Partida Rol por web

Bajo la mirada un tanto ruborizada por el apoyo incondicional de mis amigos, incluso correspondo el abrazo de Marty desde el cariño incondicional que a ella le tengo. -¡Oh Marty! Soy capaz de entrenar día y noche con tal de lograrlo, tener mi propia Snitch como recuerdo de cuando la atrapé, es mi mayor sueño. ¡Gracias Amiga! -  respondo a trenzas aún con las mejillas rojas de la vergüenza, algo que intento simular dedicándole una mirada a Adrien que aumenta el rojo atenuante por los recuerdos y finalmente me decido por el bollo. - Tú no me sacas los colores amigo. - pienso al darle otro mordisco. 

Ya concentrada en comer, alzo la mirada y con una sonrisa complaciente escucho a Troy. - Ains... Traga primero... Igualmente gracias mi querido amigo. -  me incorporo del lugar y rodeo con el brazo al león por sus hombros, entregándole otra mitad del bollo mientras reviso el lugar con la mirada, haciendo alusión de retirarnos. Luego de soltarlo, preparo otro con mantequilla y jalea, se lo entrego a Adrien. - Este por el que comí. Nos vemos luego, debo ir a molestar a las culebrillas un rato. - voy explicando y al acercarme le doy un beso en la mejilla. 

- Nos vemos futuro adversario... digooo... ¡Rob! A ver cuando vienen a Gryffindor, sería divertido una visita de uds. - me despido del Ravenclaw mayor, con una sonrisa y ya al partir, le dedico otra mirada a Adrien. - Nos vemos en clase o antes tal vez...  -  terminé diciendo un tanto pensativa, no controlaba mis pensamientos y dejaba mensajes que daban a pensar.

Ya tironeando de la mano de troy, respondo a Marty. - Vamos a la mesa de los Slytherin, antes debo cumplir con mi palabra. - respondo un tanto misteriosa, en realidad le había prometido a Ladien desayunar allí y no quería comenzar mal el día, más aún tras lo sucedido anoche y mis sentimientos que ahora resurgieron. 

Ahora caminaba por el pasillo junto a Marty y Troy, a éste último lo tenía sujetado con mi mano, como si tironeara de él. Ya consciente de la asistencia por parte de las culebrillas, me acerco a ellos saludando con alegría. 

Al ver que los chicos se ponían en marcha de nuevo, rápidamente me despido de Adrien y su primo, para luego seguir a los chicos en silencio.

Un gusto conocerte Rob. Dios mediante, nos vemos pronto en el campo de Quidditch. Adrien nos vemos en clase y desde ya prometo ayudarte en lo que pueda. - digo con sinceridad, tendiéndole la mano.

Tras despedirme de Rob, sigo a los chicos en silencio, tratando de mantener la promesa que le hice a Troy.

Entro por las puertas del comedor junto al resto de mis compañeros de casa. No tenía ganas de aguantar las tonterías de los niñatos de segundo, pero no me quedaba otra que aparentar normalidad y callarme todo lo que se me pasara por la cabeza sobre cada uno de esos críos...

Los únicos que podrían alegrarme algo esta mañana son Nathan, que sigue tirado en su cama durmiendo, y Maren. Por eso, entré en el comedor en parte ilusionado, por la esperanza de que ella pudiera levantarme el ánimo. Sin embargo, cuando levanté mi vista gacha, paré mis ojos en las manos entrelazadas de Troy y Maren.

- Parece que está ocupada... - pensé - Qué rápido olvida sus promesas... - Después de volver a bajar la mirada y disponerme a llegar a la mesa de los Slytherin sin cruzar palabra con nadie, Maren se paró delante de mí y del resto del grupo saludando alegremente. Estaba dolido por todo lo que me había pasado la noche anterior y aún le guardaba ese rencor a Lavinia por atreverse a hablar así de mí después de lo sucedido, pero tenía que simular normalidad con esa niñata insolente y del mismo modo, tenía que comportarme como siempre con Maren - No montes otra escena Ladien - Así que alcé mi mirada directamente sobre los ojos de la Gryffindor y con la mejor de las sonrisas que conseguí formar, me dirige hacia ella - ¡Buenos días! - la saludé animadamente, aunque realmente no lo estaba - ¿Qué tal fue la noche?

Ya esperando el saludo por parte de las serpientes, es Ladien quien toma la iniciativa al saludarme. Simplemente sonreí de forma sincera pero mi mente estaba en otro lado,  era como estar en dos lugares a la vez y no poder manejar la sensación. 

Allí frente a mi estaba Ladien, mi novio,  con quien tuve mi primer beso y comencé a conocer lo que es estar con un chico. Pero por el otro lado, todo aquello tan bonito que teníamos se manchaba indefectiblemente por algo más que debía callar. Lo sucedido anoche me había cambiado lo suficiente, al punto de marcarme. 

¿Cómo lograrlo? ¿Qué estoy haciendo? Maren... No te nubles,  no ahora... - pienso al mirar dos segundos a Troy, él era el único que sabía todo y esperaba que entendiera mi situación. Continuaba dividida, entre lo que sentía, lo que tenía y lo que en verdad me movilizaba. ¡Doce años y ya tenía estos problemas! Que duro es crecer... - me quejo en silencio, manteniendo la sonrisa y la normalidad. 

- Todo bien,  he venido a cumplir mi promesa y cierto es que tengo mucho hambre. Si me disculpan... - expreso intentando simular que nada me pasaba, mientras tomo asiento y le hago un lugar a Ladien en su propia mesa. Sabía que los bollos me mantenían concentrada y no manifestaba algo de lo cual me arrepentiría. 

- ¿A ti como te fue?  Sabes...  Tienes que probar los malvaviscos de Artemis. Anoche nos quedamos en la Sala común hablando, hasta que nos fuimos a dormir tarde.  - inicio la conversación de forma normal, ya sabia lo de la reunión y no me preguntaría de ello delante de todos. 

Así que agarro un bollo, lo corto y me preparo uno. Estaba mas callada de lo normal y centrada en la comida,  contemplando la mesa de Ravenclaw por momentos y de nuevo centraba la mirada en Ladien. 

Las ganas de volar aumentaban, necesitaba sacar todo esto que sentía de una vez por todas. 

Maren le hizo un cumpido a mis malvaviscos, creo que es hora de encargar más. - pienso mientras escucho la conversación de Maren.

Buenos días. Hoy voy a pedirle a mi madre que me envíe otro paquete y mañana te lo entrego. - digo mientras saludo con la mano y permanezco de pié al lado de Troy y Marty

Acompañó a Maren y saludó a Ladien con un asentimiento de cabeza. No sabía mucho qué más decirle, porque estaba seguro de que con quien querría hablar no era precisamente Troy Knight. Así que se quedó quieto, observando la situación al lado de Maren. Sus miradas se unieron unos segundos y sabiendo lo que la chica pensaba y necesitaba, Troy le sonrió con seguridad y le guiñó un ojo - no de manera sensual ni atractiva que pudiera llevar a malentendidos- al tiempo que asentía enérgicamente. La apoyaba y estaría junto a ella. No tenía nada que temer.

Como era de esperar, fueron a la mesa de Slytherin y cedió su asiento siempre a la derecha de Maren para que Ladien lo ocupara. Troy se sentó frente a la parejita feliz y se centró en comer y comer. La comida era tan buena en Slytherin como el Gryffindor. Eso no cambiaba.

- ¿Qué tal, Lavinia?- preguntó entonces. ¡No iba a estar callado todo el rato y aunque tenía la atención puesta en Maren  Ladien, debía disimular de alguna manera- Marty, tienes que probar esta mermelada. ¡Está riquísima! Venga, Artemis, siéntate aquí- y dio dos palmadas a su lado izquierdo, en el banco.- Tienes que desayunar bien para empezar bien el año. Dime, ¿qué piensas de los naipes explosivos?

-¡Hola a todos! -saludo a los componentes Slytherin de la mesa. A algunos apenas pude saludarlos el día anterior-. Espero que no os moleste esta invasión leonina. ¿Qué tal, Marcus, Adrien, James, Kerry... y Ladien? -añadí, consciente de que éste último no empezó con buen pie el año con mi amiga Maren.

Me busco un sitio al lado de Lavinia, así sin más ni más. Tenía ya ganas de poder hablar con ella un rato, puesto que no nos habíamos visto en muchísimo tiempo... "¡demasiado!" ,pensé con tristeza. Con lo unidas que siempre estuvimos como primas y como amigas.. Pero ahora ya estábamos más libres, el primer día había pasado.

-Laviiiii... Qué ganas tenía de estar contigo -y le sonrío, mientras me sirvo una de las tostadas con mermelada que me ofrece Troy-. ¡Qué goloso, nene! ¿Dejarás algo para los demás? jajaja -le digo, riendo. Los sucesos de la noche anterior y el estar en una mesa ajena no menguaban el apetito de Troy ni mis ganas de chincharle cariñosamente.

-Por cierto.. me muero porque hablemos a solas Maren, tú y yo -le digo a mi prima en voz baja, guiñándole un ojo -. Podemos hacer un "aquelarre de brujas" después del desayuno, si tú puedes.

Todas las serpientes llegamos al comedor y rápidamente busqué con la mirada la mesa de los leones. Amelia me acompañaba nerviosa. Se notaba que estaba feliz por reencontrarse con Liam, el león pelirrojo con el que había bailado y del que parecía estar cada vez más pillada.

Yo… Las ganas de ver a Maren y Marty y contarles todo lo que me había pasado esa noche me podían, pero hice un esfuerzo por controlarme y mantener la calma. Había enterrado el hacha de guerra con Ladien, ¿no era así? o al menos eso le dije. Aunque no era cierto.

Puse buena cara, ayudada por el maquillaje de Violet que le había cogido sin permiso sonreí animadamente a mi prima Marty, Troy y Artemis.

-Hola Troy... – dije sin mirarlo mucho a la cara, me sentía culpable. -¿Has visto a tu hermana Violet?. Esperaba que no le hubiese contado nada, aunque bueno si era así me disculparía también con él. Yo era una de las culpables de que Agnes estuviera en la enfermería...

Esperando su respuesta me acerqué hasta donde estaba sentada mi prima y le di un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. Estaba tan animada como siempre. Ella tenía esa luz especial que siempre había envidiado. Estar con ella me hacía sentir bien, como en casa, fuera lo que pasara por mi mente en ese momento. Pasamos todo el verano sin vernos, nuestros padres no querían que tuvieramos contacto. Bueno más bien mi madre era la que no quería y a ella, le habían contado la mentira de que nos mudamos a Francia. Pero las dos sabiamos que algo raro pasaba en nuestra familia y no nos querían contar la verdad. -Buenos días Marty!. – sonreí quedándome de pie a su lado. -¿Cómo te lo pasaste en la fiesta de bienvenida?. ¿Algo interesante que contar? - pregunté sentándome cerca y alargando el brazo metí el dedo en uno de los botes de mermelada. -Mmm, moras. Anoche no tuvimos casi tiempo de hablar. No sabía que había hecho mi prima, pero estaba segura de que cuando se enterara de las peripecias que había pasado con los Slytherin alucinaría. Escuché su genial idea sobre el aquelarre de brujas y asentí sonriendo. -Una reunión Hocus Pocus de urgencia. Tengo mucho que contarte. - le susurré en el oído. Finalmente miré al mago al que Marty me presentó anoche, Artemis. -¿Qué tal? ¿Preparado para el nuevo curso?.

Violet se sentó en la mesa callada pero con el semblante normal, sin emociones. Y ante la pregunta de Lavinia negó con la cabeza, después de mirar por un segundo a su mellizo y dijo.- No... aún no. Iré a verla después del desayuno.

Cogío algo de mermelada y saludo al resto de leones que invadía su mesa en aquel primer día.

Poco a poco iban llegando el resto, y entre ellos los Huffelpuffs, junto con su prefecto y algunos más...

En las mesas los presentes solían comer en sus mesas a excepción de la mesa de Slytherin en la que se encontraban, Troy, Maren, Marty y Artemis.

En la mesa Ravenclaws estaban Adrien y su primo, junto con Austin, Kerry y Marcus.

El único que faltaba de vuestro curso era Nathan que parecía aún no acompañar a los de su casa, en el comedor.

Además al fondo había una mujer sentada en una silla con cara algo angustiada, con sus dedos nerviosa pellizcaba su propio cuello.

Miró a Violet cuando ésta lo hizo con él y puso cara extrañada. 

- ¿A quién vas a ir a ver después del desayuno?

Sus amigas estaban allí y no parecía faltar ninguna. No entendía muy bien a quién quería ir a ver Violet tan temprano. 

Es demasiado pronto para ver una lechuza y enviar una carta, ¿no?

Al escuchar lo del Aquelarre no puedo evitar sonreír, al tiempo que las imagino reunidas alrededor de un caldero, recitando antiguos conjuros bajo la luna llena.

De pronto la voz de Lavinia me regresa al mundo real.

¿Eh? ¿Preparado para qué? Para el nuevo curso - pregunto algo confuso. 

Bueno sí, al menos eso creo. Oye Lavinia, anoche me hubiera gustado tener un poco más de tiempo para conversar contigo. Dime ¿Estás libre después de clase? - pregunto con genuina ccuriosidad.

Entenderé si estás ocupada con vuestro aquelarre, pero si termina  temprano vuestra reunión, estaré en la orilla del lago tratando de terminar mi libro de Julio Verne. - digo mientras saco una edición de bolsillo del libro: " La vuelta al mundo en 80 días"

Espero puedas acompañarme, pues me gustaría un poco de ayuda con cierta investigación que estoy realizando.- agrego esperanzado.

Tragué saliva cuando escuché a Violet. -Si está despierta dile que lo siento, que no fui yo quien provocó el estallido de los cristales en el invernadero. Aunque estábamos allí por mi culpa. – bajé la cabeza y después miré a Troy. El león todavía no sabía de que iba la película. No quería que mis problemas con Ladien y Nathan se airearan, solo Violet y Amelia sabían que tenía disputas constantes con ellos. Maren y Marty intuían algo, pero no lo sabían a ciencia cierta porque nunca di los nombres de los Slytherin que me hacían bullying. Ahora no podía controlar que Violet o Agnes se fueran de la lengua. La verdad si eso pasaba no iba a negar los hechos como hice mintiendo a la Directora.

Por suerte Violet no parecía enfadada conmigo y eso me hizo tranquilizarme. No le expliqué nada a Troy, dejé que su hermana hablara por mi.

Tomé una tostada y la unté con la mermelada negra de moras. Mientras comía pausadamente, mi mirada se desvió al resto de mesas por el gran comedor, observando a los alumnos de primer curso. Pobres novatos. En ese momento recordé lo que pasó el año pasado en Halloween cuando dos magos, un Gryffindor y un Ravenclaw armaron un caos tremendo por los pasillos disfrazándose de esqueletos, amenazándonos con hachas.*

Al fondo me percaté de la figura de una mujer que parecía nerviosa por el tic que tenía en el cuello. ¿Quién es ella?. Me encogí de hombros.

Artemis habló y entonces volví rápidamente la mirada hacia él. -Bueno, lo habitual es que Amelia, James y yo rondemos por la biblioteca, el curso pasado apenas te vi el pelo, supongo porque estaba muy enfrascada en los libros. Mi comentario sonaba a invitación para unirse a nosotros cuando quisiera. Lo cierto es que la proposición de pasar tiempo con Artemis después de clase me alegró y me causó mucha curiosidad saber qué tipo de investigación estaba realizando. -Cuenta con ello, pero solo si nuestro aquelarre termina pronto. – dije sonriendo.

Aquello era cada vez más raro. Con el cuchillo de untar la mantequilla señaló primero a Violet y después a Lavinia de forma intermitente:

- ¿Estar despierta? ¿Disculparse?- estallido de cristales. Troy achicó un poco más los ojos.- No seríais vosotras las que provocaron ese estruendo de cristales, ¿verdad?- dijo convencido.

Llegue al Gran Salón con el resto de mi casa, avanzaba en silencio con Kerry y Austin mientras seguia pensando en todo lo de la noche anterior.
Cuando me quiero dar cuenta estoy sentado en la mesa de mi casa sin probar bocado, perdido en mis divagaciones, busco a mis compañeros con la mirada y veo que todos los de segundo se estan juntando en torno a la mesa de Slytherin.
Cojo un bollo mientras me levanto y me dirijo hacia allí. Dejo a Ladien y a Maren solos y me acerco al grupo de Marty, Lavi, Artemis y Troy.
-Buenos dias, ¿que tal anoche? ¿hicisteis algo después de la fiesta?-
Luego me scervo y susurro.
-¿Escuchasteis el alboroto en los invernaderos?

El que Lavinia aceptara mi invitación me hizo muy feliz, pero cuando escuché el tema de los cristales, no pude evitar preocuparme, pues el estruendo fue tal que se escuchó por todo el castillo, lo que sin dudas evidenciaba que algo raro había pasado, por lo que no puedo evitar preocuparme.

¿Tu provocaste la explosión de los cristales? ¿Qué ocurrió? ¿No estás herida cierto? - pregunto preocupado.

Me encontraba ya sentada en la mesa y esperaba que Ladien se siente a mi lado, sin embargo no estoy ajena al entorno circundante y no se me pasaba por alto la indiferencia de Lavinia, como así también la actitud de mi amigo de la infancia que pasaba de mi. ¿Qué me estoy perdiendo? - me pregunto al dedicarle una mirada a Troy, estaba actuando demasiado rara o ellos eran los extraños aquí. -Ni que tuviera lepra... -  refunfuño en silencio, suspirando e inquieta. 

De momento me mantuve en silencio escuchando a cada uno, conversaban sobre las explosiones de anoche y sin dudarlo sabía que mi amiga era incapaz de hacer algo así. Aunque podía creer que Ladien y Nathan fueron los responsables, se les daba bien meterse en problemas. 

En silencio, desayuno y me mantengo atenta a las conversaciones, también espero alguna palabra por parte de Ladien. - Hola Marcus. - lo saludo apenas y sigo con los bollos. - Cierto el aquelarre... ¿Después del desayuno o de clase? -  pregunto un tanto interesada, tras dedicarle una mirada a Lavinia como diciendo: ¿Te sucede algo conmigo amiga? -  no quería estar mal con ella, es que no creía haber hecho algo malo. 

Marcus llega a nuestra mesa justo cuando Troy nos pregunta por los estruendos del invernadero. Miro a Violet y bufo.

-Violet se quedó en la sala común, ella no ha tenido nada que ver. – expliqué mirando a todos los presentes, pues la conversación era ya un tema de interés general. Tal y como me temía la explosión se había escuchado por toda la escuela. -Tu hermana Agnes está inconsciente Troy, o al menos así estaba anoche cuando los profesores se la llevaron a la enfermería. Se le rompió la varita en dos cuando intentó lanzar un contrahechizo para parar el ataque. No sabemos quién lo provocó. Las ventanas se hicieron añicos, la ramas de los árboles cayeron sobre el techo y la puerta se abrió como si allí hubiera una presencia maligna. Más tarde llegó la Directora con la comitiva de profesores.

¿Qué puñetas iba a contarles a todos? ¿Qué estábamos en el bosque oscuro recogiendo hierbas para curar a Ladien de su dolor de estómago? Eso era solo una parte de la verdad. Negué con la cabeza a la pregunta de Artemis. -No, me cubrí el rostro y me dí la vuelta, afortunadamente no me corté con ningún cristal pero... - miré a James en ese momento. Cúbreme compañero. Estaba poniéndome nerviosa, solo decia una mentira tras otra y no me gustaba la idea de estar mintiendo de esa manera a mi prima y a Maren. Me habia hecho daño en el tobillo corriendo por el bosque oscuro. Todo tenía una explicación, pero no la iba a contar a bombo y platillo. -Disculparme, yo… estoy asustada todavía por todo lo que pasó anoche. Solo quiero desayunar tranquila y empezar bien el día. – dije con la esperanza de que mis compañeros no me hicieran más preguntas. Después de todo yo no era la única Slytherin que estuvo allí. Miré de reojo a Ladien y después a Maren con la que no habia cruzado palabra conscientemente. Verla con la serpiente me incomodaba demasiado.

-Quizás después del desayuno, si nos da tiempo. - inquirí. Necesitaba hablar con ellas cuanto antes. La presión de estar mintiendo a todos podía conmigo y solo confiaba en ellas.