Partida Rol por web

Kevan sostuvo un trozo chamuscado de madera y tras examinarlo lo arrojo al agua.

- ALGO ... destrozo esta barcaza. Y o bien había magia tambien involucrada o la criatura era formidable ... de las que tienen garras y lanzan rayos.

Drommbar observó los daños del navío, y eso hizo que le gustara aún menos. Instintivamente, miró alrededor.

- Ese barco no pudo navegar mucho tiempo en ese estado -dijo-. Lo que sea que lo hizo, debe estar cerca...

Si tenían que enfrentarse a semejante bicharraco, lo iban a tener difícil, por mucho que estuvieran acompañados de aventureros expertos. Ganarse una parte de aquél tesoro iba a resultar más complicado de lo que habían planeado.

- Bueno... - dijo Grongar no muy convencido - Hemos visto un cadáver reciente de lo que parecía un dragón o bestia marina similar. ¿No creeis que podría estar relacionado?

- ¿Y las quemaduras por electricidad? ¿Crees que atacarían no a un humano si no a una barcaza mayor que ellos?

Tal vez, no sé, pero este pueblo me pone la carne de gallina.

El enano se encogió de hombros. Al fin y al cabo, él sabía de cerveza, no de monstruos marinos. Detestaba el agua, quizás no tanto como los de su raza, pero si lo suficiente como para no querer viajar en barco ni por placer ni por necesidad. Asi pues, se mantuvo fuera mientras eran los demás los que terminaban de examinar las quemaduras.

- ¿Seguimos al faro o quereis mirar algo más?

Kevan miro dudibativo los muellos, algo indeciso y preocupado.

Drommbar asintió. Todo lo que fuera alejarse de ese barco le parecía buena idea.

- Al faro, pues... -gruñó.

Mmmmm no olvidemos que estamos aquí por Ameiko...así que lo mejor será que no dejemos un solo rincón por revisar. Pero si queréis ir antes al faro, no hay problema

Kevan asintió ante las palabras de Debbe y reviso la zona con interes.

El faro era un edificio construido en piedra. Estaba menos afectado por el tiempo que las construcciones de la ciudad, pero a dia de hoy, no era más que una cáscara vacía después de que el techo se cayera hacía ya muchos años. No obstante, Kevan no quería ir al cementerio sin haberle echado un buen vistazo. Y fue buscando entre los escombros, cuando encontraron una caja fuerte medianamente destrozada. En su interior había 93 monedas de oro y una vieja llave oxidada. No obstante, no había puerta alguna que abrir.

-Toma Kevan-dijo lanzándole la llave al hombre- no creo que nos sirva de mucho, tírala si quieres no parece que haga falta para entrar al faro-bromeó el enano mientras salia del edificio.

Kevan miro pensativo la llave mientras salían del faro.

- Nunca se sabe lo que puede acabar siendo útil, Grongar.

El cementerio se encontraba en la zona sureste del pueblode Brinewall. Al acercarse a la desvancijada valla de madera que rodeaba el cementerio, pudieron comprobar como las puertas estaban hechas de un poderoso material metálico y estaban flanqueadas a cada lado por una estatua de una preciosa mujer con alas de mariposa. (Religion CD10 para saber quien es)

Las puertas estaban abiertas y pudieron acceder al interior sin problemas. El claro interior consistía en una pequeña colina que debía contener cerca de 12 tumbas. Una cripta de piedra se situaba en lo alto de la colina en dirección este. El cementerio se encontraba en un extrañisimo buen estado - la hierba parecía estar cuidada, no habia rastros de malas hierbas y las lapidas estaban bastante limpias.

En la parte norte, había una tumba que parecía alejada de las demás, como si fuese un nicho aparte.

Al entrar en el cementerio, Debbe no pudo evitar acercarse a las estatuas de la mujer alada. Eran increiblemente hermosas y además la resultaban familiares. Comprobando que la zona era segura la chica entró en el interior del camposanto con cuidado. 

¿Quien vendrá a cuidarlo hasta aquí? preguntó la chica a sus compañeros mientras posaba la mirada en la tumba solitaria y se acercaba poco a poco ¿Será esa la tumba de Tsutamu?

Aquello no le hizo gracia al enano. ¿Quién podía tener tan cuidado el cementerio estando el lugar tan desolado como estaba? Frunció el ceño, desconfiando. Primero, un barco destrozado por vaya a saber qué engendro, y ahora eso...

- O bien es cosa de magia, o bien hay alguien que no quiere dejarse ver por los alrededores -gruñó, en respuesta a la pregunta de Debbe-. Y si esa es la tumba del samurái, no me cabe duda de que está bastante vacía...

Se frotó la herida del cuello, recordando lo cerca que había estado de pasar al otro mundo en la lucha contra el guerrero no-muerto.

Kevan observaba inquieto las tumbas mientras se acercaban a la más alejada. Sus ojos recorrieron el lugar captando con atención cada detalle.

- Este sitio pone nervioso ... 

Grongar no dijo nada. Aquel sitio le gustaba tan poco como a sus compañeros puede que incluso más. No era la primera vez que veía un sitio así y sabía lo que podía ocurrir aunque normalmente esa clase de trabajos se las dejaba al resto de clérigos y el centraba su oficio en lugares donde, normalmente, había más cerveza y mujeres bonitas. Con una mano agarró fuertemente el símbolo sagrado que colgaba de su cuello y se adentró un par de pasos en el lugar.