Partida Rol por web

Sam fumando su pipa, examinando el horizonte vio la fila de mineros, no eran una amenaza, una vez se encontrarón estos les pararon para preguntar y al poco les  reconocieron  fue cuando  comenzaron los problemas al sentirse el grupo desbordado por los ciudadanos de Forsek, tras encimarlos la elfo comenzó a denotar su disgusto, Llorense  empatizo con los mineros, y Triton puso en marcha el carro, poco a poco lograron salir de esa improvisada "prisión " humana y continuarón su camino sin más incidencias, al poco de pasada la hora de comer y como estaba previsto la hermandad llego a Forsek.

Las puestas estaban abiertas la gente entraba y salía, un par de jóvenes voluntarios con gruesos palos, y unas dagas de filo fino y largo, vigilaban desde las almenas de madera, una bandera con el dibujo de la Ciudad Gris y su puerto, hondeaba en el palo más alto. las aves eran abundantes y se dejaban caer sobre el fuerte por restos de comida o por que tenían el nido en el lugar. se notaba un camino marcado a la fuerza que iba desde las montañas donde escababan los mineros hasta el interior de la fortaleza.

Parecía que la gente había vuelto a la normalidad hacía muchos meses...

Llorense aceptó la pipa de Sam, un par de caladas... Era buen tabaco el del escurridizo hobbit.

Gracias Sam. Uno de los pocos placeres de la vida que podemos disfrutar aun...

Triton, creo que debeis hablar vos... Yo ya he hecho mi trabajo, pero no conozco al instructor de Ruz...

Llorense pensó que de los presentes, quien debía ser su lider era Triton, no sabía porqué exactamente, pero sin su hermano cerca, ahora su referente era el heredero Naugrim

Pasado el mediodía llegamos a la fortaleza de Forsek, era la primera vez que la visitaba (ninguna aventura nos había llevado hasta allí). Lo primero que debíamos hacer era saber el conocimiento que se tenía sobre nuestra misión, preguntaríamos al padrastro de Forsek si nuestra embarcación estaba preparada, descansaríamos el tiempo justo y partiríamos lo antes posible.

Mire a los jovenes que guardaban la entrada, se nota que no están en guerra, pensé mientras me imaginaba a los guardia defendiendo la ciudad de un ataque de Uruk-Hais.

Bien, hemos llegado. Vayamos a ver si el que manda por aquí tiene todo listo. 

La elfa dejó atrás el malentendido con aquellos humanos y volvió a su estado de vigilia constante, no volvió a sacar el tema de su homologo muerto y hasta se sintió tonta por su falta de delicadeza.

Cuando llegaron al lugar desmontó del carro siguiendo a tritón, no dijo nada. Por su parte también se fijo que los entusiastas voluntarios que habían apostado en la entrada, no supondrían ninguna amenaza a cualquiera diestro en la espada y lleno de malas intenciones.

La entrada además de los dos jovenes de arriba no tenía ningún guarda custodiándola así que el grupo entro sin problemas al lugar.

el interior era pequeño, nada comparable a la capital, pero parecía la gente menos despreocupada y más a su aire.

habían una docena de casas medianas pegadas a la pared del fuerte casi era un anexo de este, en el centro había espacio para una construcción forma de torreta defensiva de madera y al lado de la torreta se podía ver  una especie de almacén de viveres y herramientas y un gran deposito de agua. tambien se podía distinguir un edificio alto donde hacía de salon de reuniones.

quitando la torreta, almacen y salon, las casas eran todas iguales y la plaza donde estaba en el centro la torreta se podía bordearla con el carro y hacer un cambio de sentido o giro  de 90 x90 grados sin problemas. 

Algunas mujeres de avanzada edad de raza humana como el resto de sus habitantes (ya que en los humanos el tiempo parece resarcirse con ellos  la vejez les  llegue de un día a otro a los ojos de los elfos como una fruta o manzana fuera del árbol). esas mujeres se os quedaban mirando más por curiosidad que por miedo, un grupo tan desigual subido en un viejo carro no parecía pasar desapercibido entre los rutinarios nativos del lugar.

Así pero de madera, las casas pegadas a las murallas de madera

Entre las mujeres y la curiosidad de algunos niños, sale de una de las pequeñas casas un hombre mayor, su cara sería y sus marcas de guerra, os son ya un tanto conocidos. 

Por todos los Maiar salgo para mi ronda cervecera y me encuentro un grupo pintoresco entrando en la plaza. Algo quieren desde la capital cuando estos asoman por aquí. 

Al mediano no le pasó desapercibida la fragilidad de las defensas del asentamiento y adentro la cosa no mejoraba.

Intercaló miradas con sus compañeros y la muchedumbre y se dió cuenta de que su opinión no era singular.

Al rato apareció el único habitante que parecía curtido por la batalla. De inmediato reconoció algo de Ruz en él, o más bien al revés, a pesar de que su relación no era sanguínea.

-¡Bien hallado, Maese Ruz! Pues sin duda la fiereza de nuestro compañero de La Hermandad se percibe en vos, exclamó Sam bajando del carro y apagando la pipa como una rutinaria maniobra.

-No andáis errado en vuestra suposición, pues son tiempos oscuros y la ciudad necesita del hombre más valeroso de la región, espetó el hobbit.

El camino terminó acortándose y llegamos al asentamiento, el sitio parecía vulnerable a cualquier ataque enemigo, mientras entrábamos, alguién muy parecido a Ruz salió de una casa y Sam se dirigió a el, parecía seguro el lugar, pero no había que confiarse o al menos eso es lo que me decía a mi misma, me concentré e intenté detectar algún tipo de magia allí..

Um! hacía tiempo que no me llamaban por mi segundo nombe, me aproxime al grupo para comentar.

Parece que venis de la capital, habéis sacado de la rutina a esta gente, mejor sera si es ami al que buscáis que entréis, y así menos ojos prestaran nuestra atención. comente un tanto malhumorado, pues me iba al salón de reuniones donde las tardes se trasformaba en una cantina y los jóvenes me prestaban su atención al narrar mis aventuras.

la casa nada mas entrar hacía de comedor, cocina y cuarto, un puchero enorme aún caliente estaba sobre unas brasas aún coloradas, y el plato de comida y tazon de bebida estaban terminados y puestos aún sobre la mesa, un gato pardo estaba sobre la mesa lamiendo los restos.

Vairon se queda mirando con su unico ojo a Sam, y luego al resto parece curioso, ve como la gente os mira y es cuando os pide entrar en su casa.

Nürlane mira alrededor parece intentando agudizar sus sentidos, luego parece más tranquila y relajada al no sentir nada extraño,  pero en una facción de segundo algo la hace mirar hacía arriba al cielo del atardecer ve sobre volando un Crebain 

es raro pues sulen viajar en grupos, pero este parece estar tranquilo relajando disfrutando del viento en el cielo, mirando abajo y sobre volando la fortaleza. 

Miré de un lado a otro con la intención de sentir alguna presencia fuera de lo común y, de repente algo me atrajo a mirar hacía arriba, concentré la vista y allí estaba, "Un Crebain......,nos tienen vigilados.." dije mirando hacía arriba y bajando la mirada rápidamente, intentando no levantar mucha sospecha de que lo sabíamos

Malditos pajarracos, aquí tenemos de muchas clases, pero  pasar así nos apartaremos de las vistas curiosas. ¿ Conocéis a mi hijastro Ruz? ¿ Cómo está?.

La gente comenzaba a señalaros y murmurar. 

El carro os podría caber entre dos casas continúas y así no molestaría.

Entramos en la ciudad y el aspecto que presentaba era sobre todo de austeridad, apenas había edificaciones altas si exceptuamos las torretas, la gente que se encontraba en la calle paseaba de un lado a otro atendiendo a sus quehaceres. 

Sam saltó del carro y se dirigió hacia un viejo que salía de unas de las casas, el hobbit le identifico como el padrastro del capitán, y ciertamente dio en el clavo, aunque a mi parecer no era la manera de hacer las cosas y más en la misión a la que nos enfrentábamos. Por Yavahna, si ya no pasamos desapercibidos, ahora menos aun.  Aquel hombre sabía que si la hermandad estaba allí no era una buena noticia por lo que nos invito a cambiar de lugar para hablar. A todo esto la maga se dió cuenta que uno de esos cuervos de malagüero nos estaba espiando.

Me presento como Triton II, hijo de Triton I Rey de los confines de Gumdabad, espero que nos disculpe por nuestra intromisión pero traemos asuntos que no pueden esperar, estaríamos complacidos de ir a un lugar donde poder hablar más en privado.

Sam aceptó la invitación del hombre y penetró en la estancia a la par que el aroma de un guiso se instalaba en sus fosas nasales lo que a la postre provocó que sus tripas rugieran como un beornida.

-¿Ruz? Sí, por supuesto que lo conocemos. De hecho es un honorable miembro de La hermandad, contestó Sam distraído mirando el puchero o más bien su contenido.

Por otra parte lo último que recordaba de su compañero era verlo sacudirse entre espasmos tras el ataque de Beth y quedar aturdido. Y luego claro, desaparecer junto a Malleus a través de un portal conjurado por la espada de este último. No era esto algo que un padre quisiera oír sobre su hijo y a Sam no le apetecía dar las malas noticias, aunque egoístamente esto contribuiría a que el viejo se enrolase ipso facto.

La Hermandad!. Así que sois vosotros?. Que os ha traído por aquí.

al ver al hobbit, retire el plato de la mesa y saqué unos cuencos nuevos. Y los llene del puchero sobrante.

tendréis hambr. Comer y explicarme qué le trae a la hermandad estar por estos parajes.

cierro la ventana y enciendo una vela. Para aislarnos más del exterior.

Saco una bota de vino y la doy a mis inedperados invitados

Sam dió gracias a Yavanna pues afortunadamente iba a conseguir soslayar la incómoda pregunta de Vairon escondiéndose tras un plato.

Sorbió ruidosamente el caldo y masticó con deleite los tropezones deteniéndose solo para regar el gaznate con el mosto fermentado.

-Deli..Ñiam!...ciosa, observó acerca de la comida. -Glu Glu, y el vino es de una buena cosecha, sin duda.

Ahora que el robusto hombre había formulado una nueva pregunta y con los halagos que el hobbit pensaba lo habían puesto en mejor disposición, podían intentar convencerle para unirse a su causa.

-Como dije una temible amenaza se cierne sobre nosotros. Y no solo sobre el valle si no sobre toda la tierra... relató dejando el tazón momentáneamente y mirando a su interlocutor. Un hechicero a las ordenes de Saruman y del oscuro se ha hecho con unos artefactos de poder y con la fortaleza de Angmaul, su nombre es Beth... el medianó notó como el vello de la nuca se le erizaba y la piel se le estremecía. Su semblante cambió por completo y perdió el apetito. -E... ese malvado ha causado la muerte de muchos de mis compañeros, de mucha gente inocente y pergeña someter a todo pueblo bajo la oscuridad-

Mientras  Sam explicaba a Vairon, se escuchaba en la calle unos murmullos y voces, la gente se estaba comenzando a agrupar en la zona del aparcado carro y en la entrada de Vairon.

"-Si estoy segura - decía una voz de vieja- "esos son la hermandad al hobbit y al enano los vi cuando los trolls blancos".

" Sí, si son ellos, yo soy una de las refugiadas de la ciudadela los vi cuando la dragona negra, abrieron un portal y nos salvaron, decía una madre de unos veinte años".

las leyendas se hacían más grandes y la gente se amontonaba cada vez más.

"Ellos saben sobre un anillo menor de poder, ellos podrían usar su poder si lo recuperan para protegernos mejor. - dijo de repente un forastero entrada en edad con cara humana pero nariz de cuervo y ojos oscuros, vestido con una capa de dibujos de plumas negras."

y la cosa parecía ir en aumento.