Partida Rol por web

Juegos internos

Capítulo dos: Aislamiento

Cargando editor
18/03/2014, 09:57
Pierce Logan

Somos fantasmas entre la niebla. Avanzamos despacio, pero sin pausa. Apenas sí se ve con el follaje, aunque la Naturaleza tiene a bien regalarnos algunos haces de luz que hienden la densa y húmeda capa blanca como espadas salvadoras, como Ssan Jorge derrotando al dragón.

Al menos podemos ver por dónde pisamos y la senda a nuestros pies.

Me temo que vamos a tardar más de lo necesario. Y eso no me gusta. Con este clima, a esta altura, sin medios adecuados y suficientes, una noche al raso puede pasar muchísima factura. No dejo de mirar cada dos por tres por encima del hombro preocupado por mis compañeros, de buscar entre la vegetación y la bruma si hay alguna cámara, algo que desencaje en esta naturaleza espectral que nos rodea. Afortunadamente, los mapas son lo suficientemente claros como para saber dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos.

O, por lo menos, sí que puedo afirmar que los claros, ascensos y cursos de río que nos hemos topado se coinciden con lo que hay especificado en el mapa.

Me preocupan sobre todo Eli y Luke. En estas condiciones, un nuevo ataque de asma podría dañar muchísimo a Luke, y la chica de cristal... Bueno, cada vez veo más agrietada su cobertura de vidrio. Se quedaron petrificados durante el accidente, lo que no es, en absoluto, censurable. He visto a policías no bajarse del coche mientras sus compañeros las pasaban putas con los malos, o no colaborar en la extracción de una persona que les suplicaba auxilio... y sólo tenían que estirar un brazo para salvar una vida.

Salvar una vida...

Hasta la fecha, no me ha pasado; y espero que no me pase nunca...

Mierda, ya se me va la cabeza.

No quiero ser el padre del grupo, pero no estoy dispuesto a fallarle a nadie. Quiero que todos regresen de una pieza, y quiero saber qué cojones se esconde aquí, entre la niebla, qué es ese Silbón, si es realidad, ficción, o un placebo para generarnos un estrés brutal y estudiar nuestras respuestas.

Quiero saber qué cartas esconde la doctora Beckett bajo la manga, porque no me parece una persona sincera y de fiar. Es una encantadora de serpientes que vende fuego y hielo por comida, y cuchillos en la carne como atavíos.

Llegados a este punto, me pregunto si el doctor Moore (en el caso de que mis peores suposiciones fueran ciertas, verídicas y reales) no estará compinchado con Beckett en sus oscuras intenciones, sean las que sean, y juegue el papel de suministrador de carne fresca para la expermientación.

¿Y Claudette? Sus fricciones con Beckett son evidentes, y no deja de ostentar con orgullo una vara de mando de la que no oculta que disfruta con el delite que un niño sus dulces. Si el Silbón no fuera más que una farsa, si no fuera real, quizás ella podría encajar. Estaba mareado y débil cuando ocurrió, pero pienso que podrían tener una altura y complexión similares, y ella controla los perros de la casa. Además, mi malestar momentáneo pudo deberse a algún tipo de narcótico inoculado con una aguja que, quizás por el estrés, no sentí en ese momento.

Lo que explicaría, a su vez, la presencia del señor Schultz en la mansión, porque no creo que se haya reformado tanto como para seguir un tratamiento o una terapia; más bien, se podría hgaber apuntado para reducir alguna sentencia o condena. Que yo recuerde, por nosotros (el Departamento Metropolitano) no tiene nada, y creo que tampoco por por Departamento del Sheriff del Condado, ni poir la Estatal, pero las agencias federales se me van: el FBI no suele hacer ruido hasta que no los tienes soplándote en el cogote, la ATF hace aún menos ruido, y los Marshalls creo que no lo han puesto en búsqueda.

Pero, en ese caso, ¿cómo es que sólo Kim y yo lo vimos? Estábamos cinco personas en el lugar, y yo no estaba tan estresado durante los primeros auxilios como para no darme cuenta de que alguien de esas características se plantaba a mi lado.

Bueno, la mantendremos ahí, anotada en el cuadreno mental.

A fin de cuentas, y hasta que deje de sostenerse, es otra teoría.

Cargando editor
19/03/2014, 16:06
Director

Vuestra excursión por el bosque se alarga más de lo que la mayoría de vosotros habíais supuesto. Ya lleváis casi una hora de caminata, y todavía no veis nada que se parezca a la entrada de una mina. A decir verdad, algunos empezáis a estar bastante cansados, ya que al rato que lleváis caminando se suma el paseo que disteis hasta llegar a vuestro lugar de acampada. A pesar de que ya es bien entrada la mañana, la temperatura sigue siendo bastante baja y el clima muy húmedo, lo que junto a la caminata levemente ascendente os baña en una incómoda capa de sudor que se enfría en vuestra piel, haciéndoos temer por si pilláis un resfriado. Una leve brisa mece silenciosamente las copas de los árboles, sumiéndolo todo en un ambiente de ominosa anticipación...

Súbitamente, algo os sobresalta. Oís una risa aguda, aunque en un principio no sabéis de dónde procede. Entonces, una silueta pasa fugazmente ante vosotros, cruzando velozmente el camino que recorréis, saliendo de entre los arbustos que hay junto al río y desapareciendo en la espesura del otro lado del sendero. Ha pasado aproximadamente a unos veinte metros de distancia, y se ha movido tan deprisa que no habéis podido verla claramente, pero parecía una persona... ¿desnuda?

Notas de juego

Pierce, dado que tú eres el primero en el orden de marcha, haz una tirada de Sentir el Peligro. Si no recuerdas cómo se hacía, pregúntame (en la escena de off-topic, la Sala de espera).

Cargando editor
19/03/2014, 20:34
Pierce Logan
- Tiradas (1)

Motivo: Sentir el peligro

Tirada: 2d6

Resultado: 12

Notas de juego

Emmm, Fran me parece que me he equivocado al poner los datos y he puesto accidentalmente dos dados. ¿Dividimos la tirada entre dos (quedaría igualmente seis, vuelvo a repetir la tirada)?

Lo que tú veas. Disculpa la pifia.

Cargando editor
19/03/2014, 20:45
Director

Pierce, por acto reflejo estás a punto de seguir a la persona que ha cruzado el camino ante vosotros, pero algo te frena en seco: gasolina. ¿Será posible? Huele a gasolina. Es entonces cuando, inmóvil como una estatua, escudriñando atentamente a tu alrededor, adviertes un finísimo, casi imperceptible hilo que discurre de lado a lado del sendero, suspendido a un palmo del suelo, y tu pie izquierdo estaba a centímetros de llevárselo por delante. Siguiendo el recorrido del sedal, que claramente no está ahí por casualidad, ves que está afianzado a dos árboles que se encuentran en sendos linderos del camino. En el árbol de tu izquierda, percibes un muy bien disimulado mecanismo que incluye un rifle de agua y un mechero encendido con llama firme, fijado justo frente al cañón del arma de juguete. El sedal asciende por el árbol y se enrolla en torno al gatillo del rifle. En ese momento, un escalofrío recorre tu espina dorsal cuando, en pocos segundos, cobras consciencia de lo que habría ocurrido si llegas a dar un paso más: ¡el rifle habría descargado un río de gasolina encendida sobre ti! Eso podría haber tenido unas consecuencias nefastas...

Notas de juego

No te preocupes; queda claro que si en 2d6 has sacado el máximo (12), no hay ninguna posible variable por la cual, tirando un solo dado, pudieses haber sacado menos de un 6. ¡Y sin gastar puntos! Tienes una potra...

Cargando editor
19/03/2014, 22:38
Bill Törnqvist

Las hojas de los árboles arrojan reflejos verdes y plateados en mitad de la niebla, y todo el bosque parece inmerso en una siniestra quietud. Voy algo apartado del camino, parándome a inspeccionar con genuina curiosidad todos los arbustos con los que me encuentro y apretando el paso si veo que me quedo atrás. No parezco prestar demasiada atención a mis compañeros, aunque ahora solo llevo un auricular puesto. Si vuelve a sonar ese silbido de antes, quiero asegurarme de oírlo.

Mis acompañantes están nerviosos, de eso no hay duda. Tampoco es que me extrañe, después de lo que acaba de pasarnos junto al río, pero no deja de resultarme curioso que nuestro grupo parezca haberse adaptado mejor al terrible accidente que presenciamos anoche que a un silbido y unas fotos raras.

Claro que no se trata únicamente de un silbido y unas fotos raras. Todo esto es como un rompecabezas estrafalario que, a pesar de todo, parece ir a encajar de algún modo surrealista y horrible. La sensación de no saber exactamente qué nos aguarda es tan perturbadora... y emocionante.

De repente, una risa chillona me devuelve al aquí y al ahora. Miro en todas direcciones sin acertar a ver nada, cuando de pronto me sobresalta la visión de una figura desnuda que cruza a toda velocidad el camino, desapareciendo tan rápido como apareció. Pierce, que encabeza la marcha, hace ademán de ir tras ella, pero se detiene en seco: todo su cuerpo está en tensión, y guarda un silencio absoluto. Algo pasa. Encojo los ojos, tratando de ver más allá de la niebla.

—¿Qué ocurre, Pierce? ¿Qué has visto?

Cargando editor
19/03/2014, 23:11
Pierce Logan

Por un momento, mi mente se retrotrae a las colinas de Virginia, durante un curso que hice con personal Federal e instructores militares. Trampas, trampas, y más trampas.

Muchos heridos.

Algunos casi morimos.

-Beckett, hija de puta –la maldigo.

Juro que te mataré”.

¿A qué cojones nos estamos enfrentando aquí? ¿Esto es terapia conductista, un experimento como el de Stanford, sectas como la de los davidianos o el templo del pueblo? Un lanzallamas casero, lo más sencillo y tonto, pero no por ello menos efectivo. Las armas caseras siempre tienen el mismo punto en común: el límite de la inventiva.

Si tienes inventiva, puedes convertir casi cualquier cosa en un arma o una trampa mortal.

El arma de plástico me apunta directamente a mí, pero eso no quita que la Física hubiera jugado su propia carta independientemente de los designios de su creador y la llama hubiera recorrido el caño de combustible en sentido contrario, quemando el plástico e iniciando una explosión por simpatía del depósito de gasolina.

Yo me hubiera llevado la primera descarga, pero hubiera habido otros daños colaterales.

De ser un lanzallamas, podría muy fácilmente haberse convertido en una bomba antipersona de napalm casero.

Hubiéramos podido morir, si no todos, prácticamente la mayoría.

-Retroceded todo lo que podáis y poneos a resguardo detrás de un árbol grueso o en un recodo del camino –les digo-. Mirad a cualquier altura por si veis cables. Seguramente sean como este, de nylon transparente, aunque no descartéis hilo de acero muy fino, o una simple cuerda de cáñamo: si aquí hay una, puede haber un ciento en un radio próximo a donde estamos. Y cuidado con el suelo: puede haber fosas o pedales caseros que accionen otros mecanismos-trampa.

Con el corazón a mil y la boca seca, me dispongo a inspeccionar la trampa. Voy a intentar desmontarla pieza a pieza para evitar riesgos. Esto es mucho peor de lo que parece. Además, está esa persona desnuda que ha aparecido y desaparecido como un fantasma (¡vaya, otro más a la colección!) ante nuestros ojos. Puede ser un señuelo o un pirado por la supervivencia, o un acólito durante una prueba de aislamiento y supervivencia extremos durante la fase doctrinal.

¿Por qué te centras tanto en que pueda tratarse de una secta? Pueden ser millones de cosas: no puedo centrarme sólo en una, pero no puedo descartar ninguna. Y de tus decisiones van a depender la supervivencia del grupo”.

Cada vez más, la premisa del trabajo en equipo va adquiriendo más peso.

Cosa que me cuesta enormemente.

Se me ilumina una bombilla.

Háblame, oh musa, de la cólera del pélida Aquileo…

-Bill –le pido, aunque pienso en que mi enemigo se me ha anticipado y puede haber colocado inhibidores de frecuencia por todas partes, o cuenta, sencillamente, con una tácita alianza con la naturaleza-, prueba con tu teléfono móvil a ponerte en contacto con las autoridades federales. No sé si tendrás alguna App que dé longitud y latitud en tu terminal, pero si la tienes, sería buena idea usarla para proporcionar dónde localizarnos.

Inhibidores, la propia naturaleza contra nosotros. ¿Por qué no francotiradores?

Suponlo todo, bastardo hijo de puta”.

Estoy sobrecargado de adrenalina. Controlo la respiración. Dentro de mí, el tigre ruge y clama por la sangre de Beckett.

Te mataré, y lo haré con mis manos desnudas. No sabes el placer extático que causa arrebatar una vida sintiéndola desaparecer entre tus dedos, bajo tus golpes…

Por mí.

Por mis compañeros.

Por todos.

Cargando editor
19/03/2014, 23:41
Bill Törnqvist

—Ehhh... ¿Te vale si llamo a la policía? Es que no tengo a las «autoridades federales» en mi lista de contactos, ¿sabes? —replico con un sarcasmo bastante inadecuado teniendo en cuenta las circunstancias. En realidad estoy a punto de mearme encima, pero mantengo la cabeza lo bastante fría como para agazaparme instintivamente junto a un arbusto mientras abro el GPS de mi móvil para localizar mi posición.

«Mierdamierdamierdamierdamierdamierdamierda...»

Notas de juego

¿Y bien? ¿Funciona el GPS? ¿Hay cobertura para llamar? ¿Sale una mamba negra del arbusto y me mata? XD

Cargando editor
20/03/2014, 10:02
Director

Notas de juego

Tu GPS no funciona, y el móvil ni siquiera tiene un mínimo de cobertura. ¿Previsible?

Cargando editor
20/03/2014, 15:07
Eli Farrow

Elisabeth había permanecido callada desde que empezó la expedición por el bosque. Observo con temor las fotos que Pierce mostraba y sentía como poco a poco la cordura se escapaba de su mente. Le apetecía salir corriendo, hacía cualquier lugar. Pero sabía que eso solo iba a hacer que se separase del grupo y lo ultimo que le apetecía era estar sola en aquel lugar.

Cuando emprendieron la marcha la chica se puso detrás de Logan, como si aquel mastodonte fuese a protegerle con su cuerpo de cualquier cosa que apareciese. En alguna ocasión se dejo llevar por el miedo y acabo pegada a su espalda y tirando de su camisa, como una niña pequeña asustada. Estaba temblando y algunas lagrimas amenazaban con salir de sus ojos.

Pero no decía nada, solo andaba tras de él. Esperando a despertar de esa pesadilla. No era la peor que había tenido en su vida, pero estaba siendo la mas real.

Quería despertar ya.

Notas de juego

No PNJoitzada ^^

Cargando editor
20/03/2014, 18:29
Bill Törnqvist

—No hay cobertura —acierto a decir con voz átona y carente de expresión. Estoy tan desconcertado que simplemente me quedo embobado mirando las cuatro barras vacías en la pantalla del teléfono. No puede ser... Esto no está pasando de verdad...

Miro a mi alrededor. Pierce hace una mueca contrariada al oír mis palabras; Kim se pasa una mano por el pelo, visiblemente nerviosa; los ojos de Luke van de un lado a otro, buscando amenazas invisibles tras los árboles; y a Eli ni siquiera la veo, ya que está escondida detrás del policía. Y yo estoy aquí, en medio de todo.

Claro que está pasando de verdad.

Un sinfín de hipótesis a cuál más pavorosa se arremolina en mi mente, formando un nudo imposible de desenmarañar. Quienquiera que colocase esta trampa, ¿tenía intención de matarnos a nosotros? ¿Tiene algo que ver con el programa de la doctora Beckett? Incluso es posible que otro grupo como el nuestro haya acampado en otro lugar, y al abrir su sobre de instrucciones, se haya encontrado con un papel en el que se ordene nuestra muerte. Y nosotros a buscar cobre...

Quizá deberíamos ir a ver qué se propone el tipo que acaba de cruzársenos... —Dejo de hablar de repente mientras otra idea se forma en mi cabeza con tanta claridad que casi puedo oírla chillando en mi oído—. O tal vez eso sea justamente lo que está esperando.

Cargando editor
20/03/2014, 19:17
Luke LaPonte

—¡Nada de esto tiene sentido! —Me oigo estallar de repente—. ¡Es una locura! Es totalmente imposible que esta salida de madre entrase en los planes de la doctora Beckett. Yo mismo leí la información que aparecía en el periódico sobre estas actividades, y todo eran elogios y comentarios positivos. ¡Me niego a creer que esto sea una casualidad! Tiene que haber otro motivo. Oh, cielos... —Me tambaleo y apoyo una mano en el oportuno tronco de un árbol, sin que me dé tiempo a asegurarme de que no hay ninguna trampa—. ¿Por qué está pasando esto? No tiene nada de normal. ¡Esto sí que es raro, y no lo del silbido ese! ¿Por qué a nosotros...?

La única respuesta a mi airada pregunta es el lento e insustancial movimiento de la niebla.

Notas de juego

PNJotizado.

Cargando editor
21/03/2014, 00:45
Pierce Logan
- Tiradas (1)

Motivo: Mecánica (desactivar artefacto)

Tirada: 1d6

Resultado: 3

Notas de juego

Intuyo que, con esto, basta para desarmar el tiesto-trampa y no matarse. Caso contrario, dime qué pasa y continúo narrando, que ahora no lo narro por temor a equivocarme en mi ignorancia.

Por cierto, el punto que quería añadir ha ido como dado. ¿Dónde coloco mis puntos de mecánica, en qué apartado?

Cargando editor
21/03/2014, 09:36
Director

Pierce, mientras oyes de telón de fondo las voces de Bill y Luke, te arrodillas en el camino justo enfrente del sedal trampa. No tienes mucha experiencia en la desactivación de dispositivos hechos por profesionales, pero este se te antoja de lo más aficionado. No deberías tener muchos problemas con él; la lógica te dice que si cortas el cable, la trampa quedará desarmada. Intentando que nadie te vea, sacas una de las navajas que has logrado ocultar y la ases firmemente en tu mano. Colocas la hoja en el sedal y, justo cuando estás a punto de cortar el hilo, una pregunta te asalta: ¿no deberías apagar antes el encendedor? Alarmado, retiras con suavidad la hoja de tu navaja. Qué estúpido has sido; has estado a punto de meter la pata. Si llegas a ejercer más presión de la necesaria a la hora de cortar, habrías acabado envuelto en un sudario de llamas antes de darte cuenta. Sigilosamente, guardas tu navaja y te pones en pie. Rápidamente te diriges al árbol en el que está sujeto el artefacto, y te das cuenta de que si logras apagar el encendedor sin mover el rifle, habrás acabado con el problema. Es arriesgado, sí, pero no tienes opción, porque cualquier otra persona que pase... Entonces se te ocurre una idea. El río. Agua. Apresuradamente, sacas de la mochila una cantimplora y, literalmente, corres hasta la ribera del río para llenarla. Una vez que has conseguido algo de agua, regresas junto al dispositivo y arrojas el agua sobre la llama del mechero, que se apaga sin más. Asunto resuelto. Ya puedes desarmar tranquilamente el resto de la trampa.

Notas de juego

Los puntos que quieras añadir debes escribirlos en «Modificador». Por esta vez no te preocupes; un 3 es suficiente (justito justito, como habrás deducido por la descripción de tu desenvoltura, pero suficiente) para desactivar una trampa casera tan sencillota como esta. Pero otra vez pregúntame antes si tienes alguna duda, porque este error en particular hace que no tenga forma de saber si ya antes de saber el resultado de la tirada tenías intención de gastar puntos... Pero bueno, esta tirada la has pasado.

Cargando editor
21/03/2014, 21:00
Pierce Logan

Me siento ridículo efectuando un sprint hasta el río, llenar de agua la cantimplora y apagar el mechero. Es un zippo, y esos mecheros, si se han hecho famosos por algo, es por ser muy difíciles de apagar. pero lleva tioempo encendido. el suficiente para coger temperatura, a juzgar por el siseo y el borboteo que emite su superficie al contacto con el agua.

Poco a poco, voy desmontando la trampa.

El mechero sólo necesita secarse para volver a funcionar. Por el peso, está repleto de gasolina. no veo crestas capilares impresas en su superficie, por lo que no albergo muchas esperanzas de encontrar impresiones dactilares y, por ende, ADN, en su superficie. Además, al haber tomado temperatura, los restos biológicos pueden haberse degradado.

El cable es de acero y, por el trenzado, parece una cuerda de piano. La gente las subestima. No conocen realmente su aguante a la presión ni los daños que pueden hacer en la carne humana. Recuerdo a un concertista que se suicidó con una cuerda de su propio piano. Cuando procedimos a bajarlo, el cabe terminó de seccionar el hueso y la cabeza rodó como una bola de bowling por el suelo, repicando tétricamente sobre el parqué.

Finalmente, el rifle. Se puede comprar en cualquier tienda de chinos o pakistaníes mpor media ciudad, sin contar el resto de centro comerciales. Pero parece lo suficientemente estanco como para evitar que se salga su contenido, salvo si inclino el cañón hacia adelante, de modo que lo coloco con la boca hacia el cielo en la mochila. Tendré que ir comprobando a cada rato que no hay fugas, por lo que pueda pasar. No me apetece convertirme en la Antorcha Humana y que me contraten para la próxima secuela de Los Cuatro Fantásticos.

Vuelvo a echar un último vistazo. No he visto trampas asociadas ni elementos secundarios que puedan activarse. Por lo que se vé, y sólo por ahora, esto está limpio.

La frugalidad de la vida: en apenas un instante hemos pasado de pacientes de psicología a pacientes de la morgue. Nos han convertido en blancos de un asesinato en una fracción de segundo.

Sigo pensando en Beckett como mi principal sospechosa, pero no descarto a más personas, como Claudette, el cuerpo desnudo que se ha vaporizado ante nuestros ojos, o mi viejo amigo Adam Schultz. Desde luego que ambos tenemos una cuenta pendiente y, si hay alguien que me desee muerto, es él.

Aunque he de reconocer que a mí no me faltan ganas.

Por otro lado, sigue pendiente el tema del Silbón.

Aquí hay muchas incognitas y, hasta el momento ninguna respuesta...

Me doy la vuelta hacia el grupo.

-Parece que ya podemos seguir. Pienso que lo mejor sería continuar hasta la mina y salir de esta espesura donde somos un blanco fácil de cualquier trampa como esta, lo que no quita que allí no haya otra sorpresa de corte similar a esta. También podríamos dar la vuelta y regresar al campamento para regresar a la mansión. Sea lo que sea que decidamos, debemos darnos prisa y evitar quedarnos mucho más tiempo quietos. Somos vulnerables a cualquier ataque o emboscada.

Mientras hablo, mantengo mis sentidos en alerta. No quiero más sorpresas y hay alguien más aquí, en la espesura, con nosotros y no puedo predecir su conducta ni sus intenciones.

A lo lejos, el tigre ruge...

Cargando editor
25/03/2014, 11:47
Kimberly Richmond

Estoy cansada de caminatas, de bromas pesadas, de gente indeseable de mi pasado tropezando con mi presente como si no existieran las casualidades y ésta extraña actividad. ¿En qué nos tiene que ayudar a mejorar como personas el cansarnos o perdernos por el bosque? Le vuelvo a dar vueltas a lo sucedido en el accidente y a lo que ha pasado antes junto al río. Tiene que haber alguna explicación lógica a todo esto, ¿verdad? Porque seguro que debe de haber alguna explicación. Si no, no entiendo por qué seguimos avanzando como si nada de eso hubiera sucedido. También sigo sin entender por qué me decidí a ven... Ah, claro, ahora recuerdo. Pensaba que iba a pasármelo bien. No ha estado mal, pero esperaba tener más tiempo de ocio. Una pena.

De repente, me ha parecido oír algo. De hecho, por la expresión de los demás, creo que todos lo hemos hecho. ¿Habremos oído lo mismo? Era algo como una risilla. ¿Nos hemos topado con otro grupo? Pero antes de que pueda seguir preguntándome qué está pasando, una persona cruza el camino saliendo del bosque que nos envuelve, y parece ir en pelotas. ¡Será un hippie ermitaño del bosque! También otra alternativa es que sea un pirado que se haya escapado de Coppercreek.

Pensaba que saldríamos corriendo tras él para averiguar hacia dónde va o si está huyendo de algo que nos puede dañar a nosotros pero no. Pierce se queda mirando algo en el camino. No consigo ver lo que es. Bill trata de llamar por teléfono pero, qué cosas tan raras, en mitad de un bosque bastante denso y metidos a tomar viento, lejos de la civilización y de cualquier comodidad relacionada con ello, no tiene cobertura. Pierce corre de un lado a otro con una cantimplora y apaga un mechero que había sobre un rudo mecanismo que apuntaba hacia el camino. Creo que lo ha desactivado. Y creo que se ha vuelto un poco paranoico.

- ¿Salir de la espesura? ¿Que somos un blanco fácil? Por favor, relájate. ¿Quién va a querer hacernos daño? Estamos en medio de una actividad bastante penas, lo sé, pero no creo que en el programa incluyan retos de supervivencia extrema. Ni que esto fuera un reality show... -le alcanzo y me quedo mirando el mecanismo que ha desactivado- Quizás estemos en el linde del terreno de Coppercreek. Quizás estemos en el terreno de otra persona que harto de estas invasiones a su propiedad se ha vuelto tarado perdido y ha tomado medidas drásticas. Cosas peores se han visto... Pero estoy de acuerdo en que debemos de alcanzar cuanto antes el siguiente punto.

Cargando editor
26/03/2014, 19:56
Pierce Logan

Miro a Kim de reojo. Me contengo como puedo, pero puedo escuchar perfectamente el rechinar de mis nudillos al cerrarse los puños con fuerza.

Quiero saltarle encima.

-Claro, esto es una chapuza de finde, y no te lo estás pasando bien -gruño-, pero esto no es la actividad propia de una psicóloga, sino de alguien con las ideas muy... ardientes. Iluminado como una hoguera en la noche -me sale el humor negro. No puedo evitarlo-. Sigue pensando que esto es un cachondeo, pero podríamos haber muerto en un instante unos cuantos. No sé si esto forma parte del plan de la doctora, si el alma cándida del nudismo que se nos ha cruzado chace un rato tiene la autoría, o es un "te quiero" de tu amigo Adam, pero aquí es más fácil matarnos. Y esa era la intención de este artefacto. Lo que sea tenemos que decidirlo ya, y no suponer que estamos en un reality. La gasolina de este chisme es real, el fuego es real y el cable que me ha estado a punto de matar también. Yo pienso que lo mejor para todos es salir de aquí cuanto antes y procurar retornar  de una pieza a la mansión, aunque tengamos que tomar el camino más largo. Pero necesito que habléis y digáis vuestras opiniones. Evidentemente, este fin de semana, este lugar, estas situaciones, de normal tienen lo que mis cojones de obispo. Os mtoca decidir a los tres.

Cargando editor
26/03/2014, 21:00
Eli Farrow

La definición "terapia de choque" se quedaba bastante lejos de lo que Eli pensaba que era esto. Ya era la segunda vez que podían haber muerto quemados, la primera fue ayer, en el accidente. Ella estaba lejos de la explosión pero poco o nada había impedido que se empotrasen contra el otro vehículo y saliesen ardiendo.

Elisabeth se llevo una mano a la boca y la otra a los ojos, estaba a punto de empezar a llorar. Pero se contuvo, aquello estaba lejos de suceder aun. Había aguantado muchas veces la posibilidad de morir de una forma aun mas cruel.

-Yo... -Dijo la chica con una voz quebrada que amenazaba con el llanto- Yo lo único que quiero es volver a casa... Esta terapia ya me da igual.

La niña permanecía tras Logan como si se escondiese detrás de un padre responsable, esperando que el la protegiese. Pero en el fondo el también le daba miedo. Resultaba demasiado... animal, basto. En cualquier momento podría darse la vuelta y pegarle a ella. Quien sabe, allí todos parecían estar locos. Pero el era el único que mantenía la calma y eso le relajaba, en parte.

Cargando editor
27/03/2014, 09:59
Kimberly Richmond

Arqueo una ceja ante la respuesta de Pierce. Me parece que ya sé por qué necesita terapia. Es alguna clase de bipolarismo sin sentido, al menos así me figuro su caso. Eli como de costumbre, a pesar de parecer no pintar nada, es la única que tiene las cosas claras.

- Eh, eh, eh, relájate machote -respondo primeramente al discurso de Pierce- No he dicho en ningún momento que esto sea cachondeo. Quítate los tapones de los oídos. Primero dices que hay que ir rápidamente hacia la mina para salir de la espesura y ahora, dos segundos después cambias de opinión y piensas que es mejor volver a la mansión. No te enteras ni tú de lo que está pasando y vas del rollo que lo tienes todo bajo control. Reconoce que esto te supera, como a todos nosotros, y deja de echar mierda a los demás -me ha parecido, irónicamente hablando, muy maduro por su parte el comentario en referencia a Adam. ¿Qué coño le pasa a este imbécil conmigo? Ni que le hubiese hecho algo.

Miro a los demás haciendo un breve silencio. Es un lugar abrumador. En teoría en los bosques deberían de escucharse bastantes sonidos, pero aquí solo se escucha el sonido del río y nuestras respiraciones.

- Esto ya es demasiado -digo señalando el mecanismo desactivado- Tenemos que volver. Y si la cámara de fotos esa funciona deberíamos de hacer una foto al juguete flameador para que luego la doctora no nos diga "uy, no, eso es imposible, nadie en el bosque os haría eso". Como lo del accidente. ¿Lo recordáis, no? Que nadie había salido de aquí esa noche. Ya. Y una mierda. No sé qué coño está pasando en este lugar pero esa mujer sabe algo. Ellas, saben algo. Y ahora mismo tenemos que volver, todos juntos, con cuidado mirando por dónde pisamos, y lo más rápido posible. No nos podemos permitir pasar la noche en mitad del camino.

Espero a ver qué opinan el resto. O avanzamos o retrocedemos, pero pasar la noche en mitad del bosque con la de lunáticos pirómanos que está demostrado que corren por aquí en pelotas... diría que no es lo más aconsejable, pero me adaptaré a lo que decidan la mayoría, sea lo que sea. De momento Pierce y Eli quieren volver. Yo creo también que es lo mejor. A ver qué dicen Bill y Luke.

 

Cargando editor
27/03/2014, 10:38
Luke LaPonte

Cabizbajo, me encojo de hombros. Ya no sé ni qué pensar, qué creer. Esta situación es la más surrealista de todas en las que me he visto involucrado. De todos nosotros, Pierce parece ser el que está sometido a más estrés. Quizá sea por elección propia, o porque la tendencia natural de un grupo es ceder inconscientemente el puesto de líder a su miembro más fuerte. Los fuertes siempre mandan. Imagino la carga que debe de suponerle el tener que estar siempre al pie del cañón, protegiendo a gente que ni siquiera le cae bien, sin tener a nadie que lo proteja a él. Y sí, puede que sea el más preparado de todos nosotros a nivel físico, pero psicológicamente sigue siendo humano. Y como tal, empieza a fallar. Está indeciso. Normal, por supuesto, pero eso implica que vamos a tener que empezar a decidir nosotros. Quizá eso lo descargue un poco de tensión.

No os peleéis —logro decir, mirando a Pierce y a Kim—. No sé qué habrá pasado entre vosotros, pero me temo que este lugar y estas circunstancias os están haciendo perder los estribos. Dediquemos nuestra energía a pensar en una solución sensata, porque enfadarnos los unos con los otros sería ya lo último que necesitaríamos. Ya sé que es muy difícil decidir qué hacer en un momento como este, porque estamos intentando mantener inconscientemente la ilusión de que esto tiene algún tipo de lógica, y que en algún momento caerá el telón y se encenderán las luces —Vaya, otra vez me encuentro en uno de mis ataques de logorrea—. Pero señores, creo que, en caso de que caiga el telón, las luces seguirán apagadas para siempre. Y en una coyuntura como esta, pienso que la respuesta se reduce a dos alternativas: luchar o huir. Y como no sabemos a qué nos enfrentamos, creo que eso elimina una de las dos posibilidades. Resumiendo... Yo digo que nos vayamos. No podemos seguir especulando, ni jugando a ser los cazafantasmas, ni nada de eso. Pierce, ya sé que ese es tu trabajo, pero se suponía que estábamos aquí para desconectar. Y quizás tú estés más preparado para enfrentarte a esto, pero recuerda que nosotros no somos tu «escuadrón táctico», o lo que sea. Somos gente normal. Y si cualquiera de nosotros hubiera ido adelantado en este tramo del camino, ahora lamentaríamos a un herido con quemaduras de tercer grado, eso como mínimo. ¿Vale la pena asumir ese riesgo solo para algo tan ambiguo como «llegar al fondo de esto»? ¿Y para qué? ¿Y luego qué? Sinceramente, yo prefiero llegar al final de mi vida. Al final natural, a ser posible...

Me calmo un poco, y espero reacciones. Tengo la boca seca de tanto hablar. Hablar exorciza mi miedo, parece.

Notas de juego

PNJotizado.

Cargando editor
27/03/2014, 13:40
Pierce Logan

Curioso, muy curioso...

-Primero, procuro improvisar planes para que vosotros, midiendo vuestras fuerzas y capacidades, veáis hasta dónde podéis llegar. Podemos intentar desandar lo andado, sí, y daría lo mismo que seguir hasta la mina, si no fuera porque, a unas malas, una mina es un espacio del que podemos aprovecharnos para guarecernos o resguardarnos, según la situación, en tanto el campamento lo tenemos en un claro. Si empeora el tiempo o si volvemos a ser víctimas de un ataque, no es un buen sitio. Y no me apetecería encontrarme de cara con una crecida de río por una tormenta, o un chalado en pelotas que se ha apostado entre la maleza con un rifle de caza que quiere jugar a tiro al pato. Pero, decidamos lo que decidamos, es evidente que debemos retornar al punto en el que, a priori, tenemos más posibilidades de sobrevivir o estar a salvo: la mansión. Esto superaría a cualquiera, por mucha veteranía y preparación que tuviera a sus espaldas. Y yo no soy Rambo, ni mucho menos, pero tampoco me olvido de que vostros tampoco lo sois.

Tomo aire. Pedir que algunas de mis ideas entren en ciertas molleras es como suplicar al cielo que se abra y podamos contemplar nuevos milagros.

Pero de alguna manera tengo que hacerme entender.

-Luke, ya sé que no sois mi "escuadrón táctico", y yo sé cómo actuaría de ir solo. Pero no voy solo, voy con un equipo y, además, compuesto de gente que, en principio, no ha recibido formación operativa. Todas mis decisiones, si os dais cuenta, las pongo rápidamente en común, porque no sé cómo vais, ni cómo estáis, ni hasta dónde podéis llegar. Imagino que tendréis miedo, que os sentiréis desbordados por todo lo acontecido, pero lo único que prima en mi mente es manteneros a todos vivos, sea como sea. Pero tenemos que decidir, y hacerlo todos juntos y ahora.

Miro a Eli y la veo temblorosa e incapaz de alzar la mirada. No se despega de mí y siento que tampoco se fía demasiado de mi persona. Tengo que reprimir una vez más el deseo de acariciarle el sedoso pelo y de decirle que todo irá bien y que no tiene que estar asustada. Si mis suposiciones son correctas, el más mínimo roce puede desencadenar alguna reacción histérica o agresiva como consecuencia de algún trauma (si no tuviera traumas enraizados, no estaría aquí, como el resto, supongo), y no me interesa que se propague más la tensión de lo que ya lo ha hecho.

Bill es el que parece sorprendentemente más relajado de todos, aunque creo ver en sus ojos la tempestad interior que se está librando en su cabeza.

Vuelvo a callarme y dejo que sus neuronas se accionen.