Partida Rol por web

 Shyvana despertó agotada, pero su cansancio quedaba en un segundo plano en comparación a su preocupación. Allí, aunque no toda la noche, había dormido con quienes creía que eran los suyos, pero aquí durmió firmemente abrazada a ella, sintiendo su calor y, sobre todo, su bienestar, del que ella misma se había asegurado.

 Abrió los ojos y, después de imprimir en su frente un suave y protector beso, la apretó ligeramente contra ella para sentir su respiración sin llegar a despertarla. Suspiró, aliviada y emocionada, cuando comprobó que estaba bien, y que la horrible experiencia de aquella noche no había trascendido a algo peor, que no lo había permitido.

 Liberó a Katarina de su abrazo para apartar un mechón de pelo tras su oreja con una tierna caricia, que seguiría a otras, mientras contemplaba fascinada, pero también con preocupación, su perfecto rostro, que se le antojaba infinitamente más angelical e inocente mientras dormía. Habría sido un despertar inmejorable si no hubiera sido por lo ocurrido durante la noche, que no paraba de rondarle la cabeza, además del asunto de Xin y Sivir, a lo que buscaba alguna especie de relación, o lógica. 

 Acarició su mejilla y plantó un suave beso en sus labios. - Mi amor, despierta... ¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? - Acarició su pelo, y con la otra mano apretó la suya. - Me has dado un buen susto esta noche... ¿Qué ha pasado? ¿Has visto algo? - No tardó en preguntar. Estaba especialmente furiosa, y era así como en su cabeza estaba elaborando planes para Xin Zhao, pero la sola visión de su amada la tranquilizaba, y por ahora guardaría las formas. No era entre gritos y blasfemias como quería despertarla. Además... Estaba lo de Talon. Definitivamente, no era el momento.

El dolor en todo su cuerpo era notorio también en ese lugar donde Katarina y Shyvana habían permanecido unidas. Sin embargo, allí la asesina no sentía la necesidad de levantarse y enviar un mensaje de su fortaleza. Allí podía permanecer con los ojos cerrados, concentrándose en respirar y reconocer que en aquel momento se sentía... débil.

Su respiración era sonora y dificultosa, pero cuando sintió la suavidad de los labios de la semidragona sobre los suyos, se curvaron en una sonrisa suave y con un suspiro movió la cabeza para prolongar su contacto antes de abrir los ojos despacio.

-Estoy bien. Pensé que moriría pero tú me diste fuerzas para quedarme a tu lado -respondió en un susurro, apretando los dedos de Shyvana con los suyos y buscando su mirada con ojos decididos-. No pude ver nada, no sé quién fue... Pero me dieron bien fuerte -se esforzó por esbozar una sonrisa de medio lado a pesar de que su voz sonaba más quejumbrosa de lo que le habría gustado -. Puede que vuelvan a intentarlo esta noche. Pero les estaré esperando y uno de ellos caerá en mi lugar* -añadió, entrecerrando los ojos y afilando la mirada-. Y si intentan venir hoy durante el día, cuando el gigante de hielo nos reclame, tampoco podrán conmigo**. 

Cerró los ojos por un par de segundos, disfrutando de las caricias de Shyvana. Era tan extraño poder mostrar debilidad frente a alguien sin temor a que se aprovechase de ella... Y sin embargo, se sentía bien, fuerte mientras tuviera a la demaciana a su lado. Todo era tan irónico como cierto. Aún con los ojos cerrados tiró con suavidad de la mano de la semidragona para llevarla a sus labios y besar sus dedos con dulzura. Después tomó aire lentamente y los abrió de nuevo.

- No sé quién ha sido. Pero me las pagará. ¿Crees que Xin Zhao sería tan estúpido como para atacarme de noche después de increparme? -preguntó, dubitativa- ¿O alguien quiere que le carguemos a él las culpas? ¿Y por qué han atacado también a Sivir?

 La expresión de la demaciana se volvió más seria cuando Katarina explicó lo poco que había podido entender del ataque de aquella noche.

 - Protégete, que tú estés bien es lo más importante - Aclamó con firmeza antes de retomar la palabra y agravar su tono cada vez más - Ese cabrón va a morir. Te lo juro - Espetó apretando su mano llena de ira, terminando con una mirada más dracónica y depredadora que humana. - Esta noche usaré la esencia de Serylda en ese imbécil de Xin para que se calle de una maldita vez, si no muere antes. - Deja claro con su actitud que no sólo no le importaría que ocurriera, si no que además es algo que quiere. - El senescal me está tocando las narices, y seguro que no sólo a nosotras. Puede que le estén cargando las culpas, sí, pero si en realidad hubiera ido de frente y él fuera responsable, ahora puede excusarse fácilmente con ese razonamiento, o con el de que sería estúpido atacar justo después de discutir contigo... Aunque no se si Xin sería tan listo como para confundirnos tanto... Ahora parece nervioso, se contradice. Aclama la unión entre Noxus y Demacia, cuando ayer se escudaba en nuestra nación, y atacaba la tuya. - Observa y agacha la mirada, insegura. - Pero sigo sin saber qué pensar... - Vuelve a mirarla, más firme y tranquila - Así que me desharé de él durante un par de días, y trataré de descubrir algo en el otro lado. Yo sólo quiero que te dejen en paz - Ansía, así como los labios de la pelirroja, que no tarda en volver a tomar.

 - No se qué relación tendrá nada de esto con Sivir, pero no creo que ella sea responsable de ésto, si ha sido atacada. - Acarició el pelo de Katarina y volvió a agachar la mirada, especialmente intranquila después de escuchar a Sivir en el otro lado. - Pero hay algo más que me preocupa, y cada vez más... No se si serán simples coincidencias, imaginaciones mías, o si la presión no me deja pensar con claridad... - La mira a los ojos y esboza una pequeña sonrisa. - Igual es tu culpa que no pueda pensar - Bromea, mirando sus labios con los ojos entrecerrados.

Katarina escuchó a Shyvana en silencio, con el ceño fruncido por todo lo que estaba sucediendo, pero cuando ella terminó bromeando, no pudo evitar que una sonrisa de medio lado se esbozase en sus labios. 

-Piensas demasiado, eso es verdad -convino, juguetona-. No seré yo quien te lo niegue. -Estiró la mano para acariciar la mejilla de la semidragona con la punta de los dedos. - Pero no sabes cuánto agradezco poder hablar con alguien con un poco de cerebro. 

Se quedó pensativa ella entonces, dándole vueltas a algunas cosas y finalmente buscó la mirada de su compañera. - Esta noche ha habido dos ataques. Sin embargo, la noche pasada sólo hubo uno. ¿Crees que realmente los dos ataques los han hecho los mismos? - Arrugó la nariz, indecisa. - ¿Y si hay más bandos de lo que suponemos? ¿O si alguien ha intentado tomarse la justicia por su mano? Me molesta Xin, que ahora me ofrece amistad después de buscar ayer mi cabeza... Pero también me molestan los que permanecen en un segundo plano, pasando desapercibidos y dejando que otros nos despellejemos en el centro de la pista. 

Sacudió levemente la cabeza e hizo una pequeña pausa que aprovechó para besar nuevamente los labios de Shyvana y al separarse de ella, ladeó un poco la cabeza, mirándola con curiosidad. - Dime, ¿qué es eso que te preocupa cada vez más?

 Shyvana sonrió a las caricias de Katarina, sintiéndose dichosa por su compañía.

 - Esque todo parece demasiado complicado, sólo podemos dejarnos llevar por nuestra intuición, o tratar de leer entre líneas. - Se justifica - No se si puede haber más bandos. Avarosa está contra Lissandra, y Serylda debe estarlo también. Creo que nuestros enemigos también tienen magia, y que tras lo que dijo Sivir anoche os han considerado amenazas a ambas y lo han empleado todo contra vosotras.

 Da un beso cómplice a la pelirroja antes de empezar a explicarse, consternada por su sospecha - ¿Recuerdas cuando ayer discutíamos sobre las lealtades? Cuando habló Sivir*, fue a Jarvan y a mí a los primeros a los que hizo referencia, y a otros después de nosotros, y de seguido Draven hizo también un par de alusiones a Jarvan y a mi en primer lugar**. - Mira hacia abajo un segundo antes de volver a hablar, pensativa. - Al principio dudaba de si era simple casualidad, o si eran imaginaciones mías y le estaba dando muchas vueltas, pero ahora Sivir repite lo de anoche, y de forma mucho más directa. Aunque ha dicho que no lo está acusando directamente, sí que lo parece, y creo que tiene razón cuando dice que ha estado demasiado... Tranquilo, tras cada muerte o ataque. Si lo de ayer no era un farol y sabe algo de ti, tal vez ella o Draven sepan algo de él. Además, después de que hayan intentado matarla, dudo que se trate de ningún enemigo intentado confundirnos. 

 Parece que va a continuar hablando, pero algo la irrita. - Uhg, ese Xin... No sabe ni lo que dice - Niega con la cabeza antes de estrechar ligeramente las manos de Katarina buscando seguridad en ella, contrariada por lo que sugiere. - Creo que Jarvan tiene que ver con esto, pero no sería fácil para mi señalarle... ¿Tú que opinas? - Le pregunta seria, soltándola para acariciar su mejilla, rozando su cicatriz.

Katarina asintió levemente cuando Shyvana mencionó a Serylda. - Sí, está contra ella. O al menos eso fue lo que me dijo. - Se quedó pensativa un instante antes de ladear un poco la cabeza para hacer memoria y citar en voz alta. - "Soy Serylda, hermana de Avarosa y Lissandra. Hace siglos, logramos derrotar a Lissandra, aunque nos costó la vida, y ella pudo escapar y planear su venganza. Esta está a punto de completarse, pero mientras quede vida, daremos todo lo posible para evitar que salga victoriosa..." Esas fueron sus palabras justo antes de ampliar mis habilidades.

Se calló para escuchar las dudas y preocupaciones de su compañera y cuando mencionó al rey al que tanto admiraba, Katarina tomó su mano entre las suyas para acariciarla con una ternura que nunca habría soñado mostrar de esa manera. Claro que tampoco habría creído posible que pudiera apenarse ante la posibilidad de tener que eliminar a un enemigo, al líder de Demacia. Sin embargo, las dudas de Shyvana la acongojaban como si fuesen propias. 

Se quedó pensativa, dándole vueltas al tema hasta que la caricia de la semidragona atrajo su mirada y su atención, sacándole una sonrisa. 

- Distintos bandos o alianzas parecen estar formándose, en los que se mezclan los estados. Sivir y Draven. ¿LeBlanc y Jarvan? Y bueno, míranos a nosotras... -añadió, mientras su sonrisa se ampliaba. - Algunos mentirán, otros se equivocarán y entre todo eso, tenemos que encontrar a los siervos de Lissandra. 

Se frotó la frente. -Sí, creo que tu rey podría ser uno de los responsables. Contempla las muertes con un gesto inmutable y se ha dado por aludido por las palabras de Sivir muy rápido. Y si él lo es, probablemente LeBlanc también lo sea. - Su mirada se afiló al mencionar a la hechicera.- Sivir tiene razón en que ha salido rápido a defenderlo cuando en otros momentos se ha mantenido al margen.

Hizo una pequeña pausa. -Pero por otro lado, ahí está Xin. - Sus labios se fruncieron en una mueca despectiva. - Ese inútil se contradice en cada palabra que pronuncia. Dice lo necesario para salvar su culo en cada momento. Intentó echarme a los leones y le salió mal la jugada. Ahora corretea como una gallina sin cabeza. Pero no podemos descartar que todo sea una actuación. Provocar una discusión con alguien y luego atacarlo para poder decir que la discusión previa te muestra como inocente. Él no parece tener muchas luces, pero no está solo. Quizá otros le dicten qué hacer. 

Tras una breve pausa, habló de nuevo. - Y también tenemos ahí a un grupo de personas que se mantienen al margen, pasando con discreción. Braum, Brolaf, Gragas, Swain, Tryndamere... No se mojan demasiado y sus intervenciones pasan totalmente desapercibidas. Nadie se está fijando en ellos y eso podría ser una buena estrategia para los siervos de la bruja de hielo. - Se detuvo un instante y frunció el ceño antes de añadir a alguien más. - También podríamos meter ahí al grandullón, que ni siquiera se molesta en enunciar sus gritos patrióticos en esta ocasión.

Poco a poco su mirada se fue llenando de decisión. - Pensaba señalar a Xin de nuevo. Me molestan su presencia y su hipocresía. Si él cae y seguimos sospechando de Jarvan, puedes usar la esencia de Serylda con él. Eso nos daría dos días para averiguar si esconde algo y mientras tanto, tú podrías escuchar ese más allá o lo que sea. Así si es inocente, podrá volver cuando termine su sueño.  - Tiró entonces de ella con suavidad, buscando la piel de su cintura para apoyar en ella la mano con delicadeza. - Y si prefieres que las dos señalemos a Jarvan, te apoyaré en ello y podrás usarla con Xin. ¿Qué te parece?

  - Gracias... - La besó agradecida y se alivió de una parte de la carga de culpa y traición que sentía cuando escuchó a su compañera compartir sus mismas sospechas.

  - Sí, que LeBlanc se tome la molestia de abogar por Jarvan, y tan rápido, es muy raro... Pero es más raro lo que ha dicho Jarvan, intentando culpar a una de las dos por lo de esta noche. Es absurdo, parece que ahora ve a Sivir como un peligro, e intenta culparla con excusas baratas para apartar las miradas de él y centrarlas en ella para librarse de la amenaza que le supone. Intenta librarse de las sospechas, pero parece que sólo está consiguiendo lo contrario. ¿No crees? - Dice seria. 

  - Xin no me parece una amenaza, sino un imbécil. A los imbéciles los hemos sufrido siempre, podré aguantar un poco más... -  Cabizbaja, la toma también de la cintura antes de mirarla y formular su petición - Por favor, apóyame esta noche, no será fácil para mi hacerlo sola. Tal vez Sivir también lo haga, o haya convencido a otros, y será mejor si en vez de dividir votos, los concentramos en una sola persona, y más seguro para ti y para Sivir si alguien decide hacer caso a Jarvan y votar a alguna de vosotras. - Tensa las manos de forma inconsciente cuando habla de que ella pueda recibir votos. - Acabaré con quien haga falta para protegerte. - La mira decidida, antes de continuar hablando tras una pequeña pausa.

  - A mi tampoco me gusta que otros se mantengan al margen de esa forma, pero siendo tantos, votar a cualquiera de ellos es recurrir demasiado al azar. - Comparte con la asesina.  - Si no hay motivos para cambiar el plan, usaré la esencia de Serylda sobre el senescal para que deje de molestar de una vez, durante un tiempo al menos. - 

 - Además - La mira de arriba a abajo. - Después de lo de anoche, no deberías arriesgarte a entrar en ninguna pelea por tu cuenta. Tienes que descansar. - Termina su petición con una caricia y un beso, preocupada por ella.

La preocupación de Shyvana movía una ternura en el pecho de Katarina difícil de explicar. Asintió a su petición con una sonrisa. - Intentaré no meterme en más líos -respondió, aunque tampoco era muy consciente de cómo lo había hecho para meterse anteriormente-. No quiero que estés preocupada, vamos a salir de esta -dijo, convencida antes de añadir algo más -. Juntas.

Después se quedó pensativa un instante antes de hablar de nuevo. - Jarvan arremete contra nosotras sin fundamentos, sencillamente revolviéndose contra la mano que le señala. No creo que Sivir sea culpable, pero no olvidemos que anoche hubo dos ataques. Haber sufrido uno de ellos no la exime de haber participado en el otro, el mío. Podemos centrarnos en otros asuntos, pero no descartemos a nadie por completo por ahora. -Hizo una pausa y sus ojos se clavaron con intensidad en la profundidad de los de Shyvana. - Sólo confío en ti.

- Esta noche estaré a tu lado. Señalaré a tu rey- dijo, tras un par de segundos -. Y después, según lo que suceda, veremos cuál es el mejor plan de acción. ¿Te parece? -preguntó, dejando que la seriedad se diluyera un poco en una sonrisa cómplice-.

 La semidragona asintió ligeramente, devolviéndole la sonrisa. Las palabras de la asesina la esperanzaban, y aunque en cierto modo también la habían tranquilizado, le era imposible dejar de preocuparse viéndola debilitada. Pero era así como menguaba su culpabilidad y aumentaba su convicción por deshacerse de Jarvan, y de quien hiciera falta para que salieran vivas de allí. 

  - Yo tampoco creo que Sivir sea culpable. No puede ser tan tonta de atacarte después de haber dicho que 'sabe algo de ti'. Pero tienes razón, sólo confío en ti - Repitió sonriendo, casi radiante. Los demacianos estaban cayendo, y todas las predicciones indicaban que seguirían haciéndolo. Pero Shyvana ya no era una de ellos, no aquí, y gracias a Katarina encontraba la fortaleza necesaria para seguir adelante con firmeza, sólo con ella.

 - Parece un buen plan, como todo lo que sale de tus labios. - Amplió su sonrisa y acarició su pelo. - No podría hacer esto sin ti... - Admitió. Era extraño para la semidragona mostrar dependencia hacia nadie, pero era tan cierto como que sin su apoyo, no habría sido capaz de señalar a Jarvan. No habría admitido algo así delante de nadie, estaba demasiado hecha a infundir respeto y temor, pero sentía que no tenía nada que ocultar a la pelirroja, y ese cambio tan íntimo y cercano era tan refrescante como agradable.

Katarina cruzó una mirada con Shyvana cuando el combate comenzó en aquel otro lugar y una sonrisa de medio lado se esbozó en sus labios al comprobar que combatirían juntas. Apretó con suavidad sus dedos con la mano y se concentró en la pelea. No sentía que lo que sentía por la semidragona fuese una distracción, sino un apoyo. Sentirla cerca, extendiendo sus alas y deteniendo los golpes del rey, hacía crecer la seguridad de Katarina, que confiaba ciegamente en que la cubriría en cada movimiento. No recordaba haber confiado de esa manera antes y le resultaba tan extraño como agradable.

Cuando todo terminó en aquel otro lugar se esforzó por mantenerse en pie y caminar sin delatar su agotamiento, pero en el que compartía sólo con Shyvana se permitió apoyarse en ella mientras tomaba aliento. Sus ojos brillaban con las pupilas dilatadas y una fina capa de sudor recubría su cuerpo. Una sonrisa entre excitada y divertida quería abrirse camino en sus labios, pero tomó aire despacio y contuvo su emoción por haber descargado energía combatiendo. Para Shyvana había sido muy duro y ese peso también apretaba el pecho de la asesina. 

Estiró la mano para acariciar la mejilla de la semidragona con ternura. -¿Cómo te encuentras, mi vida? -preguntó con voz suave mientras en el otro lugar su mirada recorría a todos, comprobando quién había acusado a quién y quiénes habían permanecido al margen. 

- Sé cómo de duro ha sido para ti, pero si Sivir estaba en lo cierto... Era necesario. - Hizo una pausa, escrutando los ojos de Shyvana, tratando de reconfortarla. -Ahora... Los líderes de Demacia y Fredjord han caído. Esta noche me cubriré con una de mis trampas. Si alguien se acerca a mí será él quien caiga y podré cubrirte si se acercan a ti. - Se detuvo un instante, dándole vueltas a algo. - Braum y Olaf nos han dedicado sus miradas, ¿crees que podrían ser peligrosos para nosotras?

 Shyvana no adquirió esa forma por nada. Incluso en clara superioridad numérica, formar el mayor objetivo de Jarvan tenía como propósito la seguridad de Katarina, de cuya posición y movimiento fue consciente a cada segundo, asegurándose así de defenderla si hiciera falta. La asesina era mucho más ágil rápida que el rey, pero tras el ataque de la noche anterior, prefería que no corriera ningún riesgo.

 La recibió con un abrazo cuando se apoyó sobre ella, y cerró los ojos con un suspiro. Si para la pelirroja había sido un amparo físico, para la semidragona lo había sido emocionalmente, ayudándola con su contacto a calmar sus nervios y su respiración. Conmovida por su preocupación, tomó la mano de la asesina que le acariciaba la mejilla, y posó la frente sobre su hombro.

 - Ya... Ya está hecho. - Dijo entristecida. Pero pasados unos instantes levantó la vista, buscando la profundidad de sus alentadores ojos, que le arrancaron media sonrisa. - Estaré bien mientras esté contigo. - Declaró, estrechando su mano para luego tomar sus labios con suavidad. 

 - ¿Crees que serán tan estúpidos de atacarte dos noches seguidas? - Pregunta tras una pausa, seria. - Si tuviera que apostar por que se repitiera un ataque, me decantaría por Sivir. Ha conseguido que muchos le sigamos, y eso seguramente haya cabreado a algunos, sobre todo si hemos estado en lo cierto con lo de Jarvan. Pero prefiero que sea su seguridad la que esté en peligro, y no la tuya, no estoy dispuesta a correr ese riesgo. - Dijo con total seguridad - Por cierto, creo que lo que Sivir sabe, aunque no se muy bien como, es lo nuestro. Anoche dijo algo, justo antes de mirarte... - Hace un pequeño inciso, recordando algo. - 'Incluso si tenéis a alguien que os preocupa, tendréis cierta prisa en encontrar a los asesinos.' - Citó a Sivir. - Hm - Suspiró - Espero que corra mejor suerte ésta noche. - Deseó a la mercenaria, antes de pensar sobre su pregunta. - La excusa de Braum no ha sido mala, pero ni de ese bonachón me fío. Esperemos a saber qué tiene que decir Olaf, pero te adelanto que no me hará gracia. - Opina, claramente más molesta con Olaf, al haber acusado a Katarina, que con Braum habiéndola señalado a ella. - Exceptuando a Tryndamere y a Sivir, si es que se la puede meter en el mismo saco, los de Freljord están pasando demasiado desapercibidos, casi parece que la cosa no vaya con ellos, y eso no me está gustando. - Observó.

Un pequeño suspiro se escapó de los labios entreabiertos de Katarina cuando los de Shyvana se posaron sobre ellos y la asesina apretó inconscientemente sus dedos en esos instantes en que las respiraciones de ambas se mezclaron. 

Cuando la semidragona se apartó, el brillo de sus ojos desvelaba que se había quedado con ganas de más y tuvo que hacer un esfuerzo por centrarse lo suficiente como para poder enfocar sus pensamientos en la conversación y no en los labios suaves y atrayentes de Shyvana. 

- Ojalá lo sean -respondió a su pregunta con un brillo peligroso en la mirada-. Estoy deseando que vengan a buscarme para poder recibirlos con los brazos abiertos -manifestó mientras valoraba el resto de palabras de la semidragona-. Es posible que tengas razón y prefieran ir a por Sivir. Supongo que eso dependerá de si Jarvan era uno de los suyos o no... Pero sería una lástima que no me hicieran una visita.

Después se quedó pensativa un instante antes de asentir con la cabeza. - Sí, y también dijo aquello de forjar nuevas alianzas. Yo también pensé que podía referirse a eso, pero dijo que lo sabía por otra persona. -Se encogió de hombros. - Fue tan críptica que sería difícil asegurarlo con seguridad. 

Entonces pensó en Braum y su ceño se frunció de inmediato. - A mí me ha parecido una excusa bastante mala -dijo, molesta con aquel tipo-. Si quería acusar a alguien de quien no sospechaba podría haberse señalado a sí mismo o a sus amigos. Los fredjoldianos están manteniéndose al margen sin participar apenas de las discusiones, como si todo este asunto fuese entre Demacia y Noxus, pero no se cortan en señalarnos a unos u otros. - Negó con la cabeza firmemente. - No me gusta a mí tampoco. Entre los que no se mojan, los que apenas hablan y los que ni siquiera se molestan en acusar a otros es difícil descubrir quiénes son los seguidores de Lissandra. Si no hablan, no podrán dar ningún paso en falso. 

Finalmente buscó la mirada de Shyvana y su expresión se suavizó un poco. - ¿Usarás la esencia de Serylda esta noche? Xin es molesto, pero si sospechas más de algún otro... O quieres usarla sobre alguno de los que nos ha señalado... Me parecerá bien también. Quizá sea una buena idea que averigües qué se cuece en ese más allá o lo que sea.

 Shyvana asiente con determinación al deseo de Katarina. - Tengo mucha curiosidad por ver cual de esos malnacidos caería en tu trampa, pero tendría que controlarme para no ensañarme con él, o ella, sabiendo que habría intentado atacarte -  Dice molesta con los demás.

 - Tienes razón sobre Sivir. Seguiré atenta a sus señales, si es que pasa de esta noche. - Comenta poco optimista. - Lo de Braum no me importa demasiado, siempre que se trate de un hecho aislado. Si mañana lo repite, tendremos que vernos las caras. Hoy no ha pasado nada, pero si se acostumbra, algún día podría salir malparada de verdad, y no estoy dispuesta a correr ese riesgo, ni tampoco con Olaf.

 Tras la pregunta de la asesina, agacha la mirada y esboza media sonrisa. - Xin no es el único que me molesta especialmente... - Vuelve a mirarla, aun sonriendo - Pero no voy a usar la esencia de Serylda sobre tu hermana por tener... Diferencias, con ella. Además, al contrario que Xin, ella no se ha contradicho, por el momento... Así que la usaré con él. Tengo curiosidad por lo que pueda averiguar al otro lado, aunque... - Duda un momento - ¿Y si, como Sivir o tú, Quinn tampoco vio al culpable? Como sea, no lo sabré si no lo intento. - Se respondió a sí misma y suspiró. - Hm, a ver cómo reaccionan éstos mañana a lo de Xin. - Comenta, exasperada, pero enseguida su expresión toma un tono más optimista. - Aunque podría ser interesante, tal vez. Poner nerviosos a algunos... - Piensa, pero algo vuelve a crisparla. - Uhg, ese Olaf. Habla sin decir nada, y ni siquiera justifica su voto. - Se queja, claramente molesta.

Los labios de Katarina se estiraron en una sonrisa traviesa. - Si alguno cae en mi trampa no será necesario que te ensañes con él, créeme. - Entrecerró los ojos. - No vivirán para contarlo.

Sin embargo, su mirada se ensombreció con la intervención de Olaf en aquel otro lugar. - No me gusta ese tipo. Ni siquiera se ha molestado en buscarse una excusa mala como Braum y cada vez que habla es para no decir absolutamente nada. Voy a tener un ojo sobre los dos -afirmó con un brillo peligroso en los ojos-.

Se quedó entonces pensativa un instante, dándole vueltas a algo que había dicho Shyvana. - Mi hermana puede ser molesta, pero espero que no tenga nada que ver con todo este asunto -confesó, preocupada-. Ya se ha metido en líos antes y no sería la primera vez que utiliza la traición con naturalidad, pero... Nunca conmigo. -Sacudió la cabeza. - No puedo ni imaginar que pudiera estar mintiéndome a la cara después de atacarme. - Frunció el ceño. - Aunque Quinn no haya visto nada, seguro que escuchar a todos los que allí se encuentren nos será útil. Quizá alguno descubrió algo antes de morir.

- ¿Qué crees que les habrá ofrecido Lissandra a sus siervos? - preguntó entonces, dándole vueltas a las posibles motivaciones que podría tener alguien para unirse a la bruja de hielo- 

 Shyvana suspiró y agachó los hombros. - Bueno, ganas para defenderte no le faltan. Mientras estamos despiertos, al menos, y espero las mantenga también mientras dormimos. - Tras una pequeña pausa, rodó los ojos - Tendré que aguantarla si realmente lucha por tu bienestar. - Comentó, algo exasperada, pero luego la tomó por la cintura y se acercó a ella. - Pero... A lo que no estoy dispuesta es a dejar de tocarte. Por mucho que me amenace... Creo que correré el riesgo - Dijo con una sonrisa pícara justo antes de besarla intensamente. - Sí, merece totalmente la pena. - Comentó divertida tras separarse de ella, mirando sus labios con ganas de más, pero relajó sus manos sobre la cintura de la pelirroja para poder centrarse en su pregunta. 

 -No creo que Lissandra haya ofrecido nada a los que ahora la siguen. Algunos deben ser insobornables. Yo misma no estaría dispuesta a pactar con ella por voluntad propia. Creo que los ha cambiado de alguna forma, que los ha corrompido, y por eso le siguen. Si además les ha ofrecido algo, no soy capaz de imaginar qué puede ser. - Explicó su teoría.

Miró un momento hacia la cúpula. - Se acerca el momento... - Dijo mientras un escalofrío recorría su espalda.

Y con el ataque nocturno a Shyvana, ambas os habéis quedado sin escudos de amor. Aún así, contáis con vuestras propias habilidades, para intentar salvaros del Abismo de los Lamentos...