Julio sintió una secreta alegría al ver que Silvia Otero se decidía a acompañarles. Sin embargo, la escena que encontraron no podía ser más sombría. El silencio roto solo por suspiros y lamentos y la madre rota de la joven, saludando al jefe de estudios.
El joven profesor estaba a punto de acercarse a los alumnos presentes para acompañarlos y valorar cómo estaban reaccionando a todo aquello, pero las palabras de la madre de Marisa lo dejaron helado y se detuvo a medio camino. Si la situación era ya muy tensa, aquellos terribles reproches al señor Jabego hicieron que Julio no supiera cómo reaccionar. Aunque se tratara del fruto de la frustración, la incomodidad le resultaba insuperable.
Y entonces apareció la niña, Ana, que apenas minutos antes parecía catatónica y ratificó las palabras de la madre de Marisa. Luego todo fue muy rápido: la chica escapó, Raúl la siguió y logró calmarla, mientras el resto de la gente murmuraba y cuchicheaba sin decidirse a actuar.
Julio tampoco sabía qué hacer: al fin miró a la madre de Marisa que había perdido toda señal de energía, se acercó a ella y murmuró un pésame que seguramente nadie atendió pues ella parecía ausente. Luego se volvió hacia el jefe de estudios que estaba al lado.
- Terrible momento el que acabamos de pasar, señor Jabego. Un drama horrible. - No le miraba mientras hablaba sino que seguía con la mirada a Ana, yaciendo en el suelo junto al tutor Gómez. - ¿Entiende a qué se refiere la muchacha y... - señaló con un gesto de cabeza a Mariana Ramírez, que seguía sin reaccionar y preguntó en un susurro, como si hablara consigo mismo - ella?
Me arrodillé junto a la joven que lloraba desconsolada, intenté acercar mi mano a su hombro izquierdo pero me eché atrás en el último momento, no sabía exactamente que podía hacer, Ana acababa de decir muchas cosas que no terminaban de cuadrar en mi cabeza, en ese momento solo podía pensar que la chica era presa de su dolor y estaba conmocionada por todo lo ocurrido tan de repente.
- Ana tranquilízate, tienes que calmarte y contarnos que es lo que ocurre, no puedo llegar a comprender lo que dices, ¿Marisa estaba enamorada del señor Jabego? ¿Crees que eso es lo que le llevó a hacer tal cosa? - Hablé con un tono mucho más tranquilo, creo que yo me encontraba tan confuso como la niña en ese momento, apenas podía creer todo lo que acababa de oir.
Miré a su madre algo preocupado. - Silvia, ¿entiende algo de lo que está ocurriendo? ¿Sabía usted algo de esto? -
Te escribo en privado debido a habernos llevado a Ana lejos de la sala para que no la vieran los demás compañeros, creo que Julio se ha liado un poco con la escena.
El jefe de estudios mira al joven profesor y dice:
El hombre hablaba serio, parecía que estaba manteniendo la compostura en gran medida mientras los chicos miraban un poco impresionados y se notaba, algunos de los alumnos se acercan a la madre de Marisa para darle el pésame, por su parte Amanda se queda de pie junto al féretro, la chica estaba seria. La profesora de inglés empieza a mover a los alumnos para que empiecen a salir de allí.
Ana no esta en la sala se la han llevado la madre y Raul.
La primera en responder es la preocupada madre de Ana, la mujer realmente estaba sorprendida y un poco aturdida, dice:
La mujer parecía realmente preocupada, se arrodilla en el suelo mientras trata de calmar a la chica.
Si, has hecho bien, ya le he explicado a tu compañero la escena
Ana seguía llorando y sin mirar a nadie empieza a responder al menos en parte las preguntas del profesor:
La chica niega con fuerza con la cabeza para a continuación decir:
La chica en ese momento se desmaya
Asentí a la mujer, estaba bastante preocupado por la situación pero tenía que mantener la calma. Intenté escuchar a Ana. "¿Es probable que Ana sepa algo que nosotros ignoramos? Quizá debamos escucharla." La chica lanzaba frases entrecortadas que no tenían demasiado sentido para nosotros en este momento, se encontraba bastante débil.
No pasó mucho tiempo en aquel pasillo cuando Ana se desmayó sin motivo aparente, no debía tener mucha energía y el shock fue tremendo. Cogí a la chica en brazos y me levanté rápidamente buscando algún medico que pudiera atenderla con urgencia. - Silvia busque algún médico por allí, yo buscaré por aquí, su hija necesita que la atiendan de inmediato. -
Apresuré mi marcha y casi a la carrera comencé a buscar por el pasillo elevando bastante la voz. - ¡Por favor un medico, esta chica se ha desmayado y necesita atención ahora mismo! -
La mujer se pone en pie y corre hacia un lado, allí caminaba un hombre el cual al verles se acerca corriendo, Silvia va diciendo:
La mujer estaba nerviosa y el hombre llega rápidamente al lado de Raúl mientras dice:
El hombre examina a la chica con rapidez, tras unos segundos dice:
Dejo a Ana en el asiento y me alejo unos pasos para darle espacio al doctor, me movía un poco nervioso intentando observar la exploración de la joven. Cuando el doctor dijo que se encontraba bien respiré aliviado, me senté en uno de los bancos y cerré los ojos durante unos segundos respirando profundamente para soltar un poco de presión.
- Vaya susto, gracias por su ayuda doctor. ¿Qué tal está Silvia? Hemos pasado un pequeño mal rato, permítame que la acompañe a la habitación de su hija, todas sus palabras me han dejado bastante confuso. - Observé a la mujer que parecía bastante nerviosa, era de esperar, a mí me pasaba lo mismo y no tenía parentesco con Ana. Me sequé un poco de sudor que tenía en la frente con un pañuelo sacado de uno de los bolsillos de mi chaqueta y volví a guardarlo en ella.
La mujer agradece al profesor y dice:
Se notaba que la mujer estaba ciertamente extrañada y no sabía por qué su hija había dicho eso. Cuando llegan a la habitación Ana estaba ya allí, la habían llegado y estaba durmiendo, el doctor se acerca y dice:
El hombre coloca la mano en el hombro de Silvia y añade:
Tras eso el medico mira al profesor y dice:
Y sale de la habitación, ante la mirada de Silvia, que miraba de reojo a Ana bastante preocupada.
Respiré aliviado al ver a Ana descansando en la camilla de su habitación, al fin me encontraba algo más relajado y por un pequeño rato parecía que todo iba algo mejor. - Gracias por la ayuda doctor, ha sido muy amable. - Dije al doctor cuando se acercó y me dedicó esas pocas palabras recomendando descanso a Silvia.
- Silvia, Ana necesita descansar pues ha pasado por un momento bastante impactante, y usted debería plantearse el descansar un poco también, permítame acompañarla a la cafetería a que se despeje un poco, la invitaré a cualquier cosa. - Dije sonriendo a la mujer que se la veía aún bastante nerviosa por lo ocurrido y parecía estar bastante saturada, creo que necesitaba ese descanso con urgencia pero no se atrevía a dejar a su hija sola.
Silvia asiente y los dos se dirigen a la cafetería, la mujer da una última mirada a su hija y suspira justo antes de marcharse. La cafetería estaba bastante tranquila, apenas un par de médicos en unas mesas y unas personas en un par de mesas. Rápidamente pudieron sentarse en un lugar tranquilo para poder hablar. Silvia al sentarse suspira profundamente y mira al profesor:
Raúl nota como su móvil vibra, es el jefe de estudios que le ha enviado un mensaje
Si aún sigues en el hospital veámonos en la cafetería en 5 minutos, me gustaría preguntarle cómo esta Ana
Llegamos a la cafetería y el lugar estaba muy tranquilo, todo parecía tan ajeno a lo que nos estaba ocurriendo. Nos acercamos a una de las mesas y nos sentamos a descansar unos minutos. Silvia hablaba muy apenada, parecía que se sentía culpable por lo ocurrido con Ana.
- No te preocupes Silvia, no te sientas culpable, Ana está pasando por un momento bastante malo y la muerte de su amiga habrá sido un gran shock. - En ese momento noté la vibración en mi bolsillo, lo miré y contesté con un simple "Estoy en la cafetería".
- ¿Qué le gustaría tomar? No se preocupe por el dinero que corre de mi cuenta. - Dije a la mujer mientras daba una rápida ojeada a la barra de la cafetería.
Silvia mira agradecida al profesor y dice:
Raúl puede ver como en la cafetería tienen lo normal de una cafetería, pero además varios tipos de bocadillos, se notaba que era un lugar pensado para que los acompañantes de los enfermos pudieran comprar algo de comer por la gran variedad de bocadillos que había.
En ese momento llega el jefe de estudios, al ver a Raúl sentado levanta la mano y toma asiento mientras dice.
El hombre no parecía para nada molesto, y hablaba de forma educada, mira a los dos y dice tras un largo suspiro:
La mujer asiente y rápidamente dice bastante apurada:
Mientras le jefe de estudios hacia un gesto como para quitarle hierro al asunto.
Estaba a punto de levantarme cuando llegó el señor Jabego, cuando Silvia se disculpó me dirigí al jefe de estudios interesándome por la situación del velatorio.
- Señor Jabego, ¿que tal esta todo por el velatorio? ¿como esta su madre? La verdad es que hoy no esta siendo el mejor de los días. - Digo mientras entrelazo mis manos poniendolas frente a mi sobre la mesa.
- ¿Le gustaría tomar algo? Estaba a punto de levantarme para ir a pedir unos cafés a la barra. - Digo haciendo un gesto hacia la barra.
El hombre suspira unos segundos y dice:
El hombre asiente y dice.
Se hecha un poco para atrás en el asiento para añadir después:
El hombre mira a la mujer con una sonrisa amable, pero puede verse en su mirada como realmente estaba curioso e interesado por el asunto.
Silvia asiente y dice:
Vamos a dar un poco de tiempo a tu compañero para que se ponga al dia, por eso vamos algo mas "sosegados" con esta escena, pero cuando quieras avanzar por asi decirlo simplemente dilo
- Ni siquiera puedo imaginar por lo que está pasando, debe de ser algo muy duro. - Unos segundos después de decir esto me levanté y caminé hasta la barra para pedir un par de cafés con leche y un americano, solté algunas monedas sobre la barra y esperé sentado en uno de los taburetes mirando de vez en cuando mi reloj.
Cuando la persona tras la barra me entregó los cafés volví a la mesa y repartí las tazas. - Un café con leche para la señorita y un americano para el caballero. - Dije riendo mientras imitaba las labores de camarero, me senté en mi asiento y dí un sorbo a mi café. - El evento ya ha finalizado imagino, ¿no? - Pregunté al jefe de estudios.
No hay problema, no tengo ninguna prisa ^^
Mientras Raul estaba en la barra pudo escuchar lo que madre y profesor hablaban:
En ese momento fue cuando Raúl llego a la mesa, ante la pregunta sobre si el evento había terminado es el jefe de estudios el que responde: