Partida Rol por web

VESTIBULO DEL GREMIO DE CAZARECOMPENSAS:

- "¿Kara? Salió de cacería ayer al mediodía y no ha vuelto aún, cosa que es normal, porque se dirige a las montañas del norte.

¿Has visto a Bizcochito? Estuvo aquí anoche haciendo preguntas sobre el Gremio." -

- No, no la he visto. Ni siquiera sé dónde podría encontrar a la mediana. Bueno, si Kara no está, ya me pasaré por aquí otro día. Gracias por todo, Hastegaar - digo a modo de saludo.

Salgo al exterior, a la calle. Por un segundo me planteo qué hacer, si darme un paseo por la ciudad o irme directamente a casa. Lo cierto es que tengo que recuperar fuerzas y entrenar. Ir a la escuela no tiene sentido. El día se está echando encima y prefiero empezar mañana mi ciclo de entrenamientos. Iré a casa y me dedicaré a trabajar mi adormecida musculatura y rememorar todo aquello que pudiera ayudar a Vitias en su libro. Sí, un proyecto fascinante el suyo.

 Sumido en sus reflexiones, Bannor pasó toda lanoche prostrado, rezando a Pelor, en algunos momentos aguijoneado por el hambre, pero reprimido este bajo la fuerza de voluntad.

 Así está cuando, de golpe, se ve sorprendido por una voz familiar:

Cita :
 

 El enano se guira de golpe para encontrarse a la figura de Dora, acompañando las palabras.

 - Es eso cierto, no me engañan mis ojos y oidos? Eres tú Dora?

 Bannor se pone en pié y se acerca a la mediana, una sonrisa aflora en sus labios.

 - Buenos días, pequeña. Que haces aquí?

Mantengo mi sonrisa al escuchar las palabras de mi ex-compañero y respondo a sus palabras:

- Babelín lleva unos días inconsciente y venía a ver cómo estaba, quería saber si estaba bien y ya había despertado. Y tú? Al fin has obtenido la libertad no? - Pregunto ya que lo había escuchado por la ciudad.

LAGARTIJA:

- De camino a tu casa, escuchas decir que en el Mercado de Esclavos hay un esclavo verdaderamente exótico, ni más ni menos que un Eladrin.

- También escuchas a dos mercaderes ambulantes comentar que el Campeón está muy grave, que reposa en el Templo de los Mil Dioses y que aún no ha recuperado la consciencia.

 El enano asiente.

 - Lamento lo de tu primo, pero esos son los rigores de las arenas.- Tras unos instantes prosigue.- Y sí, se podría decir que soy libre... para morir en este cubo de eces que es Detritus.  Me otrogaron la libertad, pero no así permiso de residencia, ni me permiten abandonar la ciudad.

Escucho las palabras de Bannor, pero no me extrañan lo más mínimo viendo cómo me van a mí las cosas desde que salí de la escuela amarilla.

- Has tratado de informarte de qué trámites hay que hacer para obtener el permiso de residencia? - Pregunto para saber qué se requiere, ya que lo ignoraba completamente.

 Bannor convida a Dora a sentarse a su lado en el banco.

 - Ayer me comentó uno de los novicios del templo, parecer muy complicado, la verdad. Sin permiso de residencia, que cuesta 50 piezas de oro, puedes tener acceso a un alquiler, vivenda, contrato de trabajo y algunos otros beneficios. Pero yo me pregunto como puedo pagar un permiso de residencia si no tengo la posibilidad de trabajar. Esta burocracia está corrupta como toda esta sociedad, no es más que un reflejo de lo mal que está esta nación.- Bannor mira un momento el ídulo que representa a Pelor, en el altar.

- Pero es que a parte, como ya te he dicho no me dejan ni dejar la ciudad... entonces que representa, que los libertos tienen que morir de hambre en un rincón de las infectas calles de esta ciudad?- Mira de nuevo a la muchacha.- La cosa no parece fácil. Creía que al convertirte en capa roja habrías arreglado algunos de estos papeles con el gobernador, imagino que no tendrás por que preocuparte mucho... o sinó Lagartija te podrá hacer de guía en este asunto.

 El enano hace una pausa, y su semblante se vuelve un tanto apagado.

 - Por cierto Dora, como es que has elegido continuar luchando en las arenas?

- Es el precio de mi libertad, 15 jornadas luchando como capa roja y luego, si sigo viva, podré olvidarme de la arena para siempre. - Respondo encongiéndome de hombros. - No tenía más opciones. - Luego me vuelvo a centrar en lo importante del tema, que el enano consiguiera sus papeles. - Entonces con 50 monedas de oro podrías arreglarlo?

 Bannor mira a la menuda mediana.

 - No estoy del todo seguro.- Hace una pausa, y su rostro se ve iluminada por una mirada despierta.- Pero creo que puedo encontrar algún tipo de alternativa, pero para ello tengo que terminar de conocer ciertos detalles.- Su rostro mantiene su posado.- Pero no hablemos más de esto. Me gustaría ver como está tu primo, y de paso tal vez pueda encontrarme con alguien que estoy buscando. Resulta que una de las personas que lo atiende es el mismísimo Padre Solar Abraxas, el máximo representante de mi fe en la ciudad.

- Bien, yo puedo darte esas 50 monedas si las necesitas. En caso de necesitarlas puedes venir a buscarme a la posada, y serán tuyas. - Luego comienzo a andar hacia el templo en el que tienen al mediano. - Vamos, que luego tengo cosas que hacer..

 Bannor asiente cuando oie lo de partir.

 - Te agradezco el gesto Dora, pero no tengo intención algúna de ser una carga para nadie. Fuí instruido par ayudar, no para pedir.

- Me parece que no has escuchado bien mis palabras, ha sido un ofrecimiento no me has pedido nada que yo sepa. Además, tú siempre estás dispuesto a ayudar a los demás, alguna vez tendrás que ser tú el que sea ayudado no? Todos necesitamos que nos echen una mano alguna vez.. y no sólo los dioses te van a poder ayudar.. - Respondo más como una reprimenda que tratandod e convencerlo.

 La legendaria terquedad se manifiesta en el enano, que asiente, pero no parece convencido.

 - Y así, pues como ocupas el tiempo en tu día a día.- Tras una breve pausa en la que se ilumina su rostro continúa.- Te he hablado de Pelor alguna vez?

- Mis días? Pues me los paso haciendo el tonto, tratando de buscar un entrenador para que la próxima vez que pise la arena no la rieguen con mi sangre, pero me parece que va a resultar algo complicado, nadie ayuda a nadie en esta maldita ciudad. Hasta he pensado en irme de ella.. - Las palabras salen con tono de cansancio de mis labios. - Pelor? Tu crees que algún dios se molesta en ayudar a una pobre mediana? No cuestiono tu fe, pero no trates de que la tenga yo, la perdí toda cuando me tiraron en el agujero aquel de la escuela azul.

 El enano te mira con un rostro que podría interpretarse como aire paternal.

 - No creo que todo lo que sacaras de él fuera malo. Yo lo interpreto como una prueba, la cual creo que superé.- Avanza un poco en silencio para proseguir de inmediato.- Creo que es bueno, incluso necesario creer en algo, a veces va bien para usarlo como explicación cuando las cosas nos superan, y de la misma forma nos da pié a acreer en una esperanza cuando la cosa parece no tenerla.

Me limito a encogerme de hombros mientras continúo caminando hacia el templo en silencio, no tenía ninguna gana de escuchar un sermón sobre dioses, ni sobre fe, ni superación.. - Que los dioses vengan a decirme que les tengo que rezar.. que vengan ellos a sacarme de este maldito lío primero..

Los rumores que circulan por las calles de Detritus me alcanzan como un río imparable. Ni siquiera hace falta ir a por ellos, sino que llegana ti como un caudal imposible de evitar. De un lado, la presencia del Eladrin en el mercado de esclavos. De otro, el estado de Champiñón, el mediano. Respecto al primero, mi curiosidad es relativa. En otras circunstancias quizá fuera, pero saber que el mediano permanece inconsciente tras su encuentro con el elfo y la bruja tiefling, hace que sienta un ramalazo de empatía hacia su ser y que se despierte en mí el deseo de averiguar algo más sobre su estado.

Con paso rápido, me dirijo hacia el Templo de los Mil Dioses, mientras rezo a Kord por la rápida recuperación del mediano.

 Viendo el poco interés de Dora, Bannor se da por entendido y no continúa hablando del tema.

 - Yo si estubiera en tu situación, seguramente me hubiera largado de este lugar, me sorprende verte aún por aquí.

Asiento al escuchar sus últimas palabras.. - Es una buena opción, aunque supongo que mandarían a alguien a buscarme..

- Sí, verdaderamente es una grandísima opción, quién sabe, igual algún día me da por ahí, y me marcho de este maldito lugar para siempre. Además, por muy duro que sea el invierno fuera, me parece que tengo bastantes más posibilidades de vivir fuera, que aquí dentro.