Partida Rol por web

Anacteia asintió al medio orco marinero. Solo quedaba por mirar la planta inferior del barco. No sabía qué podían encontrar allí abajo, pero por si acaso se puso alerta.

- Grundar, te cedo los honores - comentó con media sonrisa invitando al corpulento semiorco a tomar la delantera -. O Shaun, como prefiráis - aceptó que cualquiera se pusiera en frente. Ella no estaba para aguantar un cuerpo a cuerpo en caso de ocurrir tal cosa.

Un mal presagio pasó por la mente de Grundar, así que rapidamente decidió colocarse el ultimo.

- Grundar estar herido, pasar todos primero, dijo mientras esperaba que tanto el Capitan como Frogg pasasen a la sentina
 

El clérigo saca su varita mágica y se acerca al buen Grundar, antes de continuar nuestras aventuras

"Pipiru piru pipiru pi! ¡Recupera tu vitalidad en un tris!"

No es en  un tris, pero si despues de tres buenos intentos que el feroz Grundar está casi en perfectas condiciones.

Luego se lo aplica a si mismo.

"Hala, estamos bien todos? ¿Seh?"

Viendo que ninguno se decidía a acceder a la sentina, es el semiorco que os acompaña, Froug, quien empuja la puerta y accede a su interior.

- Aquí hacer mucho calor. Froug tener calor. Inspeccionar rápido. - Os dice el mestizo desde la entrada.

Dentro de la sentina, una plataforma estrecha y centrada va desde la puerta de acceso hasta la compuerta que da entrada a la sala de la bomba de achique. A los lados hay mucha agua estancada que se va colando entre los tablones. También podeis comprobar de primera mano, los que no estuvieran antes en dicha sala, el calor sofocante que indica Froug al resto y que hace que se tenga que quitar el sudor de la frente con la mano.

Ante la pasividad (¿tal vez cobardía?) de los hombres, la hechicera decidió dar el primer paso y entró dentro. En efecto, hacía mucho calor y pronto se puso a sudar. Sus ligeras ropas pronto comenzaron a marcarse debido a la humedad, transparentando partes de su cuerpo. Pese a ello, conjuró unas luces mágicas para ganar algo en visibilidad y avanzó por la sentina tratando de discernir algo fuera de lugar.

- Que alguien se quede en la puerta. Ya solo falta que nos encierren aquí - dejó bien claro la joven antes de proseguir y advirtiendo que estuvieran ojo avizor. Y sí, también por la espalda.

- Cualquier miembro de la tripulación que aparezca desde la escotilla de acceso a sentina, precisamente ahora que estamos nosotros, será de todo pero, principalmente, será sospechoso - añadió poniéndoles sobre aviso.

Gracias a tu hechizo consigues dar luz al lugar, permitiéndote observar más detenidamente la sentina. Tras unos pocos pasos te detienes a la mitad de la sala, pues algo ha llamado tu atención. Cruzando la sala y partiéndola por la mitad, se encuentra un minúsculo hilo, que al seguirlo con la mirada, ves que conecta con unas campanillas, debidamente ocultas en los costados del barco.

Tras comprobar que todos seguís sus pasos y accedeis a la sentina, Froug echa un ojo a todos lados, tratando de ver algo que pueda escapar a vuestra vista, gracias a la visión que poseen los de su raza, como Grundar. Tan pronto lo hace, Anacteia conjura una suerte de luces danznates para que todos podáis ver sin problemas.

De pronto, la hechicera se para en mitad de la sala, como observando algo anómalo. Froun no tarda en darse cuenta y en llamar su atención.

- ¿Haber visto algo, Anactenia? - Preguntó en su tono gutural.

Anacteia asintió al semiorco marinero y le hizo gestos para que avanzara, señalando lo que había encontrado a mitad del pasillo, justo donde se había detenido.

- ¿Puedes encargarte de esta trampa? - preguntó en voz baja -. Parece una señal de alarma, para avisar a alguien - dedujo.

- Grundar haber quedado en puerta por eso, dijo el semiorco a Anacteia. Grundar vigilar puerta

Mientras Froug atiende a la petición de la hechicera, este se percata de que otro de esos hilos, similar al que está tratando de desmantelar, se encuentra más adelante, cercano a la puerta de la sala de la bomba de achique. Tras unos tensos minutos, logra desactivar la primera de las trampas, para acto seguido ponerse con la segunda.

- Froug ir a ver si poder desactivars segunda trampa... - Dice a la hechicera y al resto, tras haber tenido éxito en su primera intentona.

Pero la suerte no acompaña esta vez al semiorco que, sin querer, hace que suenen las campanillas de esta segunda trampa de hilo, al no poder desactivarla como la primera.

- Upsss, Froug sentir... - Dice cabizbajo.

Tras el tintenio de las campanillas, todos os quedáis expectantes, por ver que pasa con esa trampa, pero nada parece pasar. Al momento, la puerta de la sala del fondo se abre de un portazo, dejando ver a un hobgoblin acompañado de una serpiente, bastante grande.

- ¡Malditos, yo os enseñaré a husmear en mis asuntos! ¡A por ellos Enfi! - Grita, supuestamente al reptil que tiene a su lado.

De improviso, mientras la serpiente sisea y se mueve por el suelo de la pasarela, el hobgoblin lanza dos flechas. La primera pasa muy cerca del hombro de Froug, aunque la puntería del arquero no estuvo presente, ni mucho menos. La segunda saeta alcanza al clérigo, rozándole el muslo, donde se le abre una pequeña herida. Despues, aprovechando la confusión, la boa muerte la pierna del semiorco, Froug, aprovechando para enroscarse en su cuerpo y sujetarlo, haciendo presa en el desconcertado mestizo.

La hechicera torció su gesto cuando el semiorco activó una de las trampas, esperando que nada ocurriera al respecto. Para su desgracia, su esperanza quedó en nada. De manera sorprendente, como propulsados por un muelle, desde una puerta de enfrente, una enorme constrictor y un arquero goblinoide se abalanzaron sobre ellos antes de que pudieran decir "amen".

En un instante, una serpiente se aferraba en torno a Froug y el arquero acribillaba al grupo.

- Maldita sea - rezongó la joven mientras movió sus manos, articuló unas palabras arcanas y una pelota luminosa se abalanzó sobre el hobgoblin, confundiéndolo. O tal vez no.

- El polizón, gruño el semiorco mientras agarraba con fuerza su baston. - Froug soltar! dice al ver que el otro semiorco es apresado por la serpiente.

- Gorum  dame fuerza ! invoca mientras se acerca a ayudar a su compañero

Ante el hechizo de Anacteia el hobgoblin no tiene nada que hacer y el pobre, confundido, se clava una de sus flechas en el tobillo, gritando de dolor.

- ¡Yaaaaaayyyyy! ¡Maldita bruja, me las pagarás! - Amenazó tras arrancarse la flecha.

Por su parte, Froug trató sin éxito de liberarse del abrazo de la enorme boa, que volvió a morder al mestizo, esta vez en el cuello, provocándole una enorme herida que de inmediato comenzó a brotar sangre de la herida. El clérigo, viendo la necesidad, dió un paso al frente y con su espada en ristre, descargó un potente tajo sobre el reptil, hiriéndo a su enemigo, que emitió un siseo amenazante, mientras volvía a soltar a Froug.

Anacteia, observó cómo el hobgoblin se disparó en el pie, tras quedar confundido un instante por su hechizo. Ahora la miraba de malas maneras y eso no era bueno. La joven, en esta ocasión, decidió centrarse en la serpiente para liberar a Froug y terminar con el enemigo más cercano cuanto antes, y así Grundar y Shaun podrían encargarse del arquero.

La hechicera conjuró y de su mano apareció una rayo flamígero que impactó en la serpiente.

- Grundar estar harto. GOOOOORRRRUM !el semiorco estampa un porrazo en la cabeza de la serpiente. ESTO POR SOLTAR A MONO, IDIOTA. TU SER SIGUIENTE !!! ruge Grundar furioso