Jarre sale junto con vosotros de la estancia y cierra la puerta tras él, quedandoos los tres en el puente de piedra que conecta al torre con el castillo. La noche es oscura y apenas se ve nada ya que solo hay antorchas en los extremos, pero por suerte no hace viento por lo que no hay peligro de asomarse por el murete de piedra - Quizás deberíamos ir a avisar al Rey por nuestra cuenta, cuando la Reina visita al Maestre suelen estarse mucho rato hablando - se queda mirandoós, esperando vuestra respuesta.
-No se qué decir -miró a ambos chicos. Artai parecía estar ausente, a solas con sus pensamientos. -El mayor afectado en este embrollo es el Maestre. Creo que le gustaría estar presente cuando relatemos los hechos.
La muchacha dejó pasar unos segundos en silencio. Después, de manera algo dramática, suspiró profundamente y apoyó su espalda contra el frío muro de piedra. -Toda esta tensión me está matando. Casi siento como si me faltara el aire -el pecho de la joven subía y bajaba pesadamente.
Dire, para hacerme a la idea, ¿como cuántos años tiene Jarre?
- ... lo cual nos lleva, Maestre, a otro problema - continúa la Reina, en el mismo tono de voz quedo que el anciano -: la sucesión al trono.
- ¿Quién asumirá el peso de la Corona? Cuando Uthor fallezca, me refiero. Dios nos asista, bien sabéis que el buen Dyonisos no ha demostrado ni el interés ni la capacidad de su padre. ¿Sabéis qué? - interroga Anne, pensativa - A veces creo que mi Elizabeth sería mejor gobernante que su hermano... ¿Qué opináis,
Maestre?
Sin problema. ;)
El Maestre se toma unos momentos para pensar antes de responder - Cierto es, y no son pocas las historias de reinos que han caido es desgracia a causa de sus pésimos gobernantes. No me atrevería a hablar así de su Alteza, pero... - se interrumpe antes de decir algo que pueda irritarte, se trata de tu hijo después de todo - Vuestra hija, por otro lado, ha demostrado una y otra vez ser capaz de arreglárselas con asuntos tan complejos y de hacer valer su voluntad, pero... las leyes de sucesión estipulan que la corona debe pasar al primer hijo varón, y no creo que el Rey vea con buenos ojos que lo suceda su hija... por mucho que ello aliviara las preocupaciones de aquellos que pensamos en el futuro del Reino...
- Bueno, Maestre: mas las leyes deben adaptarse a las circunstancias, igual que las estrategias se adaptan al tablero, y no al revés. Poco más podemos decir - añade la Reina - Si me disculpáis, he de regrasar a la Corte.
- Os estoy profundamente agradecida por vuestros consejos.
Dicho lo cual, la Reina se dispone a abandonar el despacho del Maestre.
Artai enmudeció ante la presencia de La Reina. Agachó la cabeza para mostrar sumisión y asintió ante sus palabras cuando les pidió que abandonaran la estancia.
Después miró a Eleanor y a Jarre. Mi señora, le dijo a la joven, la verdad que a mi me parece una buena idea avisar de lo que ha sucedido. Principalmente si usted quiere pasar desapercibida y no llamar la atención. La han pillado en el lugar menos indicado en el peor momento, así que supongo que lo suyo sería ir avisando a El Rey y comentarle lo que ha sucedido para evitar que cualquiera pueda acusarle a vos.
Disculpad, han sido unos días de vacaciones y luego ha costado ponerse al día con toda la web.
-Por vuestras palabras, cualquiera diría que desconfiáis de mí -reprochó disimuladamente Eleanor. Se levantó de la pared para colocarse al lado de Artai. Al llegar a su lado, le cogió una mano -Somos amigos, Artai. He ido a confesarme con vos innumerables veces. Se que las condiciones no han sido las más propicias para creer en mi inocencia; pero, me gustaría que, al menos, vos creyerais en mí.
Después del melodramático discurso, miró a los dos jóvenes. -Está bien, vayamos a avisar al Rey de todo esto. Pero creo que, antes, deberíamos decírselo a la Reina y al Maestre -señaló con una mano la puerta cerrada.- No vayan a pensar que nos hemos fugado.
¡Bienvenido! Me alegra que hayas vuelto, a ver a quién le monto yo el drama si no xD
- Como siempre, habláis cargada de sabiduría, Majestad - el anciano hace una reverencia al escuchar tu despedida - Por supuesto, mi Reina. Siempre a vuestro servicio - te abre la puerta, y en el puente de piedra que conecta la torre ves a Artai, Eleanor y Jarre hablando en susurros, callando al verte aparecer.
Jarre está a punto de hablar cuando la puerta se abre de repente y aparece la Reina, con lo que el joven se queda con la boca abierta unos segundos antes de cerrarla, en los que la Reina atraviesa el puente de piedra y desaparece de la vista de los tres jóvenes. Entonces Jarre se mete de nuevo en la torre, y sale al poco después - Ya he avisado a mi maestro, vayamos a informar al Rey mientras él se queda vigilando.
Jarre tendrá unos 19 años.
Dado el post de la Reina, este entra en juego una vez esta se vaya
- Una actitud extraña - piensa Anne, al notar el silencio repentino - Espero que no hayan estado escuchando tras la puerta, o habré de mandar cortarles las orejas y la lengua, por lo que ya han hecho y por lo que podrían hacer.
La Reina se acerca a los jóvenes, posando su mirada en Eleanor.
- ¿Interrumpo algo?
Artai iba a contestar a Eleanor cuando La Reina salió del despacho. Pensaba que estaría más tiempo reunida. Normalmente tenía costumbre de pasar más tiempo en el despacho del maeste, pero estaba claro que en esta ocasión no había sido así. Vio entrar y salir rápidamente a Jarre, así que, tras la pregunta de su Majestad, Artai se atrevió a contestar. No, mi señora, no interrumpe nada, simplemente estábamos valorando la posibilidad de ir a avisar a El Rey de lo que había sucedido aquí esta noche. ¿Usted que piensa?
-Hola, no se como he llegado aqui buscando a Sir Dilheen. ¿Ustedes son? Yo soy el Conde Javier de Castilla. ¿En donde estamos?- habla un poco perdido.
Al llegar a la Torre del Maestre, en el puente que la conecta con el resto del castillo estan parados el aprendiz del Maestre Jarre, la dana Eleanor, el novicio Artai, y su Majestad la Reina, hablando tranquilamente.
- Pienso que no debemos precipitarnos - zanja la Reina, tajante.
- Acompañadme ambos. Seguiremos hablando en privado.
La Reina no parece sentirse cómoda con la presencia del recién llegado; en verdad, su forma de mirarle y el tono de sus palabras dan la impresión de que se encuentra impaciente por algún motivo.
Eleanor asiente ante las palabras de Artai, cuando un ruido llama su atención. Había llegado un hombre al que no conseguía reconocer. Sin embargo, las palabras de la Reina interrumpen el silencio, antes de que pueda siquiera prestarle la suficiente atención. Tratando de acostumbrarse a su nueva posición como dama de compañía de su majestad, se coloca detrás de esta, dejando que su brazo roce levemente el de Anne.
-Os seguimos, majestad
-Disculpadme, no sabia que estaban aqui. Solo ando algo perdido,la verdad. Su Majestad La Reina, mi respetos y disculpe por importunarle a usted y a quien le acompaña. ¿Será posible que alguien me indique a donde dirigirme con pericia para no perderme? Quisiera descansar, si no es mucha molestia, con su permiso Majestad.-
- Artai; puedes acompañar al caballero Mondragón hasta unos aposentos adecuados a su posición. Y ya hablaremos del otro asunto largo y tendido: bajo ningún concepto harás o dirás nada al respecto hasta que yo te lo indique - hace saber la Reina, en tono exigente - Espero haber sido clara.
- En cuanto a ti, Eleanor, querida: me acompañarás a mis aposentos.
La Reina, al caer en la cuenta de que se ha hecho de noche, decide disolver la improvisada asamblea sin más dilación, y lo hace tomando la batuta y ordenando a cada cual lo que debe llevarse a cabo, acostumbrada como está a hacer y deshacer en palacio.
Eleanor asiente, complaciente.
-Como ordenéis, majestad.
Lo siento por el post escueto :/
La Reina y yo abandonamos escena, ¿correcto?