Partida Rol por web

Con la ayuda de aquél pequeño y extraño ser, y con Vanellope en la espalda, intentaron deshacerse de los borradores que estaban eliminando injustamente a aquellos personajes. El resto, parecían darlo por perdido y se entregaban a la resolución del problema. Pero Ralph era un guerrero y mientras viera esperanza, lucharía.

Sin embargo, cuando oyó a la leona anunciar que podía hablar con los muertos, comprendió que aquella nariz que aún no habían borrado del todo ya estaba carente de vida. Ralph dejó caer los brazos a un lado con desánimo, y no tardó a sentarse cuidadosamente y bastante deprimido.  Cuando al final esa misma nariz terminó por desaparecer suspiro entristecido. 

Miró y escuchó como discutían, argumentaban e incluso observó como alguno esgrimía la peor defensa que había oído.

Casi parecía tratarse de una cuestión de a quién creer. Si se creían, lo que decían los muertos, o algunos de ellos, o la leona misma, o lo que había dicho el león. Era cuestión de tiempo saber quién de ellos mentía, lincharían a uno y luego verían si se habían equivocado, entonces molerían al otro, pero si erraban, el inocente ya no se encontraría entre ellos.
 Tras la primera votación, el grandullón se había prometido no volver a votar. Ralph se decía que la mayoría no siempre tienen la razón.
Seis votos a favor, al menos eso era cierto, daba que pensar, incluso cuando la primera votación fue tan azarosa. Ahí parecía haber un acuerdo pero ¿y si en su acuerdo tenían alguna razón…? ¿Y si la sabían… por qué no la habían compartido con los demás? ¿Cuándo se habían puesto en acuerdo?

Aquello era demasiado embarrado, demasiado confuso. Preguntaría a la pequeña, pero no quería angustiarla. Por el momento no conseguía sacar luz alguna, él estaba hecho a luchar con enemigos invisibles no contra acertijos.

Mientras el ladrón y el señor del mal discutían, levantó la cabeza hacía aquellas tres jueces silenciosas: -¿Y si no… queremos votar a nadie?- Preguntó con tristeza a la hada que le caía más cerca.

Vanellope tenía la mirada encendida y, desde los hombros de Ralph, trataba de ayudarlo para hacer frente a esos borradores gigantes que se llevaban a los personajes de ese mundo con el fin de dejarlos en un mundo más oscuro, triste y desolado.

Cogió la motosierra que tenía y la encendió, con una sonrisa pícara en el rostro, creyendo que nada podía contra ella, que podría romper alguno de esos borradores y que todo aquello se detendría en cuanto ella acabara con todo. Pero, se dio cuenta, desolada, que nunca las cosas le salían como querían, y la sonrisa se borró de su rostro en cuanto vio que los dientes de la cadena de la motosierra no eran nada para aquellos objetos que estaban haciendo desaparecer a sus compañeros.

La apagó, desanimada, abatida y sintiéndose inútil. Acarició el pelo de Ralph, buscando consuelo, y apoyó su mejilla en su cabeza, triste. Si bien deseaba que los días pasaran para poder estar con Ralph y buscar aventuras juntos y recordarlos después, sabía que, en ese momento, por cada día que pasaba, todo se derrumbaba, cada día alguien caía.

Un día… pensó, apesadumbrada y miró la coronilla de Ralph, con los ojos humedecidos, podía ser borrado él.

Apoyó de nuevo su mejilla en la cabeza del rompedor, y cerró los ojos, como si quisiera disfrutar de los últimos momentos con él, por si acaso. Era pesimista por naturaleza, aunque a la vez luchadora, pero sabía lo que había y lo que ocurría a su alrededor. No podía dejar de pensar que, una noche, cuando se despertara, se encontraría sola.

Sabía que las conversaciones se sucedían en mientras, acusaban a alguien, y miró con los ojos entrecerrados cómo se defendía aquel león. Se dijo a sí misma que quien acusa, prueba, y parecía que aquella leona (que, por un momento, Vanellope pensaba que estaban ambos personajes juntos, pues eran de la misma especie y hacían buena pareja) acusaba a través de lo que le habían dicho los que acababan de caer. Frunció el entrecejo, preguntándose por qué lo acusaba cuando se veía que se querían, por qué lo vendía de esa manera. Negó con la cabeza, diciéndose a sí misma que era un tema que no le incumbía, notando que aquello era demasiado complicado para alguien como ella. Lo único que se le daba bien era hacer carreras de karts. Aquel problema en el que todos estaban era demasiado grande para ella. 

Se quedó junto a Ralph, escuchando lo que decía contra las hadas, y en su mente se encendió una llama. Tenía razón: ¿y si nadie votaba? En ese caso, no habría más borrados, nadie se acusaría, ni se culpaba a ninguno de un crimen que en absoluto podían demostrar que tal personaje lo había cometido.

-Eso, eso- dijo con efusividad-. ¿Y si no se vota? ¿Y si no queremos hacer nada de lo que nos decís?- arrugó la nariz, un tanto enfadada, y se acomodó mejor en los hombros de Ralph-. Votar sin poder justificarlo, sin poder probar que la persona por la que votamos es la que cometió el crimen es ajusticiarlo sin sentido- hizo una pausa y suspiró, meditando de nuevo lo que decía, apesadumbrada-. O yo qué sé- murmuró, después-. Sólo quiero volver a casa.

Hundió la cara en la cabeza de Ralph y cerró los ojos. Jugó con sus orejas para distraerse mientras seguía escuchando lo que se sucedía a su alrededor.

Pues no sabemos qué puede pasar. Sólo os decimos que si todo esto está dibujado por Walt Disney, algo malo ocurrirá a aquellos que no voten.

Si tanto te empeñas en señalar gente porque sí, será que algo tienes que ocultar, así que abiertamente te diré señor rey del mal que yo misma te votaré a ver si una vez que estés en el otro lado, sigues pensando como piensas - respondí bastante indignada. Luego simplemente le di la espalda y miré a Simba - No tengo razones para no creerte, así que de momento, simplemente lo dejaré pasar hasta que alguien me de pruebas tangibles.

Suspiro, agradecido, sabiendo que hoy he perdido gran parte de la confianza que tenía Nala en mí, ¿y quién sabe si algo más que esa confianza? Sin embargo parece que los muertos se mueren por atacar a la gente y sacando lo de los seis votos de ayer y la actuación sospechosa de Cassim, no tenemos nada, y eso es algo preocupante.

-Luis puede que tenga razón, hay gente entre nosotros que apenas dice nada, mientras que los demás nos acusamos unos a otros, a lo mejor son tímidos... o a lo mejor tienen algo que ocultar... - sugiero.

Nala, estás diciendo que esta noche vostarás por Jack y no por Simba? Yo de momento votaré lo que tú digas, confío en ti. Has dicho poder hablar con los muertos y hasta ahora nadie ha dicho lo contrario. Sinceramente tengo razones para confiar en Morfo. Yo tampoco pienso desvelar aún mi don, pero sé que Morfo es inocente, y si lo es, eso significa que si quiere a Simba muerto será por algo.

Confío en ti Nala, como confío en Morfo y en otros tantos aquí presentes. Si dices de acabar esta noche con Jack, yo votaré por él, no me queda más remedio. Pero sigo sospechando de Simba... la verdad. No te ofendas, Rey León, pero es que apenas tenemos pruebas y debemos agarrarnos a un clavo ardiendo.

Un chorro de humo salió disparado de los pistones que aún funcionaban en el pequeño cuerpo de WALL-E. "¿Gente que apenas dice nada?". Primero, él no era "gente", era un Robot, un Androide incluso si quieres, o incluso un mal llamado mecha... pero "gente", seguro que no.

Segundo: ¡Qué más quisiera él que poder hablar! ¡Entonces les podría soltar cuatro de frescas a esas manos que se llevaron al Bicho Peludo antes de que pudiera repararle!

Aunque quizás, en aquel caso no poder hablar era una bendición, ya que si pudiera decir lo que pensaba, ningún niño jamás podría volver a ver sus películas sin la guía y supervisión de un adulto.

No tengo pruebas que verifiquen la veracidad de las palabras de Morfo, ni de las de Simba. Si Jack no hubiera proferido contra mi ese ataque por segunda vez y sin ningún motivo aparente, para mí es motivo suficiente, mientras sigo buscando pruebas que me aclaren quién de los dos dice la verdad. El echo de que de momento esté expectante ante esto es que Cheewaka también clama ser inocente y poder ver los dones del resto cuando está vivo, y Carl, asegura que es malo porque no pudo copiar su don - respondí a Aladdin.

Dado que soy el rey de los muertos, yo, Jack Skellington, soy un muerto más, y con los humanos y los animales vivos, como veréis, mucha relación no tengo. Todo me sale mal, por bien que quiera. Que me quereís votar solo por que os culpo, vale. Ojo por ojo y el mundo quedará ciego. Dije mirando fijamente a Nala.

Luego me giré hacia Cassim. No te conozco mucho, lo unico que sé de ti es que eres un ladrón muy reconocido por tus actos, que buenos no són, que a lo mejor has cambiado...puede ser, pero solo me agarró a lo poco que sé de ti. Puedo dar una oprtunidad a tu confianza, pero me lo tendrás que demostrar.

Me volví hacia Nala de nuevo. Si es verdad que hablas con los muertos, y es verdad que me votarás, si muero verás lo equivocada que estás, y que me votarás solo por acusar.

Stich hacía una carga veloz hacía uno de los borradores pero vio como de repente el grandullon de Ralph paraba bajando los brazos y poniendo gesto de desanimo,freno en seco con un metro de parada,dejando un rastro de frenada,miro detendimente a Ralph una vez mas,y comprendio lo que pasaba,no podían hacer nada por ellos,bajo la cabeza y las orejas y dos de sus brazos se metieron de nuevo en su cuerpo.

Levanto la cabeza y miro como todos discutían,enfadado,se acerco a ellos.

-Confío en esta pequeña gatita,ademas,¿porque la masa rosa iba a mentir?,ya se ha ido,y si quisiera volver solo tendría que decirnos lo que sabe para que pillemos al verdadero culpable y los inocentes vuelvan,estoy contigo gatita.-Miraba de reojo a Simba.

Dicho esto miro a Cassim y a Jack.

-No voy acusar a nadie,no se nada de nada,pero el esqueleto no para de echar pestes y culpas a los demas,sobre todo a Cassim,no puedes insistir solo por el pasado de alguien,al fin y al cabo,Cassim es el padre de Aladdín,y ha demostrado en algunas cosas no ser tan malo,¿sabes algo mas y prefieres callartelo?,y no esta bien amenazar a las chic...hembras...

Miro a Nala tocandose la cabeza sonriendo y se sento con los brazos cruzados,las orejas levantadas y ojos de desafío esperando que la discusión siguiera.

Mientras todos discutían, Mulan se agachó cerca del pequeño Wall-E. Tenía aún que ajustarse un poco el módulo vocal para que la pobre criaturilla pudiera hablar. Con ayuda de los consejos de Mushu, insertó el aparato en el pequeño robot.

-Ahora ya podrás hablar -le dijo dándole unas palmadas sobre su cubierta metálica.

Tienes razón Sticht. Mis disculpas a Cassim, el padre de Aladdín. Solo me he regido por el pasado, cosa que no me ha hecho ver el presente, la muerte de nuestra amiga la Hada Madrina. Mis más sinceras disculpas, espero que sean aceptadas. Dije con la cabeza agachada y una rodilla en el suelo, mientras pedía disculpas a Cassim.

Pues yo no se a quien votar, nadie me ha demostrado lo que debo hacer.

Os estáis acusando pero no estáis sacando nada en claro, estamos haciendo que nos borren pero seguimos sin saber quien tiene la varita

-Puesz ya no sé a quienj votarg entonces- dijo el pato pensativo ante la disparidad de opiniones- ayer voté a Aladjdin porque no dijo ni cuacccz, pero hoy ha sido Pluto el silenciosho.

Si no sabía a quien votar Donald prefería no arriesgarse eliminando a los que no hacían nada. Tenían las mismas probabilidades de ser inocentes/culpables como los demás... pero fueran lo que fueran, no parecían de mucha ayuda.

Sonrío feliz ante el apoyo del resto y la falta de argumentos del esqueleto. Miro extrañado a Jack cuando se arrodilla ante mí pidiendome disculpas -Muy bien Jack, puedes pedir todas las disculpas que quieras pero has actuado sin razón y eso me parece muy sospechoso. Al igual que el silencio de Pluto. No se a quién votar de los dos, ambos son muy sospechosos.

Otro más será borrado... susurró el hada.

Las tres hadas, con la misma tristeza que la primera vez, volvieron a lanzar sus hechizos para convocar de nuevo el borrador.

Esta vez, la imagen que llevaba era el padre de uno de los presentes.

Simba, atontado y emocionado por la presencia de su padre, se acercó a él dando un buen salto... Momento en el que el borrador le hizo desaparecer.

Cuando Simba es borrado espero unos segundos a ver si algo cambia. Si era el culpable, el resto tenía que volver y el hada madrina descongelarse...Pero no pasa nada. Absolutamente nada.

- ¿Por qué habéis borrado al gato grande? Decía que era inocente... yo le creí, y por eso no le voté... Han borrado a otro inocente. Voy a tener que pelearme con la mano esa. Ya le corté la suya a Garfio, esta es mucho más grande, pero algo tenemos que hacer. ¿No? ¿Nooo?

Nunca había sentido miedo, pero ahora empezada a sentirlo. Ser borrado...¿Cómo sería? ¿Dejar de exisistir? ¿Que se sentiría? ¿Y quién cuidaría de los niños perdidos? No les había podido llevar una madre aún...

Una pregunta que me surge:

Si la mano esa está borrando personajes, es decir, completamente al personaje entero.

¿Es posible que si uno tiene la varita, la mano la borre y no podamos salir nunca? - digo mirando al resto

No era la respuesta esperada. ¿Algo malo sino votaban? Él habría deseado encontrar otra vía pero en aquello eran las hadas las que les contaban o dictaban “las normas”. Ay de ellas si la pequeña resultaba tener razón y ellas eran las culpables de ese “juego macabro” y de la misma perdición de su compañera madrina.
-Entiendo… que si uno es culpable, no nos limitemos a buscar su belleza interior.- Murmuró para Vanellope que la tenía al lado. –Pero no quiero cargar con la responsabilidad de un inocente.- Lanzó un suspiro. Estaba en una encrucijada y como tal, se sentó a pensar a ver qué camino iba a tomar.

 Se quedó escuchando los argumentos del resto de los prisioneros, esperando una señal o una revelación, si discernía un culpable sería el primero en hacer lo que debiera, no tenía cargos con ello, pero no mientras era cuestión de saber quién mentía. No había nada claro y ante la posibilidad de equivocarse, votaría por el que creyera que iba a ser el voto de la mayoría y con ello descargarse de remordimientos. Según avanzaba el día, todo parecía apuntar o a Jack o a Simba. –Huuuuummmm…- ¿A quién votar?

Al final la mayoría votó por Simba. Ralph resopló con alivio y esperaba que no se hubiesen equivocado. Al menos la leona parecía decir la verdad o es lo que habían creído y él tampoco lo dudaba.

-Kronk entiendo que el no poder salir está en el hechizo de las hadas.- dijo sin mucho entusiasmo pues deseaba verse libre de esas cuatro paredes.