Partida Rol por web

Infierno Verde

Escena de Juego "Viaje al Amazonas"

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26/11/2019, 23:35
Leonard Colleman

El padre Enrique parecía un hombre sencillo pero también instruido, o por lo menos esa fue la impresión que le causó a Leonard al ver la biblioteca que tenía en mitad de la nada. Por lo menos tenía que reconocer que poseía una conversación fluida y amena, como bien demostró durante la cena a la que fueron amablemente invitados, pues esa noche la pasarían en la misión.

Sobre las anécdotas que contaban y que, al igual que hacía su esposa, Leonard escuchaba con suma atención, poco podía decir ya que el antropólogo era un hombre poco habituado a ese tipo de vivencias, pero escucharlas le venía bien para hacerse una idea de lo que podía encontrarse allí fuera.

Delicioso —dijo amablemente. Quizás tanto aire puro le estaba sentando bien y disfrutaba de los alimentos, por sencillos que fueran, mucho más que cuando se encontraba en la ciudad—. Un guiso peculiar pero delicioso.

- Tiradas (1)
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29/11/2019, 18:17
Padre Enrique

El sacerdote asentía, agradecido y con el carrillo lleno de pescado, la palabras de Drake. La cena transcurrió tranquila, risas aquí y allá, y un ambiente cálido y acogedor. El guiso, señor Colleman, espero que sea de su agrado y el de su esposa -añadió-. He tenido que aprender a cocinar casi por mi mismo.

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29/11/2019, 18:18
Director

Esa misma noche cayó un chaparrón bestial. Dormíais en la vivienda de las literas, la choza, más bien, unos encima de otros, cada cual en su cama (las cuáles eran todas individuales). Con vosotros dormía el profesor Woodstock, Henry y el guía Barreiro. El capitán Pereira prefirió dormir en el barco, anclado en el muelle, en un jergón propio que guardaba en un armario. Su intención, traducida por Juanjo, era ver si esa noche había algún tipode filtración en el barco, y vigilar la sala de caldera antes de partir. Finalmente, antes del amanecer, el chaparrón cesó. Suerte que la cabaña tenía los techos y paredes reforzados con cemento recién colocado, tal vez hacía unos meses. Sabíais que era sólida aquella vivienda.

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29/11/2019, 18:18
Padre Enrique

Tras la amanecida, salísteis ya pertrechados hacia el barco. Y tened cuidado, rezaré por todos vosotros, amigos -os decía el padre Enrique-. A la vuelta, cuando descendáis el Urubi -el río que teníais delante-, pasad a verme de nuevo. El hombre extendió el brazo mientras subíais en el Xiringueiro.

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29/11/2019, 18:19
Gustavo Pereira

* * *

Auora iestariemo trie díah... -decía el capitán, mientras os veía pasar-. De marchia lie'Urubi -el capitán acompañaba con gestos sus pocas palabras en vuestro idioma a medida que pisabais la cubierta.

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29/11/2019, 18:19
Juanjo Barreiro

Sí, unos tres días remontando el río -aclaró Juanjo mientras comprobaba que todo estaba bien-. Finalmente bajásteis a camarotes. Era el 14 de Junio, muy temprano.

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29/11/2019, 18:19
Padre Enrique

Entonces, cuando John Drake se estaba retirando una chaqueta, notó algo en uno de sus bolsillos. Era un papel, una especia de nota doblada. Henry estaba afuera con Barreiros, y el profesor Woodstock hablando con el capitán en la sala de máquinas.

Al abrirla, todos os hicísteis eco de ello, y os acercáteis a Drake. Era una nota manuscrita, parecía reciente:

Tened cuidado en la selva, señores. He tratado de evitar cuantiosas veces las idas y venidas del profesor Woodstock a la selva, dado los peligros que ella conlleva. Pero jamás me ha hecho caso. Sus habitantes nativos aún no comprenden la presencia del hombre occidental, y no es la primera vez que alguno de mis feligreses desaparece misteriosamente, en las selvas alrededor del río Urubi sin dejar rastro. Juanjo sabe de lo que hablo, él conoce mejor estos terrenos que el propio Theodore. Mi deber como último hombre en esta misión es informaros de todo ésto.

Que Dios os bendiga. Nos vemos en el regreso.

Fdo: P.E.

Notas de juego

Próxima actualización: 3 de diciembre

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01/12/2019, 22:35
Luise Hayes

Luise no creía lo que estaba leyendo, sorprendida que les hubiera ocultado tal gravedad de la situación. Le sorprendía el hecho de que conocían los riesgos y, aun así, no les había comentado la desaparición de varios feligreses, creyendo que a ellos les deparaba el mismo destino.

Voy a hablar con Juanjo.- No pedía permiso al resto, sólo necesitaba respuestas y quería unas directas, no más secretismo dentro del grupo. Cuando había trabajo en equipo se necesitaba un mínimo de confianza.- Hay algo que me huele mal en todo esto.- Sin más dilación, se alejó de los hombres aventureros para buscar a Juanjo, dispuesta a encontrar respuestas.

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01/12/2019, 22:42
Leonard Colleman

Leonard apenas pudo dormir esa noche escuchando el sonido del diluvio que les caía encima, además de preocupado por la aventura en la que se habían embarcado y porque su mujer no pudiera gozar de la intimidad que toda dama como ella tenía que tener, sobre todo cuando se encontraba rodeada de tantos hombres.

Pero la mañana llegó sin rastro de la lluvia que había caído la noche anterior y, una vez se despidieron del amable padre Enrique, se dirigieron una vez más al barco para seguir el curso del río durante otros tres días más. Sin embargo la sorpresa aún estaba por llegar cuando el señor Drake se encontró con aquella nota en su bolsillo.

Leonard frunció el ceño molesto cuando escuchó su contenido, no por el aviso del padre sino por las mentiras y los silencios del que consideraba no sólo su mecenas sino también su amigo el señor Woodstock.

Esto es inaudito —comentó aún incrédulo. Y cuando vio a Luise dispuesta a ir a hablar con Juanjo, siempre tan decidida ella, decidió acompañarla—. Espera querida, voy contigo.

Se excusó con el resto de sus compañeros y salió detrás de su esposa.

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02/12/2019, 14:13
Daniel Dunham

Había pasado aquella noche bastante alejado del resto. Necesitaba respirar un poco tanto del aire, como bueno… de las personas. Había cenado alejado de los demás cuando el padre me permitió hacerlo. Fue un rato agradable poder comer observando la naturaleza en su totalidad, tranquila y silenciosa.

La noche, por el contrario, no fue así. Me desperté por la noche con la tormenta y ya no pude volver a conciliar el sueño. Me quedé en el marco de la puerta fumando cigarrillos y observando la tormenta. Relajaba bastante, la verdad.

El día siguiente, siguieron los problemas. - Alto, alto - Dije parando a la parejita que ya tenía ganas de armar jaleo. - Vamos a tranquilizarnos todos antes de hacer nada - Por muchos problemas que hubiese no iba a tolerar que se pusieran a gritar a gente que solo hacía su trabajo. - Después os acompañaré y hablaré yo mismo con el guía ¿De acuerdo? - Había hecho buenas migas durante el viaje en aquella chatarra.

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02/12/2019, 15:33
John Drake

Cuando Drake leyó la nota que el sacerdote le había dejado, no pudo menos que soprenderse. Sabía que Woodstock le ocultaba cosas, lo sabía prácticamente desde el principio, cuando tanto él como Spaulding percibieron el nerviosismo del profesor en el hotel. La nota del Padre Enrique no dejaba de ir en esa línea, insistiendo en que Woodstock parecía obsesionado con la expedición, hasta el punto de que no les había dicho gran cosa sobre la peligrosidad de los nativos y del número de feligreses que solía desaparecer.

-Escuchen, algo verdaderamente turbio envuelve toda esta expedición -dijo Drake, molesto por la forma de actuar de Woodstock-. Tengo la sensación de que Woodstock sabe mucho más de lo que nos dice, más que el Padre Enrique. Deberíamos intentar hablar con Juanjo.

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03/12/2019, 10:28
Director

Estábais todos intentando discernir el mejor método de llevar aquella situación. En vuestro punto de mira parecía estar el profesor Woodstock, pues aquella nota del padre Enrique no os dejó indiferente. Sin embargo, antes de actuar precipitadamente, os detuvísteis un momento. Al menos Daniel pensó con cierta frialdad, antes de que el matrimonio Colleman pusiera, como era lógico, patas arriba la expedición. Juanjo, el guía y en realidad marinero también, parecía ser la clave de vuestras preguntas.

Entonces, antes de decidir nada concretamente, notásteis que el barco se detenía. Una vibración se sentía ahora, como si el casco del mismo fuera detenido por algo.

Segundos después visteis a Henry y Juanjo correr por el pasillo exterior, en dirección a cubierta. Acto seguido salísteis a ver qué ocurría y a saber el porqué de la detención en medio del río. Woodstock y el capitán Pereira estaban apoyados en la barandilla de popa, y este último señalaba con el dedo hacia abajo, hacia el río. Al asomaros, vísteis en sobre la superficie del río Urubi había una maleza espesa y densa, apostada sobre el agua y seguramente bajo ella. El capitán Barreiros comenzó a maldecir en portugués.

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03/12/2019, 10:28
Gustavo Pereira

¡Vai tomar no cú...! -el capitán comenzó a parlotear con insultos e improperios (maldiciones, más bien), y continuó haciéndolo mientras corría a la sala de máquinas-. Ahora mismo estábais totalmente detenidos sobre el río. A vuestra izquierda y derecha los dos márgenes del Urubi y la selva densa sobre ellos.

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03/12/2019, 10:29
Theodore Woodstock

¿Juanjo, qué pasa? -preguntó entonces Woodstock, alertado-.

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03/12/2019, 10:30
Juanjo Barreiro

La Tapaia -alertó el muchacho-. ¿La ven, ahí abajo? -decía ahora señalando a todos-. ¡Voy a ayudar al capitán! -y marchó tras los pasos de Pereira, perdiéndose en el interior del barco-.

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03/12/2019, 10:30
Henry Robins

¡Sí! Mírenla -añadio ahora Henry-. Cuando marché a Belem a recibirles, señores, el barco donde viajé también tuvo problemas con ella. Mirad, son unas plantas que se desplazan por el rio cerrando el paso de los barcos. Y son un grave inconveniente ya que estas masas pueden alcanzar un espesor de hasta trescientos metros...

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03/12/2019, 10:31
Juanjo Barreiro

Entonces salió el capitán a cubierta, y con el Juanjo. El muchacho comenzó a traducir al nervioso de Pereira, que hablaba en rápido portugués gesticulando mucho-. El capitán dice... dice... que las hélices se han enganchado con la tapaia... Y que ha detenido el motor del barco para no romper las hélices y quedarnos varados... Hay que... -Juanjo intentaba discernir sus palabras-, hay que quitar la tapaia de las hélices -y estas estaban bajo el agua, en la parte trasera del casco-. Sólo así podremos remontar.

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03/12/2019, 10:31
Theodore Woodstock

Entiendo... -sopesó Woodstock-. ¿Quién sabe nadar? -alcanzó a decir con semblante serio mirándoos uno a uno-. Las cejas de Henry se levantaron, sorprendidas. El joven era un tipo de pluma y tinta, pisapapeles, archivos y recadero profesional: no un aventurero en potencia.

Notas de juego

Próxima actualización: viernes 6

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05/12/2019, 15:07
Luise Hayes

Luise iba dispuesta a encararse con el capitán, Woodstock, Juanjo o quien se pusiera por delante para pedir explicaciones. Andaba a paso rápido y seguro escuchando la voz de su marido detrás, sintiendo una punzada de alegría en su interior al saber que al menos no estaba sola en su pequeño enfado.

Oteó por el barco para buscar a cualquiera de los implicados cuando notó que el barco se detenía, olvidando momentáneamente el motivo de su caminar para acercarse a uno de los laterales y comprobar por las ondas del agua si realmente seguían en movimiento. Temiéndose lo peor, más todavía teniendo en cuenta el contenido de la carta, su objetivo para hablar fue directamente el capitán si no fuera que parecía que él los encontró antes.

No entendía sobre qué hablaba, teniendo que guiarse por las traducciones de Juanjo, conociendo el motivo del misterioso parón. Suspiró largo y tendido, sabiendo que tenía que aparcar el asunto que se traía para calmarse ya que, en ese enervado estado, no lograría nada favorable para ninguno de los presentes.

Iré yo.- Teniendo en cuenta que estaba en una expedición con varios aventureros presente o conocedores del lugar, el hecho de que ella se propusiera para bajar al agua debió a sorprender a más de uno. La herpetóloga no era una mujer delicada de quedarse esperando a que el resto actuara, sumándose a todo lo que pudiera y siendo así que había accedido con una amplia sonrisa a ese viaje, a pesar de ser peligroso. Además, pensaba que tal vez si se daba un chapuzón por las aguas, aunque fuera mojarse los pies, sería suficiente para calmar su enfado.

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05/12/2019, 20:48
Daniel Dunham

 

Juguetear con una hélice atascada era un problema enorme, no porque había que meterse en unas aguas peligrosas, sino porque dependíamos del capitán para que no nos descuartizara en cuanto el trabajo estuviera acabado. No sabía cómo de buenos trabajadores eran los tripulantes del barco pero hasta entonces no habían dado ni un solo problema. Por eso, no quiso dudar sobre la competencia de los marineros de agua dulce.

- Te acompaño - Tenía pensado ayudar de todas formas, pero en cuanto la señorita se ofreció no pude evitar de nuevo en la hélice llevándosela por delante. Sería descortés por mi parte incluso no ofrecer mi ayuda. Además, si conseguiamos ayudar a Juanjo, tendría una razón más para confiar en nosotros. Solo esperaba que los demás esperasen a que acabáramos de terminar el trabajo antes de hablar con cualquier otra persona sobre la nota del Padre.