Partida Rol por web

La chica parece estar teniendo mucho dolor. Le cuesta caminar con ella porque casi no pone ganar en eso, pero tiene que llevarla hasta la enfermería. En eso está, cuando Eileen hace acto de presencia por los pasillos del castillo. Ella podría ayudarla a llevar a Ashley.

-Hola Eileen, ¿qué tal? ¿Podrías ayudarme con la señorita Turner? Me parece que se encuentra bastante mal. Casi se desmaya en mi clase. Espero que no sea porque las doy mal...

Tras aquello y pensando que había logrado ganarse la simpatía de la chica, estaría más cerca de que confiase en él y siendo el jefe de la casa si tuviese algún problema relacionado con todo aquello que estaba pasando Kegan confiaba en que le pidiese ayuda. Tras aquello y para que no resultase extraño que pasase demasiado tiempo con la chica, continuó ayudando al resto de estudiantes, pendiente de memorizar las caras pues, si iba a ser su profesor por una temporada, lo intentaría hacer lo mejor posible.

Tras acabar la clase se despidió de los chicos y los felicitó por su esfuerzo durante la clase. Entonces se dispuso a continuar con sus labores de profesor y además, ver que más podría descubrir. Había otros chicos en la lista.

Eileen iba concentrada por los pasillos, moviendo los labios sin emitir sonido mientras debatía consigo misma. No necesitaba estar ante su caldero para lanzar hipótesis. Fue por eso que tardó un poco en darse cuenta de la escena que estaba sucediendo delante suyo.

En circunstancias normales, Eileen sólo ayudaba a sus amigos y familia. Ni Tabatha ni esa chica formaban parte de ninguno de los dos grupos. En casos extremos también proporcionaría su ayuda, por supuesto, pero sino simplemente prefería no meterse en asuntos que no la atañían. Por supuesto, aquello era diferente por tres motivos. El primero era su coartada como profesora. Claramente, pasar por al lado ignorando a un alumno en apuros no era para nada ético. El segundo era que aquella chica era una de las de la lista. El tercero, por supuesto, era que Tabatha acababa de pedirle ayuda directamente y Eileen, aunque tenía sus cosas, no era una persona descortés por norma general. Un poco cortante a veces, sí, pero no era para tanto.

- Tabatha - ahora que eran "colegas" seguramente estaría mal llamarla por el apellido. Trató de hacer memoria, intentando recordar qué asignatura le habían asignado a Tabatha. ¿Historia? Decididamente era un muermo pero aquello le parecía llevar demasiado lejos la excusa para saltarse la asignatura -. Claro. Apóyese también en mí, señorita Turner. ¿Qué le sucede? ¿Desde cuando se encuentra mal? - le dirigió una mirada interrogativa a Tabatha por encima del hombro de la susodicha mientras tomaban el camino a la enfermería para encontrarse con Beth.

La chica sudaba e iba muy tensa, con los ojos cerrados, la mandíbula apretada. De nuevo aquello pero esa vez más intenso... Susurraba muy bajo, pero tanto Eileen como Tabatha podían entenderla, debido a la cercanía mientras la llevaban.

- S-Starks... Starks...- murmuraba, y a continuación una retahíla de números.- 0°10′00″...Sur... 49°00′00″...Oeste...

En esos momentos Emily, que iba en dirección a la sala de profesores se las encontró al fondo, de frente. Eileen, Tabatha y esa chica, Ashley Turner. Esta última ayudada por las profesoras. No parecía encontrarse muy bien.

Sin ninguna pregunta que hacerle a la profesora, todos se pusieron en marcha a observar los posos de té. Apenas faltaba un minuto para finalizar la clase cuando alguien irrumpió en el aula. Se trataba de un chico de Ravenclaw y parecía muy apurado. Jadeaba por el esfuerzo de llegar corriendo hasta ahí desde a saber donde.

Chico:- ¡Eh! Mike. ¡Se trata de Ashley! 

El chico al que se había referido se asustó mucho y miró a su compañero que le había estado leyendo hacía un momento el futuro. ¿Podría ser que...?

Mike:- ¡¿Qué le pasa?!

Chico:- ¡No se sabe pero las profesoras se la están llevando a la enfermería! ¡Corre!

Pero no se movió y no porque no tuviera ganas. No obstante, era consciente de que se encontraba en clase. Miró a Vilma, deseoso de que le diera permiso para ir a ver a la chica.

Me pilló por sorpresa aquel chico. La verdad que había suspirado aliviada, muy notablemente, cuando vi que todos sabían leer los posos de té. 

- Oh, ya sabía que esto iba a pasar.- Dije con una sonrisa. - Soy la profesora de adivinación, ¿no? Mike, te permito salir, claro esta. Pero por precaución te acompañaré, el resto de clase... Quedaos aquí. No tardaré. Nick, te veo responsable... - Le guiño el ojo al chico repetidor.- Echa un ojo en clase para que no comiencen a montar una fiesta. Aunque si es con mis canciones ¡Adelante!- Dije bromeando mientras apoyaba mi mano sobre el hombro del tal Mike para acompañarle fuera. 

- Guíanos, chico.- Le digo al interrumpidor. 

La verdad era que desde el principio había dado por supuesto que aquella chica se había mareado por un golpe de calor, anemia o alguna tontería así que no requería mayor atención. Un poco de descanso, tal vez un sermón y esa chica estaría desoyendo todos esos consejos en una hora.

Pero su opinión cambió cuando, antes de que Tabatha pudiera dar una respuesta, la estudiante empezó a murmurar.

- ¿Um? - se perdió el primer Starks pero el segundo la dejó de piedra -. ¿Qué? - acto seguido empezó a soltar números que de inicio carecían de sentido para ella pero que luego la dejaron alucinando-. ¿49º? Joder, que está soltando coordenadas. ¿Cuál ha sido la primera? Eh, tú, niña, ¿cómo narices sabes eso? - estaba a nada de tomarla pro los hombros y sacudirla, de modo que ni siquiera vio cuando apareció Emily.

Mientras iba hacia la sala de profesores pensaba en que tenía que coordinarme con Eileen y Beth, y tal vez el tío ese, pero no me fiaba. Incluso podría hablar con Tabatha, de hecho debería. No solo una explicación de lo ocurrido en Hawai, si no también de qué ocurría y cómo había acabado ella allí. Sin embargo aquella conversación iba a quedarse en la sala de espera, pues Turner parecía en algún tipo de trance o ataque y murmuraba cosas raras en los brazos de Eileen y Tabatha. Miré a nuestro alrededor para asegurarme que no había curiosos.

-A la enfermería, rápido. - les dije a las chicas. No sabía que ocurría, pero sí que la enfermería era el lugar lógico al que llevar a una alumna con problemas, y que siendo Beth la encargada estaríamos tranquilas y en un lugar seguro donde seguir investigando.
 

Kegan estaba en la enfemería porque al finalizar su clase un alumno se había caído de la escoba. Como profesor debía llevar al niño para que Beth le tratara y en eso estaban los dos justo a la cama del niño con el esguince cuando aparecieron Tabatha, Eileen y Emily portando entre ellas a una chica con bastante mal aspecto. Esa chica era una de las "sospechosas": Ashley Turner. 

Durante el camino, Ashley, ajena a lo que se le decía, continuaba diciendo lo mismo una y otra vez.

- Starks... Katherine Starks... - Y repetía una y otra lo que Eileen había descubierto como coordenadas geográficas.- 0°10′00″...Sur... 49°00′00″...Oeste... 

Enseguida Beth se acercó a ellas:

Beth:- ¡¿Qué ocurre?!

Justo en ese momento aparecía Vilma con un chico de séptimo de Ravenclaw. ¡Reunión en la enfermería al parecer! El chico parecía conocer a Ashley y estaba muy preocupado.

Mike:- ¡Ash! ¡Ash! ¿Qué te pasa?

Beth aprovechó ese momento para decirle al chaval recién curado que fuera a llamar al profesor Lotte.

La historia había cautivado a los alumnos al parecer. Ninguno se durmió, hipnotizado por la encantadora voz de Ermendrud y su tono cautivador. Al parecer se le daba bastante bien eso de narrar la historia. De hecho, eso era algo que siempre le había encantado a Anne. No sabían cuanto tiempo había pasado porque el tiempo había dejado de importar en cuanto Ermendrud comenzó a hablar, pero de pronto la puerta se abrió de un portazo y apareció un chico de tercer o cuarto curso:

- ¡Profesor! La doctora Laggers quiere que vaya a la enfermería. ¡Es urgente!

Sacado de su ensoñación mientras contaba la historia de Magnus, Ermendrud dirigió una confusa mirada al joven que de pronto se tornó en preocupación - Esperad aquí chicos - dijo con fingida calma mientras recogía sus cosas y se iba hacía la salida del aula - sino he vuelto antes del cambio de clase, marchaos a la siguiente. Confió en vosotros, no me falléis - los presionó un poco apelando a la típica obediencia profesor - alumno. 

Una vez salió de la clase miró al chico que había hecho de mensajero - llévame hasta la enfermería por favor - le dijo con cierta calma, pero nuevamente, fingir no era lo suyo. ¿Qué habrá pasado? 

En el momento en el que la chica comienza a recitar lo que, al principio, parecen palabras sin sentido, aparece Emily por el pasillo. Cuando dice Sur y Oeste, queda claro que son coordenadas. El problema, es averiguar a donde conducen esas coordinadas. Parece que tiene algo que ver con Katherine.

-Es a donde íbamos, Emily. Parece que está recitando una especie de coordenadas. 

Ahora, entre tres, parece que es más fácil llevar a Ashley a la enfermería.

-Se ha comenzado a encontrar mal en mi clase y un poco más y se desmaya. Aunque tampoco es que parezca muy despierta en estos momento.

Lleva a la chica a una de las camas vacías y se aparta. 

-Será mejor que le dejemos espacio a la señorita Laggers para que haga su trabajo - le dice al chico -. Seguro que no será nada grave y en poco tiempo puede volver a sus actividades normales - le comenta mientras intenta dejar espacio a Beth para que compruebe el estado de Ashley.

Vale, definitivamente eran coordenadas, aunque cómo narices las había averiguado la chica o por qué no paraba de repetirlas, era un misterio.

- Em - saludó con expresión preocupada cuando reparó en ella. ¿Por qué nadie decía lo raro y oportuno que era todo aquello? Demasiado oportuno -. Esto no es normal, casi es demasiada casualidad que se ponga mala de algún modo y que precisamente lo que empieza a recitar sea esas coordenadas... - 10 sur, 49 oeste, 10 sur, 49 oeste... A pesar de que Turner no paraba de repetirlas le daba miedo olvidarlo de modo que iba recitándolas mentalmente una y otra vez -. ¿Creéis que podría ser imperius? - iba a decir más cuando entraron por la puerta de la enfermería que estaba mucho más abarrotada de lo esperado. Su expresión se tornó seria y hermética y así siguió una vez dejaron a al chica en una camilla. No era lugar para hablar eso con tanta libertad.

Tras aquel primer día de clase, en el que descubrió que ser profesor le resultaba bastante entretenido, su trayectoria deportiva como buscador profesional no le duraría mucho más de una docena de años por lo que después no le importaría volverse profesor de vuelo, se veía muy interesante. Al acabar la clase, un chico se había caído de la escoba, por lo que cargó con él y lo llevó a la enfermería.

Poco después de llegar, cuando Beth trataba al chico, Eileen y Emily llegaban con una chica con mal aspecto que no dejaba de repetir algo similar a unas coordenadas ¿Qué le habrían hecho a la pobre muchacha? No tenía ganas de hablar con Emily o estar en la misma habitación que aquella mandona ebria de poder, probablemente le acabaría gritando o se pondría a dar órdenes para un genial plan, esta vez se conformaría si le contase el plan entero y no solo le fuese diciendo lo que hacer al momento como la otra vez… eso si de verdad tenía un plan o solo estuviese improvisando, esperando a que el trabajo se hiciese solo.

Entonces Eileen pidió la opinión de todos. La miró, apreciaba mucho a Eileen pero la última vez que la había visto el imperius le había afectado a él y casi la había matado y con todo el lío de ir a buscar a su amigo no se había disculpado con ella, por lo que no dijo nada por ahora y observó la situación, no fuese que se llevase otra bronca gratuita.

¡Woh, cuánta gente! Ni me fijo en la gravedad de la situación, busco, en las caras de mis compañeros, un gesto de complicidad, algo que me indique cómo les había ido su primera clase. Aunque, por el estado de esa tal Ashley, alguno de ellos la habían liado más que yo ¡De hecho yo ni siquiera la había liado! ¿Cómo habrá acabado así la cosa? 

- ¿Qué ha pasado que recita coordenadas?- Entonces me llevo las manos a la boca. - ¡Oh, una piiiiiista!- Digo en alto, sorprendida. 

Escucho lo que dice Eileen y por un momento mi subconsciente me lleva a aquella época donde tanto la admiraba ¡Era tan lista! 

- Se trate de un imperius o no, no podemos desaprovechar esta oportunidad...- Hago un rodeo con la vista y miro de soslayo a los alumnos, los cuales no pintaban nada y no sabían a lo que me refería. Esperaba que, por lo menos, mis compañeros profesores lo entendieran. Que raro quedaba... "compañeros profesores" y yo hace una semana estaba tan normal. 

Aquello no me gustaba. Demasiada gente. El chico de Ravenclaw tenía que largarse, y Kegan también. No confiaba en él. No porque creyese que estaba metido en la mierda, si no porque era un imbécil impulsivo desobediente y cabezahueca. Eileen tampoco quería compartir la habitación con él, lo sabía, y Tabatha seguro que tampoco estaba demasiado agradecida después de lo del hotel.

El chico llevaba uniforme Ravenclaw, así que miré a Eileen con un gesto que decía "le mandas a casa", Vilma, por supuesto, no había cambiado nada y estaba totalmente entusiasmada por lo ocurrido. Cómo echaba de menos compañeros profesionales. Sean, Clark...

- Un golpe de calor, parece. Mejor dejadle espacio y dejad que la doctora Laggers se encargue. - informé para que el chico se apartase, y esperando que el resto siguiese el rollo lo suficiente para que lo sacasemos de ahí y pudiésemos sacar algo en claro. Quería contarle a Eileen e incluso Tabatha lo de las pesadillas que me habían dicho, pues tenía seguro algo que ver con esto. Seguramente todos aquellos cambios en Turner tenían que ver con algún tipo de magia, y recordando la poción negra, no me cabía duda de que esto tenía el mismo origen. No existen las casualidades cuando te metes en la boca del lobo.

Aquello no me gustaba. Demasiada gente. El chico de RAvenclaw tenía que largarse, y Kegan también. No confiaba en él. No porque creyese que estaba metido en la meirda, si no porque era un imbécil impulsivo desobediente e cabezahueca. Eileen tampoco quería compartir la habitación con él, lo sabía, y Tabatha seguro que tampoco estaba demasiado agradecida después de lo del hotel. El chico llevaba uniforme Ravenclaw, así que miré a Eileen con un gesto que decía "le mandas a casa,". Vilma, por supuesto, no había cambiado nada y estaba totalmente entusiasmada por lo ocurrido. Cómo echaba de menos compañeros profesionales. Sean, Clark... - Un golpe de calor, parece. Mejor dejadle espacio y dejad que la doctora Laggers se encargue. - informé para que el chico se apartase, y esperando que el resto siguiese el rollo lo suficiente para que lo sacasemos de ahí y pudiésemos sacar algo en claro. Quería contarle a Eileen e incluso Tabatha lo de las pesadillas que me habían dicho, pues tenía seguro algo que ver con esto. Seguramente todos aquellos cambios en turner tenían que ver con algun tipo de magia, y recordando la poción negra, no me cabía duda de que esto tenía el mismo origen. No existen las casualidades cuadno te metes en la boca del lobo.

Beth se puso a trabajar en ello, pero Ashley no habría los ojos, tensa y asustada. No parecía darse cuenta de lo que estaba ocurriendo a su alrededor; sin embargo, sus murmullos cambiaron de palabras:

Ashley:- Derecha, derecha, derecha, izquierda, recto... - y volvía a repertirlo.

En ese momento Beth echaba a los chicos de allí y justo Ermendrud Lotte aparecía. Era el último de los involcrados en aquello. Estaban Kegan, Vilma, Emily, Eileen, Beth, Tabatha... y una de las chicas "objetivo". Justo esta última parecía estar en una especie de trance.

Ashley:- Derecha, derecha, derecha, izquierda, recto, bajar...- y volvía a repetirlo.

Beth miraba a la chica, intentando analizar la situación. Se suponía que era la médico pero nunca antes había visto tal comportamiento.

Ashley:- Hay que destruirla... destruir la base...

Beth:- Turner, ¿me oyes? - intentó probar una vez más.- Turner, reacciona. ¿Me oyes?

Y entonces... Ashley abrió los ojos con venas negras. Estaba asustada, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, gritó:

Ashley:- ¡Te matarán!

Se hizo la oscuridad para todos momentáneamente. La sensación fue como cuando uno se aparecía y cuando volvieron a caer y reaparecer ya no estaban en Hogwarts, sino en una oscura, fría y mugrienta celda donde apenas cabían todos los que allí estaban.

Ashley había quedado inconsciente, pero Beth observó que parecía encontrarse bien. ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo había logrado aquella chiquilla desaparecerse de Hogwarts y con tantísima gente? Y entonces una voz más se escuchó:

???:- ¡¿Kegan?! ¡Eres tú!

De entre las sombras de la celda apareció una figura. A pesar de tener la ropa rota y de presentar un aspecto bastante desmejorado, todos los que le conocían pudieron identificar a Isaac.

Miro a Emily nada más aparecerme. Ella era la aurora aquí, ella nos tenía que guiar... Yo solo era la chica importante a la que tendrían que proteger. YO era la que había recibido la profecía. Entonces, escucho a Isaac. 

- ¡Isaac! ¿Donde esta Kat? ¿Cómo estás? ¿Qué os ha pasado? He estado tan preocupada... 

Era la hora de actuar, seguro. A esto se refería la profecía, aunque... ¿éramos el número que había dictaminado? ¡Ni lo recordaba!

- Vale, coordenadas. Derecha, derecha, derecha, izquierda, recto y bajar. Nos lo han dejado bastante fácil ¿no? Que alguien se quede con Ashley, cargar con ella será un estorbo. Vamos a investigar y nos reunimos aquí. - De nuevo miro a Isaac.- Ahora lo mejor será no hacer ruido pero luego de un Bombarda te sacamos de aquí. 

La retahíla de palabras de Ashley Turner cambió, y ahora en lugar de coordenadas parecía dar direcciones a algo. Sea lo que fuere, era probable que ambas fuesen parte de la misma receta. Necesitábamos un mapa para encontrar el lugar al que se refería en cuanto lo hiciese, me largaba de la escuela. Era auror, no profesor, y no quería estar bajo el mismo techo que el criajo de Kegan. Que ya ni siquiera era sobre lo que me había hecho a mí, si no que tan siquiera se había disculpado con Tabatha o Eileen. Vamos, que no era algo personal, era que simplemente era orgulloso y arrogante, cómo le tocaba siendo famoso, suponía. Sin embargo, no tuve tiempo a empezar a poner el plan en marcha, o de contarle a Eileen sobre los terrores nocturnos de Turner que seguramente eran semejantes a ese trance. No, porque Ashsley Turner decidió cambiar una vez más de recital, y ahora tenía más sentido: hay que destruir la base. Me acerqué más a la chica, o lo intenté, cuándo abrió los ojos con aquel negro que ya había visto antes y de repente nos desaparecimos. Aquella sensación no se podía confundir. Para cuando “aterrizamos”, mis sentidos estaban completamente alerta tal y cómo lo hacían cuando estaba en una misión, analizando lo ocurrido. Viendo que Ashley parecía haber salido del trance pero ahora estaba inconsciente, miré a Beth. Ella era la (pnj jaja) doctora allí, lo mejor era que se encargase de cuidar de la chica. Algo me decía que a la joven Turner la estaban utilizando y no era consciente de lo que ocurría.

- Encárgate de ella, por favor. – le dije a mi amiga antes de alejarme y comprobar un par de cosas, tanto física cómo mentalmente. Tras unos segundos, hablé al resto, ignorando a Vilma aunque no deliberadamente: simplemente estaba acostumbrada a filtrar la voz de la chica y eso sumado a estar concentrada había hecho que ni la escuchase. Por suerte, con lo que yo iba a decir, nadie lo notaría. – Estamos en algun lugar de América del Sur, y apostaría a que es el lugar de las coordenadas. Las direcciones de Turner puede que sea la manera de entrar aquí, por la tanto, al revés, serían la manera de salir. – Me llevé la mano entonces al anillo que tenía en el dedo. Podría avisarle, aunque ahora no estaba en peligro inmediato, tardaría tiempo en encontrarme de todos modos. Tal vez necesitaríamos ayuda. Por otro lado, no quería preocuparle. Sin embargo, esto no era sobre mí. Podía poner mi vida en peligro, era mi trabajo, no era algo que me preocupase. En cambio, no podía jugar con las vidas del resto. Le di tres vueltas al anillo de mi mano antes de seguir hablando. – Isaac no tiene buen aspecto, y Ashley está inconsciente. Hasta que no reconozcamos al menos el terreno más cercano, deberían esperar aquí. El resto, nada de hacerse el héroe, vuestra vida es importante. Hay que moverse.

“Incluso tú, Kegan. Pero yo misma te dejaré inconsciente si vuelves a comportarte cómo el niño impulsivo e inmaduro que eres.”

Pensé mirando con seriedad al jugador de Quidditch. Me acerqué a la puerta de la celda intentando comprobar si podríamos salir de allí con facilidad.