Partida Rol por web

Tras derribar a la criatura el enano se giró en redondo para encontrarse con un malherido Kevan que estaba en apuros.

-¡Kevan detrás de mi!-le dijo al hombre mientras corría en su dirección para protegerle.

Aunque la situación estaba casi controlada, aún era imperativo salir de aquél patio cuanto antes. No sabían cuántos enemigos les acechaban aún en las alturas, y el humano no iba a aguantar mucho más...

- ¡Id hacia la puerta! -exclamó Drommbar, mientras lanzaba un golpe para tratar de acabar con el último enemigo.

Aunque, concentrado como estaba en ver cómo Grongar se llevaba al maltrecho Kevan, el tajo no fue demasiado efectivo. Quizá él también debería ir pensando en salir de allí...

El ataque de flanqueo junto con Kevan por parte de Drommbar fue inútil ya que el córvido, ansio de matar, lo esquivó con relativa facilidad. Mientras, el clérigo se le acercaba a Kevan para poder curarle y este, a su vez, trataba de matar a la criatura evitando ser golpeado. Su ataque falló de nuevo.

Pero no asi la flecha de Debbe, que surcó el cielo para clavarse en el hombro del pajarraco azul y bípedo. Cansado de pelear contra el magus, trató de tumbarle para poder encargarse del resto rápidamente. El ataque fue suficiente para que Kevan cayese inconsciente en el suelo. El córvido se preparó para atacar a Drommbar y la garra consiguió también herirle en el pecho. Por suerte la herida no fue demasiado profunda.

Debbe apuntó con el arco al corvido pero los nervios la fallaron y la flecha salió en otra dirección. Ni corta ni perezosa levantó en el aire dando una patada a la empuñadura y lo recogió. Lanzó una mirada a Kevan. Estaba inconsciente, si los enanos no acababan con el cuervo en ese turno estaría perdido.

Drommbar pudo ver, mientras la infecta garra del córvido le atravesaba la carne del pecho, cómo Kevan caía inconsciente al suelo. "Esto no va bien...", pensó contrariado mientras apretaba los dientes por el dolor.

Cargó un nuevo golpe lo más deprisa que pudo. Tenía que matar a esa criatura y luego llevarse al humano a un lugar seguro. Se esforzó al máximo por concentrarse en golpear al monstruo, y tal vez fuera por ver a uno de sus compañeros en peligro, el golpe le salió bastante mejor que los anteriores.

Grongar vio como el humano caía frente a la criatura y de un salto se abalanzó contra ella blandiendo su hacha aprovechando que estaba distraída con Drommbar. Aquel córvido luchaba con todas sus fuerzas como cualquier criatura en peligro, pero pronto sería su sangre la que salpicase el suelo.

Finalmente, los ataques conjuntos de los enanos acabaron una vez más con la criatura. Grongar despistó al corbido con un ataque a la pierna que le hizo una herida menor, pero que fue aprovechado por Drommbar para seccionar la cabeza del pajarraco de su enorme y musculado cuerpo.

Finalmente todos habian caido, pero con ellos también habia caido el magus, que a pesar de su buen hacer defensivo, habia caido frente a las afiladas y poderosas garras del córvido.

Sin pararse a descansar después de haber peleado, ya con el extraña arma oriental en la mano, Debbe lo posó sobre la cara de Kevan, rezando a Desna para que aquello funcionase, aunque no sabía muy bien que era lo que hacía...¿Pero no le había dicho el mago que aquella espada podía también sanar? Si era así quizás podía estabilizarlo lo suficiente para que Grongar lo curase...

Sin parar ni un instante se giró en redondo y se dirigió hacia Kevan. Una vez habían acabado con la amenaza pudo centrarse en sus compañeros heridos. Nadie había salido indemne de aquella refriega y eso era un problema las bendiciones de su dios no durarían eternamente y las cosas se pondrían cada vez peor. Levantando el símbolo sagrado con el puño por encima de la piedra, regalo de Ameiko, que orbitaba  alrededor de su cabeza el enano lanzó un par de breves plegarias esperando poder curar las heridas de sus compañeros.

Kevan murmura débilmente, con el rostro bastante pálido.

- ¿Acabasteis con esa bestia? Tal vez deberíamos regresar al santuario del hada en el cementerio. Necesito descansar y puedo ser más un lastre que otra cosa.
 

Bueno, si...yo tengo otra idea. Te vamos a dejar aquí tirado mientras nosotros exploramos el resto del castillo. Es más. Dejaré por aquí unos cachivaches mal colocados para que hagan ruido y al caer vengan todos a desmemrbarte mientras nosotros nos colamos. Así tendremos más oportunidades...¡¡¿Estás tonto o qué?!! Ahora mismo te llevamos donde Spivey.

Chicos, tenemos que volver... y no podemos entrar así como así. Lo mejor será que avisemos a Sandru, Shalesu y Koya. Ellos han viajado, lo mismo saben algo de estos cuervos y de como vencerlos más facilmente.

-¿Pero que crees que es esto? ¿Una excursión? No se cuantos guardias habrá en este castillo pero no podemos estar saliendo y entrando como goblin por su casa. Espera un momento Kevan, trataré de calmar tu dolor y, nos guste o no, tendrémos que seguir adelante o abandonar...-dijo el enano mientras convocaba un hechizo sobre el humano.

El color pareció asomar nuevamente al rostro de Kevan. Sonrió debilmente a Debbe y respondió con seriedad a Grongar.

- No es una excursión. Lo sé. Soy el que se estaba desangrando hasta que me salvaste. Pero ahora no estoy en condiciones, no sé los demás. Mis hechizos más ofensivos ya han sido lanzados. No sé cuantas veces podrías curarnos, pero entablar otro combate así, puede acabar con varios de nosotros muertos. Y una cadena es  tan fuerte como su eslabón más débil. No es miedo Grongar, si no sentido común. Seguir es pedir que nos masacren. Descansemos en el santuario y volvamos.

¿Y crees que podremos volver a entrar?¿Que te hace pensar que no habrá 100 de esos córvidos esperando en la puerta a que nos acerquemos?-le preguntó el enano- entiendo lo que dices, y yo ya estoy cansado pero no podemos dejar pasar esta oportunidad si queremos ayudar a Ameiko... Quizás... Debbe podrías ir a buscar ayuda a la caravana mientras nosotros nso parapetamos en alguna de las habitaciones por las que hemos pasado antes... Solo espero que logremos aguantar hasta que regreses.

-  Dividirnos no es una opción Grongar. Ocultemos los cuerpos, dejemos trampas, cerremos las puertas ... pero si vienen cien de estas bestias, ni dos ni cuatro de nosotros seríamos rivales.

¿Si cae Drommbar se puedes curar? ¿Y si cae alguien más? Se realista Grongar. Mis hechizos de combate más potentes estan agotados. Soy buen espadachín, pero no un duro guerrero como Drommbar. Si tu compañero enano y yo estamos en vanguardia, debo estar en condiciones o le dejaré tirado en el primer encontronazo. Con esa criatura que me hirió, podría haber retrocedido, pero Drommbar tambien habia sido herido, y Debbe. Si uno de nosotros es derribado, los demás corren más riesgo. Imagino que Drommbar y yo hubiesemos caido inconscientes y quedasen dos criaturas contra Debbe malherida y contra tí. Por que es lo que puede ocurrir a partir de ahora, mi valeroso amigo. Guarda esa furia, emplea la cabeza y mañana podremos enfrentarnos con más garantías.

-Tienes razón-admitió por fin el enano, no tenía ganas de continuar con aquella discusión sin sentido cuando las palabras de Kevan eran las más sabias- Esta bien, marchemonos ahora que aún podemos y tratemos de recuperarnos. Esa criatura del cementerio... me gustaría saber que demonios habita en este castillo y a que nos enfrentamos, entrar así ha sido una temeridad...

La lucha no es lo mío dijo Debbe con no demasiada lógica, pues su destreza con el arco había sido ciertamente muy superior a lo que la chica se esperaba. Arriesgarnos no salvará a Ameiko. Lo que la salvará será saber que es lo que está pasando...y solos no podemos. ¡En la caravana hay gente muy capaz!

Mientras hablaba Debbe ayudó a ponerse en pie a Kevan, y comprobó que pudiese andar. Será mejor que salgamos fuera, aunque sea para hablar. Es peligroso estar aquí.