Partida Rol por web

Ver a Haruka recuperar el tono habitual al que le tenía acostumbrado hizo que Kido se sintiese incluso en deuda con Hiroshi. Verla reír era suficiente para él, además.. ahora que el momento de tensión había pasado, pudo fijarse mejor en la chica y comprobar lo preciosa que estaba con aquella ropa. Sin poder evitarlo un leve rubor comenzó a aparecer en sus mejillas.

-Ya te vale reírte de mí - Le dijo mientras se hacía el dolido, aunque sin poder evitar esbozar una ligera sonrisa que le delataba - ¡No tienes corazón! - En ese momento soltó una carcajada y miró cariñosamente a la chica - Eso, vayamos a limpiar un poco este estropicio.. pero, hmm, ¿dónde puede haber una fuente por aquí? Bueno, demos una vuelta a ver si la encontramos..

Y dicho aquello volvió a sonreír y avanzó a paso lento junto a Haruka. Pese a que la chica parecía haber dejado de lado su comportamiento evasivo con él.. Kido quería hablar con ella de lo de Shino. Aún así, temía que hablar de ello hiciera que el ambiente volviese a tensarse, por lo que decidió esperar a un momento más oportuno.. al fin y al cabo quería disfrutar junto a ella un poco más.

- Eso mismo te iba a proponer - le respondo a Daisuke mientras camino aun del brazo con él.

Milagro que no haya pasado algun nuevo incidente esta semana, más le vale a la pequeña rata quedarse en la coladera. Solo queda esperar que siga así. Dios, parece que llegué tarde, ya veo aqui a media aula. Estan Hatsune, Nikko, Tomomiya...

Momento, ¿donde está Shichiro?

- Esto no puede ser cierto... - murmuro. ¡Solo falta que se le ocurra no venir! Digo, será una fiesta sobrevalorada, ¡pero es una fiesta! ¡Ese chico tiene que vivir un poco!

En la fiesta

[color=#ff0000]Con Aika, Genji, Daisuke y Akari [/color]

- En efecto. – respondí mientras estrechaba la mano a [color=#ff0000]Genji [/color]. Desde que llegué a Japón, apenas había usado sus modales occidentales, y agradecí con una sonrisa el gesto. – Un placer volver a coincidir contigo. – Me esforzaba en demasía para que mi marcado acento ruso no se notara demasiado, aunque en algunas palabras se me hacía imposible.  – Pensé que vendrías con tu hermana, ¿acaso no va a acudir ella a la fiesta?. – comenté mientras alzaba la cabeza para ver si veía a [color=#ff0000]Chiaki [/color] entre la multitud y, en efecto, sentada y como ida al escuchar la música la vi.  – Oh, sí, ahí la veo, bueno, más tarde me acercaré a saludarla. Pero cuéntame, ¿Qué tal te trata la vida?. – pregunté por sacar algún tema de conversación, la verdad es que llevaba poco tiempo aquí y me era muy difícil hablar de algo.

Al momento aparecieron dos chicos que no conocía, aunque ya los había visto por la escuela. Supuse que eran amigos de [color=#ff0000]Aika [/color], así que me eché a un lado para agrandar el grupo y así no dar la espalda a nadie. – Saludos. – comenté cuando [color=#ff0000]Daysuke y Akari[/color] llegaron.

Lugar: En la fiesta

Gente: Aika, Genji, Aleksandr y Akari

Akari pensó igual que yo respecto a lo de ir a saludar a Aika, así que nos dirigimos hacia allí. Mientras nos acercamos ella observa su alrededor y murmura algo. Tengo una ligera sospecha de qué puede ser, pero no estoy del todo seguro.

- ¿Ocurre algo? - murmuro.

Llegamos hasta Aika, quien está con Genji y Aleksandr, quien se aparta para permitirnos acercarnos. Toca socializar, algo que no suelo hacer.

- Hola, no hemos tenido la ocasión de presentarnos antes. Soy Daisuke Yoshimura, un placer - digo alargando la mano para estrechársela a Aleksandr y a Genji -con quien no he hablado personalmente antes, aunque nos hayamos visto en clase-, y posteriormente me giro hacia Aika - Hola Aika. Te veo con mejor cara hoy.

Aún no he visto ni a Naoko, ni Tetsuya ni a Shichiro. Igual es por eso que Akari está así.

Lugar: Baño de la mansión

Gente: Solo

Lavé mis manos que se habían manchado del líquido que rondaba en todos los vasos. En momentos pensaba que a esos vasos elegantes les faltaba un poco de alcohol para que tanto 'chico', tanto joven envuelto en ropas elegantes, corbatas y ademanes se soltara y fuera eso, jóvenes. Tenía muy claro como ser todo un caballero, mi familia se centraba en que yo fuera el heredero y apoyara a Haruka en lo que ella quisiera, pero a mi, en lo personal, no se me olvidaba nunca mi edad y que debía ser joven.

- A esta fiesta le falta alegría. Sonreí ante lo que estaba pensando y aunque no me gustaba del todo la idea, me parecía que era la única oportunidad de hacer que todo fuera mas llevadero.

Saqué mi teléfono y empecé a escribir.

Esa semana habia sido satisfactoria, en su cuarto aun quedaban flores de las que le envio Tetsuya, habia llenado su habitación con flores de Nadeshiko sis favoritas y aromatizaban cada mañana sus despertar, pese a que por la visita de su amiga Azumi no se habian reunido tan seguido, si mantenian extensas charlas por telefono, Naoko era comprensiva con la pelirroja, pero tampoco le da mayor libertad, por fin le habia contado a Tetsuya lo que le ocurria y ambos habia decidido continuar juntos, si bien aun no era oficial, los mensajitos cariñosos y los apodos de antes habian vuelto, desde entonces a Naoko se le veia muchas sonriente.

Para el dia de la fiesta decidio usar un vestido forma, en conjunto con Tetsuya, aunque el color seria una sorpresa, habian acordado que el la recogeria en su casa para ir a la mansión del director, al bajar al hall de su casa ahi estaba Tetsuya, Naoko vestia un traje largo de color inteso rojo, con una falso de color blanco, una cinta al cuello y unos guantes del mismo tono que le cubrian hasta mas arriba del codo, el cabello suelto, pese a que siempre lo llevaba igual, esta vez resaltaba aun mas su belleza, maquillaje sencillo y un labial brillante...

Le sonrio candidamente y le acerco para darle un suave beso en la mejilla, luego ambos subieron a la limosina rumbo a la fiesta.

Cuando llegaron vieron a varios que ya habian llegado, entre ellos sus amigos Eiji, Daisuke y Aika, ademas de los chicos nuevos...Quieres reunirte con ellos o permanecemos solos un momento...pregunte a Tetsuya.

Lugar: Caminando hacia el jardín

Compañía: Kido

-Lo sé, soy cruel muahahahaha- digo llevando mi mano a la boca y soltando una especie de risa malvada extraña... Pero conforme voy soltando la risa es como que voy perdiendo fuerza, y casi sin pensarlo siento que toda la alegría se esfuma dejando paso a una pequeña sonrisa -vale, quizás haya alguna fuente o manguera en el jardín- bajo un poco la voz y comienzo a caminar alejándome a pequeños pasos medianamente rápidos de la pequeña sinfonía.  

Cerca de la fuente

Con Daisuke, Aleksandr, Akari y Aika

Genji también giró la vista, viendo cómo su hermana "pasaba" de la fiesta sentada en una silla. Le extrañó, pues [color=#ff0000]Chiaki[/color]nunca había tenido muchas dificultades para hablar con la gente. "¿Le pasará algo?" A lo mejor Yumi le había contado aquello...

- Ya la veo, sí. - Comentó, respondiendo al ruso. Luego saludó, también estrechando la mano a [color=#ff0000]Daisuke[/color]. - Genji Nikko, un placer también. - Bajó ligeramente la cabeza a modo de saludo en dirección a la última chica, [color=#ff0000]Akari[/color]. Era a la que había ayudado a subir a [color=#ff0000]Aika[/color] al banco cuando ésta había caído en el patio.

- ¿La vida? Bien, bien. La verdad es que los deberes ya se me están haciendo un infierno, y eso que acabamos de empezar. - Soltó una breve carcajada. - Y todavía no he empezado la actividad de los clubes. La verdad es que el inicio del curso me está pillando con mucha desgana. Tenía ganas de algo como esto, así finalmente conocería a la gente con la que voy a estar un buen puñado de años.

Eiji regresó a la fiesta tras colarse en una zona donde no debía dedicada exclusivamente al servicio que estaba repartiendo los aperitivos. Aprobechó la alegre confusión para curiosear ya que cualquier cosa relacionada con la creación culinaría le interesaba, solo que tuvo que irse cuando vió que comenzaba a sobrar allí.

Deambuló por las primeras mesas catando cuanto podía como si fuera un crítico gastronomico. Acabó junto a una compañera de clase, Chiaki Nikko que le dió la sensación que no le gustaba mucho de lo que habría probado.

- Yo que de ti no comería eso de allí. Le dijo señalando con su mano a los rollitos de salmón ahumado. Se han pasado con las especies, sobretodo con el oregano y sabe un poco como...puajj !. El peliazul hizo un gesto desagradable sacando levemente su lengua tras lo que sonrió a la joven tratando de ser agradable. La verdad era que aun no había dado con Daisuke y Naoko y se empezaba a aburrir.

Me levanté de un brinco al ver que me hablaba. Lo miré unos instantes, era el chico de los pasteles riquísimos pero con instintos asesinos. Inclinándome un poco observé la fuente de aperitivos que él mencionaba ¡Ajá! Otra trampa... Sonreí.- Se ven tan apetecibles a la vista... ¡Pero son malignos! -Hice un leve movimiento con mis brazos para darle más ímpetu a las palabras dichas, pero después apunté hacia el otro lado, indicando con mi cabeza otra fuente distinta.- Yo tampoco te aconsejaría probar esos  de ahí... Llegué a la sana conclusión, de que es comida para dragón ¡Son tan uaaag! -Me llevé ambas manos hacia la cara, a la par que balanceaba mi cuerpo. Horribles ¡Horriblidisimos! Creo que ni se comen.. Dejando de balancearme, para que el vestido no tomase vuelo lo miré.- Eras... ¿Eiji, cierto? Te veo por clase, pero no recuerdo los nombres...-Era un día de fiesta, no podía arruinar a nadie y menos a mi misma.

Mientras esperaba respuesta, mi mirada se posó primero en Aleksandr pero danzó hasta Genji al ver que este parecía "hablar" de mi o al menos su mirada me había buscado para después hablar con mi gemelo. Sonriendo e ignorando al tonto del culo de Genji miré a Eiji.-¿Crees que... Ese de ahí estará rico? La pinta es increíble.

- ¿ Esos? comida para dragon..uhh....se refirió a los que la chica señalaba mientras su sonrisa se tornaba en una mueca de curiosidad cojiendo uno para intentar adivinar que llevaba. Después de la gráfica explicación de Nikko se le quiitaron las ganas de probarlos.

- SI si, lo soy..y tu eres Chiaki verdad? Como ves mi memoria para los nombres no es mejor que la tuya. Se llevo una mano por detras de la cabeza a la vez que entrecerraba sus ojos azules y sonreia alegremente.

- Espera, lo pruebo y te digo. El peliazul cojió el aperitivo de la banderilla que lo coronaba y lo engulló rápidamente, demasiado, tanto que se atragantó. Sus ojos se abrieron como platos por un momento, comenzó a toser y la tez de su rostro se tornó roja como si le faltara el aire.

- ¡Eiji! - Que se ahoga, que se ahogaaaaa Miré hacia los lados, después hacia él y después hacia mi misma.- ¡Que te ahogas! ¡Bocaditos asesinos! -Me coloqué detrás de él de un salto un poco asustada, obligándole a inclinarse hacia adelante, posé mis pequeñas manos en su estómago, una de ellas la cerré en puño (A la altura de la boca del estómago. Debajo del esternón) y la otra la coloqué encima Lo mataré ¡Y encima me encarcelarán por querer salvarle! Acomodé mi cuerpo bien, para después dar un fuerte "golpe" o empujón.-¡No te ahogues! Escúpelo ¡Es una orden! -No sabía si mis intentos por sacar eso que le obstruía las vías respiratorias era factible, pero no me aparté de él.

Era gracioso verme en esa postura. Pese a que él tenía un cuerpo que no costaba rodear, mis brazos no daban para más, me veía un poco "justa" No dejaré que coma ni uno solo más, no no... ¡Ni uno!

Bueno, si en algo quieren imitar a "las cenas de socialité" con presentaciones y platicas cortas siento que lo están logrando.

- Por lo menos los primeros días fueron bastante interesantes - rememoro. A decir verdad no se me hicieron pesados los nuevos deberes, aunque admito que el que fueran la excusa perfecta para ir a la biblioteca ha ayudado bastante.

Volteo hacia los lados, aun buscando a Shichiro (y pensando en como arrastrarlo alli o el discurso que le voy a dar si no aparece) cuando doy con una escena tragicómica.

- ¿Nani...? - pregunto cuando veo a una cabellera azul bastante familiar sacudiéndose junto a una rubia muy similar a la de Genji. Abro los ojos anchos de la impresión: a este chico yo lo conozco...

- ¡Creo que encontramos a tu amigo! - exclamo antes de soltar el brazo de [color=#ff0000]Daisuke[/color] y correr a toda prisa con todo y tacones hacia un [color=#ff0000]Eiji[/color] que está pasando del rojo al violeta.

Eiji se dejó agarrar por la cintura mientras su rostro se volvía mas morado por momentos.

Se había llevado una mano al cuello mientras la pequeña Chiaki trataba de ejercer presión en su presa para que el peliazul escupiera lo que se había obstruido en su garganta. Si no fuera por la gravedad de la situación la escena se vería ciertamente cómica vista desde fuera.

Los gritos de ánimo de la chica y la presión de sus manos sobre su pecho dieron su fruto cuando una aceituna salió disparada lejos por la boca del peliazul, con tan mala pata que esta se coló en uno de los trombones de la orquesta haciendole desafinar estridentemente.

Komamaru retrocedió unos pasos mareado dejando que el peso de su cuerpo descansara sobre el de la joven hasta que a tientas apoyó su mano sobre la mesa de aperitivos.

- Ufff...g-gracias...no cojas uno de esos, los carga el demonio...quedan prohibidos por el resto de la noche. Se sonrojó avergonzado pero no por ello perdió las ganas de sonreir.

A media carrera Eiji escupe una aceituna que cual proyectil salió disparada y con tal velocidad que tuve que bajar la cabeza para esquivarla antes de que siguiera su curso hasta la orquesta sinfónica y pasara de ahogar a Eiji a ahogar a un inocente trombon.

El sonido que le siguió fue tan estridente que me hizo soltar la mejor carcajada de lo que va del año. Riéndome me apoyé en mis rodillas, y escuchar a Eiji nombrar a esos bocadillos como tocados por el demonio solo fue más divertido.

- Así, amigos míos, es como se anima una fiesta - vuelvo a bromear mientras me acerco a un mareado Eiji.

Kido caminó junto a Haruka sin atreverse a romper el frío silencio que se había formado entre ambos. Se sentía nervioso y ni siquiera comprendía del todo el por qué. Es más, su mirada pasaba de reojo a la mano de la chica como tentado a agarrársela consiguiendo de esa forma que detuviesen su lento paso y contarle todo de una vez por todas. Aún así, carecía del valor suficiente como para realizar aquella acción..

-Esto.. hace un magnifico día para una fiesta, ¿verdad? - Dijo finalmente mientras desviaba la mirada hacia otro lado algo avergonzado y tratando de olvidar ese extraño estado.. Sin embargo, no podía aguantar más. Quizás no fuese el mejor momento para aquello, pero necesitaba decirlo - Haruka-san, lo que pasó el otro día no es lo que parece.. 

Con menuda frase comienzas, Kido..

-Shino no significa nada para mí.. Ni siquiera somos amigos y no sé por qué me besó - En ese momento se paró y la miró al rostro de forma seria temiendo que ella no le creyese - Tampoco entiendo por qué dijo todo aquello.. obviamente no es mi novia ni jamás hemos tenido un trato similar antes. Solo la conozco de hace unas semanas e intercambiamos únicamente un par de frases.. 

Sus palabras habían salido como un torrente desbocado.. ni siquiera sabía cómo se lo tomaría la chica aquello, ni si hacía bien en excusarse.. quizás ella no estaba molesta con él por eso, sino por alguna otra cosa que no sabía. Aún así, decirle aquello le hizo sentirse por fin bien, como si se hubiese quitado un peso de encima que llevaba oscureciendo su ánimo desde que ocurrió aquel suceso.

[color=#ff0000]Akari[/color] me indica que ha localizado a [color=#ff0000]Eiji[/color] y se va hacia él.

- Con permiso, voy a reunirme con un amigo... - digo educadamente a [color=#ff0000]Aika[/color] y compañía antes de retirarme.

Me dirijo hacia [color=#ff0000]Eiji[/color], con [color=#ff0000]Chiaki[/color] detrás aplicándole la maniobra de Heimlich. ¿Se está atragantando? Obviamente sí, si él está morado y con cara de estar ahogándose. Afortunadamente al final escupe una aceituna, la cual Akari esquiva haciendo gala de reflejos felinos, y veo cómo el "proyectil" acaba dentro de un trombón, causando que la orquesta desafinara completamente.

"No puede ser, este tío sigue liándola tras 3 años..." - pienso, divertido.

Mis pensamientos se interrumpen al escuchar las carcajadas de Akari. Me acerco a Eiji para interesarme.

- Eiji, los aperitivos son para comérselos, no para morir atragantado... - digo con aparente seriedad, pero se me escapa una sonrisa - ¿Te encuentras bien?

Me acerco a él y poso una mano sobre su hombro.

Mientras[color=#ff0000]Akari[/color] reia el peliazul se había girado en dirección a la orquesta y con un gesto de su mano levantada se excusaba notando la mirada cargada de puñales que le dedicaba el músico afectado a la vez que este revisaba su instrumento de viento.

- Hola Akari, Daisuke...lo sé, creo que se me da mejor dedicarme a prepararlos que a morir bajo su influjo.... Arqueó las cejas en un gesto agradable siguiendo la broma anque lo cierto es que estaba sonrojado.

El peliazul, a pesar de verse rodeado por el calor de sus amigos no había olvidado para nada a la chica con la que estaba compartiendo una agradable conversación. Una heroina que le había salvado.

- Como diría Hina, mi hermanita, hoy mi angel de la guarda ha tenido trabajo extra, un angel llamado Chiaki. Muchas gracias...me salvaste de algo peor que comida para dragones. Había cogido a la joven de las manos y entrecerrando los ojos le dedicó una sincera y agradecida sonrisa.

Mis piernas aún temblaban por el susto. Cuando la aceituna salió volando, me permití el volver a respirar pues hasta el momento me había mantenido. Seguí con la mirada el rumbo de la dichosa asesina, frunciendo el ceño cuando se coló en uno de los instrumentos. No me reí, estaba aún angustiada, pero sí me sacó una pequeña sonrisa. Cómo pude sujeté a Eiji con mi pequeño cuerpo, y es que no daba para mucho, pero algo hacía. Estaba intentando darle ánimos cuando la voz de dos personas desconocidas me llamaron la atención. Primero miré a la chica, la cual me hizo sonreír de nuevo Akari pese al susto parecía divertirse, tanto que se reía Tampoco va a llorar, Chiaki pero apenas la miré unos segundos cuando vi la mano ajena de Daisuke en el hombro de Eiji, soltándole me aparté un poco. Parecían conocerse.

Apunto estaba de dejarle con ellos cuando noté como cogía mis manos entre las de él. Eso me paró, bajé de manera lenta la mirada hacia mis manos y las de él, pero después lo  miré a los ojos. Sus palabras solo provocaron en mí una reacción quizás no esperada por él y mucho menos por mí. Mis mejillas empezaron a encenderse, tomando un rojo casi chillón. Me ardían incluso las orejas.- Y-yo... Y-yo... N-no soy un áng-ángel....-Apreté primero los labios con tanta fuerza podía, pero pese a mis intentos por controlarme, solo sentía que estaba ardiendo, cómo si tuviese fiebre ¡¡Maldito idiota!! ¡Cómo se atreve! - N-no... L-lo soy...-Tenía tan apretadas las mandíbulas que sentía incluso dolor en ellas. De repente él había despertado en mí ese lado que yo escondía con mi personalidad tsundere. Quien me conocía de verdad sabía que era extremadamente tímida, pero que lo escondía bajo esa máscara de bordería.- ¡A-adió..adiós! -Con brusquedad solté mis manos de las de él, para después salir corriendo hacia los baños de la mansión. En la huida mi chaqueta cayó al suelo, pero no me di la vuelta, solo seguí corriendo hacia los baños.

Cuando Tetsuya llegó a la casa de Naoko, quedo sorprendido. Nunca había tenido la oportunidad de verla vestida para una fiesta, menos con un vestido tan bonito. Le abrió la puerta casi babeando, y retomo la compostura al sentarse en el coche. No pudo mirarla en todo el viaje. 

Para la ocasión el había decidido vestir un poco formal: Pantalones de vestir negros, camisa blanca y saco a juego con mi pantalón. Además en el bolsillo delantero del saco, el que estaba a la altura del corazón, llevaba una rosa blanca pequeña. Por supuesto, todo esto con zapatos negros italianos.

Estaba embelesado viendo lo bella que Naoko estaba hasta que su pregunta me trajo a la realidad...

-Mmno...-La tome de la mano y me acerque , pegando mi frente a la suya.-Siempre vemos a todos todos los días, hoy....hoy estemos solos.....- No quería quitar mis ojos de los suyos, así que saqué una rosa igual a la mía que estaba guardando (pensaba en hacer algún tonto truco de magia al sacarla, pero implicaría ahora soltar sus dos manos, y no mirarla ....y no quería eso...) y la añadí cuidadosamente a la cinta de su cuello...