Partida Rol por web

Jazz and Despair

[Sun Jae] One day all seven will die

Cargando editor
28/03/2019, 00:17
Narrador

Su nueva condición era extraña y retorcida y a la norcoreana le había costado varias noches aceptar, al menos en parte, en lo que se había convertido. Alimentarse de humanos la hacía sentirse una mala persona, pero lo que peor le hacía sentir es que sólo se sentía así tiempo después de beber su sangre. Sun Jae disfrutaba de atravesar su piel con los colmillos y aquello la asqueaba sobremanera. Pero ante todo la ahora vampiresa era una mujer práctica y había decidido que tomaría cartas en el asunto, aprovechando además sus nuevas capacidades para cumplir aquellos objetivos que le serían más complicados en vida. También se había propuesto buscar una manera de poder alimentarse sin tener que hacerle daño a nadie y así se lo había comunicado a Akande, su sire.

El Tremere no había puesto pegas con la condición de que mantuviera su ansia saciada y la Bestia bajo control. Él le había enseñado que la Casa Carna era un grupo de supervivientes dentro de su Clan y que debían permanecer fuertes para evitar que la Camarilla o que cualquier otra fuerza hiciese presión sobre ellos. Derick Adams era uno de los pocos Tremere afianzados en la ciudad y aunque pertenecía a la Casa estaba claro que había debido romper unos cuantos platos para haber sobrevivido al principado de Marcel.

Cargando editor
28/03/2019, 01:30
Akande Ngaujah

Sun Jae y Akande estaban en el Refugio que éste solía usar en Nueva Orleans, un loft en el vecindario de St. Claude, en un lugar bastante céntrico de la ciudad. Era únicamente la segunda vez que la norcoreana visitaba el refugio de Akande y eso significaba que había algún motivo de peso para hablar allí, algo que no traspiraba en la expresión de su Sire. Aunque había visto que era un hombre muy dado a la palabra y con facilidad para ganarse a la gente -igualito igualito que ella- también sabía que bajo esa capa dicharachera había un hombre bastante más serio e introvertido de lo que parecía; una máscara que solía portar para desenvolverse tanto entre vástagos como mortales. Eso era algo que admiraba de él.

¿Has sabido algo más de aquellos chicos de Crimea?— preguntó su Sire mientras desbloqueaba las contraventanas antes de abrir ésta y asomar la cabeza a la calle que había justo debajo, ceñudo

Cargando editor
28/03/2019, 12:40
Lee Sun Jae

Llevaba un buen rato sentada en un sofá. No se atrevió a fisgonear el refugio de Akande por mucho que le picara la curiosidad la vez que estuvo allí. Quizás esta sería su última oportunidad. Mientras el vampiro habría las ventanas, Sun Jae aprovechó para observar de hito en hito la distribución de la estancia sin moverse de su asiento. A lo mejor era así como tenía que empezar a vivir. Por un segundo se preguntó si los vampiros tenían algún tipo de apego material.

Dejó de lado su investigación y fijó su atención en Akande.

-No he vuelto a saber nada de ellos, lo siento- se disculpó con un ligero asentimiento.

Sun Jae se levantó del sofá y entrelazó las manos.

-¿Puedo preguntarle algo?-hizo una pausa- ¿Por qué he tenido que ser yo?

La chica se llevó una mano al cuello, el lugar donde habían desaparecido las marcas de colmillos.

Cargando editor
30/03/2019, 12:35
Akande Ngaujah

Ya veo. Ya veo.— fue todo lo que dijo Akande durante unos segundos, con las manos entrelazadas en la espalda mientras su cuerpo volvía a la sala para cerrar la susodicha ventana. Sus instrucciones hasta ahora habían sido claras y fáciles de entender -y aplicar- para alguien como Sun Jae: 'Aprende.'

Su Sire escuchó la pregunta y tardó unos segundos en responder, segundo que se hubieran hecho eternos para casi cualquiera, mas no para la norcoreana que hacía siempre gala de una paciencia imperturbable. Es realmente sencillo, si lo piensas un poco: no hay gente como tú en esta ciudad. No es sólo algo relacionado con tu origen, si no también con tu forma de resistir la presión. En un lugar dedicado al hedonismo, a vivir continuamente el momento; en la ciudad de los bares abiertos cada noche, los vástagos moviéndose por arrebatadoras pasiones y deseos... alguien con la capacidad de ser fría y pragmática en todo lo que hace podría significar un antes y un después en la vida nocturna de Nueva Orleans—.

Akande se había girado para observarla a medio discurso y vió en sus ojos el interés de un potencial por descubrir, uno que estaba dentro de Sun Jae y que claramente el Tremere esperaba ver en su chiquilla. —Pero ahora ésta es tu no-vida y tú debes decidir cómo llevarla a cabo. Tanto es así que considero que lo mínimo que debía enseñarte ya lo sabes y, por ese motivo, abandonaré Nueva Orleans en unos días, cuando mis preparativos estén listos.

Cargando editor
01/04/2019, 00:12
Lee Sun Jae

Escuchaba atentamente la explicación de Akande y un ligero resentimiento hervió en su fuero interno. Se preguntó si cualquier otra persona con sus mismas capacidades no hubiera servido mejor para su propósito egoísta. La mujer empezó a caminar lentamente por la estancia, inmersa en sus pensamientos.

Esa persona habría sufrido un terrible destino. Desearle algo así a otro era ruín y despreciable. Había aprendido el valor de la honestidad, el compromiso y los lazos familiares a base de duras lecciones y ese pensamiento deshonraba por completo las miserias a las que había sobrevivido. Si la vida le tenía una misión, debía aceptarla aunque significara dejar de envejecer y esconderse en las sombras. Superaría cada obstáculo y piedra en el camino. Esta vez no sería diferente.

-¿Durará mucho su ausencia?-preguntó sin demasiado interés. No le tenía un aprecio inconmensurable, pero su ayuda siempre había sido generosa e instructiva. Akande era un hombre de confianza. O eso le parecía.

Cargando editor
03/04/2019, 13:03
Akande Ngaujah

¿Sinceramente? No tengo ni la más remota idea. No sé como están las cosas en Baton Rouge desde que Lawrence Meeks se fue, y su 'nieto' Osbert me tiene bien calado y no ha soltado prenda al respecto, así que desconozco qué problemas puedo encontrarme allí. Confío en que mantengas el oído atento para los intereses de la Casa con ayuda de la chiquilla de Derick: por lo demás eres libre de actuar como desees.—

Akande pareció quedarse en silencio pero entonces se giró para acercarse más a ella. —Y... un último consejo. Ten mucho ojo con Hilda y sus súbditos: no he llegado a descubrir el qué, pero si tienen el peso que tienen es porque saben o tienen algo que les a ese poder. En este mundo, Sun Jae, no siempre la fuerza de combate de un vástago es lo que determina su poder.... de ser así esa Neonata jamás habría podido acabar con Marcel.

Cargando editor
03/04/2019, 23:54
Lee Sun Jae

Sun Jae volvió a sentarse en el sofá, muy recta y con las manos entrelazadas, con la mirada perdida en los dibujos que formaban las losas del suelo.

-Descuide, tendré cuidado. De todas formas, si me permite la osadía, no estaba en mis planes mezclarme con Hilda y su círculo íntimo. Tal y como ha expuesto, debe tener buenos motivos, aunque sean oscuros, para asesinar a alguien. En esta aislada sociedad perdonar una vida es una virtud.

Sacó su teléfono móvil y empezó a juguetear con la correa que lo sujetaba. Tenía estampado pequeñas huellas de perro.

-Sí, he conocido a la chica. Parece... simpática-comentó sin cambiar la expresión de su cara, que seguía impasible- No habrá ningún problema. Por cierto, ¿ha conseguido aquello? ¿Protegerán a mi familia?

Fue la primera vez durante su intercambio que miró a Akande a los ojos.

Cargando editor
06/04/2019, 01:04
Akande Ngaujah

El Príncipe Marcel no merecía mucho más de lo que recibió, para serte sincero.— por lo que le había contado Akande, Marcel había estado lejos de ser un referente de justicia en la ciudad. Corruptelas, amiguismos y demás lacras habían hecho de su gobierno uno lleno de agujeros y en numerosas ocasiones le había dicho que la acción de Hilda, aunque censurable, le había hecho más bien que mal a Nueva Orleans

Las autoridades les protegerán de los vivos, al menos de los de tu país, pero no puedo prometer nada de ellos si algún vástago decide utilizarles para hacerte daño: asegúrate de protegerlos tú misma y evita que conozcan demasiada información que pueda darte problemas. A ellos puedo protegerlos de los problemas del día, pero no de los de la noche. Que irónico, ¿no crees?—. Akande sonrió aunque no había motivo alguno para sonreir: una sonrisa sardónica que le recordó la clase de humor que tenía su Sire, que buscó su propio teléfono para hacer que la sangre corriera por su cuerpo y ser capaz de desbloquearlo para mandar un simple mensaje de texto

Confío en que a mi vuelta dejaré de ver a una Retoña que a duras penas se mueve en la Nueva Orleans nocturna y encuentre a una vástago de pleno derecho que no necesite de mi ayuda para nada que se proponga: si te he elegido, Sun Jae, es porque tengo claro que así será.— y sin más preámbulos se acercó a su chiquilla para cogerla del mentón y con una absoluta despreocupación por su espacio personal dejó un único beso en su mejilla antes de apartarse y echar a andar hacia la puerta como si se hubiera despedido con un gesto de mano.— Siempre libre, Sun Jae, siempre libre.

Y con eso su Sire la abandonó en la ciudad de Nueva Orleans y nadie, posiblemente ni siquiera él, sabría cuándo volvería a personarse el Brujo en la cuna del jazz.