Partida Rol por web

La habitación en la que entran consiste solo del armazón de una cama con los muelles al descubierto y una comoda que parece vacía.
Pueden ver al señor Bell parado en medio de la pieza, mirando a la puerta y rascándose la cabeza -No parece haber nadie aquí...- De repente, se escuchan sonidos de arañazos proviniendo de la única venta en la habitación, Gilliam gira su cabeza hacia la misma y empieza a caminar hacia allí...
 Cuando el historiador llega a la ventana, las paredes empiezan a gotear... ¿Es eso sangre? Sangre empieza a salir de las paredes y el techo -Pero que mier...- Comienza a decir el señor Bell, cuando el armazón de la cama sale disparado hacia él y lo tira hacia atrás, mandándolo a través de la ventana y hacia el exterior.

Se oye un Thump desde afuera y la sangre deja de brotar de las paredes y el techo, en pocos segundos no queda ni rastro de lo que ha pasado en el lugar, a excepción de la ventana rota...

 Estabas caminando tranquilamente por la acera de la calle, dirigiéndote al lugar de tu siguiente audición...

Llegas a la dirección escrita en el papel que te dieron... El chalé de ladrillo queda ensombrecido por los nuevos y más altos edificios de oficinas que tiene a ambos lados. La casa da directamente a la calle, y la parte de atrás está cubierta de malas hierbas y árboles medio caídos. A ambos lados de la residencia hay entradas que dan a la parte de atrás.
Es impresionante la manera en la que la casa parece esconderse tras las sombras que proyectan los edificios que la flanquean...
Notas un par de autos aparcados en frente de la propiedad y que la puerta de la misma está abierta... Y rota. De repente, oyes unos ruidos extraños proviniendo del segundo piso, te acercas para intentar discernir de que son cuando una de las ventanas de la planta alta explota y un hombre cae al piso gritando, el sujeto aterriza con un fuerte Thump y un charco de sangre empieza a formarse bajo su cuerpo...

No lo entiende, John simplemente no lo entiende, sabe que que su compañero Bell estaba ahí hace unos momentos y ahora no hay nada. Sangre... Un golpe seco... " qu.. qué ha pasado" piensa. Voltea a ver a sus demás compañeros, están todos, solo falta el sr Bell, Sangre... el armazón de una cama, una ventana quebrada.... escucha los vidrios quebrándose una y otra vez en su mente.

Una chispa de instinto recorre su cuerpo, empezando desde sus entrañas y subiéndo, hirviéndole en la cabeza, y sale corriendo sin pensar en dirección hacia el patio apartando ágilmente a sus compañeros detrás suyo, la lógica regresa a él en el trayecto: corazón, pulmones, cerebro, en ése orden; estaba acomodando en su mente los pasos a seguir para atender a  un politraumatizado... el optimista de Doe esperaba poder hacer algo. Llega al patio esperando encontrar al accidentado. 

-Dios mio! - grita sin saber del todo el porqué *

Witz venia detrás del doctor, lo vio entrar en el cuarto y acercarse a la ventana. Witz dio un paso al frente, iba a inspeccionar el cuarto cuando de las paredes comenzó a brotar un líquido rojizo, era difícil saber que era desde aquí, pero... Parecía sangre...

Realmente no le dio importancia, parecía que una tubería estaba rota, y su líquido estaba brotando de esas paredes, eso explicaría por completo el porqué los sonidos. Witz movió su pie para comenzar a caminar, adentrándose al cuarto 

-vaya, parece...- 

No pudo dar solo un paso, ni terminar la frase, cuando vio a Gilliam ser golpeado por la cama, que se movió por si sola, mandándolo a volar por la ventana. El problema no fue ese, sino, el momento en que la habitación por si sola se reparó a si misma. Witz quedó paralizado en el umbral de la puerta, mas adentro que afuera. Oyó pasos detrás, entendió que sus compañeros debían estar corriendo, el no lo hizo. No por valentía, por lo contrario, se paralizó del miedo, miedo a algo que no comprendía, miedo a que la casa realmente estuviera embrujada, y que estuviera matándonos uno por uno. Y allí se quedó, pasmado, pálido y paralizado, frente a la escena surrealista, de la cual no quedaban rastros

Asomado al marco de la puerta me encuentro cuando veo todo el acontecimiento. Las paredes lloran un líquido rojizo y la cama se mueve ¿sola? para empujar a Bell por la ventana. -Es todo muy cliché, seguramente me están tendiendo una broma por tildarme con el cuadro-, pienso. Salsa de tomate de las paredes y algún hilo bien ubicado en la cama y ya está. O eso creí, hasta que vi que la salsa de la pared desaparecía. Esto es extraño...

-Esto no es gracioso- digo, mientras volteo a ver al resto. Witz está paralizado, con una expresión pálida, y John corre por las escaleras. ¿Es una broma? -No... n-no es na-na-nada gracioso...- digo titubeando ya. Me acerco rápido al armazón de la cama, y trato desesperadamente de tantear el hilo del truco, pero no encuentro ninguno... no hay hilo... y lo de la pared... -O-o-o-oh...- Miro hacia la ventana, rota... siento necesidad de ir hacia allí y mirar abajo, pero temo lo que pueda encontrar... estoy paralizado.

Frederick no había escuchado ningún ruido desde la segunda habitación pero siguió a Bell una vez que entró, había propuesto que todos entrasen a inspeccionar cada habitación y decidió actuar acorde a su planteo. Sin embargo al hacerlo se encontró con una imagen inesperada. La sangre caía del techo y empapó al historiador, como un presagio de su final. El movimiento de la cama fue completamente antinatural y provocó la caída de aquél hombre por la ventana, tras lo cual se escuchó un golpe contra el piso del patio. Se quedó quieto en el lugar, no tenía la menor intensión de ver el cuerpo de su compañero, y John había tomado la iniciativa de ir a ayudarlo, si es que quedaba algo de aliento vital en ese hombre.

Witz estaba inmóvil y Eduardo se acercó a la cama y luego a la ventana. Él se quedó reflexionando, tratando de encontrar un sentido a lo que había visto. Su inteligencia le permitía darse cuenta que no había truco, no había ilusión, aquello había sucedido, de modo inexplicable y hasta imposible, había sucedido. Su mente se perturbó, acaso el culto que el señor Corbitt realmente era brujería? acaso los terrores de los que hablaban los libros antiguos podían ser realidad? Las preguntas se sucedían en su mente una tras otra y si bien en Munich había presenciado algunos rituales oficiados en secreto dentro de la Sociedad de Thule, no había visto jamás algo parecido. Una sensación ominosa comenzó a invadirlo - No hay duda que algo sobrenatural acabó con la vida de ese hombre, y caballeros, sepan que esa fuerza vendrá por nosotros y tendremos el mismo destino...- dijo con desesperanza, profundamente perturbado.

Desvío su mirada hacia el resto de la habitación, sin tener claro si era para buscar algo que explique mejor lo sucedido o si era para evadir la terrible realidad.

Fue muy extraña su reacción ante aquel hecho: Acostumbrada a ver escenas en el cine en las que los extras salían lanzados por las ventanas, al ver caer en el suelo a aquel hombre, lo que pensó es que algún director histérico, iba a salir de quien sabe qué escondite dciendo: ¡Corten! ¡Corten! ¡¿Quién es esa idiota?! ¡Nos ha arruinado la escena de la caída por la ventana!

Así que miró alrededor... Pero no vio a nadie. Nadie salió ni nadie gritó. Solo aquel hombre que seguía inerte en el suelo. Un líquido rojo y viscoso, empezó a salir de debajo del cuerpo. Desde luego, cada vez hacían mejor los muñecos que doblaban esas peligrosas caídas... ¡Era tan real aquel muñeco!

Volvió a mirar alrededor pero siguió sin ver a nadie y dio un paso atrás al ver que el líquido rojo, le iba a manchar sus maravillosos zapatos de tacón recién comprados, que evidentemente no eran demasiado apropiados para andar por aquel descuidado jardín.
Empezó a asustarse. Aquella situación no era muy normal y se acercó al "muñeco" que había caído por la ventana. Era tan real... Tan auténtico...

Y al fin Eva gritó:

- ¡¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!

Aquello no era un muñeco. Era un hombre. Y estaba muerto. Ahora si que empezó a buscar con la vista desesperadamente a alguien que hubiera por allí mientras se iba retirando a pequeños pasitos de lo que ya sabía que era un cadáver.
El corazón parecía salírsele del pecho por la boca. Estaba aterrorizada.
En ese momento, volvió a mirar hacia arriba, hacia la ventana por donde había caído el hombre y allí pudo distinguir un hombre. No. Dos... Muy posiblemente los asesinos de aquel desdichado. Dio media vuelta y con cortos y rápidos pasitos, se alejó del caserón camino de la entrada.

 Un hombre viejo y mal-vestido llegó corriendo a la escena, presumiblemente atraído por los femeninos gritos de pánico del Dr. Doe y la señorita Eva, y se arrodillo inmediatamente en frente del cuerpo, sin darse cuenta o siquiera importarle el gran charco de sangre en el piso.

 Sin decir palabra alguna, el hombre examino el cuerpo, negó con la cabeza y dijo -Este está muerto... ¡Usted!- Señalo rápidamente a un pobre y aterrado hombre, vestido en traje de negocios, que pasaba por ahí -¡Valla y llame a la policía!- El desconocido asintió con la cabeza sin dudarlo y empezó a correr hacia la cabina telefónica de la esquina. 

 En miseros segundos, una pequeña multitud de hombres en traje de negocios y mujeres en vestidos de oficina empezaron a rodear la propiedad, parece ser ya era hora pico... Como pasa el tiempo cuando estás investigando una casa embrujada, ¿Eh?

 -¿Que pasó aquí?- Preguntó el viejo hombre, mirando tanto a la señorita Eva como al Dr. Doe

Su ominoso presagio fue sucedido por un grito de mujer, afirmando la sentencia. Se escuchaba desde abajo el murmullo de una conversación, palabras sueltas que no podían significar nada bueno, "muerto", "policía", "que pasó". Frederick interrumpió su búsqueda y habló con firmeza y en voz baja a sus dos compañeros, uno que estaba a punto de  asomarse por la ventana¹ y el otro que estaba en medio de la habitación, paralizados.

- Si viene la Policía, ve que la puerta fue destruída violentamente y un hombre cayó de la ventana en que usted, Eduardo, está ahora a punto de asomarse, me temo que estaremos en grandes problemas. Por los gritos y murmullos de abajo, creo que el tiempo se nos agota. Por favor pensemos qué vamos a decir a las autoridades antes de bajar, porque si encima nuestros argumentos no son coincidentes, me temo que pasarán unos días entre rejas- el escritor no se incluyó entre los detenidos, era un reconocido consultor de Harvard, saldría en pocas horas de la comisaría.

-Aunque si alguno conoce un buen escondite... el patio con llaves tal vez? el sótano? ... o saltar por otra ventana, si, eso, tal vez sea mejor eso...- dice, aún turbado por la tenebrosa escena que había presenciado segundos atrás.
 

Al llegar a la escena el doctor vio el obvio cadáver del sr bell, derramando sangre abundantemente, no habría forma alguna de salvarle; murió en el acto, otra de las cosas que mira es a una mujer, asustadísima por ver el cuerpo, y al vendedor de periódicos hacerse cargo de la situación.
-¿Qué pasó aquí? ¿No es obvio?, el Sr Bell ha tenido un desafortunado accidente, -Dice John con desesperación en sus ojos- Escuchó ruidos extraños en una habitación de la casa y corrió, pensando que alguien estaba en peligro, al llegar al lugar tropezó hacia la ventana.... fue horrible, todo pasó en un abrir y cerrar de ojos, yo mismo corrí tras él siguiendo los ruidos y observé la fatìdica  escena-
Se aseguró que los que estaban arriba y algunos de los hombres en la calle, pudieran escuchar la explicación, era un reconocido doctor que no tenía motivos para terminar con la vida del Sr. bell, y tenía contactos en la policía; estaría bien.
Esperaba que los demás hombres bajaran pronto o esto empezaría a verse sospechoso.
 

Nada podía hacerse por el difunto, pero la forma bizarra en la que murió aún daba vueltas en la cabeza de Witz. Permaneció allí, parado, como si el tiempo se hubiera detenido, hasta escuchar un grito femenino. Sintió como si estuviera cayendo, pero estaba parado. Su cabeza daba vueltas. Escuchó voces abajo, un "llamen a la policía".

Las preguntas del escritor eran buenas, pero llegaron en el peor de los momentos incrementando la preocupación del ya perturbado calvo.

-n-no lo sé...- dijo en un tono bajo. Ya no quería estar aquí. Ni en el patio ni en el sótano...

La mente de Witz maquinaba como nunca. Como explicar lo que sucedió?? A quién culpar?? Si se ponían a analizar un poco, él venia detrás del muerto señor Bell, y era el único cuyo trabajo podría jugarle en contra a la hora de buscar un sospechoso. Sí, él sería el más sospechoso en toda la casa, tenia que huir, algo tenía que hacer. Fue entonces cuando el doctor habló fuerte y claro. -una coartada! Y una muy buena...- pensaba Witz para sus adentros. Quizás lo mejor sería bajar y reforzar la historia del doctor... -o será que??- 

-si, eso es!- dijo al escritor cuando hubieran escuchado a Doe. Sus ojos brillaban de emoción, como si hubiera encontrado la respuesta a las preguntas que buscaban. 

Por la mente de Witz pasaba la posibilidad de que el doctor hablara con la verdad... -y si solo tropezó?? Si de verdad fue un simple accidente pero no entendí bien lo que pasó??- quizás se estaba volviendo loco... En fin, no era momento de pensar en ello... Debía bajar y asegurarse que la historia de Jonh sea creída por todos. Bajó las escaleras y agregó

-es cierto, estábamos explorando la casa, el dueño nos lo pidió- tenían papeles que lo demostraban, estarían bien.. -y como el señor Doe dijo, el hombre tropezó y cayó por la ventana...- no estaba bien... Fue realmente un accidente?? O detrás de todo esto hay un culpable?? Pronto se sabrá... Al menos eso sentía Witz en su interior...

Aquel tipo anciano que se acercó a examinar el cuerpo tendido en el suelo, comenzó a dar órdenes aquí y allá pidiendo explicaciones... Yo no podía dárselas. Acababa de llegar, pero el tipo se puso muy pesadito. Parecía que era quien mandaba allí aunque parecía un mendigo harapiento.

Así que, entre una cosa y la otra, decidí mantenerme callada: Ese tipo no me inspiraba la más mínima confianza. Además, debía de salir de allí lo antes posible... Se me estaban arruinando con el polvo y el barro mis maravillosos zapatos nuevos.

 En menos tiempo del que se tarda en decir "Estamos jodidos", nuestros investigadores pudieron reconocer el sonido de sirenas policiales en la distancia...

 Mr. Dooley, firmemente al cargo de la situación, miro al señor Doe a los ojos -¿Eso fue lo que pasó? ¿Se calló por la ventana el solito?- Era obvio que el hombre tenia sus dudas, peor parecía inclinado a creer.. -¡Mentira!- Gritó una vieja con cara de pocos amigos -¡Yo los vi tirando la puerta abajo! Son unos ladrones, unos sinverguenzas!- Con los gritos de la vieja, otras personas de la multitud empezaron a gritar también -¡Si, ladrones!- -¡Sinverguenzas!- -¡Agarrenlos!- 

 Mientras tanto, una patrulla estaba estacionando cerca...

Witz sabía que no era malo para él usar la violencia frente a la policía, ellos también suelen usarla, pero en una situación donde hayan tantos testigos, deberían actuar como policías honrados, por lo que le jugaría una mala pasada. Pero MIERDA! Tenía tantas ganas de sacar su arma y disparar a la vieja... Esto lo resolvería con palabras, como personas civilizadas que eran

-Sí, tiré la puerta, porque no se habría- la miro de reojo y la pateó, como si fuera culpa de la puerta el encontrarse en esta situación -pero un bólido que es dueño de la casa nos mandó a verla, si el dueño nos deja no hay problema- -yo abro como quiero, hija de puta- -aparte no ves un huevo sin los anteojos, así que callate o se te van a caer los dientes postizos!- 

En la mente de Witz, todos reirían con el chiste de los dientes de la anciana, para darse cuenta que son buena gente y luego marcharse cada quien a su lugar. Los malos modales y los malos chistes de Witz le jugarían una mala pasada?? 

Conservando la calma, ya acostumbrado a tratar con viejas locas, John simplemente ignoró a la señora y a los mirones y le pidiò a Witz que guardara silencio, consideraba que él estaba en la mejor posición para hablar con la policia, debido a sus contactos por parte de su padre y a su trabajo como médico joven y respetabe.

-Oficial, hágame un favor y disperse a la gente, no queremos que se haga un lio muy grande de este triste accidente.

Acto seguido se dispone a contar los detalles del suceso, ateniendose siempre a lo que dijeron en un principio... -Como verá no hay motivos, ni medios para cometer tal crimen.

Empecé a echarme hacia atrás despacio. Pasito a pasito. Aquello se estaba poniendo peligroso: siempre que había tumultos, la situación era peligrosa. Incluso cuando se arremolinaban alrededor para pedir autógrafos lo era. Y esta vez esa gente, no venía para eso. Muy al contrario. 

...Si lograra alcanzar la puerta y salir, podría coger un taxi: A todas luces, me había equivocado de dirección ¡Oh!

Eva mira hacia atrás y ve como una de sus medias de 2 dólares, se ha enganchado en un matojo.

- ¡Maldición! -Dijo en voz baja-.

La verdad era que tenía dificil escabullirse con aquellos taconazos y aquella llamativa ropa, pero tenía que intentarlo...