Partida Rol por web

Sin Adama, las cosas no parecen ir mejor, para nada.

Nuevamente, como todas las mañanas os levantáis.

Con cada uno que va llegando al puesto de mando, vais descartando quién faltará esta mañana.

Sabéis que alguno ha muerto, se siente en el aire, se respira en el ambiente...

El primero en no aparecer es el Coronel Saul Tigh. Vais a buscarlo en su dormitorio y allí lo encontráis, abrazado a una foto de su esposa, muerto, de un disparo en el ojo, el cual ahora está vacío y negro, mirando hacia el infinito.

El segundo en no aparecer es Felix Gaeta. A él, en cambio, lo encontráis en las duchas de la sección de los oficiales, completamente desnudo, con cables de alta tensión que le salen de cada uno de los orificios corporales y con la bañera llena de agua. Aún se puede sentir el chisporroteo de electricidad recorriendole el cuerpo. Antes de bajarlo, desconectáis la corriente del lugar. No queréis más muertes...

Pero al parecer, ambos, antes de morir, han dejado algún tipo de mensaje...

Camarote del Coronel Saul Tigh.

Estrella de de Combate Galáctica.

Día 6. 03:00 h estándar.

Reproduciendo entrada de bitácora personal:

[Sin ella... no merece la pena vivir...  sin ella, el espacio es ese lugar frío y distante que todos imaginamos... mi vida aquí termina, no deseo seguir luchando. Oigo cómo alguien se acerca a mi camarote. No debería haber nadie despierto ya. Creo que me ha llegado la hora...pero no me importa.]

-Sonido de la puerta abriéndose-

[vaya... eres tú... no tenía ni idea... ]

La voz del coronel suena cansada, como si no le importase lo que fuera a ocurrir.

[Muy bien...haz lo que debas... pero debes saber una cosa...

Ningún humano saldrá vivo de esta maldita nave...]

-Sonido de un disparo-

-Sonido de la puerta cerrándose-

No hay mandos superiores en la nave, y la Almirante Cain es quien porta el rango más alto entre los presentes. Los escasos presentes. Fisk parece aturdido, primero Adama y luego Tigh, ambos, humanos como todos los caídos de varios días anteriores. Apretó los puños, cada día que pasaba era una frustración, y no confiaba nada en los que quedaban, salvo quizás en la Almirante Cain. Pero los demás, los demás tenían razones para ser sospechosos.

Aaron Doral siempre silencioso y callado, solo votaba, pero su presencia pasaba muchas veces desapercibida en la nave. Inicialmente había sido el blanco de suspicacias que se revelaban en las votaciones, pero habían terminado por desvanecerse. Ahora gozaba de cierta inmunidad. ¿Hasta cuando?

Caprica y su apología de Billy Keykeya habían condenado al chico, incluso pensando de forma coherente, asumir que una vez se comprobara que el chico era una víctima inocente, ella se libraría de la lapidación... y eso podría ser justamente lo que estaba sucediendo. Su comportamiento era digno de toda curiosidad... pero había estado seguro con Conoy y con Keykeya...

Helena Cain, su comandante. Siendo objetivos, ella misma había mostrado cierto comportamiento errático, pero parecía seguir a su dureza y capacidad. No obstante, ella misma había optado por votar en contra de Adama, viendo como las cartas empezaban a mostrarse. Quizás se cubra en las mayorías.

Kara Thrace con esa capacidad de hacer comentarios soterrados, sutiles, pero nunca ponerse del lado de nadie, con su rencilla personal en contra de Caprica, parece librarse de las suspicacias de las votaciones, pero nunca ha acusado a nadie, y al momento de la verdad, parece bastante distante de lo que sucede.

Romo Lampkin encaja con el mismo perfil de Thrace... solo que sus escasas intervenciones, ocultan bien un avivamiento de las víctimas inocentes, y sus razonamientos parecen ocultos tras el mismo velo que el de Thrace, no importa que, ninguno de los dos cae como sospechoso.

Sherman Cottle, el doctor, siempre interviene escasamente, nunca parece querer untarse de política o sospechas, y aún en menos ocasiones se ha dicho algo sobre él... también parece estar bajo ese velo de seguridad, una inmunidad, que pocos contemplan.

Simon, apenas si interviene, y cuando lo hace, parece decantarse por los modos crípticos, despierta algunas suspicacias, pero no las suficientes como para sentirse en peligro. Sería curioso verle defenderse a sí ante una acusación formal de ser un Cylon infiltrado.

Tom Zarek aparece cada vez con más frecuencia, unido a la multitud, parece estar a salvo, pero ya antes ha despertado sospechas, pero tampoco hay demasiado en contra de él.

Tory Foster, siempre parece votar al más opcionado, incluso de forma algo obsesiva, tratando de convencer a los otros con métodos más sutiles. Se parece en ese sentido a Caprica, y si alguna de las dos resulta ser Cylon, casi que podría confirmar su compañera...

El siguiente paso de los Cylons, tendrían que tratar de pensar como si fueran tostadoras... jugando, moviendo los hilos. Entrecerró los ojos. Su objetivo, siempre ha sido lanzar y crucificar al señuelo de turno, apostando a los más opcionados, miró a su alrededor y frunció el ceño. Tenía la impresión de que él sería el señuelo del día, sobre él se lanzarían, y si Caprica y Simon se mantenían firmes, tendría 4 votos...

Así querían jugar, guiando a todos a ciegas, hacia el próximo objetivos. "Sois listos, tostadoras... pero cada vez hay menos lugares donde podréis esconderos" pensó. Era el momento de observar y detectar al titiritero.

Sherman salió de la enfermería con un destacable gesto de cansancio marcado en su serio rostro. Apoyándose en el pasillo hizo recuento de las últimas víctimas, compañeros supervivientes del genocidio cylon, con una mueca más de horror y sufrimiento marcada en su rostro.

Alguien paso a su lado pero él ni se entero. Con paciencia saco un cigarillo de la bata de médico que llevaba puesto y se lo encendió. Él mismo se había diagnosticado cáncer pero a estas alturas que más le daba. La muertes viajaba en la misma nave que él y solo era cuestión de tiempo que le matarán. Solo podría quejarse de haber estado ocupando salvando vidas en lugar de buscar a la tostadora infiltrada pero al menos aún seguía con vida y si él moría otro compañero podría vivir un poco más.
¿Quien podría ser el cylon infiltrado? Tal vez debería haber desasistido sus obligaciones pero como buen doctor eso era imposible para él pero ahora estaba perdido para localizar a sus enemigos. Tal vez aún pudiera ojear las cintas de grabaciones y buscar al culpable.

Había muerto un hombre honorable, que durante toda su vida había demostrado como debía gobernarse una nave. Aunque el Galactica hubiera estado funcionando como Museo, un adorno de los tiempos pasados, William Adama habia demostrado una fe inquebrantable. Lamentablemente su desaparición durante los momentos más duros, donde poco a poco iba menguando la ya escasa población de la nave, le había valido por dos veces consecutivas que Tory le votara. Y había estado toda la noche lamentandolo. No había sido capaz de dormir. Cada error iba doliendo más y más.

Había dado demasiadas vueltas en la cama, y había visto pasar todas las horas. Era mejor quedarse en la cama aunque no pudieras dormir. No quería encontrarse con nadie fuera de la habitación. Habian vuelto los terrores infantiles, aquel monstruo debajo de la cama, o el de dentro del armario. El que te perseguía al cuarto de baño, o el que hacía ruido por las noches. Pero ahora, sus miedos eran reales. Si tenia que morir, que al menos fuera de una forma rápida.

A la mañana siguiente, antes de ir al puesto de mando, Tory pasa por las duchas y se cambia de ropas. Como una zombie fue a reunirse con el resto para hacer recuento y volver a entrar en la voragine de acusaciones de siempre.

Y a diferencia de la noche anterior, esta vez, habian vuelto a morir dos personas. No se habian conseguido librar de ninguno de los dos asesinos. Saul Tigh, había muerto de forma rápida, despues de que muriera su mujer y su mejor amigo Bill, seguramente hubiera aceptado aquel destino. Y Felix, que ojala no hubiera sufrido. Tras la marcha en un solo dia de toda la linea sucesoria en rango militar para el Galactica, Bill, Saul y Gaeta, ahora nadie podría poner pegas al manejo de la nave por parte del "bulldog" Fisk y su "ama" Cain.

Equivocada estaba si pensaba que aquel dia sería igual a los otros, sobre el puente de mando pesaba un silencio ominoso. Malas caras en todos, y las acusaciones no llegaban. Quizas por fin podrian plantearse todo desde una perspectiva distinta. Había muchos que solo hablaban para decir una o dos cosas, pero sin mojarse por completo. Era el momento que todos pusieran sus cartas sobre la mesa. Esta vez tenian que acertar.

Pero, ella no sería la primera en hablar.

Helena se despertó cuándo la radio del camarote la avisaba de una emergencia. Tras vestirse rápidamente, y asearse, Cain recibió la noticia de que Tigh y Gaeta habían caido tras una larga noche. Ya en el Centro de mando, Cain les dedicó unas palabras.

Señores, puede que el coronel Tight y yo no estuvieramos de acuerdo en muchas cosas, pero era un compañero que supo estar a la altura cuándo sus servicios cómo militar eran requeridos. No así cómo ese Adama....

Tras la muerte de los 2 oficiales al mando de la nave, y siendo mi cargo el más alto de entre los militares aquí presentes, tomo el mando de Galactica. Esos cylons deben pagar por lo que han hecho a la raza humana, y por lo que le han hecho a muchos de nuestrso familiares y amigos. Todos hemos perdido algo, o a alguien en éstos últimos días, así que supongo que estarán de acuerdo conmigo. Por la presente, y para mayor  seguridad de la tropa, declaro la ley marcial, en la que los mandos militares tendrán absoluto poder, y se tendrá un toque de queda. Todo aquel, o aquella persona que viole ese toque, sera castigado a su debida manera, y puesto en prisión preventiva. Quizas la prisión sea el lugar más seguro ahora...

Fisk, haremos un interrogatorio intensivo a cada miembro vivo de ésta nave, incluidos usted y yo, para averiguar información y sacar a la luz a esas malditas tostadoras, y darles lo que necesitan al igual que se lo hicieron al señor gaeta, una sobrecarga de electricidad, así aprenderan que no se debe atacar sin esperar represalias severas.

Doral se levanta tambaleando, aparentemente ebrio, en realidad solo se trata de cansancio, puesto que no pudo pegar un ojo desde hace algún tiempo... se sentía particularmente culpable por la muerte del joven Keikeya, pues había sido él quien en sus sospechas lo había señalado como sospechoso por votar igual a Caprica.

Su voz parece rasposa, casi enfermo.

Después de mi error con el joven, la verdad es que no me atrevo a hacer conjeturas, solo me queda que los restantes tengamos la suerte de destruir a esas tostadoras de una vez por todas y pronto... o estaremos servidos.- comenta con pesadumbre.

La voz de la Almirante Cain lo trajo al Galactica de repente, suspiró agobiado por el peso de tantas muertes, la paranoia, la inseguridad y la sensación de que la muerte podría caer sobre ellos en cualquier instante. Tragó saliva antes de responder, mientras se paraba firme, en respeto a la autoridad de la única persona que representaba esperanza, esperanza para el Galáctica, para el Pegasus, para la humanidad. La almirante Helena Cain.

-Entendido Almirante- dijo, aunque su voz distaba de tener el mismo ímpetu de los primeros días, lentamente el aura de muerte había sumido incluso el espíritu firme del Comandante Fisk. -Sugiero algo de prudencia para manejar esta situación, si bien es cierto que somos pocos- dijo en voz algo baja -no podemos darnos el lujo de cometer más errores...- pero no sabía como decir que todos le generaban una consecuente cantidad de desconfianza, desde el primero hasta el último.

-No estaría de más, una intervención por parte de todos los presentes, su apreciación de la situación...- sugirió. Frunció el ceño. Esperando que pudiese detectar a la mente que movía los hilos para que ellos se destruyeran entre sí.

Con su gesto de indiferencia en el rostro el doctor cottle escucho el comentario de fisk y tomo la palabra. Me encuentro perdido ahora mismo. La única pista a seguir que tenemos ahora mismo son los votos anteriores. Tal vez de allí podamos localizar a los que hayan ido votando a la multitud que son los candidatos a ser tostadoras encubiertas. Es lo único que se me ocurre...

En pocos días habían perdido a los máximos comandantes de la Galáctica: Adama y Tigh no volverían a pasearse por el puente de la nave, y ahora el mando había caído en las manos (¿o debería decir "garras"?) de la Almiranta.

Dioses de Kobol, pensó Romo, parecía que las tostadoras y el asesino misterioso pensaban de la misma forma... ¿por qué descuartizar un cuerpo, cuando puedes decapitarlo?

Pero la Galáctica era como una hidra, y por cada cabeza que cortaban aparecían dos más.

Romo trató de reflexionar sobre todas las muertes sucedidas: habían caído soldados y civiles, líderes y servidores... no parecía que hubiera distinciones entre los cadáveres.

Lo que realmente escamaba a Romo era que Fisk siguiera vivo; como el abogado había afirmado en otras ocasiones, el señor Fisk no actuaba como lo haría una tostadora, y que aún no le hubieran expulsado al vacío espacial era más una cuestión de buena fortuna democráctica que de confianza popular, pero ¿cómo era posible que el asesino maníaco que cada noche acababa con un miembro de la tripulación no se hubiera fijado en él?

Hm... quizás Fisk no llevaba cables por dentro, pero Romo empezaba a pensar que un espíritu asesino anidaba dentro de su alma. Si este fuera el caso, ¿deberían tratar de acabar con él? Después de todo, solamente hacía lo que creía mejor para todos, y en cuanto al acierto de sus decisiones, tenía la misma buena puntería que el resto de la tripulación. Poca diferencia había entre la democracia del pueblo y la tiranía del individuo, vaya.

Y si soy el próximo en ser asesinado, al menos moriré sabiendo la verdad, reflexionó apesadumbrado el joven letrado.

Diez negritos quedaban en la nave, ¿cuántos llegarían a ver un nuevo amanecer?

Entro por la sala recién salida de la ducha. Una vieja amiga me dijo que, en la bañera, se lavaban las heridas del alma. Tuvo la suerte de no sobrevivir al ataque sobre las Doce Colonias.

Me siento encima de una de las mesas, en silencio. Cruzo las piernas mirando hacia el frente, con la cabeza alta. No tenga nada que esconder.

Me hierve la sangre cuando veo que Fisk sigue vivo, pero no puedo hacer nada. Pobre Billy. A lo mejor es una suerte que no sobreviviese. Ver como tu raza se extermina a si misma es un expectáculo penoso.

No se cuanto aguantaré viva pero mientras pueda votar, tengo claro a quien apuntará mi dedo.

Guardo silencio, lo que parece ser la tónica habitual de esta mañana.

La cabeza del pobre doctor Cottle parecía emitir humo mientras escribía sin parar en el papel ortogonal estándar. Finalmente el recuento le dio un nombre o más bien un candidato con muchas opciones a ser un cylon que buscaba unirse a los votos de la mayoría para intentar pasar desapercibido.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Era curioso escuchar, como lo primero que se decía en aquella sala, aquella fria, más bien, gélida mañana despues de las tres últimas muertes, mejor dicho, asesinatos, era la subida al puesto máximo por parte de Cain. A aquello se le llamaba ser una trepa. Quizas lo hacía en el sentido más humanitario posible, aunque viendo los que quedaban, quizas no fuera necesario una cabeza que guiara los 10 brazos que quedaban. Si cada uno hacía lo que quería, era una necedad intentar comandar a un grupo que apenas llegaba a denominarse docena. Ademas,  apenas les quedaban 3 dias, si se seguía el ritmo de las últimas noches.

O por otro lado, viendolo desde el lado que la hacia que su estomago quisiera echar la poca comida que quedaba dentro, que ella hubiera sido quien matara a Tigh y a su mujer Ellen. Desde que votara a su subalterno Fisk, había votado dos veces a Saul y una a Ellen. Quizas falta de luces en sus aspiraciones al mandato, se había olvidado de no dejar pruebas. Y siendo una sombra tras Fisk, era él el que quedaba como el culpable. Y ella que de vez en cuando había intervenido, ahora enseñaba su mano, como en una buena partida de cartas.

Tras ella, los únicos que hablaron no dijeron ningun nombre, parecía que a Fisk se le hubieran quitado las ganas de acusar, ni siquiera teniendo a Caprica delante.

-Lo que me resulta más curioso de todo, es que haya personas que solo aparezcan cuando se les nombra.- Aun no estaba preparada para dar a conocer sus conclusiones.

Dos nuevos muertos, y dos de ellos los nombres que el pensaba que eran traidores, equivocado una vez mas y ahora tenia claro que seria el objetivo de los demás, desanimado guardaba silencio solo para responder periódicamente.
-La suerte no nos ayudara Aaron y sin mostrar nuestros sospechosos no conseguiremos nada mas que lo mismo de cada noche, despertar con uno o dos miembros menos.-Se levanto camino hasta un panel distinto y volvio a sentarse.

-Digame Doctor, ¿Acaso usted no ha echo lo propio? Viendo que los acusados eran minimos y las razones irrisorias no a optado siempre por un objetivo facil, ¿Como Baltar o Adama? ¿Porque soy yo mas sospechoso que usted?-Pregunto al saber que era la opcion de Sherman.

-Espero que eso no vaya por mi señorita Foster porque si por presencia fuera, me atrevo a decir que de los que aun seguidnos con vida usted, junto a Simon y a Romo, apenas han participado o aportado algo.

Yo por mi parte, se que ahora puedo ser un claro candidato a ser acusado de tostadora, porque dos de mis acusados del dia anterior, han muerto; uno por propia culpa al igual que de otros al votarle, y el segundo por que tal vez ese asesino quiso escucharme e implantando su justicia quiso ayudar, aunque evidentemente desde que empezó esta locura solo ha actuado como Cylon mas, matando compañeros humanos.

Yo por mi parte seguiré acusando a Cain de ser un engendro mecánico y las palabras que a tenido hoy me dan un voto a favor, pues en estos momentos tensos, donde todos temenos por nuestra vida ella se dedica a dictar normas, imponer leyes y ordenar orden, cuando es evidente que eso no valdrá de nada si no nos mantenemos unidos contra nuestros asesinos. ¿Dígame de que vale todo eso si de seguir asi vamos a morir? Sus palabras son vacías en esta conversacion si no tiene claro lo que estamos haciendo aqui, ya no vale la ley del hombre, solo el juicio de 10 personas desesperadas por sobrevivir, en las que me considero una de ellas, no soy un Cylon, soy humano y como tal me equivoco.

Simon no daba crédito a alguna de las intervenciones que estaba teniendo lugar en ese momento. Un hombre como él que había realizado un juramento para proteger la vida, veía con impotencia como se hablaba tan a la ligera de la muerte. En todo el tiempo que levaba a bordo de la Galactica y estaban siendo infectados por el miedo y la paranoia causadas por los Cylons, estos habían mantenido un perfil de asesinatos bajo comparados con los suicidios, los ajusticiamientos nocturnos o las bárbaras formas de acabar con quien se suponía era una tostadora infiltrada.

En esa nave todo el mundo era un enemigo en potencia con la capacidad de matar...

El día anterior había preferido mantenerse lo mas callado posible pues las cosas ya estaban demasiado tensas en la nave. Las muertes se sucedían una tras otra con cierto orden, cierta lógica que era imposible descifrar para alguien que no fuera una máquina.

- ¿Quieren que hable? - Suspira pesadamente, entrelazando las manos y torciendo el gesto, sin mirar a nadie en concreto - Muy bien, lo haré.

- Desde que todo esto empezó solo han muerto inocentes. Uno tras otro, bien asesinados por uno de nosotros o bien por uno de ellos... No podemos hacer nada por evitar que nos descuarticen, electrocuten o despellejen durante la noche, o ya lo habríamos impedido de alguna forma, ¿Me equivoco? - Deja la pregunta sin responder, flotando en el aire un instante antes de continuar - Lo único que podemos hacer es despertarnos cada mañana y ver a algunos de nuestros compañeros de tripulación muertos. Llevamos sus cadáveres a la morgue y entonces nos reunimos a decidir quién debe ser el siguiente... Por eso no aporto nada a este pequeño grupo. No quiero que mis sospechas acaben llevando a alguien a la muerte. No quiero cargar con el peso de una vida inocente sobre mi cabeza...

- Los que tan alegremente señalan con el dedo y dictan sentencias con tanta facilidad, deberían pensar que mientras uno solo de sus dedos apunta a su sospechoso, cuatro le señalan a él.

Niega con la cabeza, entristecido a la vez que frustrado.

- Yo seguiré votando en silencio, sin alzar la voz, para no arrastrar a mi error a otros... Y solo porque soy consciente de que no hacerlo supondría mi muerte...

Y aun así vota periódicamente como el resto. Es increíble su doble moral. Permitame que me ria Simon, pero sus palabras me suenan a una escusa barata despues de a ver visto que no se ha jactado de votar ni una vez.

Sus palabras solo son una escusa para su silencio, una escusa que no vale nada frente a su instinto de supervivencia. Si realmente escuchara sus propias palabras hubiera optado por abstenerse o votarse a si mismo, tal vez tenga razon cuando dice que no señala con el dedo, pero eso no le evita que sea como el resto de nosotros señalando con su voto al culpable, le recuerdo que usted tambien a votado por gente equivocada y han sido elegidos para morir por el bien comun.

Fisk se mantiene serio, aunque sin tener ese mismo aire del comienzo de todo aquello.

-Estoy de acuerdo con Zarek- dice mirando a Samuel -Se defiende usted, alegando que no dice nada, pero su individualismo es tan solo una muestra de la falta de cooperación. ¿Le basta con sospechar por agrados o desagrados?... aunque algo debo admitirle- dice menos acusador -no se ha comportado como la señorita Caprica, no... a usted le basta dejar que las cosas se desarrollen y quedar al margen, solo intervenir cuando su nombre es mencionado, o cuando algo le es insinuado... lo que, si me permite decirlo...- dice con el tono habitual -Es bastante sospechoso. Aunque en este momento, todos tienen elementos sospechosos y ninguno está exento de forma definitiva de ser una tostadora infiltrada- comenta de manera grave.

-Solo para puntualizar- dice Fisk mientras se sienta algo exhausto. -¿Alguien ha visto a Thrace? me parece que no se ha pasado mucho por el puente-

- ¿Cooperación? - Pregunta esta vez mirando a Fisk directamente a los ojos. En los del chico podía leerse sentimientos contradictorios - ¿Quieren mi cooperación? Muy bien...

Se levanta, muy resuelto, con los brazos cruzados sobre el pecho y una mirada hosca. Ya había tenido suficiente de todo aquello. Las hienas querían carne sobre la que lanzarse, pues eso tendrían. Iba a romper su decisión de mantenerse al margen y dejarse llevar por el juego de conspiración que se llevaban los otros.

- Quiero dejar claro que no entiendo que sospechar sea lo mismo que decidir. Las sospechas no tienen base alguna, las decisiones si. Las sospechas solo sirven para crear desconfianza y hacer que los indecisos tomen posiciones. - Sin apartar la mirad de Fisk, continua - ¿Me equivoco si aventuro que muchos de los condenados han sido seleccionados por usted, señor? ¿Que con sus discursos y sospechas no ha encaminado los votos de otros hacia sus objetivos? Es algo de lo que todos nos hemos dado cuenta pero que nadie ha decidido evitar. ¿Y no sucede algo similar con usted, señor Zarek? Dice que yo uso excusas para justificar mi silencio... ¿Pero cuál es su excusa para condenar abiertamente? - Simon estaba cada vez mas irritado y era consciente de que se estaba ganando la enemistad del único hombre que, habiendo estado constantemente en el punto de mira del resto de tripulantes, seguía con vida. - ¿Qué le da derecho a hacerlo?

Y ahora les daré lo que quieren, tomaré parte es esta absurda representación suya y haré justo lo que los Cylons quieren que hagamos, destrozarnos entre nosotros. - Toma aire y se lleva una mano al entrecejo. No le gustaba nada lo que iba a hacer a continuación - Existen, por lo que he podido ver hasta ahora, cuatro tipos de perfil de comportamiento. Los que siempre tienen algo que decir y alguien a quien acusar; los que hacen acto de presencia pero no alzan la voz contra nadie y permanecen siempre callados; los que solo hablan cuando son requeridos o se hace referencia clara a ellos (como es mi caso) y los que mantienen un perfil intermedio entre los otros tres tipos.

- Ahora me pregunto... ¿Qué tipo de comportamiento es más sospechoso? ¿El de los que permanecen en silencio, tomando sus propias decisiones sin intentar convencer a nadie de sus ideas y esperando estar en lo cierto en cada votación o los que se esfuerzan en marcar a ciertos compañeros como posibles Cylons a ser ajusticiados? Pensadlo seriamente, compañeros... ¿Si estuviérais en el pellejo de las máquinas, qué haríais? - Guarda silencio un instante y niega antes de volver a tomar asiento - Yo tengo muy claro lo que están haciendo... Están dirigiendo nuestras votaciones, haciendo que eliminemos a quienes ellos quieren en lugar de a quién debemos...