Partida Rol por web

Tras las sombras, la pesada armadura entraba irrumpiendo el valle boreal. Su notorio sonido de cascabeles chocando dentro  de su armadura hacia eco en la habitación, pero ahora sus llamas se habían consumido. Recibió el impacto de la manzana en su yelmo, pero esta solo rebotó sin hacerle la más mínima molestia. En un parpadeo, una fugaz explosión ocurrió en su interior, llenando su superficie de llamas denuevo, a la par que su temible hoja se avivaba en fuego. 

-¡Habeis entrado a la morada del pecador! Vuelta alma esta manchada, y he de juzgarla para redimirla.. 

Su voz espectral invadía la estancia, pero antes de siquiera adquirir su postura de ataque, Jocelyne estaba lista para atacar. 

Arion solto una increíblemente ruidosa carcajada, a la par que sus ojos soltaron un brillo escarlata momentáneo. Dirige su mirada hacia Gabriel, pero fue invadido por otro ataque de risa, esta vez más ruidoso que el anterior. Respiro hondo tras librarse de su momento de mofa, y se dirigió a Gabriel. 

-¡Así que tenemos a un psicólogo con alas rotas! No gastes neuronas en analizarme, ya que solo acertaste en que lo mio no es la ortodoxia.-Hablaba sin detenerse, con ritmo acelerado y además, con aires de humor.-Sabes novicio, ¡Creo que me agradas! Todos los de la "orden celestial" del idiota de Carlo están más vacíos que sus motivos, aunque su poder sea tan real... ¡No vacilemos aun en detalles! Mira, ¿Recuerdas aquel detalle de los "Stands"? Se supone que son la representación de tu alma que se manifiesta en físico, y despertamos la tuya... ¡O más bien Carlo la despertó! Como sea, esas cosas tienen un increíble poder que depende de su usuario... ¡Se saltan las reglas del universo como nadie lo ha hecho!- Su tono vociferante aumentaba conforme avanzaba su diálogo.-El hecho es que tienes el poder de uno de esos entes, y alguna artimaña debe de poder hacer. Entretenme, obligado a salir y que empieze su acto de magia. Si veo que hay jugo de donde sacar, quizá mis labios se aflojen y te suelte la verdad de este sitio ¡Con detalle! 

Al terminar su terriblemente ruidosa charla, dejó sus manos reposar en sus bolsillos y sonrió con picardia. De su espalda surgió un fulgaz brillo escarlata de donde surgió un curioso ente. Parecía humano, pero su piel era morada y brillaba como si tuviera escarcha en su superficie. No tenía piernas, y sus brazos y cabeza estaban separados de su torso, flotando con completa libertad. Además de esto, sus ojos habían sido reemplazados por dos rubíes que parecían falsos ya que no brillaban. En las palmas de sus manos habían también rubíes incrustados en estas. Lo que aclaro que aquello no era común, era que su rostro estaba liso como si fuera de plástico, sus orejas parecían tornillos incrustados en aquel espacio y su boca solo era una línea sin labios

-¡Este escandaloso sujeto es mi Stand! No le prestes atención... No hará nada si yo no lo hago primero... ¿O será al revés? Como sea, ¡Dame un espectáculo!. 

La multitud de una sola persona había sido completamente devastada. Cada copia había sido reducida... ¿A polvo? Se habían vuelto arena al ser impactados, y las partículas se desvanecían en el aire. Al final, eran amenazas vacías. Pero el dilema no acababa ahí, ya que el muro aun seguía encerrando a Alexander, y no parecía que hubiera manera de atravesarlo. Una risa burlona se oyó en alguno de los tejados con tono femenino. 

Solo habían seis casas en la zona donde pudo haber venido la mofa, tres en cada lado de la calle. Al fondo del camino habría más bloqueos de aire seguramente, por lo que la mejor opción sería buscar quien fuera que lo estuviera generando. Las casas median aproximadamente 12 metros y eran cada una de dos pisos, y parecían estar a punto de derrumbarse, por lo que seria fácil entrar a estas. 

Mientras yo inmóvil, con el brazo levantado, extendido hacia el visitante no daba crédito a mis ojos Shooting Star obraba sobre la acción que mi corazón, inconscientemente, había realizado. Tal vez el brillo refulgente que iluminaba la estancia había actuado en mi favor, o tal vez fue mi respuesta al lanzar aquella manzana pero lo cierto era que había ganado algunos segundos a mi favor sobre la bestia que amenazadoramente me visitaba.

Guarde sus palabras en mi memoria, sabiendo ya de antemano el resultado de su juicio. Pero no, esta vez el equívoco juez recibiría de su propia sentencia.

El mismo instante que la manzana golpeaba el yelmo del Stand, mientras el formulaba su palabrería barata de abogado del diablo, Shooting star como ángel vengador disparaba hacia el la materialización incuestionable de la pureza del que tanto se jactaba nuestro espectador.

Un haz de luz, brillante, una flecha justiciera se materializo, varias junto a la primera, para salir disparadas e impactar sin piedad al que no ofrecía ninguna misericordia.

Última escena de su muerte y lo muestra como si fuera una retransmisión con el ojo que hace como emisor. El tema de lo que oye Death Whispered es como si fueran unas ondas que el codifica luego a imagen para mostrar.

Al escuchar los últimos susurras del cadáver de Joan, la calavera andante se dispuso a enseñar los últimos momentos del fumador. De su ojo colgante se proyectaba la escena como si fuera un filme de suspenso. En la imagen se veía a Joan recostado sobre una baranda de metal, dándole caladas a su cigarro mientras veía perdidamente el horizonte. Una silueta voluptuosa y deforme se arrastraba en su punto ciego, acechando como una bestia apunto de atacar a su presa. 

Al aclarar su forma y dejar ver sus detalles, se reveló que aquel ente era un tumulto de chatarra andante. Su cuerpo parecía hecho de tierra y metal oxidado, con tubos rotos y residuos de refacciones adornando su superficie. Lo aterrador de este ser eran sus manos, masas de hierro deforme que amenazaban por su notorio peso. Y como cereza del pastel, su mandíbula había sido reemplazada por fauces de metal corroído, y sus ojos solo eran luces de auto que brillaban en rojo. 

El Frankenstein de chatarra se acercaba, arrastrando sus pesadas extremidades hasta que generaron ruido. En esto, Joan se giro nervioso tratando de defenderse, pero fue tardìa su reacción.-¡Pero tu de que vas, basurero!-El monstruo se abalanzó contra el, empujándolo con brutalidad hacia el muro como un muñeco de trapo y moliendolo a golpes con sus masas. Tras dejarlo debilitado, lo levanto con su izquierda sosteniéndolo de su cabeza y dejándolo a su misma altura. Retrocedió su brazo derecho y le propino el golpe fatal en su rostro. Tras terminar la golpista tormentosa, la proyección se había desvanecido. 

-Oh.. Oh.. ¡OH MY GOD! ¡Tenemos que irnos de aquí ahora o esa cosa podría empezar a ir a por nosotros! ¡Ya habéis visto lo que ha hecho con el!-

Mencionaba alarmado señalando al cadaver de Joan el cual estaba demacrado y bastante destrozado. Su pálido rostro y albino cabello estaba alarmado por la presencia de semejante ser por los alrededores pero lo que fue más alarmante fue ver como poco a poco los tentáculos de carne de la calavera, Death Whispered, se iban introduciendo bajo la piel y la carne del fallecido fumador.

-Nyehehehehehehehe... Hora de proteger a mi amo... Corpse Party-

Se podía notar a través de la piel el recorrido que los tentáculos de la calavera hacían recorriendo todo el sistema nervioso del cadaver hasta que casi no se notaba nada en su cuerpo, empezando a levantarse este lentamente. Estaba ciertamente muerto, pero sin embargo se movía por las acciones de la calavera*

Pero antes de siquiera empezar la carrera, una voz seca y maltrecha invadió la estancia, revelando su presencia con el brillo del sol. Un sombrío hombre se reveló, con ojos plateados y cabello grisáceo. Llevaba un abrigo de lana rojo, con líneas blancas que rodeaban sus hombros. Un fijo pantalón negro azabache y botas de cuero sin más adornos que sus cuerdas. 

-No ralentizemos lo que va a suceder. Terminarán como aquel blandengue, sin pena ni gloria y yo me iré a disfrutar mi paga.-Aquel hombre hablaba sin resentimientos, con frases cortas y frías, con la sutileza de un asesino profesional.-Es una lastima que hubieran tenido contacto con Dagon... ¿Pudo haber sido diferente? Bah, no interesan las posibilidades pérdidas, solo importa la actualidad. 

Al acabar su inmisericorde charla, la bestia de chatarra surgió de una nube de humo con sus ojos brillando siniestro. Tornabase agresivo, y el chirrido del metal oxidado acompañaba su presencia. 

-Aun queda algo de honor en mis actos, ¿Quien va primero? O quizá querrán una danza en conjunto. 

-Que puto asco...- me dije en voz baja al ver de nuevo al stand de Joseph aparecer y moverse hacia el cadáver y amarrarse en el. Esa calavera suya era un asco tremendo... pero he de reconocer que útil: como si fuera un proyector, nos enseño los últimos momentos del fumador y de como fue apalizado por una montaña de chatarra viviente. Yo lo vi sin inmutarme ni un pelo -Vaya... pues si parece que estemos en problemas- es lo único que dije mientras me rascaba la cabeza. Joseph se puso algo histérico, su stand volvió a resultar repulsivo cuando tomó el cadáver y empezó a moverlo como si moviera una marioneta. Yo... meh, seguía igual de apático que siempre, ¿calaveras tentaculares que hablan y mueven cuerpos? ¿monstruos chatarra? Como que esas cosas no me impresionaban al principio, tampoco me sorprendería ahora.

Entonces, una voz sonó en la habitación. Ostias, si había alguien más aquí, no me había dado ni cuenta. Luego comenzó a hablar:

-No ralentizemos lo que va a suceder. Terminarán como aquel blandengue, sin pena ni gloria y yo me iré a disfrutar mi paga-

-Es una lastima que hubieran tenido contacto con Dagon... ¿Pudo haber sido diferente? Bah, no interesan las posibilidades pérdidas, solo importa la actualidad-

Aun queda algo de honor en mis actos, ¿Quien va primero? O quizá querrán una danza en conjunto-

-Resumiendo, tu y tu montón de chatarra nos queréis matar- dije mientras los veía con apatía mientras me sacaba un moco con el meñique -De acuerdo...- dije lanzando el moco en su dirección sin mucha fuerza. En ese momento, Dark Paradise salió de detrás mía más o menos de la misma forma que su montón de chatarra salió de la suya, solo que sin humos y esas patochadas dramáticas -Anda, si has salido- dije con cierta apatía fingiendo sorpresa. -Claro que he venido mi señor, he visto que necesitáis mis servicios- dijo mi stand con su correcto tono de siempre. Arqueé una ceja con ese comentario -¿Acaso puedes hacer algo? Pues entonces hazlo- le pregunté y dije, algo sorprendido en verdad, quería saber que haría. Ella se inclinó un poco hacia alante como haciendo una reverencia -Como el señor desee- una vez dicho eso, acercó sus manos y ese ascua que llevaba entre ellas a su rostro -Revive the light: blind- susurró ella. Con un soplido avivó la llama que portaba, y pude ver como unas pocas y pequeñas chispas salían de ella y iban en dirección a ese tío. Antes de que me diera cuenta, un enorme resplandor apareció delante de la cara de ese tío.

Estaba viendo toda la escena desde la baranda e incluso un poco más adelante cuando notó como la habilidad del peliblanco comenzaba a funcionar, aquello realmente era interesante y por no decir menos asqueroso. Cada vez se acercaba más hasta llegar bajo la puerta, cruzo los brazos y se apoyo en el marco notando como el Stand de Joseph comenzaba a proyectar lo que había sucedido con el sujeto. Observó con sorpresa la situación, quizás aquello fue lo que evito que mirara demasiado a la criatura y no vomitara en todo el espectaculo. 

Las escenas fueron rápidas y realmente parecía estar en una especie de cine, los detalles eran facilmente distinguibles gracias a estar en tal cercanía con las escenas, podían ver como el monstruo estaba hecho por materiales metalicos oxidados, si ese era su Stand entonces el suyo no tendría muchos problemas para poder lidiar con él, aunque claro debía percatarse de todas las variantes que podrían suceder a su alrededor y para más sorpresa alguien apareció junto a la luz del sol, Leon sin darse cuenta se había adentrado aún más en la habitación hasta llegar al punto donde los demás se encontraban, quizás fue la necesidad de obtener más detalles de su rival. Se giro mirando al tipo quien comenzaba a hablar con los presentes. -Oh...Ya veo. -Su posición se movió levemente para dejar paso a Kouhei quien al parecer estaba completamente dispuesto a iniciar la batalla. -Nos evitaste el trabajo de buscarte. -Miro de reojo a Kouhei y la esfera casi imperceptible que había dejado en sus ropajes, aquello podía ser de utilidad si es que el sujeto se acercaba a su rango pero aún si eso no sucedía siempre lo podía enfrentar cuerpo a cuerpo. 

El muchacho separo los brazos de su pecho y las coloco a un costado palmas arriba como si se estuviese preparando para entonar una especie de rezo y casi invitando a su rival a que viniera, nuevamente la sensación del ambiente parecía algo extraña pero esta vez no era frío si no que una especie de sentido que se agudizaba mostrando el peligro que la situación podía causar, un sector tan reducido solo los más practicos podían sobrevivir. 

El pesado caballero incinerado fue atravesado por el haz de luz y sus seguidas compañeras, atravesando cada parte de su ser y llenándolo de agujeros que brillaban en sus bordes.  El juez no daba credito a lo que le sucedía, soltando un grito metálico de dolor. Había bajado la guardia por un instante, distraído por su irreparable orgullo y una manzana. Como resultado, fue juzgado por la luz que antaño creía era posible, llenándolo de la verdad. 

La armadura había sido despojada de su llama, y solo quedaba metal frío agujereado. Logro sostenerse de pie por un momento,  jadeando con su eco metálico y balbuceando palabras sin sentido, o en una lengua irreconocible. Sus agujeros terminaron expandiéndose y consumiendole completamente, dejando solo un ascua de su alma hecha cenizas. 

Al desvanecerse el remanente del Juez, un cuerpo cayó rodando por las escaleras, chocando con el metal de estas y haciendolo retumbar. Al dar fin a su caída en el suelo frío del averiado congelador, se pudo ver quien era. Un hombre más que curioso sin duda, ya que su cabello era blanco y negro, además de tener una cicatriz que le dividía la cara. Llevaba una capa negra que le llegaba a las rodillas, un chaleco de lana del mismo tono oscuro y un moño vistoso de color rojo en su cuello. Debajo del chaleco, llevaba una camisa de blanco puro. Sus pantalones eran del mismo color y sin nada que resaltar más que ser de un conjunto de traje, y sus zapatos de cuero negro. Al parecer, este singular hombre era el usuario de aquel llameante Stand, y al morir su espíritu el también el habia perdido la vida. 

La grieta cavernosa seguía ahí, silenciosa y cubierta de oscuridad. 

Al ser impactado directamente por el haz de luz, el amenazante hombre y su malformada bestia de chatarra retrocedieron, cegados por el intenso brillo.  Dario se llevo sus manos a los ojos, tratando de sanar sin posibilidad su segura ceguera, soltando un alarido de sufrimiento.-¡El ardor es demasiado!- Apretaba con mas fuerza en sus malheridos ojos, mientras que su Stand se habia esfumado de la escena. Inclusive perdio el equilibrio e hizo el amague de caer por la barandilla, cosa que evito al sentir el metal en su espalda. Ahora, habia perdido la vista, el sentido mas util para el combate.

Mientras el invasor agonizaba por el dolor, una extraña sensación recorrió a León. Sus esferas radar aplicadas en Jocelyne y Alexander alertaba de movimiento singular. Sentían demasiadas acciones y muy rápidas como para tratarse de simples movimientos, debían de ser conflictos. Seguían sin estallar, pero se movían agitadamente. Esto duro un momento cuando dejaron de moverse. 

Lleve las manos a los labios, cubriendo parte del rostro con los dedos sostuve un ahogado suspiro, de sorpresa y confusión, orgullo de Shooting Star y pesar por haber arrancado una vida. Pero era su vida o la mía, estaba completamente segura que su “juicio” siempre terminaría con más peso de un lado de la balanza; hipócritas.

Exhalé llenándome de valor, acortando la distancia para arrodillarme al lado del cuerpo del hombre muerto. Examinándolo, solo se me ocurrió rebuscar en sus bolsillos, o alguna indicación o seña que pudiera darme alguna pista sobre quienes eran estos locos que se autoproclamaban justicieros. Estudie el rostro del hombre, para ver si algo en su fisonomía me resultaba conocido.

A su lado un montículo de cenizas o arenas negras en su defecto, eran coronadas por el yelmo agujereado del que fuera el caballero llameante. Trague en seco pensando en su poder, volteando a mirar sobre mi hombro a mi propio stand. Sonreí satisfecha en la dirección de mi  otra mitad, sintiéndome fuerte, segura, irradiando confianza gracias a ella. Tal vez en un futuro las cosas no giraran a mi favor, pero al menos ya sabía, con certeza, que no dependía del beneplácito o las migajas de protección que ofrecían el grupo de chicos bipolares que aguardaban en el motel. Dentro de mí radicaba el mismo poder.

La gruta todavía se alzaba a mis espaldas. La morada del pecador, según había dictaminado el difunto.

Tal vez sería buena idea aguardar y no adentrarme en aquella cueva sin refuerzos, así que tome el perforado yelmo  y la manzana verde que se había convertido en mi boleto de la suerte, antes de retomar mis pasos rumbo al motel.

-Nyehehehe.... Nyehehehe... ¡Nyehehehe!-

El cadaver de Joan se empezaba a levantar con Death whispered estaba justo detrás de la cabeza enganchado. Ya no se veía ninguna señal de los múltiples tentáculos que recorrían el interior de aquella tétrica marioneta y ahora se lanzaba corriendo hacia el tipo, sus pasos eran rápidos y ligeros y lanzaba después varios puñetazos contra el tipo constantemente antes de tratar de agarrarlo del cuello para estrangularlo y además dejarse caer con el por la barandilla hacia abajo, buscando que se abriera la cabeza.

-NYEHEHEHEHEHEHEHEHE-