Partida Rol por web

Investiga la leyenda I - Un inicio de leyenda

El urco

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23/11/2016, 20:53
Ursula

  Estoy en la cocina, decidiendo si pongo la comida en la lumbre o si me acerco al huerto antes, cuando llaman a la puerta.

Me acerco a abrir mientras me seco las manos en el delantal. En la puerta está el policía del que hablaba la Puri esta mañana.

-Hola, buenos dias, ¿en qué le puedo ayudar joven?-

Me comenta que ha venido hasta el pueblo para investigar lo que nos ha pasado y me da las condolencias.

-¡Oh, pero qué amable es usted! Pues claro que tengo unos minutos. Pase, pase, por favor- Le invito a entrar en la cocina. Es el lugar más agradable de mi casa en mi opinión. Siempre prendo la cocina a primera hora salvo en el verano cuando hace mucho calor.

-Siéntese por favor- comento señalando el escañil que está donde la mesa de comer. Me muevo por la cocina preparando un café  -Es descafeinado, espero que no le importe. No tengo la tensión muy alta pero a mi edad es bueno cuidarse-

Parece un poco serio. Supongo que es normal, no debe tener un trabajo muy agradable.
-¿Y qué tal le trata el pueblo?... - carraspeo un poco  -No me refiero a Lito el del bar. Es que él y su parroquia son un poco... difíciles, ya sabe. Mi Juan ya no iba nunca allí a echar la partida, decía que estaba harto de exaltados-

Sobre la mesa pongo un café, leche, azucar y un trozo de bizcocho de limón -Lo hice ayer- le comento por si le apetece  -Aunque si está donde Loli, seguro que ha desayunado más que bien- le comento sonriendo.

Mientras remuevo el café, intento recordar, porque supongo que es a lo que ha venido
-Veamos... Ya era tarde, íbamos a cenar. Rufo, el veterinario vino a decirnos que acababa de volver del pueblo de  al lado y que,  al pasar por la tierra de las moreras había visto que la vaca pinta se había escapado y andaba en el prado del pozo. Juan cogió la linterna y se fue para allá para cerrar el pozo. Le dije que no hacía falta, que la vaca no se caería..- suspiro hondo, le echo de menos  -Teníamos ese prado desde que nos casamos. Era de los padres de Juan y nos lo dieron al casarnos. Juan conocia cada piedrecita de ese campo. El pozo tiene un brocal de un metro de alto. No puede ser que se cayera.-

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25/11/2016, 15:22
Antonio Juez Castillo

Acompaño a la mujer hasta la cocina y tomo asiento cuando me lo indica. Es la típica cocina de pueblo como la recuerdo de mis abuelos en Valladolid, donde pase tantos veranos durante las vacaciones escolares. En seguida se apodera de mi un calor familiar que me da cierta calma y tranquilidad. El aroma del café y el bizcocho terminan de transportarme a la cálida imagen hogareña de mi pasado. De forma que, a pesar de haber desayunado opíparamente donde Loli, no puedo negarme a aceptar su oferta cuando me acerca un plato con un trozo de bizcocho y una taza demasiado grande rebosando café. Me sirvo unos terrones de azúcar mientras pienso que esta noche deberé de salir a hacer footing.

– Muchas gracias, señora. La verdad es que he desayunado estupendamente donde Loli. Pero habría que estar loco para decir que no a un bizcocho como este. – Quiere saber como me ha recibido la gente de Currelos. Supongo que no es más que una pregunta de rigor. Parte del small talk de pueblo. Una manera tan buena como otra cualquiera de empezar una conversación – . La verdad es que acabo de llegar y no he tenido aún demasiado tiempo para pasear por el pueblo y conocer a la gente. Parece que por el contrario yo empiezo a ser conocido entre los vecinos de Currelos. – No puedo evitar una sonrisa que supongo a medio camino entre el cinismo, un falso orgullo y el cansancio.

Escucho atentamente lo que me tiene contar luego sobre lo sucedido a su ex-conyugue. El motivo que me ha traído hasta aquí. Observo mientras habla que aún no ha superado la pérdida y siento empatía por ella. Algo que no me puedo permitir como policía. Entonces explica algo inesperado que hace que mi mandíbula cuelgue virtualmente un par de centímetros. Había venido hasta aquí con la clara idea de que Juan había sufrido un accidente. Pero ahora su mujer deja caer, como quien no quiere la cosa, que la muerte de su marido posiblemente había sido provocada.

– Entiendo. – digo sin saber muy bien si lo entiendo de verdad – . ¿Tenía su marido algún tipo de enemigo? ¿Alguna antigua rencilla o algo parecido? – pregunto pensando que en los pueblos no son extrañas las peleas entre familias que pueden alargarse durante varias generaciones.

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27/11/2016, 14:37
Ursula

"Pero que hombre más agradable" pienso mientras coge el bizcocho.

-No, hijo, no. Mi Juan era un bendito. En parte me casé con él por eso. Aquí la gente tiene carácter y él era alguien tranquilo. Así que enemigos no tenía.- le comento cuando me pregunta mientras, con los dedos, amontono y deshago, unos granos de azucar que han caído al servir el café -Aquí siempre hay alguien enfadado; que si me quitaste agua del pozo, que si me moviste el lindero, que si tu vaca me comió la alfalfa del prado... ahora llevan una temporada más tranquilos porque con lo de la reparcelación la gente no quiere líos. Todos quieren estar a bien hasta que se acabe y luego, ya se enzarzarán de nuevo.-

Levanto la mirada con un suspiro, hacia la ventana. No es un día gris pero, de repente, se me ha hecho un día oscuro
-No me haga caso. Seguro que fue Juan, que nos hacemos mayores y torpes y no queremos darnos cuenta. Nadie quería mal a mi marido así que tuvo que ser él ¿no? que se cayó sólo-

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05/12/2016, 16:56
Antonio Juez Castillo

Tardo un momento en asimilar las palabras de la mujer. No es que me sorprenda que el tal Juan Ruiz haya sido un santo en vida y no tuviera ningún enemigo en el pueblo. Que tampoco van a estar todos los miembros de una pequeña comunidad como esta todo el día encabronaos con todos. Lo que me sorprende es el giro en sus suposiciones. No hace ni un minuto me estaba insinuando que no podía haber sido un accidente y ahora me pone en duda que alguien pueda estar detrás de todo esto y que Juan lo más seguro es que se cayera el solo. ¡Jooooder! A ver si una larga vida aislada en una zona perdida de la mano de Dios y de los hombres va a haber hecho mella en la cabeza de esta buena mujer. ¿No tendrá uno o dos fusibles fundidos?

Es una buena mujer que me ha invitado a su casa y a la que se la ve aún sufriendo por la pérdida de su marido. Me recriminó por mis pensamientos quizás algo duros. No por el contenido, si no por la forma. Aún me estoy dejando llevar por el fastidio de tener que estar investigando unos casos que no existen como tal, en un pueblo al que no habría ni siquiera pasado de camino de manera voluntaria. Pero eso no es una actitud profesional y para nada justo con estas gentes. Intentare contenerme.

Intento tranquilizarla un poco y dar al interrogatorio otra luz distinta.

– ¡No! Realmente no creo que su marido tuviera enemigos. Estoy convencido de que era una gran persona. Son solo preguntas de rigor que debo de hacer. Siento tener que hacerla pasar por esto otra vez. Intentare que sea lo más corto posible. – La pobre mujer ya ha pasado por un mal trago y no quiero agobiarla mucho más. Sobre todo por que sigo convencido de que ha sido un accidente y no veo el motivo de seguir haciéndola revivir lo sucedido más de lo justo. – ¡Y dígame! ¿Su Juan tomaba alguna medicación? ¿Algo que quizás le hiciera tener mareos o incluso desmayos? ¿Alguna enfermedad? Siento tener que hacerle esta pregunta, pero ¿hubo una obducción del cuerpo para determinar alguna posible causa natural?

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08/12/2016, 12:31
Ursula

-¿Medicación? No, hijo, no. Estaba sano como un roble. Él siempre decía que la vida en el campo era salud, que la gente de la ciudad andaba pagando gimnasios cuando lo que mantiene el cuerpo en forma es sembrar patatas- me da un ataque de risa recordando cómo Juan siempre decía esas cosas. Yo creo que podía haber sido humorista, como el José Mota ese de la Uno. En realidad, muchos de sus personajes parecen sacados de este pueblo. -El médico nos había dicho que vigiláramos el azúcar y que teníamos que controlar el colesterol, pero no nos había mandado ninguna medicina ni nada-

Y entonces va y me pregunta esa otra cosa que no sé ni lo que es. Yo creo que se me nota en la cara de tonta que he debido poner.

-¿Una qué? ¡Ay hijo! Yo no sé que es una odución de esas que dices. En realidad, no he entendido nada de toda frase. Perdóname pero es que yo no tengo estudios y me vas a tener que explicar las cosas- Que el pobre chico no tiene la culpa que yo no sepa, pero si quiere que le conteste va a tener que preguntarme en castellano antiguo, vamos, del normal de toda la vida.

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09/12/2016, 17:12
Antonio Juez Castillo

Doy un sorbo al café. Es fuerte y no el aguachirri al que nos acostumbramos en las ciudades. No puedo decir que lo saboree, pero si había dudas sobre si ya estaba despierto o todavía dormido, este café termina de disiparlas. Escucho muy atento las respuestas de esta amable mujer e intento encontrar en ellas algún detalle, algo que a primera vista pueda parecer falto de todo interés, pero me dé la pista que ando buscando para aclarar la muerte de Juan.

Y entonces me suelta eso de que no ha entendido la palabra obducción con una naturalidad y candidez como solo puede hacer una persona de pueblo. Es tan encantadoramente directa y sencilla, excusándose por su falta de conocimientos, que me pilla por sorpresa y casi se me atraganta el sorbo de café que acabo de dar. Toso un par de veces llevándome el puño cerrado a la boca para evitar esparcir el líquido sobre la mesa de la cocina. Debo de esperar hasta terminar de recomponerme antes de continuar.

– ¡Disculpe mi torpeza, por favor! – Sufro un nuevo arrebato de tos al forzar demasiado pronto la garganta que me hace tener que detener mi explicación. Esta vez tardo menos en continuar – . Me refiero a si los médicos investigaron los posibles motivos del fallecimiento de su marido. Sabe usted. A veces son capaces de descubrir cosas que pasaron poco antes de la muerte y que han podido ser las causas de esta. ¿Y si su marido sufrió un ataque al corazón que le hizo caer al pozo? Por poner un ejemplo.

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11/12/2016, 10:40
Ursula

Le miro con preocupación cuando empieza a toser. "A ver si el café no estaba bueno" Lo he hecho esa mañana pero quién sabe.

Me levanto para darle unas palmaditas en la espalda mientras le digo lo de -Levante los brazos, levántelos, que es bueno para que pase...-

Pero pronto se recompone y me aclara eso de la odución -¡Ah! Sí, sí. La autopsia esa ¿no? Sí, me dijeron que se la tenían que hacer. La verdad, hubiese preferido que no se la hicieran, al menos me hubiera ahorrado el disgusto de saber cómo murió. Que yo entiendo que hace falta saber cómo se muere la gente pero ¿de verdad hace falta que se lo cuenten a la gente que los queríamos?- le pregunto con gesto de tristeza. Pero este pobre hombre no tiene la culpa, así que con un suspiro me repongo y le cuento lo que me contaron a mí -Pues verá. Según me dijeron cuando cayó al pozo estaba vivo. Intentó salir... por lo visto lo supieron porque tenía heridas en las manos. Pero al final, se debió agotar de nadar y terminó hundiéndose y ahogándose-

Vuelvo a amontonar el azúcar que ya estaba amontonado. Lo pongo en fila, luego en círculo... -Somos mayores. Morirnos nos íbamos a morir igual ¿sabe? Pero cuando pienso en esos minutos que debió estar intentado salir o aguantar... Seguro que pidió ayuda a gritos y como era de noche no le oyó nadie. Si hubiese sido de día... Por ahí pasa mucha gente, seguro que alguien le hubiese oído...- Saco un pañuelo de la manga y me sueno. No es muy fino, pero es mejor que echarme a llorar ahora. Pobre hombre, es tan amable que seguro que se sentiría falta -Perdone pero es que parece que el destino fuera macabramente malvado. Había dicho que cuando tuviéramos las tierras que nos tocaran de la reparcelación íbamos a ver cuáles podíamos vender y con el dinero iríamos a ver el mar. ¿Sabe que ninguno de los dos habíamos visto el mar nunca? Y habíamos pensado ir a un hotel de eso que te hacen todo, que la Floren fue hace dos años, que la llevó su hijo, y hablaba maravillas... Queríamos ver el mar... toda ese agua... Y va y se muere ahogado...-

Soy incapaz de seguir, tengo un nudo en la garganta que no se pasa. Me levanto con la excusa de coger un vaso de agua.

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19/12/2016, 13:17
Antonio Juez Castillo

¡Joder! Esto es una mierda. Por lo que me cuenta esta pobre mujer, el bueno de su marido debió de pasar por unos momentos horribles antes de morir. Y ella, sin habérselo pedido a nadie, lo tuvo que escuchar de manos de la Guardia Civil durante la investigación, y a partir de entonces tenerlo en mente cada vez que pensara en su Juan. Y ahora llego yo de la ciudad para hacerla recordar de nuevo estos momentos tan duros. El señor Director Adjunto bien podía haberse metido su conciencia en cierta parte y así no tendría que estar yo aquí torturando a esta gente, haciéndoles recordar sus dramas personales pasados.

Si al menos hubiera habido un crimen de verdad. Si pudiera decirle a esta pobre mujer, que el asesino de su marido estaba ahora entre rejas y se había hecho justicia. Si pudiera darle la paz que algunos no llegan a conocer, sabiendo que la vida de sus personas más allegadas había sido sesgada por algún criminal que andaba por ahí suelto e impune. Pero es que aquí no hay nada que sacar. Un accidente. Un hombre que cae al pozo de noche y nadie anda cerca para poder ayudarle. Unos últimos momentos de angustia, luchando con todas sus fuerzas por poder escapar de su destino cruel. Y al final, la muerte. No le veo sentido a seguir aquí y hacer revivir a esta mujer tan simpática unos momentos tan duros, así que me acabo el café y el bizcocho, y le agradezco su amabilidad levantándome de la silla y dándole la mano derecha mientras con la izquierda cubro la suya para darle una muestra de calor.

– Ha sido usted muy amable. Muchas gracias. De verdad. Y el bizcocho estaba riquísimo. Pero creo que lo mejor es que me vaya. Ya sé lo que tengo que saber de momento y usted seguro que tiene aún mucho que hacer. – la digo a modo de despedida – . ¿Le importa si doy un vistazo a los alrededores y al pozo antes de marcharme? – Ya que estoy aquí, creo que debería de aprovechar para ver el lugar donde sucedió todo.

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26/12/2016, 16:41
Equidna - Narradora

Ursula se despide de tí efusivamente, como si fuera tu abuela. Te pide que vuelvas cuando quieras e insiste en que ha sido un placer tenerte en casa. Antes de que te marches, te da las gracias por haberte tomado la molestia de venir a hablar con ella y te agradece que te tomes la molestia de ir hasta el prado del pozo.

Te da las indicaciones sobre cómo llegar. No está muy lejos, en 10 minutos andando estás allí y, como está pegada a la carretera, no hay pérdida posible, te dice.

Así que te diriges hacia allí. Tardas poco en llegar y, efectivamente, reconoces el sitio sin problemas. Tiene un cercado de piedra y madera alrededor

En el centro del prado hay un pozo. Pero no es lo que te esperabas. Es un pozo enorme y cuadrado. El brocal del pozo no tiene un metro, como decía Úrsula, si no más. A tí te llega por encima de la cintura. 

Pero, además es muy ancho. Viéndolo te parece casi imposible que alguien se caiga dentro. ¡Si hasta el hueco para sacar el agua es pequeño...! 

Paseas alrededor intentando reproducir algún caso en que uno tropiece, se desvanezca o lo que sea y caiga dentro. Tu única conclusión es que es más probable que se hubiese abierto la cabeza contra el brocal de piedra. Es casi imposible que una persona, por sí sola, caiga ahí dentro.

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27/12/2016, 10:17
Antonio Juez Castillo

Salgo de la casa aún algo jodido. Esta mujer ha sido un cielo y, por la forma en que me ha narrado lo ocurrido, no es más que un caso de un accidente casero. El tal Jesús ha salido de noche a coger agua, por lo que sea se ha asomado al pozo más de la cuenta, ha perdido el equilibrio y ha caído dentro. Al ser de noche nadie escucha sus gritos de auxilio y al final, el cansancio y el agua hacen el resto. Trágico, pero perfectamente explicable.

Con esta idea en mente me dirijo al lugar de los hechos. La mañana ha salido bonita y, entre los rayos del sol y el aire fresco, mi animo mejora algo y casi disfruto del paseo hasta el pozo. No estoy preparado para lo que me espera allí. Es imposible, absolutamente imposible, que alguien tropiece y se caiga aquí por descuido. ¡Joder! Si hasta parece difícil que el cubo pase por estas paredes de  piedra. Bien. Primera conclusión. La buena mujer será un cielo, pero la muerte de su marido ha hecho que se funda algún fusible en su coronilla. Segunda conclusión. Definitivamente este caso no se explica tan fácilmente como me había creído al principio. O el tal Jesús estaba cansado de vivir y se tiró el mismo al pozo, o alguien decidió echarle una mano (o dos), y mostrarle el camino más rápido hasta el fondo. Alguien que ha llegado a la edad de Jesús y al parecer esta planeando un viaje con la mujer al mar, no decide acabar de esta manera. Y no creo que su intención fuera aprender a nadar como preparación para ese viaje. Si Jesús murió ahogado en este pozo, alguien le dio un “empujoncito”. Pero quien y por qué. Al parecer no tenía enemigos. Bueno. Por lo menos si hacemos caso a lo que me ha contado su señora. Me temo que mi estancia en este pueblucho se acaba de alargar por unos días. Hasta ahora eso me habría jodido. Pero empiezo a pensar que quizás si que pueda ayudar a esta gente. Si ha sido un crimen, haré lo que pueda por que se cumpla justicia.

Bien. Echemos un vistazo más intenso a este pozo y a los alrededores. Quizás aun queden rastros de lo que sucedió aquella noche. Si Jesús fue metido a la fuerza ahí dentro, seguro que se resistió. Ha pasado ya bastante tiempo y seguro que ha llovido ya bastante, sobre todo aquí, en Galicia, pero quizás encuentre aún alguna pista que lance cierta luz al despiste que tengo ahora mismo.

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27/12/2016, 21:02
Equidna - Narradora

Revisas bien alrededor del pozo. Como suponías, ha pasado mucho tiempo y las lluvias se han llevado por delante todas las huellas que podía haber. Pero, en el suelo, en la hierba, ni siquiera cerca del pozo, encuentras algo brillante.

Cuando te agachas a recogerlo no lo reconoces, sucio de barro como está.

Mientras le das vueltas en la mano tienes un idea. Te acercas al pozo, sacas agua y le limpias el barro. Entonces ves que es un silbato. Uno un poco peculiar. Lo miras con atención y, después de limpiarlo bien, lo soplas. Ningún sonido sale de él. Pero no está atascado, el aire fluye. Un poco sorprendido por el hallazgo, a la vez que entristecido por no haber encontrado nada más, decides marcharte. Sales por la puerta y bordeas la valla para volver al camino. Entonces ves algo que te llama la atención. Hay un trozo de valla roto, el hueco entre las maderas es como de medio metro. Te acercas y, enganchado en un saliente de la madera ves pelo de animal, de color negro oscuro y unas gotas de sangre. Está claro que un animal, de pelaje de longitud media (unos 15 cm) se enganchó aquí al pasar.

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27/12/2016, 22:36
Antonio Juez Castillo

¿Qué coño es esto? Tiene forma de… Lo mejor será quitarle la mugre con algo de agua del pozo. Pero mejor tienes cuidado. No te vayas a caer.” – pienso mientras mi cinismo y mala leche no deja de sorprenderme a mi mismo. Recojo algo de agua con el cubo y limpio el objeto que acabo de rescatar del barro del suelo. Es un silbato, de eso no hay duda, pero al intentar hacerlo sonar no consigo arrancarle sonido alguno. Puede que este roto, aunque se me ocurre otra razón para no percibir ningún ruido. Lo guardo en el bolsillo y me voy algo defraudado por la excased de pruebas que he descubierto en los alrededores. Un cochino silbato. Y no sé si tiene algo que ver con lo ocurrido aquí o no. Que bien se le puede haber caído a alguien del bolsillo mientras daba un paseo.

Entonces descubro algo más. En la verja que rodea la propiedad hay un agujero bastante grande. Y no es precisamente por el mal estado o la vejez de esta. Tiene pinta de que alguien se ha abierto camino al interior sin llamar al timbre antes. Me acerco para verlo mejor y comprobar si hay algún detalle. La sorpresa no es pequeña cuando descubro un pedazo del pelaje de un animal. Y sangre. No puedo evitar pensar que si el Urco, ese ser de leyenda tan peligroso y temible, ha sido el culpable de este roto, también puede sangrar. Y si puede sangrar, también puede morir.

Tengo las ideas claras sobre mis siguientes pasos. Cojo la mata de pelo y vuelvo al pueblo. Es hora de conocer en persona al veterinario del que ya he oído hablar un par de veces.

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28/12/2016, 06:09
Equidna - Narradora

En ese momento decides que lo próximo que harás será ir a ver al veterinario. Es un día laborable y, a estas horas, seguro que está trabajando.

Deshaces el camino por el que viniste, llegando hasta la casa de Úrsula. Luego sigues adelante, te adentras en el pueblo, camino de la bifurcación que lleva a su consulta. Lo bueno de los sitios como este es que todo está cerca. No hay ningún atasco que te retrase, ni pérdida posible porque el GPS no se localiza y tienes un lío con las calles.

En menos de 15 min estás delante de la puerta del veterinario. Es una puerta elegante de aluminio. No es que sea pretenciosa pero sí llama un poco la atención en este sitio. Llamas y con un zumbido la puerta se abre. Entras en una sala de espera y de detrás de una de las puertas te llega una voz masculina

-Ahora mismo acabo y salgo-

En las paredes hay colgados un montón de títulos. Si todo es verdad, este veterinario está cualificado en exceso para este pueblo. Títulos como "Posgrado en enfermedades infecciosas de los equinos del género Equus" resultan, cuando menos, sorprendentes.

Varios cuadros, repartidos por las paredes, muestran lugares de densa vegetación, aparentemente selvática.

Un sonido a tu espalda, te hace volverte. Un hombre joven, de unos 35 años, ha salido por la puerta. 

-Hola. Soy Jaime, el veterinario ¿en qué puedo ayudarle?-

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28/12/2016, 20:35
Antonio Juez Castillo

Mientras espero a que el veterinario me reciba echo un vistazo a los diplomas y demás decoración que cuelga de las paredes. Para un pueblo con cuatro mulas, varias gallinas y algunas vacas este hombre parece estar demasiado preparado. Dudo mucho que en un pueblo como Currelos pueda obtener el sueldo que podría exigir en una gran ciudad cuidando gatos de viudas ricachonas o perros de familias con niños. Tampoco creo que le haya traído hasta aquí algún tipo de estudio profesional o que este escribiendo informes médicos para revistas renombradas sobre el efecto de los pastos gallegos en la calidad del queso vacuno frente al de cabra. Así que al principio supongo que posiblemente sea un hombre ya algo mayor y originario de este pueblo que ha decidido pasar los últimos años antes de la jubilación con los suyos. Pero muchos de los diplomas y certificados son demasiado recientes como para tratarse de alguien más cercano a la renta que a la universidad. Cuando oigo unos ruidos detrás mío y me giro para mirar de que se trata, la imagen del hombre que me saluda amablemente confirma mis sospechas. Si está cerca de la jubilación, quiero saber que crema antiarrugas usa.

– Encantado Jaime. – Su nombre ya lo había leído en los diplomas que cuelgan en la habitación – . Yo soy Antonio. – Le doy la mano que me ofrece y su apretón es fuerte. Como el mío. Me vuelvo para abarcar con un movimiento de la mano la pared llena de todos sus títulos, másteres y demás reconocimientos académicos y me giro de nuevo hacía él – . ¡Guau! Esto es realmente impresionante. Todos estos títulos. Y tan joven. La verdad es que no me esperaba encontrar a un veterinario de su edad y tan bien preparado en un lugar como Currelos. – Por si acaso no ha quedado bien claro que no ha sido un comentario sin más, de esos que se hacen para romper el hielo, le pregunto directamente el porque de su residencia en este pueblo – . ¿Qué le trae a alguien tan cualificado a un pueblecito tan pequeño como este?

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29/12/2016, 06:12
Equidna - Narradora

La sonrisa afable va desapareciendo a medida que hablas. Sustituida por la curiosidad al principio y luego por una expresión de suspicacia. Quizás otra persona no se hubiese dado cuenta pero tú, por tu trabajo, necesitas estar atento a esas cosas.

-Yo... yo...- el hombre parece no saber muy bien qué responder -¿Puede usted creer que llevo 10 años aquí y nadie me ha hecho esa pregunta nunca?- Da la sensación de que se hubiera recompuesto. Después del balbuceo inicial, ahora se muestra más seguro -Lo cierto es que no pensaba terminar aquí. Mi sueño siempre fue ir a trabajar a una reserva en África, América latina o Asia. Ya sabe, entornos naturales aún salvajes. Pero resultó que no es tan sencillo como parece. No hay dinero para ese tipo de trabajos y, o eres un hijo mantenido o tienes difícil pagarte todo, porque allí no te pagan nada. Los pocos trabajos remunerados que salen en esos sitios están más que asignados- A medida que habla te parece notar resentimiento, enfado. Luego, de repente, se controla y para. Ves como hace dominio de un gran autocontrol 

-Necesitaba dinero y este es un trabajo tan bueno como cualquier otro ¿no?- Pero algo en su manera de decirlo te hace darte cuenta de que no, que no es un trabajo tan bueno como cualquier otro.

-Supongo que usted es el policía del que habla todo el mundo ¿qué le ha traído por aquí?-

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29/12/2016, 18:53
Antonio Juez Castillo

Un trabajo tan bueno como cualquier otro. Claro que si. Yo también estoy emocionado en Currelos y solo llevo un día aquí. Así que diez años debe de ser un auténtico sueño. Ya lo creo.”  – pienso mientras escucho al tal Jaime contarme la bola mas grande que me hayan querido meter en toda mi vida. Me hace pensar, que algún motivo oscuro le ha traído hasta aquí. Posiblemente huyendo de algo o de alguien. Porque viendo el panorama de solteras que hay en el pueblo, a buscar pareja no creo que haya venido. Esto me hace fijarme en sus manos para ver si lleva alianza o no. Pero guardo mis intenciones de informarme algo más sobre este sujeto para más adelante. De momento otros asuntos me han traído hasta aquí.

– ¡Perdóname! No era mi intención tocar un tema delicado. Sólo estaba sorprendido y admirado y no he podido dejar de preguntar. Supongo que es deformación profesional. – digo sin mentir del todo – . Y si. Tienes razón. Soy policía. Veo que en pueblos como Currelos no hace falta WhatsApp para enterarse en seguida de las novedades. – continuo, sonriendo ante mi propio comentario para relajar un poco el ambiente. Antes de seguir, saco del bolsillo el trozo de pelaje que he encontrado en la valla de los Ruiz y contesto a su última pregunta, desviándome intencionadamente de la posible connotación de los motivos por los que he venido a Currelos. Esto de momento no debe de interesarle al bueno de Jaime – . Y hasta aquí me ha traído la búsqueda de su opinión profesional. ¿Sabría decirme a que animal pertenece este mechón?

Mientras espero al diagnostico del veterinario, observo con detenimiento su lenguaje corporal.

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30/12/2016, 14:33
Equidna - Narradora

Desplazas tu mirada hacia sus manos, vacías de cualquier tipo de adorno, incluyendo anillos.

Mientras tú sacas de tu bolsillo lo que has venido a enseñarle, el ríe y contesta a tu comentario sobre el Whatsapp

-Sí, bueno, es lo que tienen los pueblos como este. Aquí todo el mundo presume de estar muy informado pero, en realidad, todo son cotilleos-

Entonces le muestras lo que habías venido a investigar. Al estar observando su lenguaje corporal te das cuenta de algo que, en caso contrario, se te habría pasado. Porque lo cierto es que dura una décima de segundo. Su mirada ha sido una mezcla sorpresa y angustia durante un par de segundo. Pero rápidamente ha cambiado el gesto. Estira la mano para cogerlo y su rostro expresa, cuando habla, seriedad y profesionalidad mientras sus dedos lo frotan

-Pelo, claro, por el aspecto diría que es de… - duda una milésima de segundo -… de gato. Sí, definitivamente es de gato-

Has visto a tanta gente mentir durante tus años de profesión que, cuando alguien lo hace con esa falta de habilidad, no tienes ninguna duda. Te ha mentido y ha dudado porque estaba buscando algo creíble que decirte.

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30/12/2016, 21:46
Antonio Juez Castillo

– ¡Uhmmmm, de gato! Y mira que yo habría jurado que era de perro. Ha sido buena idea venir a consultarte, Jaime. Anda que vaya entendido estoy yo hecho. – río y procuro hacerle creer que me lo he tragado – . Y, ¿de qué raza dirías que es? – añado siguiéndole el juego, para tratar de que confíe en que se ha salido con la suya, mientras pienso que motivos puede tener para querer engañarme. Hasta ahora sólo pensaba que tendría alguna historia pasada que ocultar, pero si esta intentando engañarme de esta manera es que su secreto puede tener que ver con hechos recientes. ¿Puede ser cierto? ¿Qué oculta este hijo de puta? Sonríe, Antonio. Deja que se confíe.

– Y ya que estamos… Posiblemente te parezca una tontería, pero ¿qué sabes tu de ese Urco? No es que yo crea en esas cosas. Que conste. Pero muchas veces las leyendas tienen cierta base real sobre la que se crea luego la historia y que de alguna forma le da fuerza. ¿Sabes tu algo de esa criatura de la que la gente del pueblo no para de hablar?

"Vamos Jaime. Cuéntame algo, pichón. Si no me equivoco estas tu pringao en esta historia y, aunque aún no sé cuanto ni de que manera, voy a encontrar algo y entonces te voy a pillar por donde más duele y no pienso soltarte, majete."

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31/12/2016, 12:15
Equidna - Narradora

Jaime rie al unísono contigo

-Sí, bueno, es normal confundirlos, así que tranquilo. Probablemente nadie que no fuera veterinario hubiese notado la diferencia-

Parece relajado y tranquilo, aunque de vez en cuando notas algún flash nervioso en sus ojos

-¡Oh! Pues no sé, podría ser de cualquier tipo de gato, siempre y cuando fuese negro, obviamente- se rie y hasta se anima a darte una palmada en el hombro, como refuerzo de la gracieta que acaba de hacer.

Cuando le preguntas por el Urco deja de reirse y parece preocupado
-Aquí creen mucho en él. Ya de antes de que empezaran a pasar esas cosas. Esas historias sobre que sale del mar para anunciar la muerte y llevarse las almas a la cueva en el fondo del oceano... a mí me las contaron nada más llegar. Obviamente soy veterinario y lo que creo es en los aparatos respiratorios, circulatorios... La historia de un perro anfibio no cuadra en lo que conozco pero ellos insisten mucho. ¿Porqué me lo pregunta? No irán a investigar esa tontería ¿no?-

Te fijas en sus manos de nuevo. No tiemblan pero se retuerce ligeramente en los dedos en un claro gesto de nerviosismo.

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01/01/2017, 11:36
Antonio Juez Castillo

– Para nada quiero investigar una leyenda. Para eso están los historiadores. No la policía. Pero parece que la gente aquí a cualquier desgracia que sucede le echa la culpa al Urco. Que hay un mal año en la siembra. El Urco. Que deja de llover. El Urco. Que no para de llover. El Urco. Nosotros en la ciudad tenemos al gobierno para echarle la culpa de nuestros males y en Currelos tienen al Urco, sabes. – continuo con el aparente buen humor que lleva la conversación. – Por eso se me ocurrió preguntar a alguien que no es de aquí y que además tiene estudios. Eso es todo, Jaime.

Pensaba marcharme ya, pero Jaime ha hecho un comentario interesante del que quizá aún pueda sacar algo. En lugar de preguntarle directamente, decido hacer como Colombo. Que siempre parecía querer marcharse y dejar tranquila a su presa, para en el último momento girarse y hacer una pregunta o un comentario de esos que dejan al otro con las pelotas a la altura de la garganta y pensando que el inspector ese tan tonto quizás sabe algo mas. La verdad es que cuando quiero puedo ser un auténtico cabrón.

– Pues eso era todo. Gracias por tu ayuda y, si necesito un especialista en animales ya sé dónde encontrarte. – le doy la mano en señal de despedida y camino en dirección a la puerta. Empiezo a abrirla y estoy ya saliendo de su consulta, cuando en el último momento me giro para hacerle la última pregunta. Pero antes de decir nada, espero un instante arrugando el entrecejo como si estuviera dándole vueltas a una idea. Saboreo el momento. Peter Falk seguro que habría estado orgulloso de mi.

– Por cierto Jaime. Antes has dicho, y te cito: “Ya de antes de que empezaran a pasar esas cosas…” ¿A que te refieres con ese comentario? Yo he venido aquí dando por hecho que todo lo sucedido es de lo más natural y explicable. Oyéndote decir eso no me quito de la cabeza que tu lo ves de otra forma. “Pasan cosas”. ¿A que cosas te refieres en concreto y como es eso de que “pasan”?