Partida Rol por web

[JJVV2017] II Campeonato de RPW

[PARTIDA 01] Primer grupo de juego

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16/11/2017, 19:45
Director 1

Aquellos hombres llevaron a Schmitt al módulo de conexión exterior. Allí pudo ver al autor de aquellos quejidos molestos. En el suelo, desangrándose, se encontraba el capitán malherido. Parece que el resultado del tiroteo había resultado con una herida con mala pinta. También vio al técnico de comunicaciones, estaba sentado en un rincón, vigilado por otro par de asaltantes.

-Hemos encontrado a esta en lo que parecía un almacén- informaron a sus compañeros y señalaron a la alemana un lugar donde sentarse, al lado del técnico. –Espera aquí y compórtate- advirtieron antes de marcharse y dejarte con un par de hombres armados, haciendo guardia. Ni se inmutaban ante los gemidos de dolor del capitán, ni se molestaban en intentar socorrerlo.

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16/11/2017, 23:17
[1] Lucie Bedoin

Mientras llevaban a Bernadette, Lucie permaneció quieta. Incluso hubo un momento en que cerró los ojos como hacen los niños cuando todavía creen que no ver nada les hace invisibles.

Incómoda, molesta consigo misma por no haber movido un dedo se mordió una mano para callar un quejido de rabia. Se preguntaba qué iba a pensar Popov ahora que ellas le habían demostrado que no iban a proteger a nadie en realidad.

Miró hacia el sitio por el que se habían esfumado. ¿Sería así también, con ella? Agarró su rifle con fuerza y caminó con extremo cuidado de no hacer ningún ruido.

Cuando se encontró con Rodríguez la miró con gravedad. Ella quería haberle dicho ¡Adelante! Pero su mirada era más vacilante que decidida.

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17/11/2017, 11:00
[1] Bernadette Schmitt

Schmitt se había quedado completamente bloqueada cuando aquellos hombres entraron armados en el almacén y la única reacción que tuvo al ver las armas apuntándole fue levantar los brazos, como había visto cientos de veces en las películas.

Ni siquiera fue capaz de responder cuando le preguntaron que si estaba sola; consiguió apenas mover los labios pero le fue imposible articular palabra alguna.

Sus rodillas flaquearon al ver al capitán Bullock desangrandose en el suelo y estaba segura que habría caído ella también de la impresión si aquellos soldados no le hubiesen estado agarrando.

Por... por favor... - suplicó a los dos que le estaban custodiando mientras señalaba al hombre herido - No pueden dejar a este hombre sufrir así, dejenme tratar de ayudarle, por favor.

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17/11/2017, 15:33
[1] Ana Rodriguez

Los ojos de Ana atisbaron con cuidado por encima de la caja tras la que se había ocultado cuando los pasos llegaron al almacén. Con el grito de aquel hombre volvió a bajar la cabeza, maldiciendo entre dientes. Estaba claro que no eran unos novatos, no. Eran profesionales y los muy cabrones estaban cubiertos hasta las cejas.

Volvió a asomarse esta vez por el lateral, buscando algún ángulo desde el que dispararle a los soldados sin darle a Schmitt. Era un movimiento arriesgado. Si salía mal no sólo se la llevarían a ella, sino también a los demás, entre ellos la doctora Mellows. Se la llevaron antes de que viese el tiro claro. 

Esperó dos segundos desde que los pasos empezaron a alejarse antes de ponerse en pie. Miró a Bedoin cuando se acercó a ella y luego a la doctora. Sentía una punzada de culpa por haber perdido a una civil, que ahora sería una rehén o un cadáver, pero apartó esa emoción para cuando no estuviesen en plena batalla. Cuanto más tiempo dejasen correr discutiendo tonterías, más probable sería que los descubriesen a todos. 

—Vámonos —dijo con tono autoritario, casi escupiendo las órdenes—. Ya. Yo delante. Bedoin detrás. Doctora, colóquese entre nosotras. Popov, junto a la doctora. 

Tras decir eso no esperó más y se dirigió al pasillo que les llevaría a la 505, con la pistola preparada y comprobando si el camino estaba despejado antes de salir.

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17/11/2017, 16:46
[1] Markus Popov

Markus permaneció agazapado, impotente, mientras se llevaban a Schmitt. Casi dejó de respirar hasta que los asaltantes se hubieron marchado, lo pasó francamente mal.

-Dios Santo...- ¿Como hemos dejado que se la llevaran? Solo eran dos hombres, dos hombres.  Popov aún se estaba recuperando del hecho de haber abandonado a una compañera y tripulante cuando John Rodriguez Rambo se puso en marcha, y en cabeza, como no.

-Eh eh eh... Eh...- Dijo, agazapado y casi sin alzar la voz, no fuera a ser que los escucharan y volvieran por todos ellos. -¿En serio vamos a dejar que se la lleven? Venga ya, ¿Seguís pensando en la sala esa de mierda? ¿Que hay ahí? ¿La cura contra el cáncer? Que se la queden, yo voy a buscar a Schmitt y a salir de aquí, buena suerte con vuestro Vietnam personal.-

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17/11/2017, 21:56
Director 1

Los asaltantes se miraron ante las súplicas de Schmitt y se encogieron levemente de hombros tras intercambiar un par de palabras por lo bajo. No debía importarlos lo más mínimo lo que pasara con el capitán porque hicieron un gesto a la química para que procediera.

Sobre la pared había un kit de primeros auxilios, algunas de las salas contaban con él pero no tenían el material suficiente quizás para curar una herida como la de Bullock. El capitán empezaba a estar cada vez más pálido y no parecían quedarle muchas fuerzas. Sus ojos miraban a Schmitt casi suplicantes y a los asaltantes con un oro visceral difícil de explicar con palabras.

-Mierda…- gruñó en voz baja y casi sin fuerzas, al tiempo que hacía presión con ambas manos sobre su estómago. El capitán Ronald Bullock había acabado allí como jefe de seguridad por honores, porque era un cabrón práctico y necesario. El problema es que en su estado actual no era muy útil para la estación. Esperaba que Mellows, Harris y el resto pudieran repeler aquel asalto si él faltaba.

Notas de juego

Tira conocimiento biología dif. 4 para curar al capitán (al no tener sanar, ni conocimiento de medicina, tu tirada penaliza -2).

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17/11/2017, 21:59
Director 1

La doctora salió de su escondite. Ella no había hecho nada por Schmitt, así como no habían hecho nada el resto. No iba a mentirse a sí misma con que hubiera querido hacerlo, porque no era cierto. Mellows tenía una prioridad muy clara y no escatimaría en recursos humanos para obtener lo que quería.

-¿Vais a acompañarme a la sala 505?- dijo antes de salir de su escondite, no iba a pasearse por la base con dos mujeres deseando convertirse en héroes. Había cosas más importantes y parecía que Bullock había dado su vida por la causa. No podía dejar que fuera para nada. 

-Si piensas ir a buscar a Schmitt y entregarte a ellos, adelante- señaló a Popov. –Yo tengo algo importante que hacer y no es en este almacén- se dispuso a salir de allí, mirando con cuidado alrededor que no hubiera asaltantes a la vista. Que el resto le siguiera o no, quedaba en su mano, pero no iba a perder el tiempo. A saber si Harris o el doctor Monteros no estaban ya soltando información confidencial mientras debatían dónde ir.

Notas de juego

Seguir a la doctora o no queda en vuestra mano, ella está decidida a continuar.

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19/11/2017, 23:07
[1] Lucie Bedoin

Notaba el arma fría, los huesos entumecidos. Apenas pudo dar dos pasos antes de que le flojearan las piernas. Se paró para tomar aliento y notó que su cuerpo no le respondía. Era como un condenado a muerte yendo al patíbulo. Sorprendida de su propia reacción frunció el ceño. Las palabras le salieron de golpe, como si vinieran de las tripas saltándose la mediación del cerebro.

—No puedo. Es un suicidio — . Trató de tragar saliva pero tenía la boca seca. —Puestos a morir, quería ir con usted, doctora y hacer lo que haya que hacer, eso... eso quería, pero ahora mi... mi cuerpo no me responde.

No pudo evitarlo, estaba temblando. Se encogió de hombros y negó con la cabeza, asustada y avergonzada.

Antes estaba dispuesta a ir a cualquier sitio con tal de no morir sola pero después de lo que acababa de pasar con Bernadette la idea que que morir se muere siempre sólo se le clavó como un cuchillo dejándola allí, inmóvil sin fuerzas. Ahora se negaba a morir con tanta fuerza que con una minúscula esperanza de esconderse en aquel almacén -que los asaltantes ya habían revisado- y esperar a que todo pasara, por pequeña que fuera, bastaba para servir de clavo ardiendo al que agarrarse.

—Yo quería morir luchando —dijo mirando a Popov —, pero no puedo. Si quiere quédese conmigo, aquí.

Querría haberle dicho que si volvían ella le protegería, pero ahora ambos sabían que eso era mentira. Las lágrimas le brotaron a borbotones.

Notas de juego

Edito: había puesto a Bernadette de destinataria y no está en la escena. Perdón. :-)

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20/11/2017, 12:21
[1] Bernadette Schmitt

Lo suyo era las probetas y las placas de petri bajo el microscopio y lo más que se movía durante sus horas en el laboratorio era la llama del mechero bunsen mientras generaba la combustión de un reactivo químico pero todo aquello quedaba infinitamente alejado de la experiencia previa de Berdatte Schmitt.

¡Si hasta había vomitado la vez que tuvieron que diseccionar una rata en el primer curso de la carrera!

Ante la fría pasividad de aquellos dos guardias, Schmitt agarró con manos temblorosas el kit de primeros auxilios y tardó más de lo que le gustaría en abrirlo, incapaz de accionar el cierre de seguridad mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Verdammt, verdammt, verdammt... - murmuraba en su lengua, pues nunca se había acostumbrado al fuck inglés y el sonido de su alemán materno le reconfortaba inconscientemente.

Cuando la caja de plástico se abrió por fin, revolvió sin miramientos entre tiritas y betadine hasta dar con un rollo de venda que colocó como buenamente pudo en la herida del capitán.

Lo siento. - dijo al ver que el hombre le miraba mientras la herida no dejaba de sangrar. - Lo siento....

- Tiradas (1)
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20/11/2017, 14:57
[1] Ana Rodriguez

La seal no se giró cuando Popov habló en voz baja. Sus ojos estaban ya puestos en el pasillo que tendrían que atravesar, mirando siempre hacia delante, siempre hacia el objetivo. Mirar atrás nunca servía de nada. Sin embargo, al escuchar a Bedoin no pudo evitar echar un vistazo hacia atrás. Que de repente se acobardase la había pillado por sorpresa. Del civil se lo esperaba, claro. Pero la francesa pertenecía al ejército, sabía lo que había... O debería saberlo. Su cobardía no era solo cobardía. Podría ser considerada deserción.

En algún lugar y momento Ana había tenido corazón y en aquel preciso instante Lucie revolvió sus recuerdos. Unos ojos oliváceos de largas pestañas se dibujaron en su memoria. El calor de las sábanas enredándose en sus piernas. El miedo que parecía minimizarse al compartirlo. Pero enseguida llegaron las balas golpeando las dunas y haciendo saltar la arena sobre ellas. El miedo tomaba muchos caminos y Aanisa tomó el más fácil. «No pude seguirla. No pude salvarla». Hubo un tiempo en que Ana defendió que cada cual tenía derecho a morir como quisiera. Luego... Aprendió a mantener la boca cerrada. A no tener opiniones. A priorizar objetivos.

Rodríguez apretó las mandíbulas echando el pasado de una patada de su cabeza. «Cabeza fría. Emociones fuera». Se aferró al metal del arma en su mano, tan familiar a lo largo de su vida. Quizá debería obligar a la francesa a acompañarlas. Al fin y al cabo la necesitarían si conseguían llegar a la sala de comunicaciones. Pero en lugar de eso sacó uno de los cargadores de su bolsillo y lo dejó en el suelo. Luego, lo golpeó con el pie para mandarlo junto a Bedoin. 

—Tened cuidado —dijo con frialdad a los que se quedaban atrás. Miró a la doctora Mellows—. Yo la escoltaré. Póngase detrás de mí. 

Y Ana volvió a dejar el pasado atrás, avanzando hacia delante, centrándose en el siguiente objetivo. 

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20/11/2017, 21:41
Director 1

Solo Rodríguez parecía tener claras las prioridades allí, o quizás las suyas eran más impersonales que las del resto. Bedoin no podía continuar con aquello, quizás si se escondía lo suficiente acabara llegando la ayuda. O quizás nadie sabría que la estación había sido asaltada porque no había llegado ninguna comunicación al exterior para advertirles.

Así paso a paso, la doctora Mellows y Rodríguez se marcharon del almacén, dejando atrás a los dos técnicos. Con ellos quedaba el silencio y la tensión, el sabor amargo de querer y no poder. Pero el mundo no estaba lleno de héroes, no todos sacrificarían su vida por una causa desconocida. Cuando les reclutaron no habían firmado para algo así. Tampoco pensaron que un peligro así sería posible porque ¿quién iba a asaltar una estación internacional?

Al menos los gritos de agonía que provenían de la conexión exterior habían cesado, para mal o para bien.

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20/11/2017, 21:41
Director 1

Detrás quedaban Popov y Bedoin. No parecían tener lo que era necesario para seguir a la doctora.  Seguramente sus vidas habían sido mucho más fáciles y simples. Ningún soldado estaba tan preparado como un seal estadounidense, eso seguro, al igual que no estaban sometidos a las mismas situaciones límite. Y un seal hacía lo que debía hacer, ser obediente a los altos mandos iba implícito.

Mellows caminaba poco a poco en dirección al módulo 505. El mayor problema era pasar por la sección central, que era un espacio demasiado abierto. Lo bueno que siempre tendrían dónde esconderse si ambas eran lo suficiente cuidadosas. La doctora y la seal escucharon pasos de botas de nuevo, caminando con un ritmo marcado. Rodríguez enseguida supo que estaban patrullando, buscando a todos en la estación seguramente.

Al menos los gritos de agonía que provenían de la conexión exterior habían cesado, para mal o para bien.

Notas de juego

Tirada sigilo para avanzar sin ser detectada dif. 4

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20/11/2017, 21:42
Director 1

Puede que no hubiera sido tan buena idea tratar de ayudar al capitán. Los guardias no movieron un dedo para ayudar a Bullock, entre otras cosas porque quizás uno de ellos había sido el autor del disparo que le había dejado en ese estado. Él se desangraba a una velocidad alarmante si no conseguía ayuda médica rápido. El problema era que en su lugar tenía a una científica sin mucha idea práctica del cuerpo humano y con la cabeza llena de teorías.

Tratar de vendar al capitán solo empeoró las cosas, porque tuvo que moverlo para liar la herida. La sangre comenzó a salir a borbotones cuando antes salía de forma casi perezosa. La bala se había movido y ya no taponaba del todo al agujero de entrada. En cuestión de segundos pereció, dejando un enorme charco en el suelo y manchando a Schmitt de su sangre en el proceso. Una vida perdida por una negligencia, aunque puede que hubiera muerto igual sin ayuda. Siempre quedaba el consuelo de saber que se había intentado algo.

Al menos los gritos de agonía que provenían de la conexión exterior habían cesado, para mal o para bien.

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20/11/2017, 22:16
[1] Lucie Bedoin

Notas de juego

Máster, ¿vamos bien con los turnos? Yo he contado 5 turnos de Lucie, que se corresonderían a los post de la semana pasada, por lo que ahora me tocaría escribir el siguiente (antes de mañana) ¿Es así?

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20/11/2017, 22:21
Director 1

Notas de juego

Sí, lleváis los mismos turnos que el resto. Este es el quinto turno y ahora tenéis hasta mañana para postear. El turno del fin de semana no lo podía resolver hasta la tarde-noche del lunes, por dejar el margen de esos días libres.

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20/11/2017, 22:35
[1] Markus Popov

-Gracias a Dios que has entrado en razón, Bedoin...- Se santiguó, mas aliviado que nunca. En verdad, le aliaba mas el hecho de no tener que afrontar esto solo, aunque no es ningún cobarde ¿No?

-Tenemos que tratar de entablar co-comunicaciones con el mando exterior, y... Evacuar el complejo.- Quería decir huir, pero la palabra evacuar sonaba mucho mas decente.

Se llevó la mano a la cabeza, estaba a punto de explotarle, había mucho que procesar. Se limitó a observar a la doctora y a Rodriguez marchándose mientras él permanecía semipetrificado junto a su compañera, a la que le dirigió una mirada profunda, esperando que ella pudiera tomar la iniciativa, porque definitivamente él no era capáz.

 

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20/11/2017, 23:31
[1] Lucie Bedoin

Durante un momento esquivó la mirada de Popov, luego le dio la espalda, tratando de disimular un mordisco que se dió en su propia muñeca. La última vez que hizo algo así todavía era una niña y ahora volvía a hacerse daño para retomar el control sobre sí misma.

—Guardemos las mentiras para el caso remoto de que sobrevivamos. Ahora… —movió la cabeza en señal de negativa mientras se giraba para dar la cara— No quiero, no quiero mentir. ¿Has visto su equipo? Son un comando de élite. Nosotros dos no les duraríamos ni un segundo.

Miró a su alrededor, temiendo que volvieran a entrar.

—Debes conocer todos los entresijos de la estación. Y estamos en un almacén. Opto por que carguemos agua, oxígeno, mantas y algunas provisiones y nos escondamos en un lugar recóndito hasta que esto acabe. Ellos no han venido a quedarse. Tomarán lo que necesiten y se marcharán... Es la única salida factible que se me ocurre.

Se acercó al ingeniero ruso, mirando su boca, como si más que oír quisiera ver su respuesta.

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21/11/2017, 03:59
[1] Ana Rodriguez

La seal avanzaba pegada a la pared, con la pistola en alto y moviéndose con pasos silenciosos y flexibles. De nuevo parecía un felino deslizándose entre las sombras. De tanto en cuando echaba vistazos hacia la doctora, asegurándose de que iba bien antes de seguir hacia delante. No escuchar los sonidos agónicos del capitán era un alivio, la permitía centrarse en el objetivo. Seguramente estaba muerto y más tarde, si ella sobrevivía, quizás se permitiría lidiar con el dolor de esa pérdida. Incluso puede que sintiese las mordeduras de la culpabilidad clavándose en su pecho. Pero en ese instante no había lugar para eso. 

Escuchó los pasos. Identificó el ritmo de una patrulla y sus músculos se tensaron. Hizo un gesto a la doctora Mellows y en silencio tiró de su brazo para ocultarse ambas detrás de unos bidones. Con un dedo sobre sus labios esperó hasta que el peligro pasó de largo y dos segundos más. Entonces salió de su escondite y continuó su camino. Apenas tuvo un pensamiento fugaz para los que se habían quedado atrás. Ella tenía que seguir adelante. Conseguir que la doctora llegase sana y salva al módulo 505. 

- Tiradas (1)
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21/11/2017, 12:09
[1] Bernadette Schmitt

Schmitt fue consciente que casi había sido peor el remedio que la enfermedad y que era posible que lo único que hubiese provocado era acelerar la muerte de aquel pobre hombre.

Apretó los dientes con fuerza, se giró hacia aquellos dos desalmados que asistían impertérritos a la agonía de capitán de la estación y, sin poder evitarlo, estalló.

¡¿Acaso no tienen sangre en la venas?! ¡¿No ven que este hombre está sufriendo?! - gritó contra ellos roja de rabia.

Hasta que fue consciente que quizá aquel arrebato había supuesto su muerte, momento en alzó sus manos llenas de sangre y miró a los soldados suplicante.

Al menos, dejenme mirar en los vehículos si hay un botiquín, por favor. - pidió señalando a los minisubmarinos, dejando un reguero de gotas de sangre en el suelo. - Si ocurre algo en una misión, tienen que tener una solución momentanea y quizá sea capaz de ayudarle...
 

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21/11/2017, 17:21
Director 1

Rodríguez fue silenciosa como si flotara sobre una nube. Conocía aquella estación bien, pues había estudiado bien cómo moverse por ella durante aquel último mes. Como profesional que era, llevó a la doctora Mellows. Escondiéndose llegaron a la sala de reuniones, por suerte nadie les oyó, ni les vio, pero a su alrededor se oía el caos que estaban causando esos asaltantes. Gritos, ruidos bruscos, cosas cayéndose y la paz y tranquilidad de aquel lugar había dejado de existir.

La sala de reuniones estaba descolocada, cientos de papeles tirados por los suelos, como si ahí no hubieran encontrado lo que buscaban. De los laboratorios principales llegaba un ruido de cristales rompiéndose, de aparatos cayendo contra el suelo y demás objetos siendo zarandeados por todas partes. La doctora Mellows entrecerró los ojos, estaban destrozando sus laboratorios, con todo lo que había trabajado por obtener hasta el mínimo avance, por cada subvención peleada a los gobiernos y que ahora acabada destrozada en el suelo. No, esos malnacidos no llegarían a poner las manos en sus estudios si ella podía evitarlo.

Cuando están a punto de avanzar hasta la puerta para abrir, tuvieron que tomar cobertura tras un fichero de aquella sala para esconderse. De los laboratorios principales no sacaban a otro que al doctor Elías Monteros, asistente de la doctora Mellows. Ella se cubrió la boca para no replicar cuando lo sacaban arrastra a saber dónde.

-No me hagan daño, por favor- suplicaba el doctor mientras se lo llevaban y él trataba de resistirse, mientras se lo llevaban a la sección central.