Partida Rol por web

¡Siiiii! - Grito exultante y doy un saltito de alegría al ver que se han acabado los aliens. Estoy apunto de abrazarme con el primero que tenga cerca, hasta darme cuenta de que ese es Tim. -Ups. – Pienso dedicándole una mirada de asco al gordo y apartándome de él.  

También cerca de mi hay una escena dramática por un chico muerto. Ya he visto morir a miles de seres humanos desde que empezó la invasión, algunos amigos y familiares. A la muerte de un desconocido no le dedico ni un pensamiento.

 Envaino una espada que al final no he llegado a ensuciar de sangre alien mientras busco a mi alrededor. Respiro aliviada al comprobar que mis padres se encuentran bien.

Tengo que encontrar a Becca también. -Pienso al acordarme de ella. Me siento culpable por haber abandonado a Hank a su suerte, él nunca me habría abandonado a mí.  Era nuestra única regla. -Vivir juntos, morir juntos -Aún recuerdo a Hank diciéndome eso y ahora… 

Asegurarme de que Becca está bien es responsabilidad mía. Es lo único que puedo hacer para acallar mi conciencia.

¿Habéis visto a Rebecca? –Voy preguntándole a la gente - Perdona. ¿has visto a Becca? Una chica, de mi edad más o menos…  ¿La habéis visto? – Voy preguntándole a todo el mundo hasta que alguien me indica que la chica se ha metido en el centro comercial.  

Gracias- Respondo corriendo hacia el interior de la estructura.

La nave hace una pasada rasante disparando a la aglomeración de defensores de la calle, desde distintos puntos estabais preparados para derribarla pero todo lo que le lanzáis es fácilmente evadido o no causa daños significativos.  

Vuestro fracaso se traduce en gritos de horror procedentes de la calle cuando varias personas son alcanzadas por los disparos de la nave que pasa sobre vosotros y empieza a maniobrar para hacer una nueva pasada..

Coronel. No podemos con ella. - Informa por el walkie la misma voz que te guió hasta allí arriba. – Hemos fracasado. -Dice en tono fúnebre.

Volved todos. Retirada. Vamos a intentar escapar- La respuesta del coronel suena apagada.

No te culpes - Te dice la soldado reclinando la cabeza contra la pared y cerrando los ojos- Habría sido un milagro que lo consiguieras. Nosotros estamos entrenados y no hemos podido derribarla.  

La chica está tan herida que difícilmente sobrevivirá a sus heridas, pero no te pide ayuda, en vez de eso te apremia para que te vayas.

Ya has escuchado al coronel. Vete. Rápido- Te dice mientras se saca una pistola y comprueba el cargador – Blackburn, tiene un humvee preparado. Vendrán a recogerme.  No te preocupes. Insiste, mintiendo para deshacerse de ti.

Aún no te has dado la vuelta se pone el cañón de la pistola en la boca y escuchas el disparo. Una Glock 9mm resbala de entre sus dedos flácidos.

Cuando vuelves a bajar te encuentras con los supervivientes de la batalla.  T-Dog y David están muertos. Sus cuerpos desmembrados presentan signos de haber muerto en batalla. En la calle,ves tres bultos carbonizados que hace un momento eran tres personas.

El coronel está hablando a los supervivientes cuando llegas.

Con la nave acercándose la mayoría empieza a correr hacia el interior del centro comercial. La nave hace una pasada rasante disparando sobre vosotro,y esta vez las bolas de plasma esta vez sí que os alcanzan achicharrando a varios defensores. Desde distintos puntos los soldados estaban preparados para derribar la nave pero el proyectil con el que pensaban derribarla explota contra un edificio cercano errando el blanco por mucho.  

 Cuando las llamas menguan comprobáis que William y el matrimonio asiático que cubrían el flanco derecho de la línea han sido reducidos a deformes bultos carbonizados.

No podemos con ella, señor -Se escucha la voz por el walkie - No nos queda nada que tirarle.   

Retira a tus hombres, nos vamos. – Responde el coronel con tono fúnebre.  En el interior del centro comercial, a buen resguardo están todos los vehículos operativos de los que dispone el grupo.

Algunos militares y civiles regresan de otras partes, muchos menos de los que eran. Podéis ver a Lau regresar y a Becca ya agazapada dentro de un vehículo.

¡Escuchad!- Grita el militar dirigiéndose a vosotros.– Esperaba que pudiéramos escapar todos juntos, pero hemos fallado. Con esa nave en el aire la única opción que nos queda es dispersarnos en varias direcciones, si la nave se centra en perseguir a algún vehículo, es posible que el resto puedan escapar. El coronel suspira. El plan es una mierda, pero no parece haber ninguna idea mejor.

Antes de sufrir el ataque hablábais de luchar. Queríais luchar. Espero que nada haya cambiado, porque el punto de reunión será en Filadelfia, allí están las nucleares, las recuperaremos y encontraremos la forma de metérsela por el culo a los aliens. Desde allí contratacaremos. – Explica sin entrar en detalles. -Esperaremos tres días. Si no aparecéis, supondremos lo peor. -Dice dando por finalizada la explicación. - A los vehículos -Ordena por segunda vez. – Saldremos todos a la vez. Tenemos algunas granadas fumígenas, el humo nos dará algo de tiempo…     Buena suerte. -Os desea.

Había logrado sobrevivir a la invasión sin perder a nadie, después de todo mi padre había muerto antes y lo que tenía era el taller, el taller si tenía mi corazón pero no había dolido tanto perderlo, pero luego había conocido a David y al resto, y supongo que me había encariñado con todos un poco, David, fue diferente, lo amaba y eso me estaba rompiendo el corazón, podía sentir la mano de Vincent en mi hombro, y me podía imaginar a David sacándome de allí aunque me iba a matar por dentro dejarlo atrás, con el cuerpo tembloroso y sin lograr dejar de llorar me pondría de pie, con algo de esfuerzo, sentía que iba a vomitar en cualquier momento y buscaría la mirada de mi familia o lo que denominaría familia ahora, cada vez mas pequeña

-Yo.. No.. No puedo- No podía ni hablar sin que un sollozo me interrumpiera, abrazándome a mi misma enterraría los dedos en mis brazos, forzándome a sentir algo diferente, no funcionaba- No puedo...- "¿Porque el?" Sabía que me tenía que mover pero mi cuerpo y mi mente no estaban funcionando de manera correcta, quería ser útil, el no me perdonaría jamas quedarme quieta esperando morir, no estaba en mis planes manejar aunque creía ser de las que estaban mejor preparada de mi reducido grupo de confianza para hacerlo pero no estaba en condiciones y esperaba que nadie me lo pidiera- Lo siento..- Diría a lo que quedaba de mi David antes  cerrar los ojos y voltearme no podía seguir viendo su cadáver no si quería conservar algo de voluntad por vivir "Recuperare Florida para ti..Volveré a darte un descanso digno de ti"

La explosión me obliga a agazaparme pensando que ahí iba a acabar todo. Pero como siempre, la guerra parece no tener fin. Todos corren siguiendo las órdenes del Coronel subiendose a los vehículos. Rápidamente, trato de coger lo que dejé en el suelo (chaleco y casco) y aún nerviosa, no logro quitarme la sensación de que aun estamos en plena batalla. Busco con ojos ansiosos entre la gente, muchos han logrado sobrevivir, Austin, Chapman, Jon, Lin, algunos de los que vinieron de Nueva York se mueven de un lado a otro...pero cuando veo a Lau y a Tim aún vivos mi corazón salta y corro hacia ellos. -OH DIOS NO SABÍA DONDE ESTÁBAIS NO SABÍA SI ESTÁBAIS VIVOS!! - exploto mientras abrazo impulsivamente a Lau. Durante los disparos no pude ser consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Entonces veo las heridas de Tim... -TIM!!! DIOS MIO!!! - me acerco a él tratando de ayudar, pero no logro más que apoyarlo torpemente sobre mi pequeño cuerpo para ayudarle a arrastrar un poco los pies.-- JON!!! - grito mientras señalo al vehículo lleno de fármacos y medicamentos - VAMOS JON TIENES QUE HACER ALGO!! ESTÁ MUY HERIDO!!! - trato de arrastrar a Tim esperando que Jon suba y utilice sus pocos conocimientos en medicina para ayudar a Tim. 

Asiento afirmativamente a Vincent.

Tiene razón Cass. Tenemos que movernos.  – Digo acariciando su cabeza. Evidentemente nada de lo que le diga a la chica le servirá ahora mísmo de consuelo, pero no podemos dejarla allí. Ayúdame- Le pido a Vincent intentando hacer que Cass se levante, tirando de ella para meterla dentro del centro comercial, sola no puedo hacerlo.

La nave vuelve y mata otras tres personas. La explosión me hace cubrirme cabeza y cara. Me cubro la nariz, protegiéndome del desagradable hedor a carne quemada. -Vamos a morir si no entramos. - Digo tirando de ella. Con la ayuda de Vincent introduzco a Cass en el interior*.

Me quedo junto a ella, tratando de consolarla. Solo al escuchar las palabras del coronel levanto la cabeza un momento, aunque sin dejar a Cass.

Un chiste malo sobre la inteligencia militar se me viene a la cabeza, pero procuro no decir nada. ¡Coronel! -Digo para atraer su atención-  Si la nave va a seguirnos…   ¿Por qué no enviar primero un señuelo y huir en otra dirección? -Le pregunto  -Mejor perder un señuelo que no un camión lleno de comida o un coche lleno de personas ¿No le parece?   

Tras ver caer al último de los alíen respiro por fin aliviado, pongo rodilla a tierra y me paso la mano por la cara intentando apartar el reguero de sangre que cubre mis pupilas, y me impide ver bien. Abro los ojos justo para contemplar la cara de la asiática mirándome con asco, nada nuevo.

Sin prestar mucha atención a la cortacabezas psicópata me intento incorporar mientras observo que parte de mi camiseta se encuentra ya empapada en sangre, tanteo a través de la tela rasgada y toco la herida lo que me provoca un latigazo de dolor en todo el cuerpo que me obliga a chillar y dar un respingón. Busco con la mirada rostros conocidos, pero la cabeza me da un zumbido y dejo de buscar justo en ese momento un halcón volatiliza a los padres de la asiática, son seguidas de los gritos del coronel.

Las palabras del teniente coronel captan mi atención y dejo el autochequeo, nos fija rumbo a Filadelfia en otra huida suicida.

Bastante despacio, guardo el arma en su funda y me giro a cámara lenta, no estoy para grandes esfuerzos. Varias personas me adelantan por los flancos y van más rápido hacia los vehículos que diviso dentro. De pronto oigo una voz conocida, no puedo evitar sonreír al escuchar la voz de Emma, yo... gracias, ha estado muy cerca, he perdido algo de sangre, estoy cansado, después miro a Jon que desde hace unos días no es él mismo, gracias a ti también.

Acompañado, me dejo guiar a la furgoneta.

 Era evidente que ayudaría a Sam, seguía echándole valor, tal y como había hecho hasta ahora. Incluso se permitía el lujo de pensar, algo que los militares no debían de haber sopesado, algo que les habría salvado en otras batallas, en otras guerras. Ante un enemigo tan inteligente, ¿la astucia era su mejor arma o una amenaza de doble filo? 

 Me cubrí de la explosión, y si estaba a mi alcance cubriría con los brazos a Sam y a Cass, aprovechaba que estaba cerca, y ahora, más que nunca, me aferraba a que siguiesen con vida. No era un sentimiento valeroso, no las defendía porque pensase que no podían hacerlo solas, o por ser varón, lo hacía porque eran importantes para mí, y lo eran para David, en cierta manera, era una forma egoísta de actuar pues las necesitaba con vida si quería seguir siendo él mismo.

 - Tenemos que conseguir un vehículo. - no reflejó la prisa que conllevaba aquella petición, aquella situación. Intentaba mantener la calma.

 Casi podía anticipar lo que McKnight ofrecería, que fuese ella, si quería, ese señuelo. La estrategia a seguir, el "sálvese quien pueda" llevaba implícito que no importaban todos ellos, sólo los que consiguiesen sobrevivir, y ya está. Que decidiese su naturaleza, o el azar. Por otro lado, si quería ser un lider respetado no sólo por poseer armas, como había quedado claro de su propia saliva, ofrecería alguna solución a la propuesta de Sam que no pasase por el suicidio.

 No dejó que Cass estuviera alejada de ellos ni un segundo, puede que no sirviese de nada, pero tendría el tacto humano justo allí, para asegurarse de que no olvidaba que no estaba sola y que, aunque no pudiese continuar ahora, ellos harían que siguiese adelante, costase lo que costase.

 - Todos juntos. - susurró, con el cuello ligeramente agachado, quizás un reflejo ante la posibilidad de que cayesen más bombas alienigenas.

 Si tuviese tiempo para pensar, Vincent, posiblemente, querría recuperar su cuchillo y el arma que conocía como "Vanessa" pero su pasado importaba poco ahora, sólo importaba que tenían que intentar salvar a esa gente. Pudo pensar en Tuco y en los niños, sin embargo, tenía el deber, autoimpuesto, de quedarse junto a Cass. - Vamos a salir de esta. - un ánimo que sabía podría hacer explotar a Cass en insultos o rabia incontenída, pero que, aún así, expresaba lo que Vincent sentía, que lo lograrían, aunque parecía que importaba menos.

 - No podemos dejar que la muerte de todas estas personas sea en vano. - compartió con sus compañeras, aunque aquellas palabras eran un mensaje que se enviaba a sí mismo.

 Hemos sacrificado demasiado.

 No podemos rendirnos.

Jon permaneció junto a Emma durante todo el combate, al finalizar el mismo se acerca y en su cara se dibuja una expresión de alivio al comprobar que tanto Tim cómo Lau siguen con vida.  

Alarmado por las palabras de Emma el reportero con estudios de medicina examina a Tim. – No ha alcanzado ningún órgano. Está bien. No es grave. - Dice sonriendo para tranquilizaros mientras busca algo de alcohol y vendas – De momento solo te limpiaré y vendaré. Cuando lleguemos a algún lugar tranquilo te coseré un par de puntos.

Durante todo el proceso la mirada del reportero evita mantener contacto visual con Lau, simplemente le ignora limitándose a hablar a Tim y Emma. -Hay otras personas que también me necesitan. Ahora soy el médico del grupo- Dice excusándose para no ir en vuestro vehículo.- Tengo un sitio en el vehículo del coronel. No os preocupéis. -Os dice alejándose.   

El coronel se gira al escuchar a la mujer pelirroja. El hombre parece dudar unos instantes ¿Y quién conduciría ese señuelo?- Inquiere, aunque el hecho de que no haya rechazado la idea ya es algo- Porque espero que no estés pensando en poner un ladrillo sobre el acelerador.

Si el coche pilla un bache y se estrella a los cien metros de salir no serviría de nada. Si enviamos un señuelo para que los demás pòdamos escapar alguien debe ir al volante y a ser posible, alguien bueno.

¿Estás dispuesta a conducir tú ese coche suicida?- Pregunta el coronel esperando la respuesta de la mujer pelirroja.

Cuando el caos cesa intento llegar hasta el sectoide derribado para intentar ver si podemos capturarlo o algo similar, pero la gente se me adelante y cuales bárbaros simplemente lo rematan para demostrar sus ganas de lucha. Sin embargo no los he visto a mi lado en primera línea...
Al escuchar que pasan de nuevo las naves me agazapo contra el coche y espero a que se sucedan las explosiones, después nuestro líder nos dice de huir y comprendo que es lo más lógico. Aún así hay algo que no me cuadra de todo esto, sobre todo de la forma que han tenido de atacarnos.
Con la orden echo un ojo a los vehículos, pero después caigo en la cuenta de que no podemos perder así un arma, aśi que me avalanzo sobre el cadáver que hay a mi lado, tomo su armamento y todo lo que puedo de munición y algún otro arma o protección y corro hacia los coches.
015
[B]— ¡ Venga, vámonos ! — exclamo corriendo como buenamente puedo, y a nadie en concreto. Ahora mismo el pitido de mis oídos me tiene algo aturdido, y ni siquiera me percato de la letal pasada de las naves en el otro flanco, por lo que no se me ocurre que Lin pueda necesitar a alguien para sacarla de ahí.
Corro y al ver la furgoneta con la que regresamos, corro hacia ella. No es que tenga ninguna predilección en concreto por ese vehículo, salvo que sé que funciona y que no me voy a subir y que no arranque.

Etain se acerca a los vehículos con expresión desorientada sin saber muy bien en cual subirse. Por el momento todo el mundo parece optar por la camioneta roja y al parecer no queda mas sitio allí, mientras que nadie opta aun por ningún otro medio de transporte. Consciente de que si es ella la que debe conducir probablemente se estrelle a pocos metros de salir, opta por esperar a que mas gente se decida.

Durante un instante se ve tentada de acercarse hasta el militar que da las ordenes para devolverle la pistola, pero algo en su expresión al replicarle a la mujer que había sugerido un señuelo la hace desistir. Tal vez no fuese el mejor momento para hacerlo. Con cuidado de no disparar accidentalmente a nadie, guardó el arma en su mochila junto con las pocas pertenencias que poseía, así como el resto de balas que le habían sobrado del ataque.

Sam y Vincent estaban a mi lado, me habían puesto a salvo y sus palabras me hacían sentir algo mas que el dolor, así que lo agradecía -Todos juntos- Le respondería a Vincent "Todos menos David, pero aun no puedes detenerte, no puedes rendirte"

Había escuchado al coronel lanzarle la pregunta a Sam, yo lo estaba, no era tan difícil, estaría ayudando a muchos y llegaría a estar junto a David antes, pero no lo haría, no me rendiría y tenía promesas que cumplir, esperaba que Sam no lo hiciera tampoco.

Apretaría un poco la mandíbula y miraría el Chevrolet en el que habíamos llegado, teníamos que irnos, antes de que nos mataran, "No quiero dejarlo atrás" Algo de velocidad podría distraerme con algo de suerte, sin pensarlo mucho mas empezaría a avanzar al coche, cada paso mas difícil que el anterior  -Vamos al Chevrolet, o yo voy a ir a el- No estaba segura de en que momento había pasado de estar segura en que no iba a manejar a necesitar hacerlo, y sin darme cuenta me encontraría abriendo la puerta del conductor, miraría hacia las personas que aun no se habían subido a ningún coche -Sam, Vincent y... -Me detendría antes de pronunciar a David, me iba a costar acostumbrarme a no tenerlo cerca-Estoy segura que por ahora solo ellos vienen aquí y creo que sobran espacios...- Me sentaría en el asiento del conductor y a menos que Sam o Vincent me sacaran de ahí pensaba manejar "¿Estas segura de esto? No, pero necesito distraerme y son pocas las cosas que lo lograrán" 

Con un suspiro encendería el Chevrolet, no pensaba darle la oportunidad de dejarnos tirados cuando todos se fueran, apoyaría la cabeza en el respaldo y cerraría los ojos con fuerza esperando a que todos estuvieran prontos

Las consecuencias de haber fallado el disparo no las vio, pero aquello no significó que fuese ignorante. Consecuencias que él mismo causó al haber fallado el maldito y jodido disparo. La voz de la maltrecha soldado le hizo regresar a la realidad al abatido cámara, abatido y enfadado, especialmente consigo mismo. Nefasto resultado, y por ende, nefastas noticias que fueron comunicadas al coronel.

Pese a las palabras de ella, no le ayudaron a mitigar su frustración. Y sin premura, insistió en que el cámara la abandonase a su suerte, también nefasta como pudo comprobar al poco. El disparo hizo girarse el chico de forma abrupta, aunque una parte de sí mismo, lo entendió. En las condiciones actuales, con total posibilidad las dos piernas sería obligatorio amputarlas por cosas médicas que escaparon de su limitada comprensión. Y también se desvaneció con ella la prácticamente nula posibilidad de salvarla, a costa de tener que llevar su cuerpo a cuestas con todo el riesgo.

Se acercó al cuerpo aún caliente, y observó la pistola con una idea en mente, bastante fija, al tenerla en la mano, cobró fuerza de imitar a la mujer. Quitarse la vida. Tan sencillo, tan fácil, solamente tendría que apuntarse a la sien, y apretar el gatillo. En un segundo, lo primero fue cumplido, la punta del ardiente cañón en su piel. Cerró los ojos y….fue incapaz. Bajó el arma, y con pasos rápidos, dejó todo aquella desoladora imagen atrás con el objetivo de deshacer lo andado.

Finalmente, consiguió llegar a la planta baja, empapado en el sudor producido no solamente por el esfuerzo físico, si no también por el estrés. En la calle, vio a un lado los cuerpos de gente, especialmente los calcinados, y su estómago se revolvió por la culpa, y dudó de hasta cuanto y cuando podría aguantar a aquel ritmo. Aquello se lo cuestionó repetidamente. Tendría que reunirse con el resto, si es que seguían con vida.

El joven, empapado en sudor, y con expresión sombría, llegó junto al resto de supervivientes a la vez que el coronel emitió sus órdenes.  Claras y concisas. Escapar de aquel lugar que se convirtió en la tumba de algunos, que esperó que fuesen pocos. Perdido en sus pensamientos, no se fijó en las expresiones de los demás, y menos cuando una agitada Emma se aferró al cuerpo del cámara en un abrazo, un abrazo no correspondido. Lau se limitó a no ofrecer resistencia, pero su mirada se desvió al suelo sin decir nada.

Después ella se giró hacia el técnico, que aparentemente, al ser visibles presumió que también graves. Y en todo momento, el juego de ignorarse con el antiguo reportero, ahora médico por la falta de la joven Ámber, fue mutuo. Ni siquiera se miraron, y muchos se dedicaron palabra alguna. Tanto mejor sin nada que decirse, el silencio siempre sería mejor elección.

La gente empezó a repartirse entre vehículos, principalmente el Chevrolet azul y la camioneta roja cargada de suministros, principalmente médicos. Observó los dos vehículos. También la moto. Y se decantó por ella tras meditarlo. Se montó encima de ella, y la arrancó con rabia. El rugir nada silencioso del vehículo a dos ruedas no tardó en hacerse huir. Aún quedó sitio detrás de él, otra persona más.

No obstante, había que salir de allí cuanto antes. O si no, correrían la misma nefasta suerte que las pobres personas que acabaron víctimas de aquel deprededador de origen alienígina. Y el chico se mantuvo en su mutismo, aparentemente sin demasiadas ganas de decir algo, por no decir ninguna.

Cuando el coronel se gira para responder a mi pregunta con otra pregunta sostengo su mirada unos cuantos segundos. Soy una conductora nefasta, antes de que el mundo se fuera al garete tenía carnet de conducir, me lo saqué tarde y más por obligación que otra cosa pero cuando mi situación económica me permitió vivir bastante bien empecé a tomar taxis para desplazarme y el carnet de conducir acabó acumulando polvo en un cajón de la mesita de noche.

Desvío la mirada rompiendo el contacto visual con el militar, agachando la cabeza mientras  me dirijo hacia el Chevy azul en el que se ha sentado Cass. Ese coche es un ataúd con ruedas, ya tuvimos ocasión de comprobarlo, hay otros mucho mejores. Solo se me ocurre una razón para que haya escogido ese coche en particular, quiere suicidarse. Meto la cabeza por la ventanilla y paro el motor quitándole las llaves del contacto antes de volver a hablarle al coronel.

-Una muerte a cambio de que la mayoría de los presentes junto a la comida y las medicinas se salven es un precio aceptable – Le respondo tranquilamente, vivir o morir hace tiempo que dejó de preocuparme- Conduciré el maldito señuelo -Digo haciendo tintinear las llaves del Chevy-ataúd-volador.  -Solo dos condiciones. - Le pido a cambio al militar. –Ellos dos irán con usted, en su vehículo. -Digo señalando a Cass y a Vincent. – Se encargará de que no les pase nada y evitará que cometan alguna tontería.       

Las palabras de Sam se me habían enterrado en el pecho y estaba a punto de romper a llorar de nuevo, pero junto con ese sentimiento vino un golpe de ira - ¡Estas completamente loca y eres medio idiota si piensas que te voy a permitir hacer eso, ya perdí a David, no pienso permitirte matarte a tu voluntad, ni siquiera estoy segura de que seas tan buena conduciendo!- Le gritaría y buscaría la mirada de Vincent, si alguien me iba a ayudar a que no pasara era el- Si tengo que molerte a golpes para evitar que lo hagas Samantha lo haré. NO pienso perder a nadie mas por hoy, no mientras yo siga respirando, NO PUEDO PERDER A NADIE MAS- Sentía las lagrimas acumularse en mis ojos- Si haces esto, nunca te lo voy a perdonar.. Nunca..- Volvería la mirada a ella manteniendo su mirada, si la pierdo a ella también, puede que nunca me recupere "Por favor.. No ella" -Lo haré yo, puedo alejar el coche lo suficiente para llamar la atención, llegar a un punto seguro como para que si hay un bache no importe y hacer bastante ruido, asegurarme de que me vean a mi y no a ustedes apretare con algo el acelerador y saltare antes de que me maten y correré como alma que lleva el diablo, hasta que logre toparme con alguien, si alguien esta dispuesto en un punto seguro para que me recojan. Lo que sea.. pero no te dejare hacerlo.. No puedo.. simplemente no puedo.. - La ira que me había golpeado había desaparecido tan pronto como llego, nuevamente solo estaba el dolor