Partida Rol por web

Tras el estadillo verde fosforito los cinco aparecéis en medio de...la nada...Un blanco níveo que en segundo a segundo va tomando color, un color cremoso, hasta que finalmente los contornos toman forma y tamaño, y os encontráis en algo semejante a un desfiladero, árido, seco, aunque a la vez a otra altura de pocos metros el verde esmeralda de la selva estalla iluminado por un radiante sol adormecido en el cielo celeste.

Aturdidos, observáis que el escenario se modifica ligeramente, lo primero de lo que sois conscientes es que se trata de un lugar imposible, un diminuto claro rodeado de una ligera arboleda que destaca en el centro de una amplia pradera circundada al norte a unos quinientos metros por un amplio bosque de enormes árboles de enormes hojas y de enormes raíces emergentes desde la profunda tierra esponjosa.

Al este la pradera parece infinita y al fondo montañas que tocan al cielo con sus dedos níveos destacan en el lejanísimo horizonte. El sur se desliza en pendiente entre arbustos de hojas sonrosadas y violáceas, y más allá quizá se escucha el rumor de agua revoltosa. La zona oeste desemboca en un amplia cañón de empinados muros de roca color canela que conduce  aparentemente hasta más allá de donde alcanza la vista. 

Todo esto es muy extraño. Pero lo más raro de todo son las pintas de vuestros amigos. Y, si te miras a ti mismo, desconcertado, el susto es todavía mayor.

Estáis en la piel de los personajes del juego.

Por otra parte, los tambores ya no os acompañan con su infernal, ancestral, machacona, irritante y narcótica música. 

Increíble como las luces, los fogonazos se producen en un equipo no tan avanzado tecnológicamente. La calidad al ver de nuevo el juego es muy realista, tanto que me doy cuenta que es real pero no se como...

Es entonces cuando me doy cuenta que cometí una gran temeridad, ahora soy Jonathan y mis capacidades físicas para nada son las que tengo fuera de este juego, aunque mi fortaleza es similar, mi agilidad actual es bastante menor y si lo llego a saber pillo a Lara Croff. Otra cagada aun mayor es Adèle, joder es igual de guapa que fuera y ahora si estoy jodido... solo es un juego y si se me escapa algo se quedará en el juego, creo que mi hermano lo llama rol o algo así, aunque para meterme con el lo llamo friki, voy a ver la afición de mi hermano con otros ojos a partir de ahora.

Aun desorientado comienzo a evaluar mis nuevas capacidades físicas con un gesto de desagrado al verme mas limitado, estamos jodidos... finalmente miro al resto de mi grupo, ¿alguien sabe porqué estamos aquí físicamente?.

El joven escucho como Nina lo menospreciaba frente al resto, protegiendo a Michael, y dándole consejos de moda, y como vestirse. El no coincidía con esos colores, al menos para el mismo, prefería algunos más sobrios y apagados, más clásicos, pero sintió envidia de la atención que el otro muchacho tenia de su amiga rubia. Y antes no había ocurrido, solo después de aquel… intercambio que había manifestado para con él. De todas formas, le caía bien Michael, y le deseo lo mejor. De todas formas y como era costumbre, Nina no podía mantener un tema durante mucho tiempo, y paso a otro, sobre cómo vestir a Eve. Se obligo a concentrarse en otros temas, no quería ir por esos derroteros.
Finalmente ella eligió a Lara Croft, porque Eve considero que era demasiado buena para jugar a un personaje atlético.
Luego pregunto si tenía sus dosis de atletismo, y por lo que había escuchado de Lara Croft y visto en sus películas, el creía que si, pero luego se dio cuenta de que era una pulla de Nina para tenerlos atrapados en su atención.
Luego de que todos dan “aceptar” el juego parece empezar a consumir mucha energía, y quizás hacer saltar la termina de la casa, con la TV haciendo cosas raras y luego… una explosión de luz verde.

Se puso en pie, sintiéndose extraño. Más alto, más pesado, vestido diferente. Se observo a si mismo, y se sintió en la piel de otra persona, miro alrededor y no estaba en su casa, si no en algún bosque, tundra o jungla… y alrededor, no sus compañeros si no los otros personajes elegidos. ¿Sería posible? Vio a Adele, a Jonathan, a Lara, y a Mr Bean. No solo los vio, los percibió, casi los olio, sintió la fragancia del perfume de Adele, el olor a cuero de su- chaqueta- , y sintió los ojos protegidos del sol de su – sombrero -

¿Qué había pasado? No había respuesta. Sin embargo, tal como decía Guillermo de Ockham, “en igualdad de condiciones, la condición más sencilla es la más probable”

Solo para confirmar, reviso su equipo, un revolver, bandolera, látigo. El era indiana Jones, pero de verdad. El era ¡Indiana Jones!

Bastian quedo desconcertado, siempre había sido analítico, pero esto superaba cualquier expectativa, evidentemente aquí pasaba algo raro, o estaba siendo parte de alguna cámara oculta, con tecnología de punta. Hoy en día con realidad virtual se podía hacer algo así, ¿no? En todo caso, se dio cuenta que podía hacer el ridículo, o jugar el juego. Observo a sus compañeros, todos tenían la apariencia de sus… ¿avatares?

Se quito el sombrero y debió de protegerse del Sol. Luego, escucho como Jonathan|Ismael empezaba a desesperar, y no quería que esa desesperación se transmitiera al grupo.

- Tranquilo, amigo. Sea lo que sea que esté pasando, confía en mi, lo resolveremos.-

Su voz sonó mucho más confiada, mucho más de lo que Bastian hubiera sonado si fuera el caso. Incluso el mismo se lo creyó. Apretó los puños, acomodo el sombrero y con calma y cuidado se lo volvió a poner. El juego era más interesante de lo que hubiera creído.

Una explosión de color verde esmeralda hizo que cerrara los ojos. Los tambores martilleaban mis tímpanos y solté el mando para taparme los oídos. Un pequeño escalofrío me recorrió todo el cuerpo. En unos instantes, volví a abrir los ojos y vi que ya no me encontraba en el sofá sentado, sino en un prado. Me quité las manos de los oídos y pestañeé varias veces para acostumbrarme a la luz reinante. Me levanté rápidamente, pero por casi me caigo a un lado. Vi que tenía otros pantalones puestos, unos muy feos, como de pana. ¿Llevaba chaqueta y camisa? Un miedo intenso empezó a oprimirme el pecho. Miré a mi alrededor. Estaba en un territorio desconocido, en los que se divisaba a lo lejos montañas, selvas, prados... y al lado mía, unos hombres y mujeres que no conocía. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaban los demás? ¿Y quiénes eran aquellas personas? Fui a hablar, pero el sonido gutural que salió, parecía más el sonido de Epi, el compañero de Blas. Aunque no pude casi ni decir una palabra, solo salió un gemido.

-"Ahhgggg." Emití.

Me empecé a poner aún más nervioso. Me toqué los bolsillos de la chaqueta y noté unos bultos en ellos. Metí las manos y los saqué. En una mano sostenía un osito de peluche muy viejo y gastado y en la otra un coche de juguete de color amarillo. Los volví a meter en los bolsillos y me toqué la cara.

-"NOOOOO." Logré articular.

¡Era Mr Bean, por amor de Dios! ¿Cómo podía ser eso posible? ¿De verdad estábamos dentro del juego? ¿A eso se refería Eve con lo de la inmersión? Me pellizqué la cara y me dolió. ¡No podía ser verdad!

-"Auch." Gemí.

Volví a mirar a los demás y supe que los otros eran mis amigas y amigos, pero convertidos, al igual que yo, en los personajes del juego. Empecé a dar saltitos de frustración y estaba a punto de llorar, así que saqué a Teddy y le abracé. Me quedé algo pillado con ese acto. ¿Cómo sabía que ese oso se llamaba así? ¿Y por qué lo había hecho? ¡Ay Dios! Además de tener el cuerpo del personaje, también tenía sus manías y características. Me arrodillé en el suelo y empecé a llorar de verdad. ¡Iba a morir!

—Chicos, creo que me estoy mareando. No veo más que luces, y discos, y cosas girando. Y tambores. Cielos, es como si pudiera ver esos tambores. ¡Tambores! ¡Tambores por todos lados! Auuhhhhhhhh….

Fue como aterrizar dentro de sí misma. Algo había cambiado pero ¿Qué? Sintió miedo. ¿Habían drogado la pizza? Puede que Ismael, le iban esas cosas para aparentar ser un chico malo. Pero no lo era. Entonces ¿Cómo había podido hacerlo? O quizás había sido Bastían que pensaba que era una especie de Grey de quince años. Luego recordó que no había probado la pizza y que tampoco había bebido nada.

Todo parecía una alucinación. Había allí hombres. Seguro que querían hacerla cosas malas.

—¡Atrás, puercos! ¡No dejaré que me toquéis! ¡Si me tocáis, gritaré! —eran dos, con sombrero.

Quiso echar a correr, miró a su alrededor. Se detuvo, impresionada.

—¡Ala! ¿Quién iba a decir que Bastían tenía un jardín tan grande en la parte de atrás de su casa? —Porque no podía estar en otro lado, claro.

Aquello parecía África. Desde luego se veía como África. Pero no podía ser África. Ella nunca había salido del estado. Era una chica de ciudad. ¿Qué iba a hacer en un lugar como aquel con esos dos pervertidos?

—No veo carreteras. Ni rascacielos. Ni Starbucks. Cielos, estoy transpirando, transpirando… —respiró con profundidad, quería llorar, irse a su casa con su madre.

Se percató de que tampoco llevaba puesta su ropa. Miró sus piernas, largas y atléticas, bien formadas. Pero no eran sus piernas. Su trasero, su pecho. Buscó un reflejo. Emitió un grito de terror. ¡Era morena! ¡Morena! Retrocedió ante su imagen aunque…lo cierto es que se veía francamente bien. Bueno, ella nunca había tenido ningún tipo de completo, siempre había sido deportista, elástica, buena gimnasta, amante del baile. Aquello era diferente. Se sentía…Capaz.

Miró a los dos pervertidos, los dos con sombrero. Sintió miedo…pero a la vez, sintió un latigazo de…¿eso era el coraje? Sacó sus armas “Oh cielos, tengo armas, tengo pipas, tengo dos pipas, soy una criminal”. Apuntó a los dos hombres.

—Vamos  a quedarnos todos en nuestro sitio hasta que averigüe que está pasando —dijo “Ala ¿Esa he sido yo?”.

Se sentía muy rara. Quería volver a casa, volver con su madre. Quería un abrazo. A su vez, se sentía francamente bien.

A Mr Bean le suceden dos cosas, aparte de la patética llorera, casi acompañado de LaraNina. O NinaLara. Que notó algo en el interior de su osito Teddy cuando recibió el abrazo de su amiguito.

Y que se arrodilló al ladito de una serpiente enorme, una boa que dormitaba plácidamente entre los hierbajos y arbustos.   El reptil se gira con cara de mosqueo e intenciones de hundir sus dos largos y agudos colmillos en carne de inglés atribulado.

Por su parte, Indi y Lara no encuentran nada raro en la escena, aparte de que no hay starbucks. Pero Jonathan, sí. Casi todas las zonas están pixeladas, muy muy muy ligeramente. Menos el camino del sur.

Cuando Eve abrió los ojos tras el fogonazo de luz, los tuvo de volver a cerrar por el impacto del sol en la cara. Espera...¿sol? pero si está lloviendo. Vuelve a abrir los ojos, asomando los mismos entre las rendijas de los dedos...dedos enguantados en suave tela blanca, ¿qué? y además llegaban hasta casi los codos y...Payton empieza a mirarse la ropa, se le cae un hermoso e intrincado sombrero victoriano y siente el impulso de recogerlo rápidamente para que no le manche.

-¡OH mi madre!-exclama, su voz no es su voz, suena...más aflautada y melodiosa, su tono habitual era cortante y altanero, sin embargo ahora...sonaba como esas damiselas en apuros de las películas, pero con algo de mejor actuación.

Entonces se percata de otro detalle...no está sola. No, está rodeada de un montón de desconocidos que parecen tener la misma cara de pánico que ella, salvo el hombre guapo del sombrero y el látigo. Justo pensó en preguntarle algo, ya que parecía más capaz de responder a sus preguntas sobre el paradero de sus amigos cuando la voz amenazante y peligrosa de otra mujer llamó su atención.

-Eh...espera espera...vamos a calmarnos ¿vale?- ¿desde cuando ella llamaba a la calma? nunca le habían apuntado con una pistola pero...no estaba tan asustada como pensó que lo estaría- Creo que ya no estamos en Kansas...je je...-¿de verdad había hecho esa broma tan tonta?

Al hablar todos mis compañeros puedo identificar a sus personajes pero se me hace raro quien es cada personaje. Señor Jones no dudo que sea capaz de creer en lo que dice, pero dudo mucho que sepa como hacerlo, el camino del sur es el correcto porque no está pixelada.... respondo a Indi mucho mas calmado que antes.

No se como responder a Mister Bean porque se me hace extraña su personalidad incluso con la fusión de personalidades que se acumulan en mi cabeza. Señorita no está sola, somos tus amigos, recuerda el miedo que sintió cuando me conoció porque se metió en un lío y terminó junto a mi... trato de tranquilizar a Nina buscando su mirada con una sonrisa segura.

Con la respuesta que me de Nina esperando lograr calmarle, mi mirada se clava final en Eve, en mi interior algo me hace bloquearme por un instante sin saber como reaccionar, ahora mismo me siento con mas miedo en cuento a la situación de estar en un videojuego, pero a su vez me siento mas valiente con respecto afrontar situaciones sociales. Señorita Payton está usted mas impresionante que nunca.... ¿Dónde sale esa educación y esos modales?, esos no son míos pero de algún modo me salen naturales...

A pesar de tu desconcierto, tu excelente vista y excepcional sexto sentido te hacen notar que todo es decorado, a ezceoción del oeste y el sur.

Sí, no tienes dudas sobre eso. Acerca de quien eres y donde estás, toda la incertidumbre del mundo mundial.

—¿Mis amigos? —pensó con claridad. ¿Quiénes? Las palabras de Jonathan, Ismael, le trajeron un recuerdo.

—¿Eres tú de verdad? Entonces yo…¿Qué nos ha pasado? ¿Y los demás? —enfundó las armas, avergonzada “Visto y no visto, parece que lo hago a menudo”.

Miró a los demás. Allí estaba Bastian, con su doctor Jones, su mandíbula cuadrada y toda esa seguridad en la voz. E Eve. Preciosa. Ya lo había dicho, bastaría con que se arreglase un poco para destacar. Quizás esa experiencia, videojuego, le sirviera de algo. A ella le serviría para generar un trauma de los gordos. No iba a ganar para psicoanalistas.

¿Quién faltaba? Ah, ya. Ahí le veía entre la maleza. A Michael, Beanny. Se acercó a él con paso decidido. Vio una serpiente, la cogió por detrás, con rapidez y naturalidad. No era la primera vez que lo hacía, la lanzó lejos, donde no fuera un peligro. Ni siquiera había pensado en ello, era un acto reflejo. Coger la serpiente, arrojarla lejos. Ni se dio cuenta.

—Creo que ya sé quiénes somos todos —dijo, tendiéndole una mano a Beanny para que se pusiera en pie, con ellos —. Te dije que el traje te quedaría bien. Pero no ese traje.

Miró al paisaje. Era hermoso. Siempre había querido viajar lejos y ahora, pum. Allí estaban.

—¿Es esto lo que llaman realidad virtual? Da miedo…

Si, miedo, ya la vez, era super excitante. El terror, el miedo, el pánico. Todo eso generaba adrenalina. La aventura le llamaba.

—Al sur, ¿Eh? ¿Cómo sabe dónde está el sur?

Jones se quedo observando a la mujer, la británica que había hablado y ahora los amenazaba dando una imagen muy poco digna de sí misma. Mientras tanto, su mano había ido a por su látigo, mientras se preguntaba a si mismo. – Serpientes… ¿por que tenían que ser serpientes? Pero no hizo falta. Recuperando por la imagen brindada anteriormente y con una muestra de valentía y habilidad pocas veces vista, la británica Croft arrojo lejos la serpiente, salvando así a Mr Bean, para tranquilidad de todos y en particular la suya.
Pudo hablar entonces con el Bon Vivant.

- Es “Doctor” Jones, Señor Carnahan. Buena Observación, sin embargo – dijo sencillamente. Eve| Adele hizo una pregunta y el se giro para encararla y responderle – Puede ser porque el Sol sale siempre por el este, Señorita. O quizás porque el Señor Carnahan lleva una brújula. – dijo tocándose educadamente el ala del sombrero, y haciendo una sonrisa ladeada.
Lo recordaba del equipo que había visto que llevaba, como el auto del Señor Bean, la momia de la Señorita Saint Blanc, o … la armería andante que era la Señorita Croft.
- ¿Tal vez deberíamos tomarnos unos momentos para examinar nuestras habilidades, no les parece, Damas y Caballeros?-

La boa constrictor nada tiene que hacer ante la destreza y rapidez de movimientos de Larita, aparte de volar siendo arrojada lejos a pesar de sus seis metros de largo.  

Fuera el peligro, Indi comprueba sus atributos, no hay nivel, el equipo es el mismo que leyó cuando eligió personaje y en su antebrazo hay  tres marcas verdes transversales, que podéis admirar todos.

También nota que su bandolera contiene un objeto pero antes de poder mirar es interrumpido por la aparición de alguien. O algo.

Y a unos metros, mosqueada, la ofendida serpiente os mira con ojos muy asesinos.

Un alarido gutural os pone los pelos de punta y la piel de gallina, más o menos, dejando atrás la primera conmoción causada por lo que parecía el inicio del juego. Una criatura de aspecto humanoide saltaba de árbol en árbol hasta que desde el más cercano volteó y cortó el aire igual que una ardilla voladora con aspecto de mono más que de ardilla, confeccionó  un triple salto mortal y aterriza justo frente a vosotros en una perfecta salida en tirabuzón. Todavía desconcertados y sin maldita idea de lo que está sucediendo, solo suposiciones e hipótesis, el tipejo a lo tarzán comienza a hablar.

-¡Voilá, qué dicen los italianos! -su sonrisa de perlas brillantes como la luna llena os destroza las pupilas momentáneamente.

- ¡Bienvenidos a Jumanji! Amigos, amigas, qué bien que estéis aquí. -¡Sois los salvadores de Jumanji! De vosotros depende el futuro de nuestro mundo. Os cuento, prestad atención, solo puedo decirlo una vez. La princesa Soninké de la tribu de los Boibengo  ha disparue, raptada por la malvada bruja Vrajito. -se acerca entusiasmado a la bella Adèle, a la que olfatea de arriba a abajo, luego hace lo mismo con Lara Dos Pistolas.

Estando arrodillado llorando no me percaté de la enorme serpiente que tenía justo al lado, menos mal que Lara Croft la cogió y la tiró a unos metros de distancia. Me quedé con cara mohína y asustada a la vez, cara típica de Mr Bean, o sea yo. Ladeé un poco la cabeza y señalé con ella a Lara. Me levanté del suelo medio temblando, con las manos moviéndose como locas para todos los lados. Iba a darle las graicas, pero solo volvió a salir un sonido extraño, gutural.

-"Grrrsssss." Pronuncié.

Me acerqué a los demás y pude ver que cada uno de nosotros éramos uno de los personajes del juego. Ante las palabras de los demás, solo podía asentir con la cabeza, como un bobalicón. Me fijé que yo también tenía tres rayas en el antebrazo, como una especie de tatuaje. Les silbé a los otros para que lo vieran y fui uno a uno enseñándoselo. ¿Pero por qué hacía eso? Parecía un lelo, por Dios. De repente, alguien apreció por entre los árboles gritando, una especie de Tarzán. Rápidamente, me coloqué detrás de Lara para protegerme. Le señalé y emití un ligero grito.

-"¡Ahhhh!" Grité asustado.

Después de olfatear a las dos féminas del grupo y casi lamer las pantorrillas de Adèle, la criatura selvática continua parloteando.

-Vuestra misión es rescatarla. A la princesa -prosigue- y traerla junto a su amantísimo padre el Gran Jefe Gran Jefe y su amantísimo pueblo. Así salvaréis Jumanji, ya que en la bondadosa y bellísima princesa Soninké vive, anida, reside, el poderoso espíritu de la Jungla. Y de paso  podréis finalizar y abandonar el juego. -Mira entrecerrando los ojos hacia Lara, pero no corre hacia ella, sino que huele y vigila más allá, hacia la posición de la boa gigantesca- Estoooo...-y señala a la serpiente de jeta de mala hostia. 

A la vez, se escucha un sonido apagado de carreras y pisadas y pezuñas y mugidos y berridos procedente de lejos del desfiladero, que aumenta y aumenta conforme se acerca, temblando el suelo, las piedras, la misma hierba. El mundo. George pone cara de espanto- ¡A correr! ¡A correr! -Y no se lo piensa nada y menos.

Esto es lo que se os viene encima ante vuestros espantadas miradas.

Indiana se quedo observando al extraño hombre de la jungla, tomando nota mental de revisar que era ese objeto adicional que tenía su bandolera para luego, lo importante ahora era prestar atención. Tomo nota mental de todo lo que decía, y luego empezó a escuchar algo raro, como un ligero temblor. Puso cara de preocupación y luego vio a lo lejos como la estampida de búfalos salidos de la nada venia a por ellos.
Empezó a correr en la dirección sugerida por el extraño salvaje sin dudarlo, al tiempo que sujetaba su sombrero mientras lo hacia.