Partida Rol por web

Debbe se acercó al drac, no era exactamente un dragón, pero era algo asi como su primo cercano. No le fue necesario inspeccionar mucho para darse cuenta de que habia sido asesinado por tremendos y violentos golpes efectuados con el canto de un arma. 

En ese momento, alrededor de Debbe, aparecieron dos pequeños Reefclaws, que se abalanzaban sobre ella.

Debbe se giró velozmente a ver quien era el responsable del ataqué y palideció al momento. Al final los enanos iban a tener razón: el agua no deparaba nada bueno

-Joder-gruño el clérigo que, sin ánimo alguno de meterse en el agua donde sabía que tenía desventaja, sacó la ballesta y empezó a apuntar a las criaturas.

Kevan prepara el arco mientras musita un hechizo que vincula su magia al arco.

Al darse cuenta de que había peligro, Drommbar preparó su arma. Aunque el sentido común dictaba que era mejor no encontrarse con problemas, el enano llevaba todo el viaje deseando desentumecer los músculos y aquellas dos infectas criaturas eran el blanco perfecto.

Sin casi dar tiempo a reaccionar, los salvajes monstruos marinos se abalanzaron sobre la pícaro con intención de atacarle con sus poderosas mandíbulas. Uno de ellos erró, pero el otro agarró a la mujer de la pierna, y la reacción rápida de esta, impidió que el bicho se mantuviera agarrado a la misma. Si eso hubiera pasado, Debbe habría quedado a merced de los mismos. Aún podía correr fuera del agua, claro que su velocidad era mucho más lenta, pues el agua le cubría algo más que el muslo. Y aunque lo consiguiera ¿se detendrían los bichos en su persecución? ¿O la seguirían más allá de la orilla?

Debe se escurrió lanzándose al agua para esquivar a los seres que les atacaban. No había visto jamás seres así, ni siquiera recordaba que Sandru le hubiese contado historias sobre animales parecidos. Lo único que sabía es que tenía que salir de su rango de ataque y, si era posible acercarlos a la orilla ya que los enanos no entrarían en el agua. Con un magnifico movimiento, seguido de uno mas torpe donde exponía su cuerpo, sacó su Wakisazhi y lo descargó contra el animal que tenía más cerca. EL acero era de una gran calidad por lo que esperaba que su certero y potente golpe penetrase en la dura piel de la bestia. 

El clérigo avanzó hasta colocarse a la altura de su compañero. Con un nuevo virote en su ballesta volvió a disparar contra la criatura que agarraba a Debbe. Si hacía falta se metería allí para arrancarla de las garras de aquellas bestias acuáticas.

-¡Debbe, ven hacia nosotros!-le gritó el enano tras soltar su virote que se hundió en el agua, bastante lejos de donde estaba su objetivo. Maldiciendo rápidamente se preparó a cargar de nuevo su ballesta. Desde luego el enano prefería las peleas de taberna.

¡¡Esto está tirado Grongar!!— respondió la humana saltando de un lado para otro, animada por su éxito con el potente golpe. La picara estaba empapada de pies a cabeza pero se la veía animada pese a todo. No entendía porque Sandru quería dejar la época de aventuras atrás. Era tan estimulante...

Drommbar gruñó cuando vio que Debbe era mordida por aquellos monstruos acuáticos que, por cierto, le repugnaban bastante. Había tenido encuentros anteriores con ellos y sabía lo peligrosos que eran.

- ¡Sal del agua! -gritó, casi a la vez que Grongar advertía también a la pícara.

Se movía nervioso, pero para un enano armado hasta los dientes y cubierto por una coraza como la suya, meterse a luchar en el agua era poco menos que un suicidio. Podía hacerlo si no había más remedio... pero lo mejor era evitarlo a toda costa. Así que en lugar de ello, optó por tomar una de sus hachas arrojadizas y lanzársela a uno de los dos monstruos.

Fue fácil evadir a la primera criatura, con un rápido movimiento la dejó atrás sin poder reaccionar. Pero la segunda no fue tan sencilla y mientras se movía, recibió una dentellada. Por suerte, la dentadura sólo pudo masticar aire, cuando Debbe se echó hacia atrás.
 

El acero del arma oriental se hincó con fuerza en la resistente piel del monstruo marino, haciendo una fea herida de la que empezó a manar un denso líquido entre negruzco y rojizo, parecido a la sangre humana.

La otra de las criaturas recibió, primero un flechazo de Kevan que se clavó cerca de su cuello, y después un enorme arma arrojadiza que impactó en un lateral de su sien, causando otra fea herida. A pesar del tiempo que llevaban en el carruaje, se notaba que no habían perdido la práctica con las armas. En cambio, Grongar falló su ataque, que se perdió en el agua.

Un hilo de sangre corría por la pantorrillla de Debbe pero eso no la preocupaba. Lo que la preocupaba era la seguridad de que ese ardor que sentía era veneno.La joven sabía que tenía que acabar rápidamente con el monstruo antes de que el veneno hiciese efecto de modo que volvió a exponer su espalda a la bestia mientras se deslizaba para flanquearlo y poder hacerle mas daño.

Kevan retrocede un paso para mejorar su ángulo de tiro y dispara a la criatura más alejada y suelta la flecha que firme hacia la bestia.

- ¡Drommbar! ¡Ayudala!

El clérigo disparó una vez más sobre la criatura que aún no había alcanzado a la chica. Si por él fuera no le daría oportunidad de alcanzarla.

Drommbar sonrió bajo su máscara al ver que había acertado en la sien al monstruo acuático, pero gruñó cuando comprobó que el impacto no había sido suficiente para dejarlo fuera de combate. Sin pararse a pensarlo dos veces tomó su otra hacha arrojadiza y la lanzó contra el mismo reefclaw, deseando que esta vez sí bastara para acabar con él.

- ¡Toma esa! -exclamó al dejar volar el arma. Si fallaba estaría en un problema. Era su última hacha arrojadiza...

Tranquilos, todo va bien—dijo la pícaro agachandose para esquivar el hacha de Drommbar mientras se preparaba para volver a atacar, acercándose poco a poco a la orilla en el proceso.

Los continuos mordiscos a la picaro consiguieron finalmente inyectarle algo de veneno. Ella sintió como la espada en sus brazos se hacía más pesada, aunque no estaba segura de si sería por las heridas o realmente era que el veneno le había afectado. Mientras ella luchaba contra las asquerosas criaturas, su cuerpo luchaba contra el veneno.

El ataque de Debbe, además, falló esta vez el ataque a su objetivo, que lo evitó echandose a un lado.

La flecha de Kevan surcó el aire con un silbido para, esta vez sí, impactar contra la criatura que se acercaba a la picaro desde detrás. En pleno moimiento, la criatura cayó al suelo, no sin antes descargar un ataque sobre... sobre su compañera. Por desgracia para el grupo, los ataques no fueron eficientes, hubiera sido conveniente que se mataran entre ellas.

Tampoco fue de mucha importancia, ya que Drommbar estaba muy fino en su acierto, y con un tremendo hachazo desde la distancia, acabó con la criatura que acechaba a Debbe. Esta, también en un último aliento, efectuó sendos ataques sobre la pícaro, pero la rapidez de esta le salvó de una nueva herida.

Por los pelos...

Debbe estaba pálida pero parecía contenta y no pudo evitar ver el rostro de sus compañeros, preocupados por ella. La chica se acercó chapoteando cansadamente...demasiado cansada...pero también despreocupada de sus heridas. No os preocupéis, solo me ha rozado...arf....arf...no se porque pero estoy agotada...estoy...