeza, y además, su cuello, estaba muy rojo con marcas de una gran presión causada con una cuerda. Allí se reunió con El Fantasma De Tinta en un sitio que era como el limbo. Él parecía estar ya esperando algo así, o similar.

-Vaaaaaya, ya empiezan a reaccionar y eliminar la mediocridad- como siempre tan simpática con la niña y a partir de ahora simplemente la ignoraría.

Lanzó una mirada de odio a Malefica  -Ya empezaron cuando te mataron a ti bruja- y se fue a la parte mas alejada de la habitación.

Caramba niña, dime, te mataron con razón ¿verdad?, pregunta El Fantasma con una voz tranquila, sería una asesina, pero una niña al fin y al cabo.

Negó con la cabeza -Ojala,así mi muerte seria menos patética- y se llevo la mano al bolsillo buscando el teléfono.Al hacerlo se dio cuenta de que no estaba -Ahgg-

Una de las habitaciones del castillo albergaba una especie de mansión aún más lúgubre que los demás sitio que estaba como hechizada. De una puerta surgieron los espíritus de dos personas como si de dos nubes se tratasen. Uno era un chiquillo malvado con un corrector en los dientes, una lupa entre las manos y unos ojos saltones terroríficos. Por otra parte también se encontraba allí un verdadero dios. Estos eran SID y LOKI que se reunieron con el lúgubre Fantasma de Tinta en un sitio que era como el limbo. Él parecía estar ya esperando algo así, o similar.

Se sacudió la túnica y miro al fantasma de tinta -esto es casi ya un hobbie- sonrió

Una de las habitaciones del castillo albergaba una especie de mansión aún más lúgubre que los demás sitio que estaba como hechizada. De una puerta surgió el espíritu de una personas como si de una espontánea nubes se tratase. Era un hombre de mediana estatura, que parecía estar empapado en leche y con mordiscos y arañazos por el cuerpo. Este era el señor Edgar,  que se reunía con el lúgubre Fantasma de Tinta en un sitio que era como el limbo. Él parecía estar ya esperando algo así, o similar.

Asi es querida jajaja, rió el Fantasma a Maléfica. Bueno, parece que hay nuevos muertos. Sin duda el señor Edgar nos podrá ilustrar, ya que se rumorea bastante que es un héroe. Díganos Edgar, ¿que sabe? ¿Es su corazón puro? De todos modos, ya está muerto, que importa, pregunta el encapuchado.

Tras los disparos, Sid había estado deambulando largamente por el limbo, creía que todo había terminado que lo habían desmontado a él también, pero, de pronto, se fue dibujando el castillo de nuevo ante sus ojos, o... no era el mismo sitio. -¡Oh, por todos los juguetes! ¡¿Dónde están mis piernas?!- Observó sin dar crédito a la etérea extremidad en forma de nube que tenía en su lugar. -¡Qué me HABÉIS HECHO?!- Se exclamó observando a los presentes creyéndolos culpables de su desgracia.

-¡¡¡Tú, tú y TÚ!!! ¡¡Pérfidos!!- Se quejó pegando gritos señalando a Maléfica, la niña pija y el del sombrero de copas que se le antojaban más culpables que ninguno.

Negó con la cabeza -Tranquilízate niño, aquí ninguno de nosotros estamos en nuestro sitio e intentamos decansar en paz-

Que escándalo, ni muerto uno puede descansar.

-Eso es relativo, querida Maléfica. Muy a mi pesar, la estancia como muerto no me es del todo desconocida, aunque para una vengadora como tu, sin duda debe ser como poco, desagradable.- Comenté burlonamente.

Miro a Loki y le sonrió encantadora, si podía serlo con ese aspecto tan carismático -Querido ¿con que fundamento me acusas? ¿acaso crees que si fuese una de ellos estaría aquí? ¿me habían matado los "míos" en caso de serlo?-

Llegan al limbo los Golfos Apandadores, Scar y Lord Tyranus. Allí les está esperando el poderoso Fantasma de Tinta.