Partida Rol por web

El lugar escogido para la reunión era un mirador en un paseo marítimo con baldosas de rombos y barandilla de piedra en primera linea de playa, cerca de vosotros había una terraza de una cafetería y tras unos minutos esperando os percatasteis de que vuestro "Contacto" observaba al mar desde dicha terraza, sentada tomando una infusión, supusiste un cafe especialmente fuerte y aderezado con algo , conociendo la como la conocías

Que tiene que hacer una chica para tener tu atención dijo juguetona cuando te acercaste, antes de dar tiempo a cualquier presentación o saludo Casi ni me reconoces¿ Tan bien te tratan en tu torre de marfil que me has olvidado?

- Señorita Pirandello - Alfred sonrió divertido mientras tomaba asiento, sabiendo como le repateaba (y bueno, en el fondo, estaba seguro le divertía un tanto) el tono ceremonioso con el que siempre empezaba sus conversaciones- ¿Cómo iba a pasar de una arregladora de su talento? Es verdad que al no haber visto a ninguna perversa corporación hundirse en sus cimientos, llegué a pensar que habíais perdido vuestro toque, y os habíais retirado - le mira, divertido e irónico- ¿No es así? - luego la sonrisa se convierte en una mueca- Me temo que no es del todo una visita de placer. ¿Como tienes la tarifa de precios esta semana, vieja amiga?  

Diciéndolo así bien parece lo que no es... dijo mientras perdía la vista en el mar mientras bebe de su taza. Depende para que, y para quien, un ricachon como usted no le debe de doler desprenderse de algunos miles.

Te mira un instante evaluandote

1000 al día, por que me imagino que no será algo pequeño por lo que me vienes a buscar, sino mandarías a alguno de esos lacayos que tienes en la torre siguiendote a todas partes.

Mientras dijo eso último intercambio una mirada con Fátima, podías imaginarte la mirada fría y descarnada que esta le estaba devolviendo sin darte la vuelta "¿Por que no podían llevarse bien sin más? Misterios de la vida"

El comentario sarcastico hizo que el propio señor Adelvere se moviera inquieto( desplazando su peso de una pierna a la otra y cambiando de posición sin siquiera miraros y controlando en todo momento las entradas y accesos), mucha gente en las corporaciones creía que la gente que trabajaba en la calle eran menos que escoria, otros habían salido de las calles y no querían saber nada de ellas de nuevo. Un comentario como ese en según que ambientes podía ser devastador.

Alfred se queda observando unos instantes a Silvia y menea la cabeza. Entonces mira a Fatima

- Fatima... te dije que no me dieras el traje que ponía en letras fosforito "tonto ricachón que está aqui para que lo timen" ¿Y ves lo que pasa? Hasta las buenas amigas como la señorita Pirandello ven esas letras y piensan que en vez de con un amigo con el que han tenido buenos negocios están hablando con algún pisaverde ridículo que tiene el dinero por castigo. Y claro... así no hay manera de llegar a un acuerdo. No te voy a dar 1000 al día, y no vas a meterte "tanto" con mis chicos. Ya sabes que luego me toca apaciguar ánimos y es tan cansado. Pero tienes razón, no es algo pequeño, y soy alguien justo. Veamos... por cada trozo de información nuevo que me des, te ofrezco 350. Y si finalmente logramos obtener el premio gordo, una gratificación de 2000. Lo que sinceramente es un muy buen precio. Y lo sabes perfectamente

Sonrió disfrutando con la conversación

Y usted no debería suponer que no dejamos de hacer cosas que nos dan dinero por dedicarnos a sus asuntos en lugar de los nuestrosseñor dijo con un tono juguetón Si supiera que quieres decir con cada trozo de información o el alcance de lo que perseguimos podría juzgar justo o injusta tu propuesta. Añadió volviendo a la seriedad

- Señorita Pirandello... yo pago por cosas que me hacen ganar dinero. Y no puedo decirte nada hasta que esté convencido que aceptas el trabajo y no hablarás de él con nadie. Ya sabes como va esto. Pero ya que insistes... pieza de información es un hecho, completo, con todas sus matices y datos, que yo no conozca sobre el problema que te voy a presentar. El buen éxito es conseguir el objetivo que los "poderosos señores en la sombra a los que sirvo" han dejado encima de mi mesa - le mira divertido- Y los dos sabemos que esto no durará un mes y lo que te ofrezco es más de lo que ganas en un mes... y que seguirás con tus trabajos mientras haces esto por mi. Al menos en parte, y por mucho que me jures que solo trabajarás para mi - pone cara compungida, como si le doliera una imaginaria traición- Ah... infame silfide, mal pagas mis desvelos, y mi cariño. Quieres primero timarme, y luego tirarme de la lengua. - dice en tono de broma, pero mirando a los ojos a la arregladora

¿Timarte yo? dice ella con cierta sorna. Me parece que eres tu quien pretende timarme, sube a 500 por hecho constatado y quizá me sea mas rentable que lo que pueda hacer en esos ratos libres que tan poco valoras... luego te recriminó  si vinieras a verme mas a menudo podrías valorar mejor mi buen hacer y mi profesionalidad.

Sabías de antemano que ibas a tener que regatear desde un principio pero por un instante pensaste que te iba a hacer pagar el tiempo desaparecido de la escena, a fin de cuentas desde que entraras en la compañía habías dejado atrás a mucha gente ¿O era sólo una impresión tuya?

De hecho ahora que lo recuerdas la relación de Fátima y Silvie nunca fue mala hasta algún momento indefinido en que ambos salisteis de la calle, Fatima jamás ha sido clara al respecto de lo que pasó, pero está claro que algo cambió.

La sonrisa desaparece de la cara de Alfred. No era para menos. Lo había notado: el resentimiento.

Y aquí es buen momento para una reflexión, por cuenta de la casa. La empatía era en realidad lo que movía el mundo. El precio de esos maravillosos artefactos en tu cuerpo era grave no por otro motivo, sino por ese: te aislaba. Dejabas de estar atento a lo que pasaba a tu alrededor. Te hacía sentirte, separado, distante, solo. Y eso conducía siempre, a lo mismo, causar rechazo. 

La humanidad era todo lo contrario. La capacidad de notar al otro. Eso le permitía, sí, utilizarlo. Pero también te servía para comprenderlo.

Y por eso la sonrisa desapareció de la cara de Alfred. La señorita Pirandello no estaba negociando, por mucho que le encantara. En sus puyas había algo que Alfred no había esperado encontrar: resentimiento y dolor. No mucho, sin duda, pero ahí estaba. Preparado como una serpiente para saltar a su garganta. 

- Estás molesta - al contrario que en las palabras anteriores, o en las de la propia Silvia, no había resto de broma, ni tampoco de chanza, ni de negociación. Había una preocupación que, si bien tenía mucho de táctica negociadora, se basaba en un sentimiento real, reconocible y sincero. El afecto de Alfred por Silvia no era mentira. Otra cosa era valorarlo, compararlo con otros sentimientos, deseos o necesidades. Pero estaba ahí, sin contaminarse por ninguna falta de humanidad.- Así que mejor paramos. - Alfred miró un momento a Fátima, como reprochándole no haberle informado de algo que, estaba seguro, su mano derecha conocía, pero la mirada duró un momento y luego volvió a mirar a Silvia- Silvia - dijo usando por primera vez su nombre en una conversación- Yo no dudo de tu profesionalidad. Cuando tengo cosas que saber de la calle, a quien recurro es a ti. En cuanto al precio... podemos discutir, es evidente. Son las reglas: tu tratas de obtener un acuerdo que te favorezca, y yo lo mismo. Pero no deseo tu mal, para nada. Y en cuanto a tus ratos libres... se que trabajas para ellos. No he olvidado eso, y lo mucho que aprecias tu independencia, y libertad. No soy el coco, Silvia. No vengo a quitarte nada de eso

Negó con la cabeza

Cambian muchas cosas en tanto tiempo, tu, yo, la vida dijo con aire distraído Si quieres un favor te lo haré, pero ya no acepto encargos de tan poca índole, tu te buscaste tu camino, yo he encontrado el mío. Y si, me molesta que pienses que el único que es capaz de salir adelante eres tu, pero no es momento de discutir. Era bastante para ser ella que reconociera que estaba molesta

Aún no sé qué buscas y si seguimos dando vueltas... no soy adivina, aún, aunque trabajo en ello desde hace tiempo.

En la calle había pocas cosas que dieran tanto dinero para hacer pequeña tu oferta y eso era hablar de las ligas mayores, ligas en las que tu nunca quisiste entrar por escrúpulos, optaste por otra alternativa.

Alfred guarda silencio, sin embargo, unos instantes. Silvia había cambiado. Él no lo sabía, y lo que era peor, el malestar de Silvia era real. 

- No vengo a pedirte un favor. Vengo a ofrecerte un trabajo. Si tienes trabajos que hacen que mi oferta no te merezca la pena, lo comprendo. Y lo respeto. Nunca he dicho ni he dado a entender que no seas capaz de prosperar, señorita Pirandello. Si lo pensara, directamente, no confiaría en tu para este trabajo. El pago que te ofrezco es razonable, pero es evidente que he valorado mal tu caché. Mis disculpas por ello. 400 por cada pieza de información, y 2000 si obtengo el premio gordo. - saca de su maletín la foto, boca abajo, y la pone sobre la mesa, poniendo su mano sobre ella- Mi objetivo es localizar al hombre. Pero ha cambiado seguro tanto de nombre, como de cara. Y la relación suya con la chica no es evidente. Ahora es algo caliente. No somos los únicos buscándolos - le mira a los ojos- Si estás de acuerdo en las condiciones, y en mantener la confidencialidad, dilo, y retiro la mano.  

Viste un instante de duda en sus ojos, pero luego su expresión se suavizó.

Por supuesto

Mantengo mi mirada en Silvia y, antes siquiera de mostrar la foto, digo el nombre

- Busco al Dr Somertfield, señorita Pirandello. ¿Puedo contar con tu profesionalidad y tu silencio ? 

Ya que volviste a una linea formal ella también lo hizo

Ya le he dicho que si. Admitió nuevamente

Alfred retira la mano de la foto, enseñándosela. 

- El hombre de la foto es mi objetivo, el doctor Somertfield. No te fíes demasiado de la foto, pues fue tomada hace años. Rondará ahora los 63 años, como ves es caucásico, más o menos de 1.80, y en su momento de 79 kg. El pelo era negro, y ya parcialmente canoso y despoblado. Con lo que ahora todo se habrá acentuado, claro está. Se que hay gente preguntando por él, y debemos localizarlo y "recuperarlo" vivo, sano y antes que nadie. La chica de la foto no es familia suya, pues no tiene familia. No parecen amantes. Pero sin duda tienen, o tenían, algún tipo de relación. Todo lo que hacía hasta hace 14 años es historia conocida para mi. Pero todo lo que averigües posterior a esa fecha, o relativo a la chica, o a él, o a quienes están preguntando por él, son piezas de información valiosas

¿Y que hacía hace 14 años...? dijo mientras cogió la foto y la observo, sus cyber ópticos se movieron frenéticamente mientras capturaban la imagen, dando la sensación que temblaran por los bruscos movimientos que hacían, pudiste ver la malla de luces infra-rojas que proyectaba para capturar la imagen cuando una brizna de humo que salía del café caliente se interpuso entre la foto y ella ¿Puede ser el primer peldaño de la escalera?

- Podría ser. Hace quince años desapareció tras un accidente en la fábrica en donde realizaba sus trabajos sobre neurología y estudios del aprendizaje - señala Alfred tras meditar unos instantes- ¿Alguna cosa mas?

Te devolvió la foto

No. dijo levantándose del asiento Nos veremos pronto.

Dicho lo cual se tomo su tiempo en recoger su abrigo y ponerselo, tras lo cual te miro a modo de despedida y se marchó tranquilamente.