Partida Rol por web

Has tenido que viajar solo con tus Créditos, abandonando tu sable de luz en tu hogar. No era seguro atravesar controles imperiales con un arma y mucho menos con un sable de esas características, sería como sentenciar tu vida trabajar una larga temporada en las minas de especie de Kessel. 

Has llegado a Mesa291, en el planeta de Bontham, dentro de sistema de Sarrahban. Este sistema ha mantenido su neutralidad a pesar de las presiones diplomáticas para alinearse con la Alianza o el Imperio. Un agente rebelde llamado Tiree te ha citado en este lugar, prometiendo llevarte a una lanzadera en dirección a la base rebelde, en la que podrías unirte a la Alianza. 

Mesa291 es una mina de lidio que lleva mucho tiempo desierta y que fue destruida en un terrible desastre hace ya dos generaciones. Actualmente, se desencadena fuegos de plasma en los niveles inferiores. Continuamente hay explosiones que hacen temblar la mina, que antaño se extendía más de 500 niveles por debajo de la superficie del planeta. De hecho, sólo siguen siendo accesibles los cinco niveles superiores. Debajo del segundo nivel la mina es extremadamente inestable, en cualquier momento podría derrumbarse a trozos.

Siguiendo las instrucciones de Tiree, te has abierto camino hacia la mina, dejando detrás señales de aviso y cercas viejas. Una vez dentro, descubres que la mina está llena de cables de energía e hilos de control por el techo que de vez en cuando saltan chispas. El suelo tiene raíles  magnéticos, indicando que la mina debe de ser enorme. la sensación que da es que lleva décadas abandonada. De vez en cuando la mina retumba, dando la sensación de que se va a derrumbar de un momento a otro. El túnel principal de la mina es suficientemente grande como para hacer volar una nave, pero hay que ser muy bueno para lograrlo.

Entras cuidadosamente en una ramificación del túnel, absolutamente negra y con un olor a humedad, humo y algo extraño que no sabes identificar, que lleva a la sala donde se supone que debías encontrarte con Tiree, para descubrir que, a parte de algunas cajas, la habitación está absolutamente vacía. El agente Tiree no está aquí.

Tras un largo viaje, por fin había logrado llegar hasta las minas y hasta el punto de reunión en el que me encontraría a Tiree. Fue una lástima que tuviera que dejar mis pertenencias; pero, no podía arriesgarme con aquellos controles imperiales y menos un sable de luz, debía seguir manteniendo un perfil de carácter bajo. 

Al llegar a la sala, compruebo con asombro que no hay nadie allí, rápidamente adopto una postura defensiva y me agacho ligeramente, intento observar el entorno para ver si hay alguna amenaza, con lentitud me aproximo hasta las cajas e intento buscar el agente por si estuviera escondiéndose en algún lugar de la sala. 

También cabría la posibilidad de que fuera una trampa.. 

Has tenido que viajar solo con tus Créditos, abandonando tu computadora de bolsillo en tu hogar. No era seguro atravesar controles imperiales con computadoras y mucho menos con una computadora de esas características, sería como sentenciar tu vida trabajar una larga temporada en las minas de especie de Kessel. 

Has llegado a Mesa291, en el planeta de Bontham, dentro de sistema de Sarrahban. Este sistema ha mantenido su neutralidad a pesar de las presiones diplomáticas para alinearse con la Alianza o el Imperio. Un agente rebelde llamado Tiree te ha citado en este lugar, prometiendo llevarte a una lanzadera en dirección a la base rebelde, en la que podrías unirte a la Alianza. 

Mesa291 es una mina de lidio que lleva mucho tiempo desierta y que fue destruida en un terrible desastre hace ya dos generaciones. Actualmente, se desencadena fuegos de plasma en los niveles inferiores. Continuamente hay explosiones que hacen temblar la mina, que antaño se extendía más de 500 niveles por debajo de la superficie del planeta. De hecho, sólo siguen siendo accesibles los cinco niveles superiores. Debajo del segundo nivel la mina es extremadamente inestable, en cualquier momento podría derrumbarse a trozos.

Siguiendo las instrucciones de Tiree, te has abierto camino hacia la mina, dejando detrás señales de aviso y cercas viejas. Una vez dentro, descubres que la mina está llena de cables de energía e hilos de control por el techo que de vez en cuando saltan chispas. El suelo tiene raíles  magnéticos, indicando que la mina debe de ser enorme. la sensación que da es que lleva décadas abandonada. De vez en cuando la mina retumba, dando la sensación de que se va a derrumbar de un momento a otro. El túnel principal de la mina es suficientemente grande como para hacer volar una nave, pero hay que ser muy bueno para lograrlo.

Entras cuidadosamente en una ramificación del túnel, absolutamente negra y con un olor a humedad, humo y algo extraño que no sabes identificar, que lleva a la sala donde se supone que debías encontrarte con Tiree, para descubrir que, a parte de algunas cajas, la habitación está absolutamente vacía. El agente Tiree no está aquí. Pero algo te llama la atención, moviéndose entre la oscuridad de la sala, ves la sombra de una persona, que aventuras por su silueta a que es una mujer. La ves trasteando en las cajas de la sala.

Zarcor era un hombre inteligente, y si él mismo se encontrara con alguien a sus espaldas en aquella cueva, que no fuera directamente su contacto, sospecharía.

Así que iba a intentar se lo suficientemente claro para no llevar la conversación a un punto que pareciera un enemigo.

Uhum uhum.

Carraspeo un par de veces de forma sonora, de manera que pudiera atraer la atención de la silueta del fondo. Estaba casi seguro que se trataba de una mujer, pero la galaxia le había enseñado a golpes que las apariencias y el genero pueden ser algo muy dudoso.

Soy Zarcor Drix, y he quedado aquí con un “amigo”, espero no incomodarla. No habrá visto por aquí a otra persona, ¿verdad?

Estuvo a punto de decir el nombre de su contacto, pero sí por algún casual se trataba de alguien que estaba allí para hacer el mal, era mejor no decir su nombre directamente.

La ultima cosa que le quedaba por hacer, era sacar su mejor sonrisa, no es que le hubiera valido de mucho en el pasado, pero era tan buen recurso como otro cualquiera.

Un ruido te llama la atención cuando te acercas a las cajas. Cuando te giras, ves a un hombre en la entrada de la sala.

Tras comprobar que no había nada en las cajas y que no parecía haber nadie escondido, me giré para comprobar que había una silueta masculina en el otro lado de la sala. Realicé un movimiento instintivo y puse mi mano en el cinto, como si fuera a coger un arma de la cual no disponía. 

- Me agradaría decir que estoy encantada de conocerte... Pero estarás de acuerdo conmigo en que son tiempos peligrosos. - Aún así, él se había identificado de manera abierta y había aludido a que estaba buscando a un amigo, noté el cierto énfasis de cuando dijo esas palabras. 

- Sería descortés si no me presentará yo. Soy Faye Drayson y se podría decir que también estoy buscando a un "amigo". ¿Te has cruzado con alguien cuando venías hacia aquí? - dije adoptando una postura más relajada, aunque aún me mantenía atenta por si había algún movimiento extraño. 

No, no me he cruzado con nadie, y supongo que es lo normal, esta fiesta es “privada”. Por otro lado, imaginaba que no nos iríamos de “excursión” él y yo solos. Ya me entiendes.

El hombre relajo la tensión de los hombros y se fue acercando despacio.

Bueno, ahora toca esperar. Has encontrado algo de interés, alguna datapad con alguna indicación. ¿Algo?

Se puso a unos 7 u 8 metros de la mujer y se apoyo en una de las cajas. Quería dejar que ella lo observase bien antes de decidir si era de confianza. Y él no perdió detalle de cómo era ella.

Al minuto se sintió turbado de mirarla tanto y bajo los ojos al suelo.

En las cajas has podido ver, el poco tiempo que has tenido lo siguiente: Siete trajes de vuelo, seis auriculares comunicadores, cinco cuerdas de diez metros, cuatro varas brillantes, seis pistolas blaster, 20 cargas de munición de blaster, cuatro granadas de humo y cuatro granadas.

Has tenido que viajar solo con tus Créditos, abandonando todo tu equipaje. No era seguro atravesar controles imperiales cargado con un arma u objeto misterioso, sería como sentenciar tu vida trabajar una larga temporada en las minas de especie de Kessel. 

Has llegado a Mesa291, en el planeta de Bontham, dentro de sistema de Sarrahban. Este sistema ha mantenido su neutralidad a pesar de las presiones diplomáticas para alinearse con la Alianza o el Imperio. Un agente rebelde llamado Tiree te ha citado en este lugar, prometiendo llevarte a una lanzadera en dirección a la base rebelde, en la que podrías unirte a la Alianza. 

Mesa291 es una mina de lidio que lleva mucho tiempo desierta y que fue destruida en un terrible desastre hace ya dos generaciones. Actualmente, se desencadena fuegos de plasma en los niveles inferiores. Continuamente hay explosiones que hacen temblar la mina, que antaño se extendía más de 500 niveles por debajo de la superficie del planeta. De hecho, sólo siguen siendo accesibles los cinco niveles superiores. Debajo del segundo nivel la mina es extremadamente inestable, en cualquier momento podría derrumbarse a trozos.

Siguiendo las instrucciones de Tiree, te has abierto camino hacia la mina, dejando detrás señales de aviso y cercas viejas. Una vez dentro, descubres que la mina está llena de cables de energía e hilos de control por el techo que de vez en cuando saltan chispas. El suelo tiene raíles  magnéticos, indicando que la mina debe de ser enorme. la sensación que da es que lleva décadas abandonada. De vez en cuando la mina retumba, dando la sensación de que se va a derrumbar de un momento a otro. El túnel principal de la mina es suficientemente grande como para hacer volar una nave, pero hay que ser muy bueno para lograrlo.

Entras cuidadosamente en una ramificación del túnel, absolutamente negra y con un olor a humedad, humo y algo extraño que no sabes identificar, que lleva a la sala donde se supone que debías encontrarte con Tiree, para descubrir que, a parte de algunas cajas, la habitación está absolutamente vacía. El agente Tiree no está aquí. Pero algo te llama la atención entre la oscuridad de la sala, ves la sombra de dos persona, una de ellas aventuras por su silueta a que es una mujer y la otra silueta bien parece un hombre. Ambos están a una distancia prudencial uno de otro y están charlando.

Rebecca acude con cautela al punto de encuentro indicado por Tiree. Intenta controlar su nerviosismo, pero el hecho de ir sin su espada láser le hace sentir más vulnerable. - Mira que tener que deshacerme del sable... con lo que me costó hacerlo - se decía para si misma Rebecca. A parte del valor defensivo, era un recuerdo pues lo elaboró junto a su madre y tenia un fuerte valor sentimental. Desechó ese recuerdo que no hacía más que enturbiarla y se centró en ir avanzando por el oscuro túnel. Al final llegó a una sala dónde pudo divisar a dos humanoides. - Qué curioso... - musitó - ¿Serán imperiales o otros aspirantes a la Rebelión...? supongo que si fuera una trampa no estarían expuestos y hablando... Armándose de valor, se acercó a las dos figuras, saludándolas para que no se asustaran.

- Eh... ¡Hola!- dijo alzando una mano y dirigiéndose a las dos personas que estaban a unos metros de ella. - Hola - repitió - Me llamo Rebecca y había quedado aquí con... eh... con un amigo... ¿Vosotros también?

Siguió acercándose despacio, dejando tiempo a que los otros la vieran y entendieran que no iba en actitud amenazante.

Escucháis pasos acercándose a la entrada de la sala donde estáis, pero demasiado tarde para alertaros entra la figura de una mujer.

Zarcor se giro al escuchar los pasos, si hubiera sido un asesino ahora no respiraría, menos mal que esta era una fiesta privada.

Que apareciera una tercera persona preguntando por un amigo hacia que ver que todo aquello estaba bien. Seguramente en unas horas estaría fuera del sistema camino de la resistencia.

Hola. Soy Zarcor, también he acudido a una cita con un amigo. Lo estamos esperando.

Hizo una pausa para que la otra “amiga” se presentara, pero viendo que dudaba alzo los brazos y señalo a su alrededor.

Ponte cómoda, esto es todo lo que hay por el momento.

Miré por un momento a Zarcor, mis sentidos me decían que no era un imperial, tal vez era verdad que estábamos aquí por lo mismo. 

- La verdad es que.. - dije mientras miraba las cajas y veía que algunas de ellas estaban llenas, no pude acabar mi frase ya que una voz femenina irrumpió el lugar. 

Me incorporé lentamente y vi a Zarcor alzar los brazos y señalar alrededor. 

- Sí, parece que todos hemos venido aquí a ver un amigo. - Miré a Rebecca y al igual que Zarcor, tampoco me pareció una amenaza o que estuviera con los imperiales - Soy Faye Drayson, es un placer Rebecca.

Tras una pausa en el ambiente y viendo que Zarcor encaraba a la recién incorporada, abrí las cajas que me había parecido que contenían algo. 

- Sí, parece que hay algo Zarcor... Veamos.. Oh! Son trajes de vuelo, esto me trae recuerdos de mis días en la Academia - los agarré con suavidad y estire los 7 trajes encima de un cajón central - Seis auriculares comunicadores, cinco cuerdas de unos... diría que de diez metros aproximadamente, cuatro varas brillantes, seis pistolas bláster, 20 cargas de munición de blaster y.. Ah! En ese otro cajón veo cuatro granadas de humo y cuatro granadas. 

Cogí uno de los auriculares y me los acomodé, tome una de las cuerdas y la enrollé en forma de serpiente y me la acomodé en la parte izquierda de mi pantalón, adherida al cinto, me guardé una vara brillante y cogí uno de los blasters y me lo guardé en mi funda del cinto. Me quedé, también, con 5 cargas blaster y una granada de humo, así como una de las granadas. 

Con suavidad traje los cajones hasta el medio de la sala para que Zarcor y Rebbecca pudieran surtirse. Cogí uno de los blasters y se lo ofrecí a Zarcon, agarré el arma por el cañón y la culata le apuntaba a él. 

- Parece que nuestro amigo ya predijo que podrían llegar invitados inesperados a la fiesta. - Sonreí de forma irónica y me giré mirando a Rebecca - Aquí Rebecca, coge lo que necesites... Intuyo que lo vamos a necesitar todo, coged lo que podáis. 

Zarcor asintió con la cabeza, parecía que todos estaban en el mismo barco.
Y también parecía que había cosas en las cajas.

Tras un vistazo rápido empezó a desnudarse y se calzo un traje de vuelo. No es que le quedara del todo bien, pero su ropa de vagabundo tampoco le hacia ningún bien.

Lo único que mantuvo de su conjunto inicial fue un pañuelo de color verde oscuro, llevaba con él desde… bueno, no era capaz de saberlo, toda su vida adulta seguramente.

El auricular fue a parar a su oreja, así como también se cruzo sobre el pecho dos de aquellas cuerdas sobre el pecho. Echo otro vistazo al equipo y fue comentando.

Sinceramente hubiera preferido que no hubiéramos necesitado… equipo de combate.

Y cogió uno de los Blasters y dos cargadores.

Pero supongo que ahora llevamos una vida, como diría yo, mas aventurera, agitada, impredecible. El caso es que me alegro de no estar solo esperando. Hubiera sido realmente aburrido.

Se guardo otra barra brillante, quedaban otras dos, he hizo lo propio con las granadas. Se quedo con la granada en la mano, y se pregunto algo en voz alta.

Cuatro barras de luz, seis comunicadores. Tengo la sensación de que o somos seis los amigos que estamos invitados a la fiesta, o somos cuatro.

Termino con el equipo, y volvió a centrarse en sus compañeras.

¿Alguna es de este sistema concretamente?

Salgo de detrás de las cajas y silbo mientras avanzo hacia los nuevos visitantes. Voy girando la cabeza para mirar a cada uno de ellos. Estoy nervioso y silbo de manera suave. 

- ¿Porque estáis tan a oscuras?

- Tengo un mensaje de Tiree.

Has tenido que viajar solo con tus Créditos, abandonando todo tu equipaje. No era seguro atravesar controles imperiales cargado con un arma u objeto misterioso, sería como sentenciar tu vida trabajar una larga temporada en las minas de especie de Kessel. 

Has llegado a Mesa291, en el planeta de Bontham, dentro de sistema de Sarrahban. Este sistema ha mantenido su neutralidad a pesar de las presiones diplomáticas para alinearse con la Alianza o el Imperio. Un agente rebelde llamado Tiree te ha citado en este lugar, prometiendo llevarte a una lanzadera en dirección a la base rebelde, en la que podrías unirte a la Alianza. 

Mesa291 es una mina de lidio que lleva mucho tiempo desierta y que fue destruida en un terrible desastre hace ya dos generaciones. Actualmente, se desencadena fuegos de plasma en los niveles inferiores. Continuamente hay explosiones que hacen temblar la mina, que antaño se extendía más de 500 niveles por debajo de la superficie del planeta. De hecho, sólo siguen siendo accesibles los cinco niveles superiores. Debajo del segundo nivel la mina es extremadamente inestable, en cualquier momento podría derrumbarse a trozos.

Siguiendo las instrucciones de Tiree, te has abierto camino hacia la mina, dejando detrás señales de aviso y cercas viejas. Una vez dentro, descubres que la mina está llena de cables de energía e hilos de control por el techo que de vez en cuando saltan chispas. El suelo tiene raíles  magnéticos, indicando que la mina debe de ser enorme. la sensación que da es que lleva décadas abandonada. De vez en cuando la mina retumba, dando la sensación de que se va a derrumbar de un momento a otro. El túnel principal de la mina es suficientemente grande como para hacer volar una nave, pero hay que ser muy bueno para lograrlo.

Entras cuidadosamente en una ramificación del túnel, absolutamente negra y con un olor a humedad, humo y algo extraño que no sabes identificar, que lleva a la sala donde se supone que debías encontrarte con Tiree, para descubrir que, a parte de algunas cajas, la habitación está absolutamente vacía. El agente Tiree no está aquí. Pero algo te llama la atención entre la oscuridad de la sala, ves la sombra de trres persona, dos de ellas aventuras por su silueta a que son mujeres y la otra silueta bien parece un hombre. También, en medio de todos, hay un droide astromecánico. Todos están a una distancia prudencial uno de otro, están charlando y cogiendo cosas de una caja del centro de la sala.

Zarcor mira a aquel droide astromecanico con cierta gracia.

Bueno, pues es una mina, por eso esta tan oscuro.

La siguiente tanda de pitidos hacen que el hombre hasta el momento afable y diáfano cambia, y también lo hace su tono de voz, que por primera vez se vuelve serio.

Pues si tienes un mensaje de él, por favor, ponlo ahora mismo.

Se preguntaba por qué su “amigo” no estaba allí con ellos y seguramente aquella caja de cables se lo pudiera explicar.

Rebecca se relajó al ver que realmente no era una trampa y que las dos personas que había en la sala eran como ella, convocadas por Tiree y con el mismo objetivo.

Miró con curiosidad las cajas y el material encontrado, y escogió lo que creyó necesario y que podría acarrear sin problemas, como sus nuevos compañeros.

- Pues cojo también un intercomunicador, una vara brillante, una de las cuerdas, una de las pistolas, tres cargas, una granada de humo y creo que también puedo con otra de las granadas.

Acomodó lo mejor que pudo el equipo, mientras miraba de reojo a Zarcor, no pudiendo evitar sonrojarse cuando éste se ponía el traje de vuelo. Dio un respingo cuando salió el droide astromecánico, pero volvió a tranquilizarse cuando Zarcor parecía entenderle y no representaba ninguna amenaza para ellos.

El hecho de no darse cuenta de que había el droide le hizo ver que había bajado la guardia, y la situación requería estar atenta y alerta en todo momento. Se concentró e intentó ampliar sus sentidos por si veía, oía o notaba algo más cerca.