Partida Rol por web

Esperaste un poco a que Milliner acabara de colocar las mesas y luego le acompañaste fuera au n garage que estaba al lado del local, era garage y almacen a la vez, allí había un coche impoluto y de aspecto caro, un mercedes que podrías considerarse un clásico.
Milliner abrió la puerta y antes de entrar al ver como mirabas el coche añadió
De vez en cuando es importante sentirse como james bond, pero no me voy a poner traje te guiñó el ojo y subió al coche, mientras tu subías escuchaste como arrancaba. El motor rugió poderoso mientras dejabais atrás el lugar. Mientras ibais por la calle os cruzasteis con un taxi en dirección contraria, podría ser el que tu habías pedido. Mientras el taxi quedaba atrás borroso tras los cristales húmedos Milliner avanzaba con una aceleración casi rabiosa que acompañaba a la musica rock que acababa de poner nada más empezar la marcha.
Os encaminasteis a la zona de los lagos a Treptow, llegasteis en un suspiro. La conversación fue banal, la música y el ruido del motor del coche dificultaba la conversación, creíste que varios radares saltaron a vuestro paso pero a Milliner le pareció no importar.
Normal que no conocieras a donde ibas, esto estaba en las afueras, estabas fuera de tu terreno. Al tomar una desviación se adentró entre unos árboles y pasando por un túnel verde oscuro de hojas y ramas, que apenas podría pasar por un sendero, milliner hizo derrapar el coche para acabar aparcando a la entrada de un club del que habías oido hablar algunas veces.
El club Visionaere, era un club privado al que solo se entraba por invitación, siempre se hablaba de sus fiestas, casi todos los djs y rockeros de los que se merecía hablar habían tocado allí. Desde donde estaba ubicado el club tenía una vista de berlin. Sobre todo si añadías el impresionante espectaculo que el castigo de la tormenta estaba ofreciendo. Viste que el edificio ante ti estaba iluminado de arriba a abajo. Y había mucho ruido y gente y risas. Aunque no viste seguridad.
Milliner sacó de la guantera unos colgantes. Eran iguales, uno se lo puso él y el otro te lo cedió
Son la entrada a la fiesta, pase lo que pase, no te lo quites. te miró a los ojos Nunca insistió y te dió la sensación de que nunca te habían dicho nada tan en serio en tu vida y luego bajó del coche con energía. Vamos a quitarnos el aburrimiento de encima.¿Te parece?

Noté algo extraño en la manera de hablarme, tuve una sensación mezcla de opresión y temor. Asentí en silencio, me puse el colgante y con la mano derecha observé el dibujo, una especie de pájaro o eso me dio la impresión, ahora sí, ya pude articular palabra, –tra... tranquilo, no me lo quitaré –quizá era un club tan exclusivo que si me veían sin invitación me echarían, o quizá... sea algo como la película de Tom Cruise y Nicole Kidman y exista algún tipo de bacanal en su interior. Una mezcla de nerviosismo y excitación se entremezclaban en mi. Bajé del coche y observe el edificio de arriba a abajo.

–¡Guau!, había oído hablar de este sitio, pero no sabía ni donde estaba –di un ligero codazo a Milliner y le guiñé el ojo, –creo que tienes muchos secretos, ¿eh? coches, acceso VIP... –. Di unos pasos hacia delante, –¡Claro! ¡Que la noche no acabe! ¡Uhhhhhh! –grité entusiasmada levantando los puños y di un par de pasos hacia la entrada, acompañándole.

¿Secretos yo? dijo con falsa modestia Milliner Sólo soy un pobre diablo y rió ante aquella afirmación, aunque no pillaste el chiste.
Entraste en aquél caserón detrás de él. Tus sospechas de que quizá te echasen si te quitabas el colgante se vieron reforzadas por dos matones tamaño xxxxl que custodiaban la puerta, los dos con un impoluto uniforme negro de armani y uno de ellos llevaba de complemento un rifle automático.
Señor, señorita dijo el que no iba armado mientras abría la puerta. Al otro lado de la puerta había un cortinón pesado y al atravesar lo la música os golpeó, una base rítmica salvaje solo de percusión que os hizo aflorar ganas de empezar brincar a su ritmo inundaba el ambiente, a vuestro alrededor había mucha gente(hablando en corros), todos estaban vestidos de fiesta, impolutos Milliner destacaba allí por su vestimenta y Norb también, pues después de haberse calado antes su pelo no había vuelto a ser el mismo.
Muchos rostros os miraron al entrar, rostros duros, de miradas fieras, por un instante creíste que era por vuestra pinta, pero luego te diste cuenta que solo miraban a Milliner, como quien ve a un bigfoot.
Pero por encima de todo lo que más llamó la atención fue un enorme lobo blanco que estaba en un sofá junto a una mujer de pelo largo y castaño.
El lobo fue el primero en acercarse a vosotros dos. Sus ojos amarillos lo diferenciaban bien de un perro. Pero pese a lo grande que era se planto delante de vosotros dos y movió la cola como dando os la bienvenida.

La mujer siguió al enorme lobo que pesaría tranquilamente 30kg, al contrario que el lobo ella parecia muy pequeña, muy delicada. Se puso al lado de su compañero y le rasco una oreja.
Si venís en paz sed bienvenidos, dejadme honraros como mis huéspedes y compartid la alegría de vuestras vidas con los moradores de este humilde hogar. dijo aquello de forma muy seria, pero luego su expresión se relajo.
Te echamos de menos Milliner, nos preguntábamos si hubieras escapado en otro de tus viajes... Te ves viejo y cansado, la vida te trata tan mal... con una sonrisa dió un beso a tu cicerón para luego dirigir la mirada a ti.
Me llaman Luna y esta es mi casa, eres invitada de mi amigo más viejo. Si me dices tu nombre, me gustaría pensar que que escucharía el nombre de mi amiga más nueva.
Milliner se echo a un lado sin decir ni mu para dejar que tu hablaras. El lobo, con una actitud más propia de un perro se puso a dos patas delante de milliner pero no se apoyo en él, sino que apoyó el pecho simulando un abrazo humano. Ese hecho arrancó una sonrisa tierna a Milliner que le abrazó y lo acunó durante un segundo en sus brazos antes de dejarlo a su aire otra vez.
Te diste cuenta que nadie se acercaba, pero que todos miraban, pendientes de lo que ocurría.

Cuando pasé las puertas me acerqué a Milliner, aquel sitio no era como había pensado. Uno de los seguratas iba terriblemente armado, pasé mi mano por encima del colgante, debía tener cuidado.

La gente parecía más hablar que bailar, y estábamos dando el cantazo... Sentí vergüenza por presentarme de esta guisa. Me pasé la mano por la cara intentando colocarme el mechón.

De repente se acercó un perro muy grande, ¡no!, parecía un lobo. Me detuve intentando estar un palmo por detrás de Milliner, pero tras la extraña presentación de Luna, que me hizo fruncir el ceño para tratar de entenderla bien, se hizo a un lado y me dejó ahí. Me giré hacia él con gesto suplicante y después se abrazó con el lobo. Miré al lobo y después hacia la mujer. –Yo... –dije titubeadamente volviendo de cuando en cuando la mirada al animal, –yo soy Norb. Soy una amiga de Milliner –la situación era bastante rara así que traté de dejar claro que era amiga de Milliner, sin duda esto era una especie de club de excéntricos.

Pero no podía dejar de pensar en el lobo y la fama que tienen de peligrosos –¿Es.... –señalé al animal –¿Es un lobo? –pregunté con un hilillo de voz.

La mujer sonrió satisfecha con tu nombre.
Bienvenida a mi casa Norb, estate tranquila, haremos todo lo que podamos para que te lo pases bien. dijo Luna, su rostro era bello y su sonrisa cálida. Es un lobo, pero no es peligroso, los lobos solo son peligrosos cuando están en manada y tienen hambre. Considera lo un perro grande y no le pises la cola. Nuestra hospitalidad y protección se debe para con nuestros invitados, saldrás de aquí tal como llegaste. Te guiñó un ojo. Pásalo bien. Date una vuelta bebe algo, es gratis. En la terraza al lado del canal hay un dj que dicen que es un prodigio... No es de mi gusto, pero a los que están allí les encanta.
Se separó de ti y cogió a Milliner del brazo.
Te lo robo unos minutos... ¿Te ha dicho que no te quites el colgante? pregunto de improviso. Asentiste A la pregunta ypareció satisfecha. Ella y Milliner se alejaron cuchicheando.

Paseaste por aquella escena que una vez que se perdió la tal Luna de delante se normalizó. Había un gran salón bastante lleno, pero tal como te había dicho el embarcadero estaba abarrotado.
Había un atril con equipos de sonido y buffers y un joven estaba pinchando, no tardaste en reconocer a uno de los djs mas jóvenes de la escena, Martin Garris.
El lobo que al principio te miro con curiosidad no tardo en perder interés y se dedicó a vagar de un lado a otro con aspecto aburrido.
Pudiste ver a los que aún estaban dentro de la casa. Había desde snobs de etiquetas hasta jovenes que podrían salir de las peores horas del Bar de Milliner.
Aquella casa era una mansión y el embarcadero y los jardines aledaños a él parecían un campo de rugby. De las paredes colgaban cuadros de aspecto viejo cuidadosamente colocados en marcos tallados de madera. Habías vivido entre lujo y sabías reconocer lo que era de verdad solo con verlo, aquello parecía demasiado auténtico.

¿Te ha pillado la lluvia? te pregunta una persona desde tu lado en la que no habías reparado mientras mirabas el embarcadero. Que putada, te ha arruinado todo el outfit. Pero no te sientas mal, dejamos a estos amargados y estirados de aquí y vamos a bailar. Y de paso me cuentas de que conoces a Milliner, que tengo curiosidad. No sois muchos por aquí y no os prodigáis precisamente. dijo dando un toquecito al colgante de plata que ahora reposaba sobre tu pecho.
Me llamo Yliana, por cierto.
Empezó a andar hacia la salida caminando hacia atrás sin perder el contacto visual.

Observé como se alejaban, miré alrededor, me alejé del lobo fijándome de no pisarle la cola, —buen chico —le dije como frase hecha, en realidad no tenía ninguna mascota y no sé si se les habla con esas frases, pero es lo que dicen en todas las películas.

Me dirigí hacia afuera porque quería escuchar a ese DJ. Me asomé a la terraza dispuesta a disfrutar de la música, contoneándome al ritmo de la canción que me parecía famosa. Al verlo a lo lejos flipé, ¿No era ese Martin Garris? Con razón parece lujosa la casa, si para un club privado son capaces de contratar a alguien así... es que no les falta pasta.

Bueno, este sitio era la ostia, sin dudarlo. Iban a flipar cuando lo contara mañana, miré la hora, bueno, hoy, pero más tarde.

Casi me sobresalté con la presencia de la chica que apareció a mi lado, pero me repuse rápido. –Me ha pillado un puto chaparrón, me he calado de arriba a abajo. Soy Norb –seguí a la chica con unos pasos –¿A Milliner? Voy mucho a su bar, cojones, creo que le he debido financiar yo su maldito coche de tanta borrachera –me eché a reír tras el comentario, toqué mi medallón y le dije –¿No somos muchos de qué? –puse cara de cierta perplejidad, no entendí su comentario. –¿Qué significan los colgantes? Veo que hay distintos –.

Yo me llamo Yliana te dijo contoneándose como una serpiente, de un modo sinuoso y sensual, aquella forma de moverse agitó algo dentro de ti. Te dio la mano y cuando tu hiciste lo propio no te la soltó sino que te siguió llevando a la muchedumbre donde la música atronaba.
Cada colgante representa al anfitrión que te permite entrar aquí, y el que tu llevas es un colgante muy raro de ver, ese anfitrión reparte muy pocos. su cuerpo comenzaba a moverse de un modo que emanaba fuerza al ritmo de aquella música. Todos los demás o son socios del club o son ... prescindibles se tomo un segundo para buscar la palabra adecuada y te la dijo al oído, pues ya te había arrastrado cerca de la pista de baile y la música te hubiera impedido escucharla; lo hizo sonriendo y sentiste la suavidad de su mejilla rozando la tuya y la calidez de su aliento en tu cuello mientras lo hizo.
Ya estabais en el centro de la pista de baile e Yliana alzó los brazos exponiendo sus curvas para seguir moviéndose al ritmo de esa melodía tribal contundente que retumbaba ahora mismo en tu pecho. No pudiste obviar ver que casi todos a tu alrededor la observan bailar con cierto nivel embobamiento.

–¿Qué me estaba pasando? –notaba ese cosquilleo en mi cuerpo que me hacía cometer estupideces, como cuando me acosté con Jakob, o cuando lo volví a hacer, o aquella vez que no me acuerdo de nada en la fiesta del primer curso de la carrera... y que al día siguiente mi padre me abroncó por gastar 10.000 euros por la noche.

Sacudí la cabeza acompañando a los golpes de batería de la música, sonreí y me justifiqué de alguna manera, –Milliner es mi anfitrión, es quien me ha dado el colgante –aquel club secreto era cada vez más extraño, se me erizó el bello del cuerpo cuando Yliana me susurró al oído, me acerqué yo también para que me oyera –¿Quién es tu anfitrión? –le pregunté mientras intentaba seguir el ritmo de la música, como ella... cosa difícil, lo hacía endiabladamente bien, y pese a que me he pasado horas bailando canciones de YouTube no podía hacerlo mejor que ella, como la multitud de miradas atestiguaban.

Me aproximé a ella –¿Por qué hay un lobo suelto? Pensaba que atacaría a la gente –la miré con una especie de sorpresa en mi rostro –¿O solo ataca a los... prescindibles? ¿A los alemanes del sur? –bromeé.

No lo quieras saber te contestó, sin dejar de bailar, a voz en grito, por encima de la música.Ni tampoco lo del lobo. añadió mientras se dejaba llevar por la música.

La música remezclada tenía en sus orígenes grupos de naturaleza gótica, rock industrial, cosas como: Omph!, Rammstein, the cure... voces graves, ritmos con mucha percusión, sonidos tétricos, no casaba muy bien con las sesiones habituales de el dj, pero desde luego tenían su firma.
Una mujer en el escenario cobró protagonismo cuando comenzó a cantar con una voz aguda, un kareo imposible para la voz humana, "el auto tunes a día de hoy hacía milagros" pensaste, pero la interpretación fue sublime y sumió a todos en un trance casi hipnótico y por un instante toda la masa de personas allí presentes fuisteis uno vibrando a la par...
Para cuando saliste de aquel trance habían pasado casi dos horas. Estabas sudando y las personas a tu alrededor habían cambiado. Yliana estaba alejada de ti en la pista de baile y estaba saliendo.
En general la sensación de satisfacción era general. Y tú la compartías.
También pudiste ver a Milliner apoyado contra una barandilla de piedra con jardineras a los lados hablando con la mujer que te diera la bienvenida, el lobo estaba por allí cerca, siempre pendiente de Milliner, como si fuera su perro. Los dos reían con frecuencia.

No parecía que quisiera contarme mucho, supongo que era parte de la extravagancia del sitio, que no se supiera quien era el mandamás, que te pusieran unos medallones para saber quien estaba invitado en lugar del puto sello en la mano como otros garitos... y tener un lobo, el puto Mike Tyson tenía un tigre en su casa, y no puede ser un lobo peor que un tigre.

Así que me dejé llevar por la música, por los movimientos de Yliana que eran hipnóticos y de repente por la voz de aquella mujer, me quedé prendada de su tono, cerré los ojos un instante centrándome en el sonido, suspiré, y mi cuerpo se movió al ritmo que se oía... No sé cuanto tiempo pasó, se me hizo un instante, miré el móvil y vi que habían pasado dos horas. Había sido casi hipnótico.

De golpe me vino el cansancio y note que no había parado de vibrar y saltar, estaba sudando, pero lo había gozado, casi como algo erótico. Me di cuenta que estaba rodeado de otras personas. Miré alrededor intentando ubicarme. Intenté acercarme a Yliana, algo me atraía hacia ella. Quería volver a bailar con ella, o intercambiar el móvil, quería preguntarle por donde solía salir.

Te acercaste a ella, mientras se desembarazaba de otros con quien había estado hablando unos breves minutos. Se giró hacia tí con energía y su melena se elevó y ondeó por la inercia.
Por fin has despertado de ese trance... dijo con una sonrisa pícara ¿Que tal tu primera noche por aquí?¿Te ha gustado? preguntó con una sonrisa de dientes blancos e impoluta.

Por allí de fondo viste aparecer a un rostro conocido de tus últimos días, era un hombre joven y guapo, que trabajaba últimamente con tu padre. Tenía un cuerpazo atlético, unos músculos abultados y duros, el pelo rapado, también tenía una cara de gesto duro, pero guapa y normalmente vestía mejor que esta noche, pese a todo el glamour alrededor iba con pantalones militares y una camiseta ceñida de algo que no sabías que era, sería un grupo o algo.
No sabes que hace exactamente para tu padre pero lo que haga parece importante, no te ha visto, estas entre demasiada gente para que lo haga pero es cuestión de tiempo que te descubra allí.
Ahora mismo está hablando con otro tío trajeado que está de espaldas a ti.
Crees haber oído que se llama Klaist.

–Sí, yo... eh... –me rasqué la cabeza con mi mano derecha, –la verdad, nunca había oído algo igual. No sé qué clase de equipo o sistema hay aquí, pero esa voz es increíble. Podría ser la nueva jodida Beyonce –estiré los brazos como tratando de sacudirme de encima el empanamiento que llevaba.

–Ha sido genial. Me ha encantado, hablaré con Milliner para poder volver o quizá pueda darme uno de estos medallones –dije mientras lo levantaba algo de mi pecho.

Pude observar al que trabajaba con mi jefe, instantáneamente me eché un palmo hacia atrás al verlo, –¡mierda! Uno de los que trabaja para mi padre está aquí, quizá mi padre se ha enterado que estoy en este club –lancé una mirada inquisitiva alrededor, –es ese de ahí –señalé un poco sin ser muy llamativa, –¡no mires! –le comenté a Yliana, –sino nos verá –busqué de nuevo con la mirada a Milliner.

–Voy a ir a buscar a Milliner, creo que tengo que marcharme, si ese me encuentra aquí tendré que dar muchas explicaciones. Espero verte más veces –le di un beso de despedida y me alejé de ella.

Tu y todos tenemos que irnos, a nuestra anfitriona le gusta echarse a dormir a estas horas dijo divertida mientras te retenía un instante más, por la muñeca, suavemente, pero con firmeza.
Ese tio solo trabaja para una persona y no es tu padre querida. te susurro Igual es al revés de como ves las cosas. te guiñó un ojo y se dio la vuelta alejando se sin esperar tu respuesta.
Estoy segura de que nos veremos. dijo de espaldas.

Encontraste a Milliner charlando y riendo con la anfitriona tal como lo dejaste, te dio la sensación de estar más pálido.
Te miró llegar y se puso algo serio aunque no demasiado.
Tienes cara de haber visto un fantasma. dijo divertido y aquella curiosa mujer se rió bastante
Déjalo ya ¿Quieres? le advirtió cuando dejó de reírse.La muchacha quiere irse, no quiere que Klaist le reconozca... le dijo a Milliner No deberías traer a no iniciados a mi casa. le regañó a continuación como si acabase de averiguar algo importante.
La cara de Milliner se puso seria de golpe cuando la mujer cambio de actitud. Pero ella le desechó con un gesto de su mano y unas palabras secas.
Idos, ya hablaremos de tus indiscreciones en otro momento. Cuando no este tan enfadada. dijo aquello marchándose airada.
El lobo miró a Milliner y a la mujer como si mama y papa hubieran discutido, miró a Milliner moviendo el rabo nuevamente pero luego se fue en pos de la mujer.

Parecía que en verdad todo se acababa, definitivamente vaya fiesta más extravagante, así que si la organizadora se pilla un pedo y está cansada, todos para casa, rumiaba mientras iba hacia Milliner. No podía dejar de pensar en aquello que decía del tal Klaist. Joder, parece que todo el mundo conocía los negocios de mi padre, primero Milliner y ahora Yliana. ¿Qué coño podían saber ellos?

Puse algo de cara de enfado cuando la mujer se rió tanto, ¿Era de mí? ¿De mi padre? Pero al ponerse tan serio Milliner cambié el gesto, y cuando se hubo alejado le comenté —¿He dicho algo que no debía? Esta fiesta es muy extraña, hay una cantante que te cagas de buena, gente que baila dándolo todo, como Yliana, y ahora aparece el que trabaja para mi jefe... —me mordí el labio pensativa —¿Qué es eso de no iniciados? Me gustaría iniciarme en este club, es una pasada. ¿Tiene que ver algo con los prescindibles? —me pasé la mano por el pelo intentando peinarme —la verdad, es todo muy extravagante —miré fijamente a Milliner —¿Te encuentras bien? Estás muy pálido, ¿Te ha sentado algo mal? —.