Partida Rol por web

El Comandante se lamentaba haber perdido el rastro del aborígen. El oficial estaba convencido que el billete para la salida de la isla de los "Horrores" tendría que pasar por aquel nativo. 

Los zombies les pisaban los talones y descartaba la mera idea de volver a encerrarse otra vez en un edificio repleto de muertos vu ientes. En el faro se salvaron de milagro y Cade no quería forzar la suerte del grupo.

Rápido soldados, subamos a bordo de la cañonera. Mientras Cade Foster echaba un vistazo al lugar a plena carrera.

Y por Dios, artillero Benson, nada más subir apodérese de alguna ametralladora pesada o lo que sea para hacer pedazos la amenaza. El resto cubriremos el acceso, para que no nos sigan.

El Comanadante meditó sus últimas palabras..

Aunque cabe la posibilidad de llamar la atención de todos los "caminantes" de la isla, si hacemos mucho ruido. Que opinan tropa?

- ¡Sí señor! Si la ametralladora de la cañonera funciona, tendremos carne picada de sobra para unas hamburguesas... - exclamó el artillero deseoso de poder masacrar a los zombies de una vez por todas...

Lo único que percibiste, al no buscar nada en concreto, fue que una de las cañoneras estaba sumergida y ladeada en el muelle (como si estuviera varada junto al mismo); por lo que habría que poner esperanzas de salida en el otro buque o el hidroavión de más allá.

Ante las palabras del Comandante Foster, corrísteis hacia las cañoneras, pisando los tablones el roído y podrido muelle hasta llegar a la entrada del mismo, allí atracado. Los zombies corrían desbocados hacia vosotros, moviendo en todas direcciones piernas, brazos y cuellos. Parecía que alguno incluso podía caerse al agua si trastabillara con el borde del tablado, pero no fue así. Estaban desatados, ¡¡y mientras Arthur se introducía el primero en la cañonera para buscar cañones de disparos, Foster, Crowden y Stocktom no tuvieron tiempo (sobre todo éste último), en introducirse en el buque antes de que los muertos vivientes se abalanzaran sobre ellos!!

Alcanzo de un salto la cubierta de la cañonera mientras oigo los gruñidos de los zombies a mi espalda. Me giro y veo como mis compañeros no son capaces de saltar a la cañonera antes de que los alcancen por lo que deben girarse y enfrentarse a ellos en el muelle.

- Maldita sea... - gruño mientras recorro la cañonera buscando las ametralladoras de cubierta

“De esta no salgo” pensó Jack cuando las criaturas lo alcanzaron antes que sus pobres piernas lo llevaran a la relativa seguridad del barco nipón. Tampoco dos de sus compañeros lo habían logrado, lo cual era poco esperanzador para el grupo.

-¡Arthur! ¡Dispara, dispara de una vez! – gritó Jack a su compañero en la cañonera mientras abría fuego con su arma a bocajarro.

Si Benson disparaba sobre los monstruos de la parte de atrás podría barrerlos de una sola vez y solo habría que acabar con aquellos que combatían cuerpo a cuerpo con el resto del grupo. En caso contrario sería una muerte asegurada.

William por su lado, al tener al enemigo a un par de palmos de distancia, sí que fue capaz de acertar en este; de forma casi milagrosa contando que la última vez que lo intentó perdió un miembro y desde entonces no volvió a sacar el arma de su funda. Por lo que acertar en este caso le causó un sentimiento de júbilo en una situación tan desesperanzada.

El comandante se sumó al resto de sus camaradas de armas en el combate. Mientras esperaba que el artillero encontrase la salvación  en la cañonera.

Fuego a discreción!! Sin cuartel, honremos el uniforme que llevamos!!!

El disparo de Foster habría fallado en otras circunstancias, pero por casualidades de la vida, un codazo del marine al empuñar su fusil desvió el tiro de Cade acertando en el no muerto. 

Turno 1. Iniciativas:

Stocktom:7
Zombis1: 5
Zombis2: 5
Zombis3: 5
Foster: 4
William: 2

Mientras Benson se introducía y corría por los pasillos metálicos de la cañonera, sus tres compañeros, tras la órden de fuego a discreción de su comandante, dispararon a bocajarro. El fusil de Stocktom derribó a uno de ellos, destrozándole en mil pedazos; la pistola de William, casi increíblemente, hirió de gravedad a otro de los no muertos, haciendo que se tambalease hacia atrás y a un lado, y cayendo al agua (todos vísteis cómo intentaba quedarse a flote junto al muelle, pero hundía poco a poco). Claro que, antes de caer, tal aberrante ser había logrado llegar hasta el ingeniero, mordiéndole levemente en el brazo. Finalmente, Foster no pudo acertar con su pistola. Suerte que el zombi contra el que luchaba no le hirió.

Finalmente, mientras sus compañeros disparaban a diestro y siniestro y a bocajarro, en medio de los cruentos ruidos y rugidos emitidos por esos seres, el artillero Benson salió a cubierta, y sin pensárselo un segundo, se colocó en la cañonera. Una gran ristra de balas de gran calibre estaba preparada para disparar...

Que no fuera devorado en vida por esos monstruos hasta ahora es un milagro que podría vociferar el pastor de su pueblo durante años sin cansarse jamás.

La interrogante depende, desde luego, de la suerte del tullido marine y también de su arma, que esta no se trabe y que tenga suficiente munición para continuar derribando a esas “cosas”.

Así que retrocediendo todo lo posible continuo disparando, con la esperanza que Benson logre hacer funcionar la cañonera.

Que no fuera devorado en vida por esos monstruos hasta ahora es un milagro que podría vociferar el pastor de su pueblo durante años sin cansarse jamás.

La interrogante depende, desde luego, de la suerte del tullido marine y también de su arma, que esta no se trabe y que tenga suficiente munición para continuar derribando a esas “cosas”.

Así que retrocediendo todo lo posible continuo disparando, con la esperanza que Benson logre hacer funcionar la cañonera.

La táctica del marine era la acertada...

Exacto Chicos, retrocedamos poco a poco hasta la cañonera. Y que Benson de buena cuenta del resto.

El comandante apuntó contra el ser que quería arrancarle el brazo de un bocado. Aquel tiro habría fallado en condiciones normales, pero Cade Foster se acordó de las innumerables clases de tiro en West Point. Y aquellas cansinas horas gastando munición  inspiraron al oficial.

Objetivo en movimiento, siempre apuntar donde se posicionará. Imaginado el blanco en su futura ubicación.

Esto es otra cosa... pienso cuando agarro entre mis manos los gatillos de la cañonera y me dispongo a apuntar hacia el zombie que se dirige hacia Williams.

- Púdrete hijo de puta...

Y en ese momento, el Ingeniero sintió el verdadero terror. Con la nueva oleada de muertos que asaltaban al equipo de supervivientes, no pudo sino otra cosa que pensar que sus habilidades con las armas no iba a resultar tan bien como la que ocurrió en el anterior disparo. Por desgracia, o tenía tiempo como para pararse a pensar y hacer un estudio de riesgos, sino que directamente jaló el gatillo nuevamente.

Por desgracia para el Ingeniero, no tuvo tanta suerte como para dar, de hecho al monstruo que se le estaba abalanzando.

Turno 2. Iniciativas:

Stocktom:7
Benson: 7
Zombis1: 5
Zombis2: 5
Zombis3: 5
Foster: 4
William: 2

Los primeros impactos llegaron de mano del soldado Stocktom, que, pese a su mal estado, logró disparar en la cabeza al zombie que tenía delante de sí, haciendo que su cabeza reventara en mil pedazos con la bala que la atravesó, impregnando todo el muelle de más sangre... Acto seguido, el artillero Benson, haciendo gala de su profesión, apretó el gatillo de la gran máquina. Una retahila de ruidosos disparos atravesó el cuerpo del ser que iba a atacar a William. Éste último no logró acertarle, pero suerte tuvo de que su compañero apuntara contra él. El zombie cayó al agua, lleno de agujeros de bala de gran calibre... El Comandante, como si se tratara de un entrenamiento del pasado, apretó su pistola varias veces, haciendo que la criatura que cargaba contra él se desplomara, de igual manera, contra el suelo...

Fue entonces que Foster, Stocktom y William retrocedieron un poco, dando pasos hacia atrás, con la intención de llegar a la entrada de la cañonera, que estaba al mismo nivel del muelle. Aún quedaba un zombi en pie, y ahora cargaba contra Foster... Lo cierto es que esos seres no se amilanaban ante la inferioridad numérica, hecho que probaba que parecían atacar en libre albedrío, sin pensar en consecuencia alguna.

Claro que, aquello no era la única sorpresa. Más allá de la línea de la playa, cerca del comienzo de la selva por donde habíais llegado al muelle, una amalgaba de seres similares comenzaron a aparecer; habían sido atraídos por el ruido de los disparos, ¡¡y ahora corrían hacia vosotros!!

Por poco y Benson envía al infierno a sus compañeros ademas de a las criaturas. Pero al final valió la pena porque solo resta un zombi en el muelle, y estaba muy interesado en mordisquear las nalgas de Foster.

Entonces el malherido soldado aprovecha la pequeña distracción del monstruo para apearse sobre la cañonera e intentar llegar a la segunda barcaza.

- ¡Hay que pasar a la segunda cañonera y cortas los amarres o esas cosas también abordarán! - advierte Jack al subir con gran esfuerzo a la embarcación.

Podrían intentar llega a nado hasta el hidroavión. ¿Pero quien lo pilotearía? No había compañeros de la fuerza aérea…

Todos esos años de instrucción ayudaron al comandante a coser a balazos al último zombie. Este disparó con gran destreza mientras se iba retirando hacia la cañonera. Pero se acercaba un marabunta de aquellos seres y el peligro no cesaba en su aumento.

Buena idea Stockton, sigamos su plan. Como último recurso nos lanzamos al agua. No creo que sepan nadar!!

Artillero cubre nuestra retirada!! Y nos dirigimos a la asegunda cañonera!!

El peor de los temores de Cade Foster se había confirmado, el ruido atraía aquellas masas... si salían de esta tendrían que ser  mucho más silenciosos. Y usar esporádicamente las armas de fuego.

Viendo como su heroico superior abatía a aquella bestia, William decidió no arriesgarse a volarse otro dedo o lo que sería peor, dañar a uno de sus compañeros y abandonar el combate tan rápido como esta criatura sufría el impacto del arma -mortal o no- de su superior.

-¡Tenía que haber entrado en el equipo de atletismo de la universidad y no en el de ajedrez!

Con estas palabras, William se dirigió hacia la segunda cañonera, en busca de los amarres para soltarlos de una vez y no perder más tiempo del necesario.