Partida Rol por web

Esta vez había mucho secretismo. En vez de una carta un taxi te pitó, indicándote que te montaras. Te pusistes la máscara y el taxi te guió al campo. Esta vez parecía que el trabajo era al aire libre. El taxista te dio una carta y se fue a toda velocidad cuando bajaste del coche:

Has fracasado una vez, así que te toca luchar contra otro que ha fracasado. Si lo matas serás recompensado con el dinero de la misión. Si te mata, quién sabe si volverás a despertar.

Cierras la carta... ¿No era un sueño? ¿Esto era otro sueño? No entendías nada.

Delante tuyo, el atardecer comenzaba. Estabas en un bosque, donde a penas se podía distinguir una sombra al fondo, debido a lo unido que estaban los árboles. 

Comenzastes a andar entre los árboles y a lo lejos parecía que había una nota pegada a un árbol... ¿Sería una trampa? ¿Una pista? Quién sabe...

Abro la carta en cuanto el taxista se va de allí, dejándome en la soledad del bosque. Así que tengo que cazar a otro... ¿será la rata que vi en el "sueño"? -ya dudaba de que todo aquello fueran sueños o algún tipo de realidad alterada por las drogas-.

Como era siendo habitual, la noche me acompañaba cada vez que salía a trabajar, aunque el bosque era algo nuevo que se apartaba de los asaltos y asesinatos corrientes. Al fondo puedo ver una nota pegada a un árbol, ni idea de que puede ser, pero sería una estupidez acercarme a ella sin más, sin asegurar el terreno antes.

Puede que por el suelo encuentre algunas piedras que poder lanzar o una rama fuerte con la que poder atizar a mi presa. Tras las comprobaciones pertinentes, me acerco al árbol de la nota.

Ves una piedra cerca de la nota, es del tamaño de una de tus manos aproximadamente. Cuando vas a cogerla ves que está pisando una cuerdecita fina. Miras alrededor y no ves otro tipo de piedra como esa, ha tenido que ser transportada al lugar... parece algún tipo de arma. No estás frente al arbol, estas en su lado derecho, por lo que la nota no apunta hacia ti. Si te desplazas al lado izquierdo sí quedaría delante tuya, aunque relativamente lejos como para poder leer a simple vista.

Maldita sea, para una cosa buena que parece haber en el bosque y tiene que estar sujetando un fino cable, a saber porqué lo estará aguantando. Menos mal que lo he visto a tiempo. Tendré que seguir con la búsqueda más tarde.

Rodeo el árbol para llegar a la nota y echarle un vistazo sin llegar a cogerla, la piedra y el cable me parecen sospechosos y ya no me fío de nada tras el último "trabajo". Tanto misterio empezaba a intrigarme.

Algo cede debajo de tus pies levemente. Sientes un silbido y algo se clava en tu cuello. Te lo quitas, es un dardo. A continuación lees la nota.

Bienvenido, si has leído esta nota es muy probable que hayas ya aceptado el duelo. Ese dardo que se acaba de clavar en tu cuello no es más que una sustancia que te hará "recordar" y enfrentarte a tu pasado. Pero si no eres más fuerte que tu pasado morirás hoy y aquí. Suerte.

Me acerco para leer la nota cuando la tierra cede bajo mi pie y un silbido da paso a un pinchazo en el cuello. ¿Qué mierda es esta?, me llevo la mano al cuello y me quito el dardo. Olisqueo la punta por si reconozco el olor, quizás sea algún narcótico o puede que hasta un veneno. La nota no es muy alentadora y tras todo esto del dardo, me empiezo a preguntar si la piedra la habrían utilizado para librarse del dardo. 

Si mi pasado venía a por mí, estaba claro que estaría bastante jodido si todos a los que he jodido vienen de vuelta a pagarme de la misma forma.

Olisqueas para ver si puedes reconocer el líquido, pero no es nada que conozcas. Tampoco entiendes mucho de química, es un olor fuerte, parecido a la gasolina, aunque sabes que no es eso. De repente todo se comienza a poner borroso... andas entre los árboles y te apoyas en uno de ellos para descansar... todo lo ves turbio.

Entonces alguien con una careta como la tuya aparece... con una katana. Te tocas para colocarte la máscara, y te la hubieras podido colocar bien, si la llevaras puesta, ya que en ese momento te tocas la cara en vez de la máscara. ¿Qué estará pasando? tus ropas tampoco son las mismas, vas vestido con ropas que te suenan, aunque no sabes de qué. Son bastante corrientes, unos vaqueros y un chaleco. El hombre te mira, y anda lentamente a por ti, está a unos 5 metros.

Esto no va bien, parece que llevo el colocón de mi vida y precisamente hoy no me he metido nada, seguro que ha sido por la porquería esa que llevaba el dardo. Ni siquiera puedo andar en línea recta, así que me apoyo en un árbol, puede que así se me pase, aunque no tengo muchas esperanzas en eso.

Por el rabillo del ojo veo movimiento y aparece un tipo con una máscara que me suena demasiado, pero lo que más llama la atención es la katana que lleva en las manos. Jooooder... siempre quise una como esa, tiene que ser una maravilla manejarla.

-Eh, si estás aquí porque me acosté con tu mujer, tengo que decir que ella disfrutó más conmigo, me lo confesó mientras se fumaba el cigarro de después -y me río-.

No sirvo para huir, así que no queda otra que plantarle cara. Puede que consiga aguantarle las manos antes de que la espada me toque.

Tal y como había pensado, lo mejor había sido dejarle que se creyera que tenía ventaja, que creyera que estaba mareado y por eso me había apoyado en el árbol. En ese aspecto, si puedo decir que se parece a mí, ese ansia por querer acabar con el trabajo lo antes posible. Puede que, después de todo, aprenda una lección de todo esto.

En cuando la katana desciende, me aparto de su trayectoria siguiendo con la vista la punta de la hoja. Agarro sus manos con la mía, impidiendo que pudiera retroceder y sacar de mi alcance el arma. Con la mano libre, le pego un par de puñetazos en el antebrazo hasta que puedo notar como va perdiendo fuerzas en el agarre. Un fuerte tirón y ya se acabaría el asunto de la katana, salvo que ahora sería yo el que la tuviera.

-Veo que acabas de cambiar las tornas... estas muuuuy jodido -y muestro, por primera vez en mucho tiempo, mi sonrisa a quien sería mi próxima victima-.

Había fallado estrepitosamente, y ahora la katana la tenía mi enemigo.- ¡Vamos! ¡A ver qué eres capaz de hacer con eso! ¡Demuéstrame mis propias habilidades!.- Parecía aún no saber algo mi contrincante... algo muy importante.

Se ve que todavía no me he terminado de reponer de la mierda esa del dardo, ya que sólo consigo cortar el aire que hay entre nosotros. Pero eso él no lo sabía.

-Te doy una maldita oportunidad antes de convertirte en filetes de cerdo. ¿Qué coño dices con eso de tus habilidades? ¿Acaso no sabes de qué eres capaz o qué?

Un comentario bastante extraño para estar metido en un combate del que tiene pocas posibilidades de salir ileso, sobre todo si yo voy armado y él no.

- ¿Acaso no te recuerdo a nadie?.- Te das cuenta de que lo ves como si fueras tú mismo cuando vas a matar gente, con los mismos atuendos y la misma voz. Acto seguido te lanza un puñetazo.

Me río en su cara cuando me dice esa frase, luego desvío su puñetazo sin más.

-Me recordaba más alto y más fuerte, por no hablar de que yo tengo más estilo que tú -me paso una mano por el pelo, peinándolo hacia atrás-. Si pretendes ser yo, tendré que enseñarte un par de cosas, por ejemplo, a pelear como dios manda.

Tras la breve charla, agarro la katana con las dos manos y suelto un espadazo en horizontal a la altura de la cintura.