Partida Rol por web

¡Anastasia estaba en peligro!

Te asomaste a través del cristal y viste como tu compañera estaba siendo atacada... ¡por un velocirraptor!

Ella estaba herida y tenía al saurio casi echado encima.

Anastasia gritó del dolor, algo impropio en ella pero justificable ante su sufrimiento. El dinosaurio se separó de ella arrancando las garras de su torso y llevándose trozos de piel y sangre con ellas. Las bestia disfrutaba de la caza y pretendía debilitar a la soldado antes de darle el golpe definitivo. Lo que no se esperaba el cazador es que la presa se lanzara a por ella, atacando aún con más ferocidad que ella.

Anastasia corrió hacia la bestia con la adrenalina bombeando sus piernas y brazos. Agarró la porra eléctrica con las dos manos y la dejó caer con fuerza sobre el cráneo de su enemigo -¡Arhggh!

El saurio inmediatamente cayó el suelo con un par de espasmos.

No solo la soldado le había provocado una conmoción, sino que además el efecto de la porra aturdidora había hecho mella en sus sistema muscular porque tras unos leves movimientos dejó de emitir gesto alguno.

¿Había conseguido neutralizar la amenaza? por el momento parecía que sí.

La soldado, satisfecha por su respuesta al saurio y exhausta por las heridas y la confrontación, se tomó unos segundos para observar a su alrededor, buscando nuevos enemigos atraídos por el sonido.

Tras la búsqueda tomó de nuevo su rifle y se dispuso a seguir una de las máximas que se aprendía en el ejército. Un enemigo muerto nunca es una amenaza. Ella no compartía para nada la fascinación por los dinosaurios que su compañero, el científico que ya debería estar en el interior de alguna bestia, profesaba. Por ello no tuvo reparos a la hora de poner el cañón de su arma en el cráneo del saurio, pegado a la piel para amortiguar el sonido, y disparar.

John se quedó paralizado cuando vio el espéctaculo... su primer impulso era ayudar a Anastasia... pero tenía que pensar algo efectivo... algo que le garantizase salir a ambos con vida y tenía que ser YA... joder... se rascó la cabeza y pegó la nariz a la puerta... tenía que distraer al bicho para que dejara a la militar en paz... quizás si lo atraída hacia él la otra podría reaccionar... pero el científico no tenía armas para asegurarse su supervivencia y además cuando terminara con la militar iría a por él... no debía tratar de ayudarla para ayudarse mutuamente... si DH estuviera... MIERDA.

- Opciones... opciones...- entonces algo comenzó a fraguarse en su mente... abrir la puerta, atraer al bicho, salir del laboratorio esconderse detrás de la puerta y pasar otra vez al boratorio echando chuscas, para cerrar la puerta por dentro... la salida estaría complicada... pero no se le ocurría otra cosa... sólo llevaba encima un puñetero cuchillo

Un pequeño charco de sangre indicó que el disparo había sido certero, haciendo que la criatura ya no fuese una amenaza. Sin embargo sentías que te estaban observando.

La puerta del laboratorio se abrió de golpe al tiempo que el científico friki de los dinosaurios entraba como un vendabal en el laboratorio, esgrimiendo un cuchillo como si fuera un arma megapoderosa y cara de matador... en su cabeza pensaba que arrugando el ceño lo mismo le daba el aíre de llevar la muerte reflajada en los ojos... cuando en realidad estaba acojonado... como así atestiguaba el sudor sobre la frente y el movimiento inconsciente de los dedos de la mano que llevaba libre.
 

- Ey toro...- dijo en una especie de español giri, entonces al ver a Anastasia y al ver al bicho en el suelo miró a ambos de manera alternativa- Te lo has cargado...- dijo incrédulo totalmente pasmado.

Anastasia se sintió satisfecha ante la muerte de la bestia y se dispuso a curarse las heridas cuando la puerta se abrió con brusquedad. Instintivamente apuntó con su rifle al nuevo visitante y no lo bajó pese a reconocer al científico. 

¿Cómo puede seguir con vida?

Si, pero no creo que esté solo. Cierra la puerta y cuéntame cómo puedes seguir con vida ¿Dónde está el soldado? -preguntó mientras bajaba el rifle y buscaba en su mochila alguna venda u otros enseres médicos que había guardado con anterioridad.

Smith se apresuró a cerrar la puerta ante el comentario de la militar, tenía razón mejor no arriesgarse no fuera que le diera por entrar a otro bicho.

- DH...- tragó saliva dirigiéndose hacia Anastasia- pues...- ¿Cómo explicar de manera suave que la última vez que lo había visto tenía un Tiranosaurio Rex corriendo detrás suyo?- fuimos a ver de donde provenía el gemido... era de una dinosauria adorable que estaba mala...- y peor que se puso después- tratamos de ayudarla pero vino Rex... un carnívoro de unos 12 metros de largo y 4 de altura aproximadamente... con un poco de hambre. Nos escondimos a tiempo- como gallardos caballeros andantes detrás de unos matorrales- pero parecía que Rex tenía hambre de homo sapiens... no quiso terminarse el primer plato y se fue directo hacia el postre... es que mientras tratamos de irnos sin hacer ruido la liamos y nos escucho...

En esta parte del relato John se puso serio, miro al suelo y concluyo visiblemente afectado.

- Los Tiranosaurios sólo captan el movimiento y el sonido, lo único que teníamos que hacer era estar quietos y esperar que encontrase otra cosa en la que entretenerse... yo me quedé paralizado pero DH decidió salir corriendo para hacer de cebo y que yo pudiera escapar... entonces... seguí adelante con la misión...

Anastasia no pudo más que suspirar ante la respuesta del científico chiflado -Os lo dije, traté de preveniros. Seguramente ahora DH sea poco más que una pieza de carne en el interior del estómago de esa bestia. Por tu culpa ha muerto, espero que esto te sirva de lección y aprendas a escucharme. Necesito que me ayudes aquí, en el laboratorio -señaló la joven mientras trataba de cerrar las graves heridas que las garras del dinosaurio le habían hecho -pero antes vamos a explorar todo el lugar. Puede que este tuviera más amigos -dijo apuntando su rifle hacia el saurio muerto. Acabo de recuperarme, atrancamos la puerta con algunos muebles y procedemos a la exploración ¿te queda claro?

Con la situación ahora calmada llegaba el momento de continuar con la misión, y eso significaba explorar más a fondo el laboratorio para encontrar aquello que se había venido a buscar.

Con las puertas aseguradas y con la tranquilidad de que allí no había nadie más, indagar por los alrededores era casi como un juego de niños... si te gustaban los artilugios científicos claro.

En la zona más recóndita del laboratorio estaba un ala mucho más amplia que el resto y era donde parecía que estaba el centro neurálgico de las investigaciones de desarrollo embrionario.

El lugar parecía dejado casi intacto tras el incidente, seguramente cuando se produjo la fuga inicial saltó la alarma y todo el personal cualificado abandonó la isla, si fueron lo suficientemente rápidos.

No, definitivamente Anastasia no le gustaba a John. Él ya tenía demasiado remordimiento en su escuálido cuerpo de científico para que fuera la otra a urgarle en la herida. Smith no había querido que DH muriera, de echo hasta trató de persuadirlo en un principio haciéndole notar que el gruñido era de un dinosaurio, pero el militar se había empeñado en ir y John no pudo evitar seguirlo. Aún así, decidió no ponerse a discutir con aquella mujer, ambos se necesitaban.

- Esta parte es cosa mía- le dijo tras unos segundos de reflexión- aprobecha para recuperarte un poco- le sugirió a la mujer mientras se dirigía de forma resuelta al ordenador principal.

A medida que el científico iba examinando el laboratorio más contento se le veía, no había duda de que aquel era su territorio.

- WOW... madre mía... WOW... podría estar aquí años... que maravilla- decía examinando las cosas- lástima... que no tengamos tanto tiempo- suspiró mientras sacaba su disco óptico y lo enchufaba al ordenador principal- esto no tiene por qué llevarme mucho...- el dijo a Anastasia con una sonrisa más animada.

Ante la seca respuesta de John la mercenaria casi pensó el ser menos dura con él. Por suerte la idea desapareció tan rápido como había surgido y la mujer siguió tratando sus heridas mientras el científico toqueteaba las máquinas y se veía, nuevamente, en una ola de satisfacción personal y curiosidad.

John, busca también algún aparato que sirva para comunicarnos con los jefes. Necesitamos que alguien nos recoja si queremos salir de este sitio...-le pidió la mercenaria desde el suelo. Cuando acabó de remendarse se levantó y, con el rifle en las manos, comenzó a vigilar el lugar.

Demasiadas cosas pueden salir mal en este lugar...

Mientras John aguardaba a que al descarga se completara se puso a fisgonear un poco por allí... era todo tan interesante que la verdad es que no sabría ni por donde empezar, pero la militar pensaba bien, debían comunicarse con el exterior... el episodio del helicoptero había sido de lo más desafortunado y si quería salir de la isla, lo suyo es que le mandaran otro.

- Tienes razón... a ver si encuentro algo- comentó comprobando la línea de los teléfonos y buscando cualquier aparato de radio que funcionase.