Partida Rol por web

Tras grandes esfuerzos consigues quitarle a Able el uniforme y te vistes con él. Aunque te queda un poco grande en determinados puntos, podrías pasar sin que nadie que no fijase con atención se diese cuenta de ello. Arrancando algunas secciones de cableado consigues hacer unas ataduras aceptables para evitar que pueda escaparse una vez recupere el conocimiento.

Ataviado con el uniforme de Able sales nuevamente al pasillo y te dispones a investigar la sala contigua. Superando sin dificultad la cerradura entras en lo que parece ser un cuarto de mantenimiento sin nada de interés en su interior...

Jotun resopla cuando entra en la sala de mantenimiento. Las cosas se habían complicado mucho más de lo que esperaba, y ahora encontrar la salida iba a ser una tarea casi imposible. Al menos de momento se encontraba libre y sin nadie pisándole los talones.

Tenía que ubicarse de nuevo en medio de ese gigantesco complejo imperial, pero salir de allí escogiendo pasillos al azar era una tarea abocada al fracaso.

“¡Los planos!” –pensó con alivio. Si fuera capaz de leer los planos que acababa de recopilar, podría situar el punto en el que se encontraba de la Base Imperial y escoger la mejor ruta de salida.

Sin dudar un momento, Jotun encendió su panel de datos y buceó en medio de toda esa información con la esperanza de que aún no estaba todo perdido.

Aprovechando el momento de respiro que te concede encontrarte a solas en la sala de mantenimiento decides aprovechar los datos que has obtenido sobre la base para intentar trazar una ruta de salida. Tras varias pulsaciones en tu panel de datos consigues reproducir el plano del edificio.

Tras estudiar el mapa durante unos minutos crees haber encontrado una ruta que te lleva hacia una de las salidas de mantenimiento, en la cual la seguridad será menor que en la entrada principal...

Jotun se miró a si mismo delante de una chapa reluciente y no pudo evitar esbozar media sonrisa. La misión se había complicado mucho y ahora se la iba a jugar a cara o cruz.

Se acordó de su adolescencia, cuando vivía de espaldas a la realidad, refugiado en el amor de Elna y girándole la cara a la cruda represión del Imperio. Se sentía un poco avergonzado por cómo había ignorado su responsabilidad de luchar por un mundo más justo, pero ¿acaso un adolescente no tenía derecho a disfrutar de su libertad? Ahora estaba dispuesto a dar la vida por la causa, y probablemente tendría que acabar pagando la máxima pena si se dejaba capturar en los próximos minutos.

Se colocó la gorra bien calada y salió al pasadizo decidido a ganar esa batalla para la Alianza... y para sí mismo.

Ataviado con las ropas de Able, sales al pasillo y comienzas a caminar siguiendo el camino que te has trazado en tu cabeza después de estudiar los planos.

A pesar de lo crítica que era la situación, Jotun tenía una baza a su favor: estaba acostumbrado a imitar los gestos y las actitudes de los demás. Su experiencia como actor iba a servirle de algo unos cuantos años después.
Con la cabeza bien erguida y con cara de pocos amigos, el joven rebelde empezó a desfilar hacia la lejana salida.

Con la cabeza erguida y los hombros apuntando hacia delante como si supieras perfectamente hacia donde vas, comienzas a recorrer los pasillos de la base siguiendo el camino que has trazado en tu mente.

Giro a la izquierda... a la derecha... a la derecha otra vez... recto hasta el final... a la izquierda... otra vez a la izquierda... y hay tiene que estar la salida... Vas pensando cuando giras a la izquierda en el último recodo del túnel esperando encontrarte con una salida de mantenimiento pero para tu decepción sólo ves frente a ti un callejón sin salida....

¡Maldición! –dijo Jotun cuando se halló perdido. Había estado a punto de conseguirlo pero se había quedado con la miel en los labios.

Vamos a ver… -Dijo bastante nervioso mientras abría de nuevo su panel de datos- Hasta aquí estoy seguro de que iba bien…

Mientras reseguía su camino en la pantalla no paraba de dar miradas fugaces a banda y banda del pasillo, y una gota de sudor frío ya le resbalaba por la sien.

“Mmm… creo que esta bifurcación la hice mal, mejor retrocedo por aquí y cambio por el pasillo de la izquierda”.

Apenas había cerrado el panel de datos cuando escuchó unos pasos a su derecha. No tuvo tiempo de hacer nada porque enseguida apareció por la esquina un soldado imperial.

Jotun tuvo una necesidad casi física de salir corriendo de allí, de darle la espalda al soldado y esconderse en el agujero más recóndito y oscuro que encontrara en esa base pero… ¡iba vestido de oficial! Esa sería la última reacción que se esperara de él, así que se quedó impertérrito mirando al militar. Notaba que la mano se le iba poco a poco hacía la pistola blaster…

A toda prisa cierras tu panel de datos justo para ver como un soldado imperial gira en el pasillo a toda prisa como si estuviera persiguiendo a alguien y al distinguir tu silueta dispara con su arma en tu dirección. Afortunadamente para ti la puntería del soldado no es buena y el disparo impacta en la pared a varios metros de donde tú te encuentras.

Cuando el soldado te mira con más atención y reconoce el uniforme de oficial que llevas puesto, ves como se pone firme con una posición envarada y se dirige a ti titubeante.

- Disculpe señor... debe haber sido un fallo del arma - consigue decir en un torpe disculpa. - SR 491 a sus órdenes, señor...

Jotun se cubrió instintivamente del disparo, que por suerte erró.

Cuando vió como el soldado quedaba inmóvil a su merced, un instinto de venganza inundó al espía. Sin duda podría matarle aquí mismo sin descubrir su disfraz. Al fin y al cabo el soldado había disparado a su superior, y eso no tenía ningún tipo de perdón en un gobierno tan cruel como el Imperial.

Pero Jotun no quería mancharse con sangre tan fácilmente. Detestaba el Gobierno Imperial y no quería asemejarse en nada ellos. Decidió dejar su pistola laser enfundada.

¡SR491! -gritó con todas sus fuerzas- ¡Es usted un inútil y el peor de los soldados que conozco! ¡Debería ejecturalo ahora mismo!

Jotun se acercó poco a poco hacía el soldado, paseando por su espalda y hablándole con rabia entre dientes.

Tiene suerte que lo necesito en este momento, así que dejaré su correctivo para más tarde.

Ahora hay que buscar al intruso que ha hecho saltar las alarmas. ¡Muévase de una vez! Sospecho que el enemigo intenta escapar por la salida de mantenimiento más cercana. ¡Vamos! Levante su arma y diríjase hacía allí, usted irá por delante. ¡Rápido!

- ¡Sí señor! - responde inmediatamente el soldado. Puedes percibir sin esfuerzo el miedo en su voz, acostumbrado como sin duda está al régimen disciplinario del imperio.

Sigues al soldado mientras recorre el entramado de pasillos rezando porque al menos su orientación sea mejor que su puntería... 

... y para tu sorpresa parece que sois capaces de llegar a donde querías.

- Hemos llegado, señor - te informa el soldado ansioso por agradarte...

¡Al fin! Jotun apenas podía aguantar la emoción y tenía que hacer un gran esfuerzo para no dar saltos de alegría. ¡Tenía la salida de escape casi al alcance!

Hasta ahora –aparte del tema de las alarmas- todo le estaba saliendo a pedir de boca, pero ahora aun le quedaba el escollo de ese desafortunado soldado.

Bueno, ya casi has salido de la base, no pasa nada si dejas alguna pista detrás de ti. Para cuando los imperiales se den cuenta de tu fuga, tú ya estarás muy lejos de aquí, quizás bajo la protección de la Alianza Rebelde.

El soldado estaba totalmente inmóvil esperando cuales serían las siguientes órdenes de su falso superior, así que Jotun tenía una buena posibilidad para dejarlo fuera de combate.

Sin dudarlo ni un instante el espía cambió el modo de disparo de su arma para dejarlo en la frecuencia aturdidora y encañonó al sorprendido imperial.

Gracias por conducirme hacia la salida, necio- le dijo antes de disparar.

El soldado se gira sorprendido hacia ti y su movimiento resta precisión a tu disparo que únicamente roza al soldado sin alcanzarle de pleno...

La frase de despedida de Jotun había sonado muy bien, lástima que el disparo posterior apenas hirió al desprevenido soldado. ¡Maldición! ¡Había perdido el factor sorpresa!

El espía se había puesto nervioso ante la posibilidad de escapar de allí de inmediato, y ahora ya no atinaba a disparar con puntería. El segundo disparo era igual o más fácil que el anterior, pero de nuevo su contrincante salió prácticamente ileso.

¡No puedo perderlo todo ahora que estoy tan cerca de la victoria!

Aún sorprendido porque un oficial le disparase, el soldado imperial se lanza a por ti intentando golpearte con la culata de su rifle, sin embargo, su movimiento resulta muy torpe y no te resulta difícil bloquear su ataque con tu propia arma.

El soldado se le abalanzó encima pero Jotun pudo usar su arma para parar el golpe. Sin apenas espacio para volver a disparar su pistola, el espía lo confió todo a un buen golpe de derechas.

¡¡¡Pow!!! El golpe fue certero y parecía que el soldado imperial iba a caer al suelo para no volver a levantarse, pero finalmente sí que lo hizo. Jotun se había vestido completamente como el oficial Able, y eso quería decir que no llevaba puestos sus guanteletes aturdidores. Ahora los echó muy en falta porque el riesgo de que se diera la alarma continuaba bien vivo.

Tras recibir tu golpe y aguantar el impacto sin derrumbarse el soldado se detiene un instante sopesando sus opciones.

Con un movimiento que te sorprende, hace una ráfaga de disparos apuntando a las paredes y, dándose la vuelta, echa a correr por el túnel con la intención de poder dar la alarma...