Partida Rol por web

Alto. algo ir mal... les hago un gesto para que permanezcan quietos y no generen más huellas y retrocedo un poco para ver el punto en el que lo perdimos. Busco a ver si hay algún acceso que nos hayamos pasado o si simplemente giró hacia otro lado en algún punto. 

Aquí. señalo el último punto en el que pisó seguro. Aqui desaparecer. buscar salidas.

Se agazapa y alza un brazo para que sus compañeros se detengan y luego se lleva un dedo a los labios. Con dos dedos se señala los ojos y un angosto túnel que dejasteis atrás. Luego, agazapado y sigiloso, comienza a entrar por el pasillo, no sin antes mostrar la palma de su mano a sus compañeros.

Preparo el arco mientras Dunkel se mete en el angosto túnel....

Chicos en el túnel en el que se está metiendo Dunkel, me ha parecido ver un movimiento - Digo entre susurrando....

Miro preocupada la última huella de la que hablan y me coloco en guardia cuando Rorik nos avisa de un posible peligro:

-Si no quedan mas huellas, es porque ha tenido que ir... -señalo el techo mientras me agacho- o algo se lo ha llevado por ahí.

Del túnel sale a la luz una persona, sucia desde el pelo a los pies, que alza las manos en señal de paz. Bajo la mugre sois capaces de ver que su pelo es rubio.

-¡Alabado sea Mitra!, sois vosotros - dice sonriente, mientras intenta sin mucho éxito colocarse la ropa y limpiarse la porquería.

- Llevaba ahí, ¡ni sé cuantas horas!. Cuando exploraba el túnel apareció ... ¡la bestia! - y acompaña su relato con un gesto de los dos brazos a modo de monstruo - luché enfurecídamente con ella, pero su superioridad física era abrumadora, y tuve que retirarme y ocultarme en un lugar donde no pudiera alcanzarme, - señala con la cabeza el túnel por el que ha aparecido. 

- Un par de veces intenté salir, pero la bestia estaba ahí - alarga el dedo en dirección al distribuidor donde os enfrentasteis al cocodrilo, - agazapada, esperando..., - por unos instantes su mirada parece perdida, luego un escalofrío le recorre el cuerpo.

- Me pareció oír sonidos de lucha, ¿eráis vosotros? ¿os habéis encontrado a la criatura?

Sí, éramos nosotros... Dale las gracias a tu sirviente que fue quien nos indicó como entrar en las cloacas, siguiendo tu plan inicial, lo que nos ha llevado a encontrarte... Cosa en la que no teníamos demasiada fe... La verdad...

Por cierto, algunos de nosotros no andamos muy bien equipados, y menos después de encontrarnos con la bestia de la cloaca...

Qué propones que hagamos?

Me incorporo y sonriente le digo:

-A esa bestia le hemos dado una paliza, y posiblemente tarde en volver. -señalo con el pulgar por donde se ha ido- Bien, tu mandas jefe, ahora ¿a donde vamos?

-Chtss chtss chtss, lo primero es lo primero -Haciendo gestos con las manos de quietos paraos - ¿A cuánto ascenderían nuestros emonumentos, "patrón"? No es bueno para la reputación de Dunkel que se conozca que trabaja por amor al arte, asi que conmino a vuestra famosa generosidad.

Ator se acerca a Aluino y le extiende la mano. Hoy si aceptar mi mano. Tu ayudar Ator y Ator ayudar tu. Ya no ser extraños. Ator estrecha la mano del rubio por el antebrazo en signo de camaradería y alibio. Pensar tu muerto. 

Después se retira para dejar hablar de negocios a Dunkel.

Ya estamos otra vez con el plumaje desplegado? Creo que hay momentos y momentos para todo, y ahora no es cuando tenemos que hablar de pagos, ahora tenemos que terminar lo que hemos empezado sin más dilación.

Os mira de uno en uno, conforme habláis, asintiendo con la cabeza. - Si, a ver, durante la lucha, perdí el mapa, pero estaba ya cerca de la salida.

Señala en dirección al distribuidor donde luchasteis, - es por allí.

Mira a Dunkel con una brillante sonrisa que destaca sobre la suciedad de su cara, - no os preocupéis maese, seréis bien pagados, - luego mira a Rorik, - cantidad suficiente para equiparos convenientemente, y que os sobre para una buena juerga. 

Luego se gira hacia Val, y se intenta peinar su mugriento pelo, - veo que habéis encontrado a mi Zingara, - señala con la cabeza la espada que encontrasteis , - podéis quedarosla, no estaba en muy buenas condiciones, aunque cuando regresemos, estaré encantado de ofreceros una nueva y reluciente. 

Al llegar al cruce de túneles, no deja de vigilar, el ditribuidor de agua estancada, temiendo que fuese a salir la bestia en cualquier momento.

- Por ese túnel, - señala el que va hacia el este, - creo recordar que el plano indicaba una salida, - además si os fijáis, se nota cierta brisa.

- Y esta escalera, - señala, hacia los altos peldaños clavados en la pared, - venía indicada en el mapa también, pero no entendí el significado de los dibujos.

Y ya por último, señala el túnel sur, - luego, por aquí también había una salida, pero no recuerdo el camino, exacto, había varios cruces como este, antes de llegar.

Se lamenta negando con la cabeza y cerrando el puño, - ahhh! maldito sea el perro nemedio, seguro que es el responsable de que esa criatura antinatural nos atacase, por su culpa perdí el mapa. Con lo que me costó conseguirlo ...

Esta parecer buena, dice Ator señalando la salida este, la de la brisa, Val indicar también antes. Mira a los demás buscando un signo de asentimiento y Se adelanta para ver cómo es y si alguna otra sorpresa desagradable espera en el túnel.

-Bien, no perdamos mas tiempo. -Miro hacia donde debería estar la salida- No me gustaría que volviese la bestia esa y nos atacase por la espalda. Salgamos cuanto antes de aquí.

Volteo y me cubro un poco mas con la túnica:

-Los de detrás vigilad la retaguardia.

Sigo al bárbaro con pasos seguros.

Venga, vamos...

Ator avanza cauteloso por el pasillo con el farol en la mano izquierda y la espada en la derecha. Intentando no hacer ruido y mirando cualquier rastro o agujero del que pueda salir hombre o bicho.
 

Sigue a los demás, a la altura de Aluino, comiéndole la oreja.

-¿Entonces a cuánto ascenderá ese buen pago que nos prometisteis? Que las deudas de lealtad ya están pagadas y yo no trabajo por amor al arte, que tengo vicios caros y hay que costearlos. Además me ha contado un pajarito que nada de valor guardáis en vuestra lujosa mansión. No será que estáis fuertemente endeudados con el tipo al que queréis dar pasaporte y estas mas pelao que el culo de un mono ¿Verdad?

Avanzáis cautos por el túnel que sale hacia el este. Poco a poco notáis el aire fresco del exterior, que viene limpio de olores. También notáis como el camino asciende levemente a cada paso que dais.

Al fin, cuando debéis llevar unas 300 varas, el túnel asciende abruptamente hasta una reja circular de no más de una vara de diametro. Mirando al exterior, se ve que os encontráis bajo un puente de piedra, el cual cruza un arroyo por el que apenas corre un hilillo de agua, justo frente a vosotros. Más allá, se ve un bonito y frondoso jardín iluminado por los últimos rayos de sol de un día que está llegando a su fin. Probablemente la apertura en la que os encontráis alivia las posibles crecidas del arroyo.

La reja está cerrada por fuera con un pesado candado.

- Debes relajarte con el tema del oro, querido amigo, pues el oro solo genera desgracia y miseria allá donde rebosa.- Contesta a Dunkel en animada charla. 

- Además es de muy mala educación ponderar y contabilizar las deudas de vida, - se detiene un momento, antes de acercarse a la reja a mirar, - y más aún cuando yo tenía controlado a la bestia de la cloaca, - dice sonriente.

- Parece que hemos llegado, este parece el jardín de la mansión de Galbarro. Creo recordar este puente, de alguna visita que le he hecho. Eso si, visto desde otra perspectiva.

Luego vuelve a mirar a Dunkel con una pretendida cara de desconcierto, - y por cierto, ¿quién a mencionado nada de dar pasaporte a nadie? Yo sólo quiero recuperar algo que es mío por derecho propio.

Mueve la reja a ver si cede, mientras pregunta - ¿podréis abrir esto?

Yo no tengo herramientas, ni soy experto en esto, pero lo puedo intentar...

- Palabras típicas del que todo lo tuvo en la vida y no tuvo que alimentarse de tripas de pescado podrido ni dormir en la calle... pero bueno, tampoco hace tanto que no veo tripas desparramadas...

Dunkel se acerca a la verja y mira a un lado y al otro, vigilando que nadie haya en las cercanias, pero sin mucha convicción y rapidamente mete las manos y se pone a forzar la cerradura, mientras la sudor perla su frente y le resbala por su rostro.