Partida Rol por web

Utuk sigue al resto de compañeros, ya que algunos parecen saber lo que hay que hacer a continuación.

- ¿Me puedo comer las manzanas? Ojalá sea una competición de comer manzanas...- Comenta con ilusión.

-En efecto, sin pagar por ella... ¡Pero tampoco hay que robarla!- advierto a mis compañeros, y acto me doy cuenta de que quizás ha sonado a sermón severo, por lo que intento suavizarlo- Lo especifico porque parece que no todos hemos podido escucharlo. Hay que conseguir que nos la regale... O al menos eso es lo que he entendido, ¿no?

Cuando Hertsen despertó sus compañeros ya estaban saliendo por la puerta, y diciendo algo de una manzana gratis y el mercado, por lo que supuso que allí se dirijían "Bueno, al menos algunos han pasado la prueba'' pensó, soltando un bostezo, y se dedicó a seguir a sus compañeros.

Una vez habíamos cruzado la puerta y salido a la calle, todos seguían conversando. Pusimos rumbo al mercado con intención de conseguir el objetivo que nos habían marcado, nada más y nada menos que... ¡una manzana!

El enano, Krod, parecía tener un plan, pero aún no había dado rienda suelta a su lengua y parecía que lo tenía bien callado.

─¿Conseguir que nos regalen una manzana? ¡Sí! Soy especialista en que me regalen cosas ─pensé mientras caminaba con pequeños brincos junto al grupo─.

─Entonces ¿cuál es el plan? ─quizás mis compañeros tuviesen alguna genial idea, y de no ser así, estoy segura de que se me ocurriría algo─.

empezais a avanzar hacia la zona de los puestos y aunque veis bastantes mercaderes no hay ningun mercader de fruta propiamente dicho, de reojo jurariais ver salir al grupo ganador del año pasado empezar a salir del templo de arcano. Los mercaderes casi todo lo que son baratijas, adornos y vestidos de otras tierras interiores de Iferia.

Entre tanta muchedumbre me pierdo, intento preguntar por aquí y por allá a la gente a ver donde puedo conseguir la manzana, pero no me responden o pasan de mí, así que busco más arduamente

La tosquedad de Utuk no debería ser de utilidad a la hora de preguntar por manzanas...Aunque nadie quiere estar cerca de un semiorco hambriento.

Me quedé pensativa unos instantes mientras miraba a mi alrededor. ¡Y ahí estaba! no, no era el vendedor de las manzanas... era un gnomo que había echado el ojo antes. Tenía unas baratijas expuestas en el suelo sobre una alfombra morada con cuerdas atadas en las esquinas por si tenía que recoger pronto su puesto.

Él se encontraba dando voces al viento, promocionando su mercancía; abalorios, gemas, colgantes. Y parecía tener clientela eventualmente.

─¡Oh! Querido amigo, qué bonitas joyas y amuletos traéis hoy... ─le alabé un poco mientras me abría paso entre unos clientes cotillas─ Hm... parece todo muy interesante. A propósito, me encuentro algo hambrienta ¿no sabríais un lugar dónde vendan manzanas? Tengo ese antojo, ¿sabes...? no puedo decidirme por una de vuestras joyas con este hambre─.

Sonreí.

Una vez llegados al mercado, había que darse prisa y encontrar quien era la persona de la que podríamos obtener una manzana. Curioso encargo, pienso para mi mismo. El equipo que gano el año anterior nos pisaba los talones, pero este año tendrían que conformarse con el segundo puesto por que no estaba dispuesto a perder.

-demosnos prisa hay que encontrar quien tiene la manzana-

Mientras preguntaba entre los tenderos a ver si podía obtener algo de información acerca de la maldita manzana.

Suspiro profundamente cuando veo que a nuestro alrededor no parece haber ni un solo puesto de manzanas.

-No iba a ser tan sencillo... Habrá que ponerse a preguntar y buscar.

Observo los distintos puestos, preguntando aquí y allá, tratando de alejarme de las zonas por las que preguntan mis compañeros. Tengo que tragarme mi orgullo preguntándole a algún que otro vendedor de artilugios y baratijas si tiene manzanas, aunque me miren como si fuera idiota. Pero quizás si nos alzamos vencedores los que nos ven comprendan que era parte de la prueba.

En el camino se puso al tanto de lo que había que hacer en esta prueba "Conseguir una manzana, curiosa prueba... Por lo menos no debe de ser difícil" pensó Hertsen, pero cuando llego al mercado notó que no había ningún puesto en el que vendiesen manzanas, por lo que comenzó a preguntar por aquí y por allá.

Despues de unos minutos preguntando al final del mercado medio escondido entre los puestos encontrais a un hombre de mediana edad con un cesto con las manzanas, cuando os ve venir sonrie y saluda con la mano llevandola a la frente y luego hacia el suelo- ¿Ei, deciz que deseaiz los caballeroz? dice mostrando la falta de piezas dentales en la boca.

Contemplé con dicha la silueta del hombre que cargaba un cesto de doradas y rojizas manzanas. Mis ojos se abrieron como platos, vidriosos, emocionada ante el hecho de que habíamos encontrado lo que buscábamos. Pero aún no teníamos en nuestras manos lo que necesitábamos.

─¡Oiga! Señor... caballero... gentil vendedor... ─dije con un claro tono de alago─ ¿A cuánto...? ¿Podría...? Hm... verá... ─pensé por unos segundos lo que iba a decir─ Mis compañeros y yo estamos algo hambrientos, pero... no tenemos para saldar el precio de una de sus manzanas, ¿sería tan amable de regalarnos tan solo una?─

Recordé de chiripa que la manzana no debía ser comprada para que la prueba fuese válida, quizás si fuésemos gentiles y amables aquel hombre nos regalase una.

Tras que el hombre negara la petición de su compañero, Hertsen le insistió -Vamos, hombre, tú eres tan humilde como nosotros, y sabes que un alimento en momentos de desesperación no se le niegan a nadie, sólo te estamos pidiendo una manzana ya que no tenemos nada para comer, y menos aún dinero para comprarla-

Engañar personas para conseguir cosas no era lo que mejor se le daba a Hertsen, lo suyo era la espada y el escudo, pero bueno, quizá el hombre se apiade de él, si no lo intentaba nunca lo sabría.