Partida Rol por web

►Young Blood - The Naked and Famous

El lunes amaneció como un hermoso día despejado sin apenas nubes en el cielo. Un día radiante lleno de energía que prometía al mundo que todo iría bien, que había razones para la alegría y el entusiasmo.

Durante la madrugada había algún resto de niebla marina sobre la isla pero, en cuanto el sol cayó sobre ella, se fue disolviendo, dejando tras de si pequeñas gotas de agua en el césped y las hojas de las plantas.

Aquí y allá las personas se levantaban de mayor o menor buen grado. Las cafeteras empezaron a funcionar en cada domicilio vertiendo el preciado líquido negro que mantenía en marcha a la humanidad en diferentes jarras.

En unas casas una pareja de rebanadas de pan de molde saltaban de alegría al terminar de tostarse, en otras se volcaban cereales de la caja al tazón con desgana. Alguien desayunó pizza fría de ayer y cocacola. Siete personas llamaron al trabajo para decir que estaban enfermos y que no iban a ir.

***

El Daring High School, el instituto de Daring City, la pequeña ciudad situada en Daring Island (Los padres fundadores debían tener más ganas de saltar del barco a tierra firme y comer algo que no fuesen raciones saladas que de pensar nombres) abría hoy sus puertas.

Eso era una mentira. El conserje había estado en activo todo el verano y la piscina había tenido visitantes ayer mismo. Lo que se quería decir con esa frase es que hoy empezaba un nuevo año escolar. Lo cual no era cierto para los profesores que ya llevaban algunas reuniones de planificación y preparación.

Los autobuses amarillos fueron llegando al parking. La explanada exterior fue llenándose de hormonas, risotadas, cuchicheos e intercambios de información en forma de jóvenes.

El edificio era relativamente moderno, construido durante el boom demográfico de la ciudad. Los ricos habían traído algunas cosas buenas a la isla y una de ellas era aquel centro tan bien equipado en instalaciones y materiales. Tenia, eso sí, una terrible carencia: Escaleras en la entrada. Nadie podría bajarlas todas de un salto al salir, ni los grupitos podrían usarlas para comer pipas y bloquear el acceso. Nadie se tropezaría al subirlas, distraído al ver a alguien atractivo bajar por ellas, no habría ninguna recogida de fondos para construir una rampa que permitiese el acceso a un alumno en silla de ruedas,...

Aquellos a quienes les importaba un pimiento terminar con el culo (de los vaqueros) verde se sentaban o incluso se tumbaban sobre el césped. Otros más recatados de sentaban en los bordes del camino de losetas blancas que surcaba el jardín y otros se reunian de pie.

Algunos bajaron del autobus amarillo y surcaron el camino hasta la puerta con la vista fija en el suelo intentando pasar completamente desapercibidos el primer día y, a poder ser, el resto del curso. Otros, por el contrario, tocaron el claxon de su coche al aparcar o bajaron del autobus con acrobáticos movimientos, llamando toda la atención posible sobre su persona.

Cientas de pequeñas historias con cientos de protagonistas distintos compartieron localización.

Renata fue una de las que llamó la atención. Aparcó su coche, un modelo bastante caro, con determinación y se lanzó  una rápida mirada en el espejo retrovisor antes de salir. En cuanto sus tacones se posaron en el suelo extendió los brazos hacia otras dos chicas. Las tres se gritaron los nombres de las demás y se abrazaron con excesiva efusividad y sobreactuado cariño.

-¿En serio, cariño? ¿ese color? le dijo una de sus arpías a una pobre chica que pasaba por allí abrazando sus libros como si fuesen un escudo. La pobre ni respondió y se marcho corriendo hacia las clases. Al menos otras del grupo de las "pringadas" pudieron aprovechar que la atención de la triada de brujas estaba puesta en otro objetivo para pasar rápidamente.

Tras arruinar la autoestima de la pobre chica volvieron a su charla sobre las uñas de Renata y su nuevo color. Un tema apasionante que les dio para minutos enteros de entretenimiento.
 

Irina era de las discretas. Había llegado de los primeros y estaba colocando algunos carteles por los tablones de anuncios. No todo el mundo tenia que ir a la playa a beber bailotear medio desnudos y acabar ahogado en el mar o con un embarazo no deseado. La fiesta alternativa del eclipse "libre de alcohol" podría ser igual de divertida. Daring City se encontraba aquella noche en el lugar y el momento privilegiado para quienes se interesasen realmente por el eclipse. Era consciente de que no iban a tener ni la mitad de asistentes que la otra, pero la diferencia estaría en la calidad de la gente, no en la cantidad.

Además tenia un nuevo telescopio que había adquirido en Portland que se moría por probar. Estaba reservandolo para "una noche especial" como si la virginidad del objeto fuese algo que se mereciese un evento astrológico especial y no cualquier estrellucha del tres al cuarto.

Carlos el inmigrante se sentaba con la espalda apoyada en uno de los arboles. Todos aquellos gringos le importaban más bien poco, de hecho los odiaba a casitodos, concentrando en ellos la añoranza que sentía por su patria.

Sostenia en la mano su móvil y se esforzaba en mantener viva la relación con gente que se encontraba a centenares de kilometros  de distancia. Lo peor era que muchos de sus amigos le envidiavan por estar viviendo en los EE.UU.

Finalmente dejo el móvil a un lado y miro al cielo contando los días hasta su mayoría de edad. Sin la calculadora ni el calendario del móvil la cifra ascendía a millones.

Markus bajó los peldaños del autobus como si fuese una escalera en medio de un escenario sobre la que se concentrasen los focos mientras la vedette mayor descendía con elegancia. -¡¿Qué pasa corazones?! ¡Vuelta a la carcel!- Gritó a un par de tipos que estaban cerca aunque no los conociese de absolutamente nada. Chasqueó los dedos a la vez que mandaba su mano hasta sebastopol, quizá no tanto pero al menos hasta donde el brazo le daba. Hizo un giro de noventa grados en el sitió con la puntera de las deportivas en el suelo y se marchó por el camino, sintiendo más atención sobre si mismo de la que en realidad despertaba.

Desde que Dorian había hecho "zorras" su seña de identidad el se había tenido que buscar otro termino. Aunque "corazones" no terminaba de convencerle, no se le habia ocurrido otro con más gancho. "Putis" no le había dado buen resultado.

Hillary deambulaba entre la gente con el Iphone en la mano, como buscando algo o alguien. Nadie había sabido de ella en verano, lo cual no era de extrañar porque nadie solía saber nada de ella durante el curso.

Había llegado al instituto en bicicleta y no hacia falta ser un telépata para darse cuenta de que tenia las mismas ganas de interactuar con otros seres humanos que de bañarse en un cráter de lava incandescente.

Como siempre vestía con ropa cómoda pero poco estilosa, combinada entre sí como si decidiese que ponerse con un dado porcentual y una tabla de prendas. Hoy lucia una camiseta amarilla y un peto vaquero.

Jesse apenas había dormido. Nada más meterse en su cama la noche anterior empezó a recordar todo lo que había vivido. Ahora, su teléfono móvil, con el que había estado consultando internet hasta altas horas de la noche cuando al fin le venció el sueño, estaba cargado de entradas sobre el fenómeno OVNI, abducciones, posesiones infernales y un sinfín de temas relacionados con lo sucedido el día anterior. 

De no haber sido porque su padre le despertó, sin duda habría llegado tarde a clase el primer día o directamente no habría llegado. Tenía ojeras, legañas, iba despeinado y llevaba la misma ropa del día anterior. Le hubiera gustado darse una ducha antes del primer día de clase, pero no había tenido tiempo y ahora... bueno digamos que olía un poco rancio. Pero si de una cosa estaba seguro era de que había encontrado algo en lo que pensar.

El tema del veganismo, el ecologismo y muchos otros ismos, seguía interesándole, pero desde la tarde del día 15 de septiembre, su vida había dado un vuelco. Se podía decir de Jesse que ahora era un fanático de la teoría de la conspiración. Porque, sin duda alguna que algo extraño había sucedido. Que sólo lo recordaran unos pocos no quería decir que no hubiera pasado. Se le pasó por la cabeza que hubiera sido una alucinación producto del weed, pero hasta donde él sabía Kelly no consumía esa mierda y también lo recordaba. Tenía que haber pasado. Estaba convencido y llegaría al fondo de aquel asunto.

Su intención primera era la de encontrarse con Kelly y con Juniper. Tenía que pedirle perdón a su amigo por... bueno por los últimos meses. Se habían distanciado y era culpa suya por completo. Su rollo mítico y sus cosas raras, no acababan de gustarle demasiado, pero ahora entendía que había algo más allá. Algo que trascendía a toda lógica, algo que quería descubrir y Juniper sabía de eso. Al menos eso creía Jesse. No obstante, antes de encontrarse con sus amigos, vio el cartel que Irina Ward acababa de colgar.

- ¡Vaya! - Dijo tomándolo con ambas manos y despegándolo del lugar donde lo había anclado la buena de Irina, al más puro estilo de una película de adolescentes americana. - Tiene muy buena pinta. - Le dijo a Iriana. - ¡Cuenta conmigo! 

El eclipse tenía algo que ver con lo de la tarde del día anterior. Muchos de los vídeos que encontró en youtube la noche anterior, relacionaban eclipses con fenómenos paranormales. Muchas sectas sabían que era en esos momentos cuando se debían lleva a cabo los rituales que tenían que realizar para la consecución de sus objetivos. Observar con un telescopio el eclipse podía... ser de utilidad para la nueva forma de vida de Jesse.

Entonces vio a Juniper y salió corriendo hacia él. - ¡Juniper! - Gritó su nombre mientras corría hondeando la mano sorbe su cabeza. - ¡Mira, mira ésto! - Le dijo mostrando el cartel de Iriana Ward.

Salió en busca de Juniper, a quien podría interesarle también el evento.

Kelly se había levantado temprano como siempre, había revisado por tercera vez las cosas del instituto y se había cambiado dos veces de ropa. Y eso que la noche anterior ya había elegido la ropa que ponerse... pero a última hora decidió cambiarse. Ya escuchaba a Bosch reírse de ella... pero al final se miró en el espejo, se golpeó en las mejillas y se repitió por milésima vez que lo que dijera Bosch y sus secuaces no debía importarle. También se repitió que la primera impresión solo se podía dar una vez... y ella quería dar una buena primera impresión en el primer día de instituto. 

A regañadientes, su madre quiso acompañarlos a ella y a su hermano menor al instituto. Estaba súper emocionada porque era el primer día del último curso de Kelly... aunque a Kelly le daba la sensación que solo quería asegurarse que su hermano llegara bien al instituto y lo demás era una excusa. Sobre Karter, no hubo modo que le explicara qué era eso del mensaje que le mandó y borró después... Kelly solo pudo entender que él también se vio afectado. 

Se despidió rápido de su madre y se dirigió al instituto ligeramente nerviosa, era la primera vez que se presentaba allí sin gafas, sin coleta mal hecha y con faldas. Su hermano pasó por su lado golpeando su hombro y despidiéndose de ella mientras se dirigía a sus amigotes, en el césped. Le faltó tiempo para tirarse junto a ellos, su madre ni siquiera había desaparecido del final de la calle. 

Kelly miró alrededor y decidió entrar en el instituto para poder dirigirse hacia las taquillas. Cuando vio aquel cartel se mordisqueó el labio inferior, preguntándose quién iba a ir... a ella le parecía interesantísimo, pero quizás la fiesta en la playa fuera más... acorde con su "nuevo intento de vida". Negó con la cabeza y abrió su taquilla, tenía todo el día para pensarlo, hablaría con Juniper, a ver qué pensaba él. 

Roland Plissken no tardó mucho en arribar frente al instituto de Lake City, vestido con una camisa de cuadros roja y azulada, con varios botones desabrochados. El cielo estaba despejado y con un sol radiante, aunque el rey del instituto sentía que él mismo brillaba con luz propia.

No estaba muy animado por el inicio del curso, especialmente teniendo en cuenta los sucesos que habían tenido lugar en el centro comercial durante la pasada noche. Al menos había podido desahogarse un poco practicando running esa mañana con Holly Bain, aunque aun así no podía quitarse de la cabeza lo que había pasado.

Observó con una mueca de desprecio el bochornoso espectáculo que ofrecían Renata y sus seguidoras, riéndose de una chica de la que el rey no sabía ni su nombre, aparentemente por su mal gusto para vestir. Una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios de Roland, pensando en jugar un poco con Renata y darle falsas esperanzas.

-Hola, chicas -dijo, pasando cerca de Bosch y sus secuaces-. Se te ve un bronceado genial, Renata. ¿Mucha playa este verano?

El propio Roland sabía que no tendría que hacerlo, que Renata Bosch ni siquiera era su tipo de chica, sobre todo por ser una arpía, y que él ya había cumplido su cupo de locas con Robin Jenkins por toda una vida. Pero para Plissken había un punto de diversión en todo aquello.

[Pasillo del instituto: Irina - Arthur]

Después de los sucesos de ayer sabía que no todo lo que vimos era ficción, estaba seguro que todo lo que había visto en el cine, series y demás eran verdad. Entidades espaciales de gran poder provenientes del gran abismo que conocemos como el Espacio, y para mi ese era el epítome de las criaturas sobrenaturales o de fantasía en nuestro mundo, lo cual significaba que debajo de eso puede que todo sea cierto, desde los mismos Dioses, leyendas como Hércules, hasta criaturas como Vampiros, Hombres Lobo, espíritus y demás, como en aquella marca de juegos de rol que ahora se me escapa el nombre de la compañía...

Pero eso no importaba, si no lo que había sucedido conmigo y con los demás, algo teníamos que no nos afectó tanto como al resto de personas el ver aquel espectáculo de horror fuera de nuestro comprendimiento, pero yo ya tenía un hilo de donde empezar a jalar para empezar a entender que era yo. 

No dormí en toda la noche pensando en eso mismo, ¿Que era yo? ¿Que teníamos de especial los demás? ¿Que nos hace resaltar encima del resto de personas? No lo sabía, pero tendría que averiguarlo, y la persona indicada para ese trabajo sería Juniper, la segunda persona la cual estaba seguro que podría investigar de ese tema. Pero claro, decidí investigar un poco por mi cuenta.

Ya tenía algunas referencias con Lovecraft y demás, incluso decidí investigar un poco más del ocultismo más que de cuestiones sobre el espacio, ya que a mi parecer me iba a terminar jodiendo más la cabeza con eso que el leer un poco sobre la vida de gente loca que creía en esto, o que cree. Demonios, Angeles, el Edén, Adán y Eva, Satan, Dios, todo eran versículos dela biblia en su mayoría y foros de discusión en páginas cristianas, uno que otro foro que hablaba del ocultismo pero no había nada que me daba completa seguridad, además de otros puntos a los cual unir los hilos, pero en mi investigación, ¿Que podía hacer más allá en la oscuridad de la noche tratando de pensar en cosas místicas que escuchar Ghost? Pero fue una canción la cual me hizo parar todo.

-Secular Haze...- Dije en un susurro junto al que se escuchaba en la canción, para luego ponerle pausa y buscar tanto la letra como su significado. Y aunque según Genius hace referencia a Satan y La Era de Aquario, de como será una era de iluminación sin ninguna religión la cual nos controle, el que traerá la luz y demás cosas, pero ya la mención de una niebla la cual piden que nos oculte en las sombras se me hizo una referencia muy directa a lo que acababa de pasar hace horas, lo cual me causó mucho miedo al principio, pero si, oficialmente me había vuelto uno de esos locos de las conspiraciones. 

Después de ese susto pensé que lo más sensato sería el dejar de escuchar esa banda por un rato, y mejor puse algo más tranquilo como Jack Stauber - My Plea. Mientras tarareaba la canción y movía la cabeza al ritmo de la canción seguía leyendo más sobre esas cosas sobrenaturales, una escena algo bizarra el escuchar esa canción mientras trataba de buscar noticias sobre una niebla misteriosa, o rituales, o hasta algo sobre la consciencia colectiva... Tal vez la niebla que pasó tuvo algo que ver con eso.

6:40

El sol se había colado desde hace un tiempo en la ventana de la habitación mientras seguía encorvado mirando hacia la pantalla de mi pc, no había dormido nada, pasé todo el tiempo investigando cosas parecidas, aunque de alguna forma de ver videos conspirativos terminé viendo como un sujeto iba hasta una jungla y hacía un refugio rudimentario con herramientas primitivas. -¿Que piensa hacer con esos troncos?... Aaaaah claro, los coloca sobre el agujero que hizo, coloca encima ramas y lo cubre de tierra para hacer un techo, pues si que le está quedando bien al cabrón.- Y allí pude escuchar la alarma de mi teléfono, a lo cual volteé para así apagarla y comenzar a prepararme para clases.

Di una ducha rápida con agua fría para mantenerme despierto, cepillé mis dientes, arreglé un poco mi cabello y me vestí, colocándome la camiseta que normalmente usaba para dormir, una chaqueta, jeans ajustados y de color negro al igual que unas zapatillas que hacían juego, y luego de un buen desayuno finalmente mi madre me llevó hasta la escuela. -Bueno ma, adiós, cuídate mucho y sabes que para cualquier cosa puedes llamarme.- Le dije antes de darle un beso en la mejilla y bajarme, despidiendome con la mano de ella antes de que empezara a alejarse. 

Estaba de buen humor, creo que era el cansancio mezclado con la música que había oído después de aquel susto que me llevé. Todo parecía normal, Markus tratando de llamar la atención, el chico Carlos odiando cada segundo de estar en ese lugar, Hillary igual solo que a un nivel más social, y los populares en su mayoría molestando al resto, como Renata que al parecer se le estaba acercando Plissken. -Tengo el presentimiento de que otra vez todo se va a ir a la mierda... Pero bueno, que más da.- Y dicho aquello entré por la puerta principal, caminando por los pasillos para así ver a Irina colocando un cartel en el tablón de anuncios, a lo cual me acerqué, observando este con auténtico interés. -Buenos días Irina...- Le dije con un notable cansancio en mi voz antes de taparme la boca para bostezar, luego dirigí mi vista del cartel hacia ella. -¿Fiesta para ver el "Apoeclipse"? Genial... ¿Tengo permitido ir? Tal vez me pase temprano a la de la playa y vaya a la tuya para así poder observar el eclipse, si no te molesta claro.-

Dorian llegó al lugar en su coche, no era el coche más caro del insti, ni tenía que serlo, el color negro azabache resaltaba respecto al resto de coches del lugar, no era descapotable, ni un deportivo, era elegante, como su dueño.

Se bajó del coche mirando a los alrededores, sus ropajes parecian propios de un colegio privado, cómo si llevara uniforme, se acercó detrás de la chica de la que estaban abusando las arpías de Renata, se mantuvo en silencio mientras las chicas "se pasaban" aunque su rostro denotó un evidente placer por la situación y lo que le habían hecho.

- No me parece que le quede tan mal... - dijo mientras se acercaba ignorando por completo al Rey que estaba allí presente - ...conjunta con su disfraz de payaso - insultó a la joven sin importarle ni lo más mínimo los sentimientos de nadie - Por cierto, hola ZORRAS ¿que tal el verano? - preguntó en un tono de verdadera curiosidad, o por lo menos muy bien camuflado el desinterés.

Renata y sus dos sicarias, Roland, Dorian
Junto al parking.

Renata le dedico una sonrisa encantadora al chico. -Muchas gracias, Roland.- Luego puso ojitos de corderito.-¿Ni una sola visita a mi instagran estos meses? Y yo que pensaba que había recibido algún like tuyo. Vaya -mal-a-mi-go- que eres.- Esto ultimo lo pronucio silaba a silaba dándole un suave golpe con el dedo índice en el pecho a cada silaba.

En aquel momento llegó Dorian junto al grupo, derrochando estilo y descaro. Las chicas tenían junto a si al rey y al villano.
-Oh Dorian. Que alegría volver a verte.- Dijo Renata como si realmente le importase el joven. -Sin ti, aburrido. Estuve en Cancún con mis padres y en florida visitando a unos tíos. ¿Tú tampoco me sigues por instagram?

-Seguro que en el circo del sol la hechan de menos.- Dijo una de las adlateres de Renata con un guiñito a Dorian

La chica agarro a ambos chicos por los brazos. -Tenéis que ponerme al día de todo lo que habéis hecho estos meses. Pero vayamos al salón de actos, quizá podamos sentarnos juntos si nos damos prisa.

Renata había calado a la primera que el interés de Roland no era sincero, y de Dorian opinaba que era divertido como jugar a pasarse unos a otros una bomba en cuenta atrás. Podia jugar con él si se le acercaba, pero no queria que le explotara en las narices.

Pero, salvo que uno de los dos se resistiera a su "inocente abrazo", iba a entrar al edificio acompañada de dos de los chicos guapos del instituto. Y se lo estaba poniendo difícil para soltarse sin montar una escena. Ella solo empleaba el buen rollo que ambos habían mostrado. -¿Y vosotros donde estuvisteis?- Si lograba que se picasen entre ellos, mejor.

Carlos y Kelly
Taquillas

Carlos no pudo creer lo que sus ojos veian y siguio ala chica hasta el interior del pasillo. se plantó junto a la taquilla de Kelly y le habló en español: -Guau. Menudo cambio te pegaste. El verano te sentó genial. Le dedicó una sonrisa todo lo romántica que pudo. -Ahora solo dime también que aprendiste a bailar salsa y me vuelves loquito.

Intentó transmitir toda su autoconfianza en su mismo y crear un ambiente de confianza, utilizando todos los trucos del manual: Hablar bajito y en tono de "esta charla es solo para nosotros dos, estamos apartados en nuestra burbuja privada"; Acercarse a la distancia de estoy invadiendo tu espacio privado, pero solo un poquito (en su escala); y acicalarse el pelo "casualmente" mientras sonreia y miraba directamente a los ojos a su objetivo.

Irina, Jessse y Arthur
Pasillos del instituto

Irina se quedo sorprendida cuando el huracan Jesse pasó por allí llevándose uno de los carteles. A punto estuvo de decirle que las fotocopias costaban dinero y que el papel salia de los arboles. Algo que llevaba repitiendo desde primera hora. Pero se dio cuenta a tiempo de que decirle a Jesse Shepard algo sobre el reciclaje de papel seria absurdo. Si se llevaba el cartel era porque le interesaba de verdad. -Gracias. Me alegraré de verte. ¡Cualquier cosa, contactame por wassap!

Siguió colocando alguno más hasta que Arthur se le acercó. -¡Hola! Claro, puedes pasarte. Mientras no te siga ningún borracho de la playa. Aunque perderás un buen rato. Una fiesta es en la playa del este y la nuestra en la colina, donde el árbol seco, cerca de la granja de los Wright. Incluso con un coche te costara un buen rato.- Suspiró ante de añadir -No va a haber ningún apocalipsis. La tierra se pondrá entre el sol y la luna. Sera un espectáculo hermoso, pero te garantizo que cuando el eclipse pase todo seguirá igual que antes.

Alguien
Pasillos del instituto

-Esta noche todo cambia para siempre- pensó alguien que miró los carteles del tablón de anuncios a la que pasaba.

Megafonía

Atención alumnos. Gracias por no fingir fiebre el primer día. Ahora, por favor, acudid al salón de actos para que podamos inaugurar el curso de manera oficial. gracias. (Sonido del micrófono siendo movido y unas teclas pulsadas)

_{-El veterinario me ha dicho que no me preocupe, que es algo normal... Pero el susto no te lo quita nadie... Si, vamos yendo}

Irina y Arthur
Pasillos del Instituto.

Fruncí levemente el ceño y solté un leve suspiro, pensando un poco en aquello que dijo Irina sobre la distancia antes de asentir. -Ya, tienes razón, creo que lo mejor sería ir a tu fiesta y bueno, llevarme algo para al menos yo "divertirme"- Con mis manos hice las comillas antes de soltar una ligera risa, pero sobre su comentario a mi broma negué con la cabeza, también chasqueando mi lengua.

-Escucha Irina, nuestros ancestros temían a estos asuntos...- Dije mientras me acercaba a ella, colocando una mano sobre su hombro mientras hacía que mirase en dirección del pasillo, y con mi mano derecha la llevé hacia el frente, para luego con el dedo dibujar una forma circular en el aire antes de soltar su hombro. -Claro, como siempre está el miedo a lo desconocido y sabemos que nuestro planeta se interpone entre el sol y la luna y todo lo demás... Pero igual algo por más que haya sido explicado como un suceso natural que sucede cada cierto tiempo, ¿Era algo de verdad estúpido que nuestros antepasados temieran a esto? Aún hay barreras en la ciencia que de momento no hemos podido traspasar, pero, sobre los mitos, supersticiones y demás apenas estamos rasgando la superficie...- 

Hablaba con una voz calmada y serena, algo hipnotizante y misteriosa. Con mis palabras las acompañaba con movimientos elegantes y suaves, pero cuando terminé mi pequeño monólogo chasqueé los dedos. -Y allí esa noche nos damos cuenta que todo se está yendo a la mierda, ¡Pero tranquila! Llevaré mi guitarra para animar un poco las cosas en la fiesta, y si al final tengo razón, podrás tomar mi mano para no tener miedo.~-  Mientras soltaba una carcajada esta fue interrumpida por la voz de la profesora Minerva la cual inundaba los pasillos, para después darle una ligera palmada en el brazo a Irina. -Hora de irnos Iri, ¿Nos sentamos juntos?- Pregunté mientras daba unos pasos en dirección al salón de actos caminando de espaldas, esperando una respuesta de su parte.

Irina, Jessse y Arthur
Pasillos del instituto

- Claro Irina... - Le dijo Jesse mientras se alejaba. - Te contactaré por... - No acabó la frase, pues en ese momento apareció Arthur y comenzó a hablar sobre mitos, supersticiones y creencias de sus antepasados.

Aquel tipo tenía razón. Si existían las supersticiones era porque algo les había dicho a los antiguos, que aquello era peligroso por alguna razón. No sabía muy bien que mal podía hacer un gato negro al cruzarse delante de uno, pero un eclipse era algo que pasaba mucho menos a menudo y la noche de ayer había sido una total locura. Sin duda podía tener mucho que ver. ¿Y si una invasión alienígena se estuviera preparando para dar el salto ese mismo día durante el eclipse? Podían haber desarrollado una tecnología capaz de teleportar sus naves en un momento como aquel, en el que la luna y el sol y la tierra se posicionaban en paralelo. Eso tenía bastante sentido.

Mientras todo aquello sucedía sonó la megafonía. Era la señorita Holyfields, una total excéntrica bajo el punto de vista de Jesse, pero personalmente le caía bien. Incluso tenía un puntito morboso. No sabía porque, igual era por como se expresaba, como miraba, o vete tu a saber cual era la razón, pero el caso es que lo tenía. Jesse agitó la cabeza, sacando aquellos absurdos pensamientos de su mente y se dirigió a Arthur agarrándole del brazo.

- Tenemos que investigarlo. - Le dijo. - Lo del eclipse digo. Lo que sucedió ayer y lo que pasará esta noche no puede ser una coincidencia. Lo que has dicho tiene mucho sentido. - Le soltó. - ¿Nos vemos en la sala de informática? ¿Ahora?

Como no podía ser menos, la reina del Daring High hizo su gran entrada, justo a tiempo. Aparcó su jeep sin ninguna dificultad y bajó de él con la gran elegancia que la caracterizaba. Su modelito, que la describía perfectamente, era elegante y sexy a la vez.

Se encaminó hacia el interior del instituto, como si nada hubiera pasado, devolviendo el saludo si alguien la saludaba pero teniendo claro su destino. El grupito con Dorian. La cabeza bien alta, pasos elegantes pero decididos. Una vez llega, se detiene, sonriendo a Renata, intentando no mirar a Roland y dirigiéndose a Dorian.

¿Pensabas entrar sin mí? Le sonríe bromeando y les acompaña al interior. Le coge del brazo. Nadie, NADIE le robaba a su mejor amigo.

-La verdad es que he pasado parte del verano en Los Ángeles -le reveló a Renata, sin más. Lo cierto es que tampoco habían sido unas vacaciones apasionantes junto a sus padres, pero memorables-. Buenas playas también. -Se mordió el labio mientras seguía tratando de mostrar aquel falso interés por Renata Bosch-. Tal vez algún día, tú y yo... ¿quién sabe?

Plissken no opuso ningún tipo de resistencia a ir del brazo de Renata, aunque las palabras de la profesora de Holyfields a través de la megafonía le sacaron su mejor sonrisa. Eso hizo que se acercara ligeramente a Renata para susurrarle al oído, casi como si hubiera una cercanía entre ellos, realmente inexistente.

-¿Has oído lo del veterinario? Holyfields acaba de confirmar que es una auténtica perra -bromeó, divertido, justo en el momento en que vio aparecer a Dannielle Cooper.

Inevitablemente, Roland fijó su mirada en ella. Esa mañana, la reina del instituto estaba espectacular, brillaba con luz propia. Plissken vio cómo cogía del brazo a Dorian y supo que Renata no se lo pondría tan fácil. No descartaba que se produciría un rifirrafe entre las dos chicas populares del instituto.