Partida Rol por web

Drommbar aún notaba la adrenalina del combate en las venas, pero no sería buena idea continuar si Debbe se encontraba mal. Al fin y al cabo, había peleado ella sóla contra uno de esos monstruos, así que se merecía un poco de atención por parte del sanador del grupo.

- Espero que no haya todas esas cosas -dijo, respondiendo a lo que decía la pícara-. Aunque a mí realmente me da igual qué camino tomar. Sólo quiero encontrar el oro... Bueno, y que Ameiko se reponga, claro..

- Debbe nosotros no empezamos ... pero si en este castillo quieren guerra la tendran. Ameiko depende de nosotros. Revisa las puertas y escojamos una. Quietos no conseguimos nada.

Oh... venga Kevan. No me he quejado de hecho quiero entrar cuanto antes ¿Os imagináis como puede ser? Tengo unas ganas terribles de verlo...pero deberíamos avisar a Sandru y Koya cuando pasen dos noches. Debbe seguía con el brazo extendido pues veía que Grongar parecía estar pensando en aplicarle otra cura mágica o algo por el estilo—Tranquilo "Gron" puedes curarme con vendas ¿no? Ya me curará Spivey cuando vayamos a la caravana y podemos necesitar tus poderes alllí dentro. Puede que haya más...muertos...

Kevan sonrió conciliador.

- Debbe, se que eres dura. Nadie duda eso. Si estas dispuesta y Grongar ha terminado, deberíamos seguir ... ¿Tal vez las escaleras hacia arriba? Antes de abrir las puertas puede que veamos que hay dentro del patio ¿no?

-Ir arriba tiene sentido... pero también es más peligroso. Puede que quedemos atrapados aquí-reflexionó el enano con preocupación- Bah que demonios, será mejor no pensar mucho en los peligros que tenemos por delante o no avanzaremos. Muchacha no te alejes demasiado, esas heridas parecen feas...

Debbe suspiró. Parecía que el enano no le había hecho caso en lo de las vendas pero no iba a desanimarse por ello. La chica se acercó con cuidado una a una a las puertas, empezando por su derecha para comprobar si había trampas o si había alguien al otro lado. Cuando terminó de hacerlo, y antes de responder a las interrogantes miradas de sus compañeros salió al exterior y comprobó con los ojos entrecerrados la altura de las ventanas.

Debbe no encontró ninguna trampa en la puerta y se decidió a abrirla para echar una vistazo. Lo que vió era lo que podían imaginarse. Un enorme patio se abría ante ellos y, al otro lado, varios edificios se alzaban amenazantes. Uno de ellos era el propio castillo, las salas interiores, el otro era más pequeño, como si fuese un establo o algo similar.

Kevan se quedo a unos metros de Debbe, con el arco preparado para cubrirla.

Durante unos instantes reflexiono sobre lo feroces que parecían estas criaturas y la suerte que en lineas generales estaban tomando. Esperaba que no se confiasen demasiado ...

Grongar esperó con la ballesta carga a que Debbe les diera la señal para avanzar. Aquel lugar era un sitio peligroso y más le valía tener puestos todos los sentidos en lo que estaban haciendo.

Debbe les hizo un gesto para que les siguiesen hasta la puerta y desde allí corrió a parapetarse en los establos. En aquella carrera la chica demostró a la perfección lo que significaba ser una ladronzuela y una pícaro. Sin emitir sonido ninguno se deslizó como la sombra de un gato hasta el pequeño edificio. Debbe solía ser sigilosa. Pero aquel movimiento había sido bueno hasta para tratarse de ella.

Debbe cruzó el patio parapetandose contra una pared que estaba en frente, no vio a nadie en el patio, ni parecía haberlo a simple vista en los torreones o las murallas. El resto de la gente, asomada a la puerta, pudo ver lo que la pícaro había visto segundos antes: Un enorme patio se abría ante ellos y, al otro lado, varios edificios se alzaban amenazantes. Uno de ellos era el propio castillo, las salas interiores, el otro era más pequeño, como si fuese un establo o algo similar.

Debbe levantó la mano en señal de que todo estaba despejado y se acercó a la puerta para comprobar que no hubiese nadie allí dentro. Mientras los demás se acercaban la chica apoyó la oreja en la rendija que había en la puerta y sacó el cuchillo para utilizarlo a modo de espejo. De este modo, aunque no vería la habitación completa podría ver si había alguien cerca de la puerta.

La habitación esta completamente a oscuras, no ves a nadie. Tan solo una luz que se cuela por algun agujero y que, efectivamente, da las pistas para saber que se trata de un establo.

Con cautela, Kevan se aproximo a Debbe con rapidez, con el arco dispuesto ... y esperando una emboscada en cualquier momento. 

Es valiente esta Debbe ... y guapa ... una pena que este suspirando por otro ...

Salir al estéril patio daba una perspectiva mucho más cercana de lo que era realmente. Un patio de tierra compactada que contenia, aqui y alli, distintas agrupaciones de malas hierbas de aspecto resistente y surcos en el suelo como si hubieran sido causados por pies en forma de garras. También se veian, tan sólo si te fijabas detenidamente, montículos blancos de estiercol del tamaño de cabezas humanas. ¿De dónde provenia eso?

Y no iban a tardar en averiguarlo. Kevan cruzó el patio, siguiendo a Debbe pero sin la discrección con que ella lo había hecho. Fue entonces cuando todo comenzó. De lo alto de los torreones comenzaron a escucharse los graznidos de seres iguales a los que habiais matado, y entonces, las puertas que estaban al lado de Debbe se abrieron. Ella no había podido verla antes, pero de la misma surgió una gran araña. Era gigantesca, del tamaño de un perro muy grande, y se abalanzaba sobre la picaro.

Drommbar se asomó al patio al escuchar aquellos graznidos. Le pareció que eran muchos... demasiados. Y por si fuera poco, encima allí había una araña espantosa que se lanzaba sobre Debbe.

En el corto margen de tiempo del que disponían, el enano sopesó las posibilidades del grupo. No sabían cuántos de aquellos monstruos podían cernirse sobre ellos en ese patio, pero si eran muchos tendrían un serio problema. Drommbar nunca escapaba de un combate, pero tampoco era tan estúpido de lanzarse al peligro sin saber a qué se estaba enfrentando.

- ¡Humana, vuelve aquí! -gritó-. ¡En un espacio tan abierto estamos perdidos si nos rodean!

La puerta del pasillo del castillo era un cuello de botella que podrían defender, y tendrían al menos la ventaja de luchar en un espacio reducido, donde podrían contrarrestar la superioridad numérica de sus rivales. Además, él era un enano y estaba acostumbrado a pelear en espacios cerrados.

Tan sigilosa había sido Debbe como ruidoso había resultado ser Kevan. Justo cuando la chica iba a preguntarle si creía que estaba en una taberna, una de las puertas se abrió y una araña apareció ante sus ojos...¡Una maldita araña! Como la de la cueva donde se habían metido aquel día... Pero ahora estaba sola ante ella y Drommbar estaba demasiado lejos como para cortarla la cabeza. 

Asustada lanzó una estocada a ¿cara? de la criatura pretendiendo despistarla antes de echar a correr. Lo que Debbe no había supuesto es que iba a acertar, de modo que mientras corría hacia la salida presa del pánico, la araña rugía furiosa sangrando por un par de aquellos horribles ojos haciendo que la joven se asustase más.

A...a...¡¡araña!!Yo...mato a Kevan....

Antes de que la pícaro pudiera alejarse, lanzó un ataque contra la araña que le hizo una fea herida en el torso. Pero después, cuando iba a escapar, la araña consiguió morderle una de las piernas. Debbe consigió alejarse durante un segundo. Pero la araña emitió un grito sordo y, entonces, salió corriendo detrás de ella para efectuar un segundo ataque. La picaro esta vez estaba preparada y lo esquivó, no sin dificultades.